El creciente atractivo de la ultraderecha entre los jóvenes, especialmente varones, en Europa y España, está ahí. Aunque no se trata de una “moda” superficial, si existe una normalización de estas posiciones en entornos juveniles, sobre todo digitales.
Los factores clave que explican este auge son que la ultraderecha aparece como una opción disruptiva frente al sistema y lo políticamente correcto; que muchos jóvenes ven su futuro con incertidumbre, lo que los hace más receptivos a discursos rupturistas; que plataformas como YouTube o X son canales clave para la difusión y normalización de ideas ultras; que existe una brecha de género y antifeminismo y son principalmente los hombres jóvenes quienes simpatizan con estas ideas, a menudo por percepciones de pérdida de privilegios; las narrativas emocionales e identitarias que utilizan en las que apelan al miedo, la ira o la inseguridad, ofreciendo identidad grupal y pertenencia.
Se necesita un enfoque integral y preventivo para combatirlo, que combine educación crítica, intervención en redes, políticas sociales inclusivas y trabajo comunitario. Pero es un fenómeno preocupante al que se debe estar atentos, más incluso por las familias que por las administraciones, porque serán ellas las que habrán de afrontar en primer término los problemas que esa mentalidad puede generar en la convivencia tanto dentro del hogar cómo fuera.
Si creen que la ultraderecha es la solución a los problemas de nuestro país, o creen que son limpios y puros, deberían saber que no es así, que mienten más que hablan. El Tribunal de Cuentas ha sancionado a Vox, los que no son corruptos, en tres ocasiones recientes por irregularidades en su financiación. La última multa, de 50,000 euros, se debe a la aceptación de donaciones finalistas en 2020, considerada una infracción muy grave según la Ley de Financiación de Partidos. Previamente, en abril, Vox fue multado con 862,000 euros por recibir donaciones en efectivo no identificadas entre 2018 y 2020, realizadas mediante depósitos en cajeros. Vox ha anunciado que recurrirá esta sanción ante el Tribunal Supremo. En julio del año anterior, el partido ya había recibido otra multa de 233,324 euros por donaciones irregulares en 2018 y 2019.
No hay más ciego que el que no quiere ver.
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