lunes, 7 de julio de 2025

Manual para gobernar sin Ideas


Los congresistas populares han demostrado una habilidad sobrehumana para meterse en la vida de los demás, porque claro, ¿para qué hablar de lo suyo? No se dan cuenta que un mundo sin Sánchez, sería una tragedia apocalíptica para el PP.

Porque, seamos sinceros, el antisanchismo es su única fuente de energía renovable y el único mérito electoral de Feijóo. Ahora Feijóo parece tener un poder absoluto, pero que solo le sirve para buscar amigos en la extrema derecha. Y todos sabemos que, con el equipo de expertos en demoliciones que ha reunido, no va a dejar ni los cimientos del legado de Sánchez. ¡Menuda novedad de congreso! Igual se están inmolando sin saberlo.

El PP debe de pensar que la política es igualita que un anuncio de detergente, con eslóganes pegajosos para una audiencia que debe ser la más despistada del planeta: basta con repetir un eslogan tipo “me gusta la fruta” o “Sánchez o yo”, porque, total, el electorado es tontísimo y no necesita saber ni una pizca del programa político, económico o social. ¿Para qué molestarse en explicar nada? Seguro que los ciudadanos ya lo dan por hecho, porque para qué molestarse en pensar, viendo lo bien que gestionan en las comunidades: privatizaciones a tope, bajadas de impuestos a los más ricos y, cómo no, destrozar los servicios públicos, porque eso es lo que mejor saben hacer. ¡Quién dice que no tienen programa! Si programa significa repetir lo mismo una y otra vez, ayer lo dejaron clarísimo que lo tienen: “O Sánchez o yo”.

Lo quieran o no, el congreso del PP ha sido un evento monotemático sobre Pedro Sánchez, el único tema que parece importarles más que su propia sombra. Todos hablaron de él: Aznar deseándole la cárcel, Rajoy recordándole la moción de censura, Ayuso llamándolo dictador comunista, y Feijóo cerrando con su versión de “Yo acuso”. Si el día de las elecciones Sánchez no aparece, seguro que Feijóo entra en pánico existencial, como si el mundo se fuera a acabar. 

Porque, desde que el gallego llegó a Madrid, su única obsesión es Sánchez, como si fuera el protagonista de su novela favorita, hasta el punto de rozar el ridículo, insultando a diestro y siniestro… y eso sí, ni una sola idea para los españoles de su querida patria. ¡Todo un derroche de creatividad política, digno de un premio Nobel de la ironía!

Lo mejor sería que en el eslogan “Sánchez o yo” pusieran también la foto de Mazón y Díaz Ayuso, para que nadie olvide esas gestiones tan ejemplares del PP y corran, pero a votar con más ganas todavía. Total, el PP sin Sánchez es un auténtico prodigio… de la nada, un espectáculo digno de ver. 

Es de sobra conocido que fortalecer al rival es la mejor estrategia para que te respeten y te dejen en paz. ¡Qué gran manual de supervivencia política! Qué emocionante panorama para la democracia española, un verdadero circo de las maravillas!

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