jueves, 24 de julio de 2025

El "Heroísmo" de Noelia Núñez


¡Noelia Núñez dimite! Por fin. Después de un ejercicio inigualable de resiliencia, palabra de moda, ante una situación que nadie podría aguantar, Núñez ha decidido dejarlo. ¿Qué otra opción le quedaba? Cuando tu permanencia resulta tan sostenible como una estantería de Ikea montada sin instrucciones, solo te queda la puerta para “salir como una heroína” antes de encontrarte tu despacho ocupado por el jefe de mantenimiento.
Estamos ante una dimisión “histórica”. Lo cierto es que Noelia, que debería haber optado por escribir novelas de ficción en vez de redactar su CV, ha demostrado que en este país se premia la creatividad, excepto si te descubren. Frente a cualquier adversidad, la táctica es clara: ¿asumir responsabilidades? ¡Nunca! Mejor echarle la culpa a Pedro Sánchez. Que llueva, que truene, ¿qué tu currículum se cae a pedazos? todo es culpa de Sánchez y arreglao. Mientras cualquier persona normal llamaría a su terapeuta para gestionar la vergüenza, Noelia prefirió el camino elegante de la autonegación pública.
Sobrevivir en el cargo era misión Imposible. Sostenerse en su puesto debía de resultar igual de cómodo que hacer equilibrio sobre una cuerda floja untada en manteca. Más allá de los escándalos, la mentira y la acusación constante a terceros, permanecer era insostenible. Quizás, para la próxima, una master class sobre autocrítica no vendría mal.
Por si quedaban dudas de la naturaleza suicida de instalarse en la autojustificación, Noelia nos ha recordado que cuando el barco hace agua por todos lados, lo mejor es abandonar dignamente, o salir por la ventana.
Un ejemplo a no seguir. Si tienes un problema, ignóralo. Si te pillan, culpa a Sánchez. Cuando ya nadie te soporta, anuncia tu dimisión como si hubieras ganado algo. Noelia Núñez gracias, por tanto. Y, sobre todo, gracias por irte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

España ante un espejo roto, entre la rabia y la esperanza.

España ante un espejo roto, entre la rabia y la esperanza. España despierta cada mañana bajo el peso de una crispación que no cesa, como si ...