lunes, 7 de julio de 2025

Salvando Castilla-La Mancha de sí misma


“Entiendo perfectamente tu entusiasmo por exigir una moción de confianza o, por qué no, unas elecciones anticipadas. Total, ¿qué podría salir mal? Es imposible que te equivoques, viendo el rumbo firme y decidido hacia el neoliberalismo global”

Quienes hemos tenido el privilegio de presenciar tu estilo de liderazgo, ese arte sutil del 'ordeno y mando', no podemos evitar una sonrisa al verte ahora sorprendido porque te apliquen la misma medicina. Resulta enternecedor que, tras años de repartir lealtades a golpe de comité y congreso, ahora te asombre que las tornas cambien. Qué tiempos aquellos en los que, frente a Mari Loli, apostar por ti era tan sencillo como elegir entre un café y un descafeinado. Eso sí, siempre y cuando la alianza con Podemos se celebrara en casa, porque si era en Madrid, entonces ya era alta traición y ruptura nacional.

Recuerdo con nostalgia aquel debate de 2017, cuando nos implorabas apoyo para “rematar” la gestión del cambio, como si desalojar a Mari Loli hubiera sido una gesta individual y no el resultado de la santa paciencia colectiva de los socialistas castellanomanchegos. Pero pronto entendimos la lógica: militancia de dos velocidades, la cutre y la premium. Los primeros, condenados a pegar carteles y pagar cuotas; los segundos, a recoger los laureles.

No olvido tampoco tus alardes por haber apoyado al actual secretario general frente a Chacón y Madina, aunque curiosamente se te olvidó ese entusiasmo el 21 de mayo, cuando el líder se volvió incómodo por intentar evitar que M. Rajoy siguiera en la Moncloa. Y ahora, en plena crisis interna, le exiges una moción de confianza o elecciones, porque, claro, lo más sensato en estos casos es pedirle que se tire por el precipicio. Seguro que lo haces por el bien del partido, porque lo que más necesita ahora es un líder que, ante el menor temblor, salga corriendo a convocar elecciones, no vaya a ser que Alberto se canse de esperar su turno para aburrir a los españoles desde la Moncloa.

Por supuesto que comprendo tu preocupación ante los casos de corrupción de Cerdán, Ábalos y Koldo. Total, la presunción de inocencia es un detalle menor, y si la cosa se extiende a más compañeros, tampoco pasa nada, porque tú, por supuesto, nunca has sido engañado. Y en España, jamás —repito, jamás— se han instrumentalizado informes policiales para tumbar gobiernos o partidos. Faltaría más. Y eso de que gobierne el más votado es lo muy democrático, porque no es aceptable que el gobierno dependa de acuerdos con partidos vascos o catalanes, en cuyo caso la democracia se vuelve sospechosa.

De verdad que no me gustó que te pitaran en el Comité, pero es que quienes lo hicieron tienen el mismo concepto del compañerismo que tú, debe ser la herencia de la época de don Alfonso que sigue viva, y que en tu partido quien se mueve no sale en la foto. En el fondo, tu serenidad ante la inminente llegada de Alberto y compañía al poder es comprensible. ¿Qué podría salir mal con un gobierno de derechas y ultraderecha? Seguro que la convivencia territorial mejorará milagrosamente, la polarización se disolverá como un azucarillo en el agua de los trasvases, y los servicios públicos no solo mejorarán, sino que serán inmaculados. Los migrantes que recogen cosechas, cuidan mayores y hacen guardias médicas pueden estar tranquilos: nada cambiará, salvo, quizá, el color de las banderas en los balcones.

Habrá motivos de sobra para el júbilo nacional: por fin veremos cómo el gasto militar se dispara hasta ese 5% que nos exige Donald —tranquilos, no el pato, sino el presidente de los Estados Unidos, aunque a veces cueste distinguirlos por el nivel de exigencia—. Milei podrá dormir tranquilo, liberado de la penosa tarea de insultar a nuestro flamante presidente, y en Israel descorcharán champán porque, a partir de ahora, su genocidio se rebautizará como 'Café con leche in the plaza Mayor', que suena mucho más castizo y menos comprometedor.

España, faltaría más, regresará al lado luminoso de la historia, ese rincón tan cómodo en el que nos instaló José Mari cuando se sentó en las Azores con los jefazos del mundo, como quien se apunta a una partida de mus internacional. Y si la economía y el paro marchan bien ahora, imaginen el paraíso que nos espera cuando empecemos a regalar dinero público a la banca, a perdonar impuestos a las energéticas y a expulsar migrantes con la alegría de quien hace limpieza de primavera. Menores no acompañados, fin de la preocupación; empleo para todos, garantizado; y, por supuesto, con la inminente subida de salarios, podremos lanzarnos a comprar viviendas dignas a precios justos, porque la magia del mercado lo arregla todo… o eso nos contarán en el próximo boletín oficial del optimismo.

Entiendo perfectamente tu entusiasmo por exigir una moción de confianza o, por qué no, unas elecciones anticipadas. Total, ¿qué podría salir mal? Es imposible que te equivoques, viendo el rumbo firme y decidido hacia el neoliberalismo global, ese paraíso donde los ricos gobiernan y los demás aplauden desde la grada. Así que lo mejor que podría pasarle a esta región es tener a Alberto y Santiago en la Moncloa, y a ti en Castilla-La Mancha, porque, está claro, Núñez como estadista solo sirve para poner la foto en la pared del despacho, no para mucho más.

Tolerar la corrupción destruye la democracia, porque acaba consiguiendo que la gente piense que todos los políticos son iguales. El estado de crispación en que vivimos no beneficia a la izquierda, y a ti que te preocupa eso, igual no eres consciente de que estás contribuyendo estos meses a que esa polarización crezca hasta en tu partido. Me desconcierta, y te lo digo con la mano en el corazón (y la otra en la cartera, por si acaso viene algún miembro del Comité Federal de tu partido que dices son candidatos a investigados o a prisión provisional), cómo has sido capaz de criticar con tanta vehemencia a tu secretario general. Porque, sinceramente, si él aplicara contigo el mismo manual de supervivencia política que tú y tu partido habéis usado aquí con los críticos, hace tiempo que estarías disfrutando del anonimato y la tranquilidad de tu casa.

No entiendo cómo te has atrevido a jugar tan fuerte; debe de ser que el vértigo del poder da alas, o al menos, una buena excusa para no mirar abajo. Creo que en las próximas elecciones regionales va a ser difícil salvar a Castilla La Mancha de sí misma.




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