jueves, 24 de julio de 2025

“ La Ayuso de Fuenlabrada y su máster en decencia política”

Aunque este comentario podría haberlo titulado “licenciada en humo con mención especial en desvergüenza”, lo dejaré en

“ La Ayuso de Fuenlabrada y su máster en decencia política”

Durante años, con el aplomo de quien cree estar exenta de contradicciones y el ímpetu de quien se siente moralmente superior, Noelia Núñez, más conocida en círculos populares y de plato como la Ayuso de Fuenlabrada, se ha paseado por los platos de televisión empuñando la bandera de la honestidad como si ella misma la hubiera bordado después de asistir a un seminario intensivo de ética en una facultad invisible.

Ahora resulta que la joven promesa del PP, vicesecretaria general, diputada nacional, concejala y comentarista vocacional, no tiene ningún título universitario terminado. Lo curioso no es que no los tenga, sino que durante años afirmó tener uno, luego dos y finalmente varios, dependiendo de la biografía oficial que consultaremos. Un doble grado en Derecho y Ciencias Jurídicas aquí, una pizca de Filología Inglesa por allá, y, una supuesta licenciatura por la Universidad Central de Missouri . Un currículum que le han debido redactar en el ChatGPT de la Génova 13, porque es falso, pero con confianza.

Eso sí, la señora Núñez ha salido a explicarnos con toda tranquilidad que todo se debió a una confusión. Como quien pide disculpas por llegar tarde al trabajo por confusión, y ahora nos explica que se le paró el reloj digital en 2019 y no pudo terminar la carrera. Admite que tiene tres expedientes abiertos, porque el multiverso ahora también se puede cursar en la universidad privada, que no ha terminado ninguno, pero que no pretendía engañar a nadie. Solo pretendía parecer formado. Ya saben, cosas de esta clase de jóvenes cayetanos que se han esforzado mucho en la vida.

Pero, no se equivoquen, lo interesante no es conocer su realidad académica, sino el trampolín moral sobre el que Núñez ha saltado en cada intervención política. La honestidad es fundamental dijo en una entrevista con aspecto de gala universitaria en la Universidad Francisco Marroquín, más conocida por tener menos títulos reconocidos que la universidad donde iba Harry Potter. Esta señora en una entrevista decía “ Hay que exigir ética, humildad y esfuerzo” mientras presumía de un expediente tan hinchado como un pavo americano el día de Acción de Gracias.

Y el remate de lo rematable, que todo esto nos lo decía mientras el PP, en sus recién renovados estatutos, en un congreso doné Noelia entrevistó al tío de Nadal, nos afirma que cualquiera de sus cargos que mienta sobre su formación debe ser expulsado. Pero claro, estamos hablando del mismo partido que considera que maquillar un currículum es una "confusión", pero que gobernar sin corbata es alta traición institucional, y que tiene alergia al pluralismo excepto cuando se trata de versiones del pasado de sus dirigentes.

La reacción institucional no se ha hecho esperar. Don Feijoo guarda silencio y decide hacerse el dormido; sus compas del PP de Madrid han reaccionado con el clásico contraataque marca Ayuso, afirmando que el problema no es que Núñez mintiera, sino que se le critica por ello. Lo llaman machismo . Porque ya sabes, si eres mujer del PP y te pillan falseando un currículum, la culpa es del feminismo; y para rematar como iban a faltar en su respuesta una evocación a Begoña Gómez, a Koldo, y hasta al BOE. Ya se sabe que cuando se acaban los argumentos, la mejor solución siempre es una cortina de humo con aroma a chorizo institucional.

Pero vamos a lo que vamos y no nos desviemos. La realidad es sencilla: Noelia Núñez no ha terminado ninguna carrera. Sin embargo, presume de dar lecciones a quienes sí las cursaron, quizás sin pertenecer a un partido, pero más verdad que las de ella, que ha sido profesora sin título, diputada sin licenciatura, y ahora, candidata clara a doctora Honoris causa, pero en cinismo. Tal es su capacidad para el auto engaño y la auto justificación, que uno no sabe si estamos ante una política, o ante lo que de ninguna manera debería ser la política.

Y mientras tanto, el Código Ético del PP, ese admirable manual que Aznar, Rajoy y Montoro les impusieron que siempre tienen que tener en la estantería, justo al lado del Diccionario de eufemismos, sigue diciendo que quien miente sobre su currículum debe ser expulsado. Pero no teman. Al parecer, la letra se redactó con tinta invisible y solo aparece cuando se trata de casos socialistas, comunistas, o de cualquiera que no aparece en El Mundo con cara de decir: “Yo sí sé lo que quiere la gente de bien”.

En resumen, lo de doña Noelia es una historia de esfuerzo, superación y descaro. Donde las asignaturas pendientes no son solo académicas, sino, más bien éticas. Y luego Tellado y sus colegas encima se quejan de que Óscar Puente ha sido muy duro. ¡Qué atrevimiento! ¿Acaso no saben que los errores administrativos se perdonan si van acompañados de un buen tuit en plan víctima?

Noelia dice que no piensa dimitir, que Dimitri es un nombre ruso. Que su vocación política le ha ocupado todo el tiempo. Claro, que no Noelia, no dimitas, no vayas a perderte la beca Erasmus de la que disfrutas en los pasillos de Génova 13.

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