Hay que tapar cómo sea las consecuencias que el caso Montoro está teniendo en la opinión pública. Nada mejor que volver al tema de saunas y prostíbulos de los que, según la derecha, se ha beneficiado el presidente del gobierno.
¿Quién podía hacerlo? Ok Diario y para ello se apoya en testimonios, registros de la propiedad y declaraciones de fuentes anónimas. Pero hay bastante humo en lo que cuenta.
Veamos:
Aunque se menciona que el padre de Begoña Gómez, dejó de figurar oficialmente como administrador de los negocios en 2006, la evidencia directa de su posible gestión en la sombra es basada solo en fuentes anónimas. No se aportan documentos, grabaciones ni elementos legales que acrediten esa “dirección real” más allá del cese oficial en el Registro Mercantil.
Estos periodistas de investigación tan incisivos con lo que quieren, sostienen que las propiedades (viviendas y apartamentos) fueron compradas “con dinero de los prostíbulos y saunas”, pero no se presentan pruebas concluyentes sobre el pago o el flujo de fondos, porque no tienen documentadas ni transferencias bancarias, ni cuentas certificadas, ni declaración de impuestos donde conste esa procedencia. Las relaciones patrimoniales están basadas en interpretación de declaraciones y documentos, no porque lo que cuentan este basado en la trazabilidad financiera directa.
Si nos fijamos, las alusiones al ejercicio de la prostitución en las saunas, tanto por parte de inmigrantes como de trabajadores sexuales, se basan en testimonios (algunos bajo nombre ficticio) y no en investigaciones judiciales, sentencias, ni procedimientos administrativos sancionadores señalados ni aportados a lo largo del reportaje.
La transferencia de viviendas entre la empresa familiar y Begoña Gómez aparece argumentada con datos del Registro de la Propiedad, pero sin detallar importes reales, condiciones de mercado ni auditorías de las operaciones. Hay ausencia de documentos notariales públicos que acrediten las reportadas “cesiones privadas” de las que hablan.
En el fondo lo único que pretenden es que de esta información se infiera que el presidente se ha “beneficiado del negocio familiar”, pero no se expone ninguna propiedad, contrato o participación directa en sociedades o ingresos por parte de Sánchez, sino que todo se basa en su matrimonio y convivencia en inmuebles comprados por su suegro o la familia Gómez.
Todo es bastante chusco, porque la mayor parte del relato depende de fuentes indirectas o testimonios sin aportación de pruebas materiales directas, lo que deja lagunas críticas de verificación en lo publicado. Es parte del “el que pueda hacer que haga” ordenado por el del trio de las Azores.
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