Poniendo negro sobre blanco
José María Aznar y Mariano Rajoy han protagonizado el inicio del congreso del PP. No han tardado en sacar el hacha para acusar reiteradamente a Sánchez y al socialismo de corrupción, de deslegitimación institucional y de alianzas con “delincuentes”, por sus pactos con fuerzas independentistas y por la aprobación de la amnistía.
La demencia que provoca el haber tenido en tus manos mucho poder es difícil de llevar, porque con sus argumentos omiten o minimizan la responsabilidad directa y probada del PP en los mayores casos de corrupción de la democracia española, muchos de los cuales ocurrieron bajo sus propios mandatos y han sido sentenciados en firme por los tribunales.
Veamos si podemos rebatir con documentación y hechos, cada uno de los principales argumentos esgrimidos por Aznar y Rajoy:
Primero. Aznar y Rajoy presentan la corrupción en el PSOE como estructural y sistémica, ejemplificada en casos como el “caso Koldo”, y acusan a Sánchez de “prostituir la política”, “negociar con delincuentes” y “comprar la investidura a cambio de impunidad”. Debe ser la demencia del poder porque el PP es el partido con más casos de corrupción en España: 261 casos (48% del total), frente a 134 del PSOE (25%).
Han olvidado que el caso Gürtel es la mayor trama de corrupción de la democracia española, con sentencias firmes que condenan al PP como partícipe a título lucrativo y a decenas de cargos públicos y empresarios por sobornos, financiación ilegal y blanqueo de capitales. El Tribunal Supremo ratificó que el PP se benefició económicamente de la trama Gürtel y que existió una “caja B” de dinero negro para sobresueldos y financiación ilegal, gestionada durante las etapas de Aznar y Rajoy. Tampo hoy se acuerdan que ambos expresidentes han tenido que declarar ante los tribunales por estos hechos. Luis Bárcenas, extesorero del PP, ha afirmado que tanto Rajoy como Aznar recibieron sobresueldos en negro, aunque ambos lo niegan.
Segundo. Aznar y Rajoy sostienen que Sánchez ha llegado y se mantiene en el poder “pactando con delincuentes”, refiriéndose a acuerdos con independentistas y la aprobación de la amnistía, lo que, según ellos, supone “comprar impunidad” y “subastar la unidad de España”. El argumento de “pactar con delincuentes” es utilizado como arma política, pero no existe ninguna condena judicial firme por corrupción que afecte personalmente a Pedro Sánchez ni a la actual cúpula socialista en los términos y magnitud de las condenas que afectan al PP. La aprobación de la amnistía es una decisión política, discutida y criticada, pero no constituye en sí misma un delito ni un caso de corrupción judicialmente probado. El propio PP, bajo los gobiernos de Rajoy, utilizó mecanismos de indulto y reformas legales que beneficiaron a condenados por corrupción, y se ha documentado el uso de fondos reservados para operaciones parapoliciales y destrucción de pruebas (caso Kitchen). El PSOE, pese a casos de corrupción como los ERE en Andalucía, no ha sido condenado como partido por corrupción sistémica ni ha gestionado una red de financiación ilegal equiparable a Gürtel.
Tercero. Rajoy y Aznar denuncian que el Gobierno de Sánchez “viola el Derecho”, “ataca la independencia judicial” y “debilita las instituciones”. De nuevo debe ser un asunto de deterioro cognitivo porque bajo el mandato de Rajoy, el Ministerio del Interior organizó una “brigada política” para fabricar pruebas falsas contra rivales políticos y destruir pruebas de la corrupción del PP (caso Kitchen), hechos por los que altos cargos de su gobierno están procesados o condenados. El PP fue condenado en firme por beneficiarse de la corrupción, y la sentencia puso en duda la credibilidad del propio Rajoy como testigo. El deterioro institucional y la politización de la justicia han sido denunciados por organismos internacionales y nacionales durante los gobiernos del PP, especialmente por el bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial. El argumento de que “la corrupción del PSOE es inédita” ignora la magnitud y sistematicidad de los casos Gürtel, Púnica, Lezo, Bárcenas, etc., que implicaron a la cúpula del PP y a sus estructuras de partido.
Cuarto. Rajoy y Aznar han sostenido históricamente que la corrupción en el PP “eran casos aislados”, “tramas contra el PP” o “cosas del pasado”. No sé si es de nuevo la desmemoria o las matemáticas en este caso lo que les falla. Las sentencias judiciales han desmontado este relato: el PP es el único partido condenado como tal por corrupción** en la historia democrática de España, con condenas firmes y responsabilidad civil a título lucrativo. La “caja B” del PP, documentada en los papeles de Bárcenas, funcionó durante dos décadas y benefició a la cúpula del partido, incluyendo a Aznar y Rajoy según las investigaciones y testimonios judiciales. El propio Rajoy fue destituido por una moción de censura tras la condena judicial al PP, y la corrupción fue la causa principal de su caída.
Quinto. La comparación cuantitativa y cualitativa de la corrupción PP vs PSOE. Veamos: PP 261 Casos de corrupción. 48% % del total nacional. 45.000 millones de importe estimado. Condena como partido. PSOE 134 Casos de corrupción. 25% % del total nacional. 3.500 millones de importe estimado. No tiene condena como partido. El caso Gürtel y derivados (Púnica, Lezo, Bárcenas, etc.) implican importes y estructuras de corrupción muy superiores a los casos del PSOE, aunque estos también han sido graves (ERE, Mercasevilla, etc.).
Sexto. Aznar ha llegado a acusar a Sánchez de “adulterar elecciones” y de ser “un peligro democrático”. Estas acusaciones no tienen respaldo judicial ni pruebas objetivas; forman parte de la estrategia de deslegitimación política, como han señalado medios internacionales.
Para no aburriros. Las acusaciones de Aznar y Rajoy contra Sánchez y el socialismo por corrupción, descomposición institucional y alianzas con “delincuentes” carecen de proporcionalidad y objetividad si se comparan con la gravedad, extensión y sentencia judicial firme de los casos de corrupción que afectaron al PP bajo sus propios mandatos. El PP es el único partido condenado como tal por corrupción sistémica en la historia de la democracia española, con una red de financiación ilegal y enriquecimiento ilícito documentada durante décadas y bajo la responsabilidad política de ambos expresidentes.
Y dicho lo anterior, el que la haga que la pague y el que se la haya llevado que la devuelva, pero que no nos tomen a los ciudadanos por tontos porque basta leer un poco para comprobar que todo lo que acabo de exponer es la realidad. Pero sobre todo, los ciudadanos no nos merecemos que se nos engañen ni por los que hoy viven o antes vivieron de lo que les pagamos porque nos representen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario