lunes, 29 de junio de 2020

Diario del coronavirus 181

Los ciudadanos españoles merecen una mejora de la atención sanitaria y de la atención a las situaciones de dependencia. Se debe regresar a beber de los principios que inspiraron en su redacción, nuestra Ley General de Sanidad. Sobre todo a aquel tan repetido, de colocar al paciente en el centro del sistema, porque el paso de los años ha ido colocando en ese centro a otros colectivos, de profesionales en ocasiones, o al menos se ha ido relegando a un segundo lugar al paciente.
Es necesario revisar el actual modelo, y recuperar la participación de los usuarios del sistema, en la toma de decisiones, porque esa será la única garantía de que el sistema sea sostenible económicamente, y de hacer no depender su sostenibilidad de criterios estrictamente de gestión, que si deben aplicarse, pero siempre hacerlo, supeditados a la voluntad de los usuarios, y no a la de los gestores (de una u otra ideología) que aparezcan en el sistema.
Si no es junto con los usuarios, los retos que deberemos afrontar tras el Covid, serán inasequibles. Deben estar en la línea de la colaboración, de lo público, de lo privado, y; como se ha hecho evidente con la pandemia en los centros sociosanitarios, también con el denominado tercer sector.
Si revisamos los números de los países de nuestro entorno, no podemos continuar en cifras de inversión sanitaria que cayeron en la crisis de 2008 y no se han recuperado aún en este año 2020. Estamos dos puntos porcentuales de nuestro PIB, por debajo de ellos en inversión sanitaria. Toca volver a invertir en sanidad y en los servicios sociales, pero cambiando el actual modelo, y volviendo a hacer de la Atención Primaria la piedra angular del sistema. La peor decisión en política es la que no se toma, y nuestro sistema de salud precisa de decisiones políticas valientes, y no sostenerse solo por la voluntad de los profesionales.
Hay que hacerlo con urgencia, o nuestro sistema de salud no aguantará un segundo envite. Y no puede obviarse tampoco, la necesidad de invertir en investigación y desarrollo.

Diario del coronavirus 180

Domingo 28, vísperas de San Pedro
Van pasando los días, las semanas y los meses. Se puede intentar ya, tener una perspectiva más analítica de lo que ha acontecido con el coronavirus, que nos permita no opinar desde la visceralidad. La OMS reaccionó tarde, quizá porque alguien le ocultó información fundamental para decidir. Todos los gobiernos de todos los países reaccionaron tarde. El español también. Cuando Europa se puso las pilas, el virus ya circulaba sin ningún control entre los ciudadanos europeos.
A nosotros nos fallaron los expertos. No estuvieron a la altura los epidemiólogos, y los sanitarios asistenciales nos vimos sorprendidos y desconociendo si lo que estaba ante nosotros era un cuadro gripal, o algo mucho más peligroso. Era lo segundo y nos dimos cuenta en pocos días. No ayudó a responder que cada Comunidad Autónoma creyese ser el ombligo de la asistencia en su territorio, porque el virus no entiende de fronteras. No disponíamos de pruebas que sirvieran para identificarlo, ni de equipos de protección para evitar nuestros contagios. No funcionó la red de declaración epidemiológica en primaria, relajada en los últimos años y solo centrada en la gripe fundamentalmente. Nos sobra burocracia y nos falta asumir la necesidad de agilizar esa burocracia que se demuestra necesaria en estos casos. No teníamos el mejor sistema sanitario del mundo porqur los recortes sufridos desde el 2008, lo dejaron tocado, falto personal, de camas, de UCI y de equipamientos. Nuestras empresas de producción de mascarillas, test diagnósticos, o equipamientos sanitarios hace tiempo que pasaron a ser de ámbito multinacional y pertenecer a un mercado globalizado, que no atiende a nacionalidades sino al mejor postor.
La clase política, con un gobierno recién llegado, y con una oposición más pendiente de derrocarlo por creerlo ilegitimo (eso siempre ocurre a la derecha española cuando ella no vence en las urnas) que por entender la gravedad del problema. Nadie reconocía sus errores, y los gritos se oían cuando tocaba arrimar el hombro y guardar silencio. El mensaje que percibíamos los ciudadanos era de un enfrentamiento, que ya nos parece lo normal, cuando la situación era de todo menos normal, y estábamos ya en el peor momento de la pandemia. La crítica constructiva ha brillado por su ausencia, instalados los dirigentes en una bronca interminable.
Pero sobre todo, ha sido muy negativo que seamos un país cainita. Nos es más fácil apedrearnos entre nosotros, que reconocer nuestros lados positivos que también los tenemos. Hemos machacado a nuestro ministerio por no disponer de mascarillas, cuando hoy, finales de junio, no las disponen ni en el país más rico del mundo, ejemplo de la alabada economía de mercado, EEUU. Tampoco disponiamos de test, poniendo de gran ejemplo a Alemania, país que disponía de ellos porque los fabricó para venderlos, y no por prevención de la pandemia, como a muchos españoles tratan de hacernos creer, aunque ya muchos desconfiamos de todo.
Hemos criticado al ministro de sanidad por no ser médico, olvidando de auto criticarnos nuestra actuación como ciudadanos. No nos hemos plantearnos que igual era mejor la humildad del que no sabe de un asunto concreto para gestionarlo, que la soberbia de 45 millones de españoles, de la noche a la mañana convertidos en epidemiólogos, expertos en pandemias, en coronavirus, en gestión sanitaria, o lo que fuera necesario. Tal vez la suspensión del fútbol, ha influido en que cambiásemos el papel de entrenadores de la roja por el de virólogos. Somos así.
Hemos tenido menos recursos que otros países para hacer frente a la pandemia, pero hoy los datos demuestran que aquí, los contagios han frenado antes que en otros países con mayores recursos. Puede afirmar cada uno lo que desee, pero la realidad es que el gran acierto ha sido el confinamiento de todo el país, y la desescalada progresiva. Ha existido un mensaje claro de manual de epidemiólogo de a pie, distancia e higiene, que se ha mostrado más efectivo que todos los grandes consejos de los genios en las redes. Todos los hemos respetado, salvo los gilipollas que los ha habido y los sigue habiendo. Pero ni desde la oposición se ha llegado a esa incongruencia. Las caceroládas se acabaron solas, por innecesarias e injustificadas. En conjunto, tanto el gobierno, la oposición y la ciudadanía han cumplido con creces.
De no haber sufrido la pandemia, estaríamos en Fiestas Patronales en mi pueblo. Se suspendieron por prudencia y responsabilidad por parte del Ayuntamiento. Eso no significa no poder juntarse la familia o los amigos, pero no podemos hacerlo sin respetar las medidas de distancia y de higiene, aunque a algunos les parezca innecesario. Esto no ha acabado, aunque algunos, sobre todo los jóvenes, crean que ya ha pasado y que no volverá. Si duro ha sido para todos, tanto para la salud como para la economía lo ya vivido, un rebrote en todo el país, o en una comunidad, o en un pueblo, volverá a ser más duro para los sanitarios y para quienes son población de riesgo. Pero para nuestras economías nacionales, regionales o locales será letal.
Pero esto es España, y solo aquí puede resultar paradójico, que quienes clamaban contra el confinamiento por su daño a la economía, sean hoy quienes más en riesgo nos ponen para que volvamos a vernos confinados. Nuestro país depende mucho del turismo y de los servicios que su atención genera, pero controlar los rebrotes que podemos tener este verano, no va a ser fácil. Las CCAA que tanto criticaban las medidas estrictas del gobierno, hoy se han vuelto más estrictas que antes lo era el Estado. Ahora les toca a ellas frenar esos rebrotes, invertir para reforzar la sanidad de cada comunidad, y cumplir los protocolos. Ya no tienen la excusa de culpar al gobierno.
Aunque no todo debería soportarse por las espaldas de los ciudadanos, nos toca a los ciudadanos evitar esa vuelta atrás. Que algunos lo olviden, no es motivo para que los demás no sigamos respetando las medidas que se han demostrado acertadas.

Diario del coronavirus 179

El PP remite a la Comisión Europea un informe en el que cuestiona el Estado de Derecho en España. La gente de Casado pasará a la historia de España como el partido de quienes actuaron de manera miserable. Un partido insolidario. Al parecer, los eurodiputados españoles del PP han ido a Europa, a luchar para que los jóvenes españoles no tengan un futuro digno. Tardará tiempo en poder comprobarse, pero es imposible que una actitud tan rastrera no les pase factura. Es el problema y a la vez la ventaja del cortoplazismo en política.


El PP acusa al Gobierno de esconder a los muertos de la pandemia. Saben que es falso, y quienes les crean, se olvidan de tres cosas:
Que no se esconde lo que está a la vista de todos y que los datos del MoMo no son secretos: son oficiales. Dos, que la diferencia entre el exceso de mortalidad y las muertes confirmadas con una PCR diagnóstica, es lo común en todo el mundo y no algo exclusivo de España. Y tres, que la fuente de los datos oficiales de fallecidos no es el gobierno sino las autonomías, incluidas las que gobierna el PP.
Pese a esto, continúan con este mensaje. Es porque algo deben usar al fallarles la sentencia del 8 M. No nos engañemos, que los acuerdos de hoy sólo se producen, porque su visceralidad les pasaría factura en las elecciones gallegas y vascas. Pasadas estas, volverán a las andadas. Al tiempo.

Si el ejemplo de la gran gestión del PP en la pandemia, es la que ha realizado en Madrid, ya conocemos los tres elementos con los que hubiesen hecho frente a la pandemia en el conjunto de España:: maltrato de lo público, privatizaciones y mucha propaganda. Lo único que hubiese cambiado, es que entonces los muertos serían culpa de la oposición, y nunca del gobierno como ahora ellos dicen.

"Las familias de las personas fallecidas por el virus merecen toda la comprensión, el acompañamiento y el apoyo que precisen. Una ceremonia para despedirse, un lugar donde ir a llorar a sus muertos y el respeto y el cariño de todos los españoles. ¿Por qué todo eso se les niega a las víctimas del franquismo? ¿No importa su suelo? ¿No precisan despedirse?"
Antonio Maestre
Al parecer, a algunos, los muertos sólo les importan si se pueden rentabilizar políticamente. Pero todos son muertos, todos son españoles, y todos tienen familiares.
Esto no es patriotismo sino cinismo partidista.

Diario del coronavirus 178

Ni una pandemia con miles de fallecidos, es suficiente para que quien siempre ha usado los muertos cuando llegan las urnas, vuelva a hacerlo. Muchos ya lo esperábamos y no nos han defraudado. Lo han vuelto a hacer, y ya utilizan las cifras de los muertos contra el gobierno en la campaña de Euskadi y Galicia.
La nueva normalidad es la normalidad de siempre. Antes fueron las víctimas del ETA, luego las del 11M y ahora les toca a las víctimas de la pandemia. En el argumentario electoral del PP se afirma: "Es un escándalo que el INE, el Instituto Carlos III y las funerarias señalen un desfase de varios miles con respecto a las cifras de Moncloa".
El PP lo esgrime como arma electoral, y sólo buscan hacer daño, porque saben que lo raro sería que fueran las mismas cifras si se utilizan bases de datos y criterios distintos.
No somos un caso especial. Esas cifras diferentes de muertes con pruebas de coronavirus y un exceso de mortalidad, también las pueden comprobar que se dan en Francia, Italia, Reino Unido y todos los países del mundo.
No cabe llamarse a engaño. Es probable que la mayoría de los fallecimientos tenga su causa, directa o indirecta, en la pandemia. Pero eso no significa que el gobierno mienta. Los datos del INE los da el gobierno. Los datos de los Registros civiles los da el Gobierno. Los datos del Instituto Carlos III los da el gobierno. Los datos del Ministerio de Sanidad los da el gobierno. Son distintos, pero lo que sí es falso es lo que el PP afirma, y lo que sí es cierto es que usan los muertos electoralmente.
Ni con la pandemia , ni con más de 40.000 fallecimientos cambiamos.

viernes, 19 de junio de 2020

Diario del coronavirus 177

Tras días sin escribir (dejar la mente descansar es bueno) hoy hago este comentario sobre el asunto de las residencias de mayores. No es un problema exclusivo de la Comunidad de Madrid, pero tampoco es un problema de todas las residencias de mayores.
¿Dónde está la Fiscalía?
La sensación de estos últimos días es, que tanto PP, como Vox y Cs, están callados respecto al asunto de la oscura gestión de las residencias de mayores madrileñas durante la pandemia. Dan una sensación de atrincheramiento, de estar a la espera. Solo alterados sus silencios con alguna mamandurria ocasional por boca de la Presidenta.
Y también guarda silencio la Iglesia católica. Esa institución tan española y mucho española, para la que esto no es tan grave como los abortos, o la eutanasia, o la escuela concertada, o el valor de la religión en el curriculum académico. Aunque no sean partidarios del Derecho a una muerte digna, tampoco eso es suficiente motivo para callar ante este asunto, en el que cada vez encontramos mayores pruebas, de que ha existido un comportamiento inhumano con esos mayores residentes abandonados a su suerte por la administración, sea responsable de eso quien lo sea.
Pero ese silencio partidista y eclesiástico, no opaca la responsabilidad de la Comunidad de Madrid. Esa institución es la primera responsable, no solo por los protocolos (inhumanos e ilegales) que hemos conocido los últimos días, sino también y, fundamentalmente, por un lado los recortes que desde hace años ha hecho en inversión sanitaria, y por otro, en el hecho de que es la que ha permitido, cuando no impulsado, las privatizaciones de esas residencias de mayores.
Solo como “patético” se le puede calificar, a que los responsables políticos de la Comunidad pretendan esgrimir la situación el estado de alarma en su defensa. Deben considerarnos al conjunto de españoles tontos, bobos o idiotizados. Por mucho que sus medios pretendan convencernos de ello, el estado de alarma no fue decretado para intervenir las residencias ni la sanidad, sino para combatir la pandemia. El decreto del estado de alarma, permitía al gobierno tomar el control de las residencias para hacer un informe detallado de su situación, pero su pésimo funcionamiento de años en que solo han sido un almacén de personas mayores con las que hacer negocio, no puede arreglarse en mitad de la crisis, y seguía siendo competencia autonómica. Toca depurar responsabilidades, pero sobre todo, toca aprender de los errores. Un solo atisbo de autocritica, animaría esta desazón ciudadana y el descrédito institucional.
Pero lo que es prioritario para los ciudadanos, no parece que lo sea para el poder judicial. Hemos visto citar a declarar al Delegado del Gobierno en Madrid, en base a unos recortes de prensa convertidos en informe judicial. Sin embargo, parece que ni las denuncias de la propia policía municipal de distintas localidades, ni las declaraciones del mismísimo Consejero responsable de las residencias de mayores, ni los vídeos del hospital de un hospital que pudimos ver ayer, son aún suficientes motivos para que algún juzgado cite a declarar a alguien sobre este asunto. Cuando en una democracia, los ciudadanos empiezan a constatar, que existen diferentes varas de medir, malo para su confianza en el propio sistema democrático.
Y tampoco estaría de más, una información clarificadora por parte de todas las administraciones. Sería importante que todos los españoles conozcamos quienes son los fondos de inversión y los personajes que están detrás de esas residencias, generalmente multimillonarios y muchos de ellos extranjeros. Y eso no significa que considere los dueños sean los máximos responsables de lo ocurrido. Si buscamos la raíz del problema, ellos vienen a ganar dinero, pero vemos que la responsabilidad mayor recae sobre quienes les permitieron esa privatización sin controles posteriores continuados.
Hacer de un servicio público un negocio, implica obtener beneficios y no todos los que se dedican a gestionar las residencias de mayores son hermanitas de la caridad. Pero si uno escucha las tertulias en las televisiones, la inmensa mayoría de los tertulianos parece ignorar esa realidad de una gestión en pro de beneficios. Ignoran voluntariamente la verdad, y todo su discurso consiste en repetir machaconamente que la culpa es del gobierno, personalizada en su vicepresidente. Con eso parece ser suficiente atenuante de la responsabilidad de los gestores de la Comunidad, lo que consideran explicación suficiente para un país, en el que los mayores problemas de estos meses eran quien ganaba el programa “supervivientes”, o si se reanudaba el fútbol.
En este asunto, como en otros muchos, ciudadanos y políticos parecen caminar por distintos senderos. Y lo peor, sin dar la sensación de tener intención de llegar a un punto de encuentro. O cambia la forma de hacer política, o los electores deberemos cambiar la forma y los motivos para elegir quienes deben ser nuestros representantes. Porque aunque algunos sigan pensando que lo único importante es conseguir el poder, eso no hace desaparecer que existe un grave problema con las residencias de mayores, y no solo en la Comunidad de Madrid que solo es la punta del iceberg. No es tolerable que para la empresa privada se conviertan en un negocio, mientras que para la administración se consideran un gasto.
Exijamos una buena gestión pública de lo público, con dación de cuentas por sus gestores, y no con responsables en cargos vitalicios, o con responsables transitorios pero colocados digitalmente y no por su capacidad profesional. Y si no es asumible ese sector de las residencias de mayores, en exclusiva desde lo público, búsquense nuevas formulas, que en otros países funcionan, y que van desde formas cooperativas de los propios residentes, hasta modelos de gestión compartida. En cualquier caso, se deben poner en marcha soluciones, porque el problema es viejo, y su solución se ha demostrado en la pandemia, que no pasa por este modelo del liberalismo.
Lo que debe quedar muy claro es que las personas no somos un objeto con el que se pueda comerciar.Pero mientras ese nuevo modelo llega, no se puede continuar callados ante lo que ya conocemos. La justicia debe intervenir, porque, cada día que transcurre, las pruebas son abrumadoras, y suficientes para pensar que existen indicios de delito. Ya sabemos que muchos familiares han actuado en los juzgados, pero en un Estado de Derecho, en un asunto tan turbio como este, la fiscalía debería intervenir de oficio. Alguien tiene que asumir la responsabilidad de una gestión, que ha resultado una extraña mezcla entre abandono, irresponsabilidad y desidia, con resultado de muerte.
Buen viernes.

jueves, 11 de junio de 2020

Diario del coronavirus 176

Supongo que para algunos os parecerá un relato largo, pero en esta Comunidad hoy es festivo, y aunque las tareas domesticas han requerido mi esfuerzo, me he permitido hoy hacer un relato más intimista y personal, que comparto con vosotros y vosotras. Espero que os guste, si no es así, tampoco importa.

De pueblo

Nací en un pueblo y viví mi infancia en una huerta con vaquería. Teníamos muchos animales, que formaron parte de mi vida, pero sobre todo de mi educación y mis aprendizajes. Cuando volvíamos por la tarde del colegio, ayudábamos en las tareas de los cuidados a los animales y en la huerta, a mi madre. Siempre recordaré, recolectar huevos en el gallinero, beber leche ordeñando a una vaca, o cavar los surcos preparándolos para la siembra. Era imposible estudiar bachiller en mi pueblo, y a las seis de la mañana mi madre me despertaba para vestirme, desayunar, y viajar en autobús a un instituto de un pueblo cercano. Luego llegaron los años de internado, la facultad y mi despegue de la vida de mi pueblo.

Pero nunca me arranqué la raíz rural, y tras estudiar medicina, primero fui enfermero rural, y luego médico rural. Me resulta imposible entender mi vida, sin esa relación con la tierra, con lo rural, con el campo, con los animales. Y lo digo con orgullo, porque la vida se ve de otra forma, y las relaciones humanas se entienden de una manera diferente cuando se tienen esos orígenes. Las cosas se valoran desde un punto de vista diferente, de quienes crecieron en el asfalto o los adoquines de la ciudad. No saben, algunos de ellos, lo que se perdieron por no conocer esa relación tan estrecha con la tierra y los bichos. Nunca consideré un estigma mi origen rural, y el paso del tiempo y mi trabajo, solo han conseguido que lo valore aún más cada día. Es una forma de vida en mayúsculas. Puede que la afición a la escritura tenga relación con eso, y aunque estudié una carrera relacionada con las ciencias, su componente humanístico también tenga relación con esas vivencias de mi niñez. Me gusta el silencio de los pueblos, y puede, tal vez, que eso haya condicionado, el hecho de que me resulte difícil callarme o no escribir lo que pienso.

Me llaman la atención, los comentarios de algunos amigos, que viven en la ciudad. Con la pandemia, de repente, han descubierto que tienen vecinos. Gentes que incluso viven en su mismo rellano, y con quienes, como mucho, han cruzado un "buenos días" o un "hasta luego" en años de compartir escalera o ascensor. Ahora, unos por los aplausos, otros por las banderas en los balcones, o por el ruido de sus cacerolas, de pronto han sido descubiertos por ellos. Curiosamente te relatan, que "fulano ha debido irse a otro lado, porque ya no lo veo", o "creo que le han ingresado porque lleva dos días sin salir a aplaudir". La pandemia ha conseguido que estén pendientes de quienes, aún estando a su alrededor, para bien o para mal, eran auténticos desconocidos. Ahora se les ve pendientes de esas personas, con las que nunca habían ni hablado y a los que ni conocían. Ahora se sienten pendientes de sus vecinos.

Yo estoy viviendo toda la pandemia en el pueblo. No solo por motivos de trabajo, que también, sino porque el confinamiento es más llevadero en un pequeño núcleo que en una ciudad, da igual grande o pequeña. Aquí se tiene la sensación de que los vecinos si están pendientes los unos de los otros de manera permanente. Si alguien está enfermo, no solo lo saben sus familiares, sino que incluso antes lo saben los vecinos. Si alguien no abre la puerta un día, ya es motivo de preocupación suficiente para llamar y preguntarle si le pasa algo. Tener el coronavirus en el pueblo estigmatiza, en la ciudad no. Allí solo se conoce tu enfermedad si eres hospitalizado. Hemos conocido por los medios, como en alguna ciudad, una persona ha fallecido en su casa y solo el olor a cadáver ha llamado la atención. Ni el vecino que vive pared con pared sabía nada. Podría pasar en el pueblo, pero es mucho más improbable. Por eso me parece que la pandemia, sus consecuencias y sus secuelas, son muy diferentes en el pueblo respecto a la ciudad. Considero terrible morirse sin que tus vecinos sepan tu nombre, y en muchos casos ni que existes. Si algo en la vida es triste, es que sea absolutamente ignorada tu existencia.

Este país nuestro, donde el noventa por ciento de su territorio es rural, sin embargo camina en su empeño de hacer todo desde el despacho de la ciudad y para la ciudad. Lo rural carece de importancia, y no deja de ser solo algo que está ahí, como distante. Hay grandes ciudades, ciudades medias y pequeñas ciudades, pero se ignora que hay miles de medios rurales diferentes, porque cada trozo de nuestro espacio rural tiene unas características distintas, definidas y definitorias. Es tan diverso y diferente cada trozo de nuestro país, que me ha resultado gracioso, que la alternativa laboral al trabajo presencial en este tiempo de pandemia, fuera el "teletrabajo". Sería para las ciudades, porque en ese medio rural tan diverso, no solo no hay internet de calidad en todos los lugares, sino que hay muchos espacios donde ni siquiera tenemos cobertura en nuestro móvil, para telefonear. Lo que para un morador del medio urbano supone la posibilidad de desconectar en un lugar donde ni el móvil te suena, se convierte en un inconveniente en ocasiones insalvable, para poder disponer de unos recursos que durante un confinamiento como el que hemos vivido se necesitan, o para poder comercializar sus producciones a los productores de alimentos del medio rural.

Son muchas las veces que he comentado, que rural y urbano son elementos complementarios. Que los individuos necesitamos de ambos entornos para sentir un gramo de satisfacción. Que nos gusta respirar aire puro en el campo si vivimos en la ciudad, pero que también nos gusta respirar un poco de monóxido de los coches en las ciudades, solo de vez en cuando. Que me gusta el silencio para escapar del bullicio, pero que preciso de bullicio para huir de este eterno silencio. Eso dar menos valor a lo rural, es consecuencia de una educación que nos ha convencido de la necesidad de mirar todo con ojos urbanitas. De valorar todo desde la óptica de lo urbano, de lo que creemos progreso, de lo que creemos importante, que no es sino el fruto negativo de una cultura consumista.

Esta crisis sanitaria, que ya es económica y social, debería hacernos ver nuestra visión errónea de hacer de la ciudad lo moderno y muy valorado, y de lo rural lo anticuado, lo cutre, lo paleto. En el medio rural se encuentran los cuatro elementos de la vida: el aire, el agua, la tierra y el fuego. Eso no puede ignorarse y a la vez declararnos preocupados por el cambio climático. El aire que respiramos en las ciudades, se purifica en los bosques de nuestro medio rural; el agua imprescindible para la vida, se encuentra en los manantiales y fuentes de nuestro medio rural; nuestro medio rural es el que nos aporta los alimentos imprescindibles para nuestra subsistencia; la energía que consumimos procede de instalaciones, renovables o no, pero que todas ellas están ubicadas en el medio rural. Debería preocuparnos antes nuestro medio rural, aunque solo sea por su proximidad, que los problemas de contaminación de lugares más lejanos, aunque también deban preocuparnos, porque solo tenemos un planeta en el que vivir y nos lo estamos cargando.

Pero no solo hay que tener un especial cuidado con la conservación de la ruralidad por sus elementos vitales. Sobre todo debe tenerse por las personas que en ella habitan. Los habitantes de nuestros pueblos deben ser respetados, deben recuperar una dignidad que este sistema consumista les ha robado. Llevamos años oyendo el discurso de una apuesta europea y estatal o autonómica, decidida por el desarrollo del medio rural, pero se ha quedado en eso, en solo un discurso lleno de buenas intenciones pero vacío de actuaciones eficaces. Las explotaciones agrarias, en su inmensa mayoría familiares, se enfrentan al problema de la falta de un relevo generacional que les dé continuidad. Si alguien estudia, se ve con su despacho, su consulta o su empresa en la ciudad. Pocos se sienten abogados rurales, médicos rurales o empresarios rurales. Mucho menos se imaginan estudiar, para convertirse en agricultores, ganaderos, hortelanos, tractoristas o jornaleros.

Puede que ni siquiera esta pandemia, romperá esa visión centralista de que el futuro está en las grandes ciudades. Esa dignidad de los hombres y mujeres de nuestros pueblos, solo se recupera con el reconocimiento social a su trabajo. Si no lo hacemos ni en estos tiempos de post pandemia, en los que hemos contemplado lo importante de su tarea para nuestro sustento, viendo como a la vez que disminuían los precios que recibían por sus producciones, se encarecen para nosotros en manos de especuladores, no podemos hablar de ese reconocimiento a su trabajo. Es imprescindible empezar a darnos cuenta de las ciudades no existen sin el medio rural que las alimenta y sustenta. Que una ciudad necesita del campo de día y de noche. Tanto las ciudades como los pueblos se necesitan entre sí.

Pero eso solo puede ser posible, si nuestra sociedad es capaz de cambiar sus modelos consumo y sus modelos de producción. Solo fórmulas respetuosas con la naturaleza y el medio ambiente pueden ser mantenidas en el tiempo, y no modelos de explotación intensiva como los actuales. Si realmente el objetivo es la lucha contra el despoblamiento, la sostenibilidad con sus tres vertientes, social, económica y ambiental tiene que estar como marco implícito en cualquier iniciativa en ese sentido. No se puede plantear, que vivir en un pueblo deba ser algo muy diferente a hacerlo en una ciudad, porque tanto los habitantes del medio rural como del urbano, son ciudadanos y ciudadanas, con los mismos derechos, y no puede persistir una situación como la actual con ciudadanos de primera y de segunda, y eso implica poder tener los mismos derechos lo que implica disponer de todos los servicios básicos como la educación, la sanidad, transporte, ocio, etc. Y eso pasa por inversiones y recursos que no pueden estar condicionados al número de habitantes

.Nuestros representantes públicos, deben romper ese círculo vicioso actual de, a menos habitantes, menos recursos, y a menos recursos, menos habitantes. Y luego está también la necesidad de anular el tópico, de que hay una cultura urbana y una rural. Siempre además, viendo la del medio rural como inferior. No hay culturas diferentes, hay una cultura diferenciada. Todo es parte de nuestra historia como pobladores del territorio, independientemente de donde residimos. Y si la mayoría de quienes residen en una ciudad proceden de los pueblos, esa cultura en parte de una vida en común. Todo procede de nuestros ancestros. Es tal la riqueza de nuestro vocabulario rural, de nuestras especies endémicas, de las razas animales autóctonas, de nuestras costumbres y tradiciones, que ya el hecho de considerarlas sólo como cultura rural y no patrimonio de todos es casi ofensivo.

Ahora, cuando tras la pandemia muchos consideran que el medio rural es una alternativa real a mejorar su calidad de vida, me gustaría decirles, que lo primero que deben saber si se deciden a afrontar ese cambio de estilo de vida, es que deben venir llorados. No deben venir a llorarnos, aquí ya lloramos bastante por un abandono de décadas cuando no de siglos, y si una vez llorados se deciden a instalarse en este medio, hacerlo para respetarlo, no para transformarlo en ciudades pequeñas. Vengan a mejorar y a aportar nuevos conceptos, nuevas posibilidades. Vengan a enriquecer y a enriquecerse el alma, no el bolsillo, sino su calidad de vida.

lunes, 8 de junio de 2020

Diario del coronavirus 175

Buenos días de lunes, en un día que tengo de libre disposición.
Eutanasia y dignidad
Cuantas contradicciones hay que ver y oír. Eutanasia: Acto de provocar intencionadamente la muerte de una persona que padece una enfermedad incurable para evitar que sufra. Muerte sin dolores, molestias ni sufrimientos físicos.
Lo ocurrido con los mayores, con dependientes, o residentes con determinadas patologías, evitando que fuesen trasladados a los centros hospitalarios (como por escrito se indicaba a quienes debían valorar su situación clínica) durante la pandemia, choca frontalmente con la ideología conservadora que se esgrime como dogma inquebrantable por la derecha española. Se oponen a la eutanasia, pero ¿apoyan su práctica?
Se oponían en el revuelo que montaron contra el doctor Montes en el hospital de Leganés, porque “nadie es dueño de su vida”. Al parecer creen, que ni en las peores circunstancias, ante un proceso que evidencia ser irreversible, con presencia de intensos dolores, y en una situación anímica de angustia y desesperación, ni aún en esas circunstancias, nadie puede ser ayudado a alcanzar el fin a su vida. Puede que quienes así piensan, o nunca hayan tenido delante a un paciente en esas circunstancias, o piensen que nunca ellos se encontrarán en las mismas.
Pero ahora, de la noche a la mañana, deciden que sí pueden decidir, sobre si alguien ha de ser llevado o no a un hospital. Nadie de ellos dudaba, que de quedarse en la residencia sin ser trasladado, que el final era la muerte no ofrecía dudas. Esto no es eutanasia para alguno, de acuerdo, pero es una forma indigna de morir.
Puede que la pandemia nos haya enseñado cosas que deben ser corregidas, pero sin duda una de ellas es que necesitamos una buena ley de eutanasia. Pero será difícil que se asuma como una necesidad pro todos, si antes no se alcanza un nivel cultural y un clima social distendido, que permitan hablar sin recelos de algo que está ahí, que muchos conocemos de su necesidad, y de un hecho ante el que no vale imitar al avestruz y enterrar la cabeza. Posiblemente no se disponía de camas hospitalarias, pero se podría haber elegido una muerte digna, con generosidad y con respeto. Eso son principios que me enseñaban en el colegio religioso donde me educaron.
Ahí están los hechos, son documentados, son el resultado de decisiones políticas. Por eso demuestra que existen dos varas de medir, cuando se exige la responsabilidad al gobierno del Estado, y no se aplican esos mismos criterios para con los responsables autonómicos, sencillamente por proximidad ideológica. Lo de esta mañana, ver una defensa a muerte de Díaz Ayuso, responsabilizando en exclusiva a Iglesias de todo lo ocurrido en las residencias de la Comunidad de Madrid, solo se le ocurre a Inda, Ana Rosa y a Lacalle. Las actuaciones políticas tienen que tener consecuencias políticas, independientemente de lo ético o lo moral que impliquen. Hay programas informativos que solo obedecen a intereses espurios.
Si es indignante que esto pueda considerarse información, no lo es menos que con cuarenta años de democracia, aún existan personajes con comportamiento que hacen pensar que aún seguimos en la dictadura, que solo hay una España grande y libre. Que muchas de esas actuaciones, se apoyen en el silencio de funcionarios que favorecen descaradamente a la derecha y olvidan conceptos inherentes a esos puestos como son la dignidad y la integridad profesional. Incluso se olvidan de que sus retribuciones salariales las pagamos entre todos, y por eso su neutralidad es obligada, porque no solo comen de los impuestos de sus correligionarios, sino de todos nosotros.

domingo, 7 de junio de 2020

Diario del coronavirus 174

Mañana de domingo. Café y lectura.
Impresionante el diario de Santiago Moreno, jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas del Ramón y Cajal de Madrid, publicado ayer por el diario El País. Ha estado al borde de la muerte por el Covid 19 cuando los pacientes morían por desconocer un tratamiento eficaz.
Su relato trae a la mente las imágenes de aglomeraciones de personas que hemos visto en terrazas o calles en cuanto se pudo salir en parte del confinamiento. Luego las noticias de fiestas clandestinas, bares ilegales, o macro botellones en un recinto ferial, sin olvidar las caceroladas. Cuesta entender todo esto, cuando muchos de los que participan en esas transgresiones de las normas de distanciamiento y para evitar aglomeraciones, son los mismos que gritan en contra del número de fallecidos en la pandemia, como si la culpa fuese siempre de otro y nunca suya.
Tenemos poca memoria para lo que no nos interesa recordar, y recordamos hechos prehistóricos si con ellos podemos reprochar algo al otro. Siempre con las quejas a posteriori. La policía acaba siendo indulgente con lo que debería ser inflexible y lo contrario. Puede que a si todos estos transgresores les impusiesen trabajos sociales en hospitales y centros de mayores, cambiasen rápidamente esa percepción de invulnerabilidad que parecen poseer.
Ahora que se empieza a hablar de reconstrucción, escuchamos por todos los lugares que se debe reforzar la atención primaria. Llevan razón porque la promoción de la salud y la prevención nunca debieron ser ´relegadas para priorizar la respuesta a la presión asistencia. El trabajo conjunto con los servicios sociales y con el sistema educativo, debe ser la vía para evitar muchas de esas conductas que hoy nos exasperan por imprudentes. Urge revertir eso. 
Pero para hacerlo se requiere de nuevos profesionales, y no bastará con solo cubrir las plazas que llevan años sin cubrirse. Por no hablar de la necesidad de mejorar la complementariedad de primaria y hospitalaria. Hay poco que escribir, porque la mayoría de esas ideas se recogen en el Marco estratégico para la Atención Primaria y Comunitaria 2019 del BOE del 7 de mayo de ese año. Es hora de que se cumpla esa estrategia y no se quede en papel mojado.

Se quiera o no admitir, hay políticos y gestores que han hundido el sistema. Ha existido un maltrato a los profesionales que no se olvidan con los aplausos de las ocho desde los balcones ni con un premio Princesa de Asturias. Están bien los aplausos y los premios pero solo si son el primer pasó para dignificar nuestras condiciones de trabajo.
Además de reconocimientos, lo que necesitamos con urgencia, es disponer de medios para poder ejercer nuestro trabajo en condiciones de seguridad. Siguen faltando EPIs, escasean las mascarillas lo que obliga a usar una mascarilla por turno y profesional cuando se nos dice que solo son aptas por cuatro horas, cuando no son defectuosas de fabricación. Acudir a un servicio de urgencias no debe alarmar al paciente que lo precisa, porque él es la prioridad. Pero los sanitarios que le atienden saben de las carencias que siguen existiendo.
Hay una parte de la administración sanitaria que también parece que empieza a olvidar lo sufrido por quienes estábamos en primera línea. La inercia no es solo no actuar, sino no controlar los efectos de lo hecho. La administración sanitaria es la menos indicada para culpabilizar a los desaprensivos, si ella no actúa con eficacia y eficiencia.
Buen día a todas y todos los asiduos de este muro.

sábado, 6 de junio de 2020

Diario del coronavirus 173

Tengo la impresión de que hay mucho interés, en hablar de otras cosas para no hablar de lo más grave que está sobre la mesa: la disputa entre dos consejeros madrileños por el asunto de las residencias de mayores. Pues a mi me parece un asunto bastante grave. Seguro que no ha ocurrido solo en esa Comunidad, pero en ella está documentado que ha ocurrido.
Díaz Ayuso no se acercaba a las residencias de mayores. Su consejero denuncia abandono y falta de asistencia médica en esos centros, sus carencias, condiciones indignas para los residentes. Ancianos muriendo solos, no trasladables a hospitales. Hasta de cometer ilegalidades. Silencio presidencial a su denuncia. Ahora dice la presidenta que se va a investigar. Más de 6.000 fallecidos en las residencias madrileñas son demasiados, si como dice Ayuso,su obligación era salvar vidas. El resultado indica que ha incumplido con esa obligación.
Díaz Ayuso es especialista en culpar a los demás. En ausentarse de reuniones de presidentes, porque tenía fotos más importantes en Barajas, en la Almudena, en IFEMA, o de virgen en El Mundo. Investigadora para descubrir que Covid 19 significa “diciembre 19”, o presumiendo de una gestión que sorprende al mundo. El silencio de los últimos días de la presidenta, puede ser la antesala del anuncio de que a Casado ya no le sirve, cuando no hace tanto, afirmaba que Madrid sería el modelo de gestión a aplicar en toda España, si él llegaba al gobierno. Consejeros con acusaciones públicas entre ellos, no es algo que pueda venderse como modelo de nada.
La situación del gobierno de la Comunidad de Madrid, es lo suficientemente grave como para ser noticia en todos los diarios. Pero la caverna mediática calla. Ana Rosa calla. Marhuenda e Inda callan. Ni Motos ni el gran Federico dicen nada. El único de la pandilla que dice algo es El Mundo, donde puede leerse: "Empresarios de residencias de mayores denuncian en el Congreso que pidieron ayuda a los ministros y sólo recibieron reproches".
Esto parece no haber precisado de investigación como la marcha del 8 M, por ahora, aquí no hay prisa. Parece mentira que este asunto no esté en el centro del debate político y del debate público. Las residencias son competencia autonómica, por más que por cinismo, la derecha quiera mirar para otro lado. Les han "pillao con el carrito del helao", cuando pretendían culpar al mando único del 14 de marzo de todo.
Estoy seguro, que cuando lleguen las investigaciones de las denuncias interpuestas por los familiares de los fallecidos, FAES mirará para otro lado, y dejará caer a Ayuso. Si eso ocurre, Casado debería poner sus barbas a remojar, porque el siguiente podría ser él.
Buenas noches

Diario del coronavirus 172

6 de Junio 2020
Los datos

164 nuevos contagios de coronavirus en las últimas 24 horas. De ellos, 86 en la C. de Madrid, Catalunya, con 24; Aragón, con 12; la Comunitat Valenciana, con 11; Navarra, con 10
Se han registrado 67 fallecidos con fecha de defunción en los últimos siete días (24 en la C. de Madrid). La cifra total de muertos desde el inicio de la pandemia asciende a 27.135.

Diario del coronavirus 171

Esto es mi artículo de opinión del sábado, para cuya redacción he tomado parte de textos publicados en artículos de los diarios eldiario.es y por Infolibre.En ellos podéis encontrar una información mucho más exhaustiva de este asunto.
En el segundo informe de la Guardia Civil sobre el caso del 8 M, se omite que a seis de los ocho funcionarios de la Delegación del Gobierno de Madrid, no les pareció extraño autorizar el 8M, lo que significa que al menos a dos si les debió parecer que no debía autorizarse, y que la opinión de esos dos, vale más que la de los otros seis. Entre los que no se opusieron, está la responsable del área sanitaria (que algo debe saber de sanidad) porque aún no se disponía de suficientes datos. También ese nuevo informe cuestiona al inspector de Policía que dirige la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Delegación. Y por supuesto al Dr. Simón.
Pero hace dos días, el diario Infolibre sacaba a la luz, una instrucción interna dictada en marzo de 2012 bajo el Gobierno de Rajoy, en la que se obliga a todas las unidades de policía judicial a informar semanalmente a sus superiores de todas las operaciones que estén realizando. Esa orden sigue en vigor y siendo de aplicación en todo el territorio español. Ha sido el Sindicato mayoritario en la Guardia Civil, la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) el que en un comunicado de ayer, pide que esa instrucción se suspenda y sea retirada. Es de suponer que si ayer se pide que se retire, es que la consideran de obligatorio cumplimiento.
El citado periódico la reproduce. Está enviada el 28 de marzo de 2012 cuando era director operativo (DAO) de la Guardia Civil, Cándido Cardiel. Nadie siguió hablando de la existencia de esta orden, desde que en diciembre de aquel mismo año, la diputada Ana Oramas mostrase uno de esos resúmenes ante el entonces director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa.
La orden se envía desde la "DG Estado Mayor" a distintos estamentos de la cadena de mando. El texto literal es este: "De orden del Teniente General Director Adjunto Operativo, a partir de la fecha y antes de las 13.00 horas de cada viernes, las Jefaturas dependientes de la Dirección Adjunta Operativa, incluidas las Zonas, remitirán a la Jefatura de Policía Judicial, y esta a su vez antes de las 14.30 a la Secretaría del DAO y al Estado Mayor, una breve reseña de las operaciones que vayan a entrar en fase de explotación en la semana siguiente". La reseña añade, que debe contener los siguientes datos: "Nombre de la operación y unidad participante. Concepto de la operación. Fecha previsible. Número previsible de detenidos e implicados. Registros de inmuebles que se prevea practicar. Posibles implicaciones de cargos públicos, de personas y de registros de sedes oficiales".
Y finaliza con este texto: "Asimismo, también se comunicarán estos extremos respecto a aquellas operaciones que, encontrándose en fase de explotación, presenten novedades relevantes". No es difícil entender de su lectura, que "establece una obligación aún vigente de dar cuenta a Interior de las investigaciones que se estén llevando a cabo. No de su contenido sino de su mera ejecución". Así se afirma en la nota donde el sindicato solicita su retirada.
La Directora General, Sra. Gámez, explicaba la destitución de Pérez de los Cobos "por no informar del desarrollo de investigaciones y actuaciones de la Guardia Civil, en el marco operativo y de Policía Judicial con fines de conocimiento". Desde Interior se niega injerencia en la labor de la Policía Judicial, y se afirma que lo que le costó el puesto al coronel por "pérdida de confianza", fue que mintió a sus superiores al asegurar que la jueza había paralizado las actuaciones por la situación de estado de alarma. Fue la filtración por un periódico, de que se había entregado el informe a la jueza el 21 de mayo, lo que llevó a descubrir de inmediato que el máximo responsable de la Guardia Civil en Madrid había ocultado la verdad.
Marlaska afirmó en el Senado que nadie exigió al coronel Pérez de los Cobos mostrar el contenido del informe: "Ni este ministro ni ninguna persona de su departamento ha hecho ningún tipo de injerencia, ha pedido informe alguno, acceso al contenido de informe alguno, ni ha injerido en la tramitación del mismo". Seguramente era conocedor de la existencia de la orden que le cubría las espaldas.
El comunicado de la AUGC añade: "Cabe recordar que desde la Dirección General se emitía en 2012, con el Gobierno de entonces, una instrucción mediante la cual se cambiaba, y así continúa siendo a día de hoy, la manera de realizar las investigaciones. Así, desde entonces, las unidades de Policía Judicial han de informar semanalmente al Ministerio del Interior". El secretario general del sindicato AUGC, sostiene que el cumplimiento de la norma nunca ha decaído. "Por eso pedimos ahora que se derogue", agregó como explicación del porqué de la propuesta de su sindicato.
La bronca que por el cese de Pérez de los Cobos, han montado PP, Vox y Cs, por ahora solo ha servido para desempolvar esa orden de 2012, y ha hecho que sepamos todos de su existencia. Como poco, esa orden se convierte que es la más absoluta de las justificaciones para el ministro Marlaska.
Dicho lo cual, uno se pregunta:
¿Por qué la AUGC no dijo nada durante los gobiernos del PP, y pide ahora la derogación de la norma? 
¿Están la derecha y la extrema derecha al corriente de los informes de la Guardia Civil? 
¿Significa la existencia de esa orden, qué llevamos gracias al PP, ocho años con una norma que permite el control de las investigaciones judiciales por parte de Interior, con todas sus Señorías, los jueces, calladas? 
¿A quiénes sirve la Guardia Civil con estos informes parciales? Desde luego ni a los ciudadanos, ni al Estado. A la Justicia tampoco.

Diario del coronavirus 170

Para los firmantes del Manifiesto y quienes deseen asistir.
Como complemento del Manifiesto, vamos a celebrar una cadena humana en el perímetro del hospital universitario provincial de Albacete, el próximo día 20 de junio en el periodo comprendido entre las 10h y 12h de la mañana.
Se garantizará la medida de 2 metros de seguridad entre los participantes, siendo obligatorio el uso de mascarillas y se desarrollará en las aceras del perímetro hospitalario, sin impedir el paso de vehículos y viandantes. El tiempo previsto de duración de la cadena no sobrepasará los 15 minutos.
Posteriormente se dará lectura al manifiesto en los accesos a la entrada de vehículos sin impedir la entrada y salida de los mismos. No se proferirán gritos y se guardará un minuto de silencio en honor a las víctimas de la Covid-19. Así mismo se desplegará una pancarta de 8 metros de largo sostenida por 4 personas.
Para poder asegurar una organización de esa cadena, es necesario conocer cuantas personas asistirán esa mañana, por lo que os pido que quienes vayáis a participar en la misma, coloquéis aquí vuestro nombre y primer apellido como comentario a este post.
Animaros, cuantos más seamos , más repercusión daremos a nuestra reivindicación.

Diario del coronavirus 169

Esto sí es opinión.
Se desprende tanto odio de algunos comentarios, que en lugar de invitarme al silencio, me estimulan la reflexión. Igual con este de ahora, alguien hasta se siente invitado a pensar, en si es necesario un cambio de actitud.
La estrategia del PP se dicta desde FAES. Es lo que sale por la boca de Casado que últimamente suele leer todo lo que dice. Pero no todos en el PP comparten esa estrategia incendiaria. Hay gente en sus filas que en privado comentan que no la comparten, que saben que es ya demasiado ruido y demasiada confusión la que se está arrojando a los ciudadanos. Muchos saben que es mejor, ser un oposición alejada de los extremismos y de la confrontación constante. Pasa más factura a la oposición la pelea diaria a cara de perro, que un atisbo de tranquilidad.
Toca reconstruir, y esa forma de hacer oposición no invita a hacer la reconstrucción necesaria, sino al derribo de lo poco que va quedando en pie en unos meses. Toca dejar atrás los grandes insultos, las grandes y las pequeñas infamias. Los gritos, las palabras malsonantes. Decir una cosa y la contraria a conveniencia. Se equivocan quienes piensen que los ciudadanos van a soportar que se mantenga la tormenta cuatro años.
No importa el número de altavoces que encuentren en su aparato mediático, porque eso no evitará, que cuando pase un tiempo, acaben aflorando los verdaderos motivos que están tras las cifras de la pandemia. Que la gestión siempre podría haber sido mejor, pero que el problema de fondo está en la falta de medios de protección, de respiradores, de camas hospitalarias, de personal y otras muchas carencias, todas ellas consecuencia de unos recortes que impusieron unos, y otros o no supieron o no quisieron revertir. Ahora la mejor defensa parece el ataque, y ello nos lleva a escuchar declaraciones esperpénticas, pero con eso no podrán ocultar las causas, ni distraer de los verdaderos motivos.
Hacer irrespirable la convivencia no lleva a nada. La actitud necesaria para hacer posible la reconstrucción, es aportar ideas y corregir los errores que quien gobierna pueda cometer. Toca ejercer la coherencia de quien se postula como alternativa, y no continuar buscando la yugular del gobierno.
Si continúa la oposición alimentando este clima irrespirable, cuando amaine el diluvio, nadie se salvará del naufragio.Ellos tampoco.

Diario del coronavirus 168

Esto sí es opinión.
Se desprende tanto odio de algunos comentarios, que en lugar de invitarme al silencio, me estimulan la reflexión. Igual con este de ahora, alguien hasta se siente invitado a pensar, en si es necesario un cambio de actitud.
La estrategia del PP se dicta desde FAES. Es lo que sale por la boca de Casado que últimamente suele leer todo lo que dice. Pero no todos en el PP comparten esa estrategia incendiaria. Hay gente en sus filas que en privado comentan que no la comparten, que saben que es ya demasiado ruido y demasiada confusión la que se está arrojando a los ciudadanos. Muchos saben que es mejor, ser un oposición alejada de los extremismos y de la confrontación constante. Pasa más factura a la oposición la pelea diaria a cara de perro, que un atisbo de tranquilidad.
Toca reconstruir, y esa forma de hacer oposición no invita a hacer la reconstrucción necesaria, sino al derribo de lo poco que va quedando en pie en unos meses. Toca dejar atrás los grandes insultos, las grandes y las pequeñas infamias. Los gritos, las palabras malsonantes. Decir una cosa y la contraria a conveniencia. Se equivocan quienes piensen que los ciudadanos van a soportar que se mantenga la tormenta cuatro años.
No importa el número de altavoces que encuentren en su aparato mediático, porque eso no evitará, que cuando pase un tiempo, acaben aflorando los verdaderos motivos que están tras las cifras de la pandemia. Que la gestión siempre podría haber sido mejor, pero que el problema de fondo está en la falta de medios de protección, de respiradores, de camas hospitalarias, de personal y otras muchas carencias, todas ellas consecuencia de unos recortes que impusieron unos, y otros o no supieron o no quisieron revertir. Ahora la mejor defensa parece el ataque, y ello nos lleva a escuchar declaraciones esperpénticas, pero con eso no podrán ocultar las causas, ni distraer de los verdaderos motivos.
Hacer irrespirable la convivencia no lleva a nada. La actitud necesaria para hacer posible la reconstrucción, es aportar ideas y corregir los errores que quien gobierna pueda cometer. Toca ejercer la coherencia de quien se postula como alternativa, y no continuar buscando la yugular del gobierno.
Si continúa la oposición alimentando este clima irrespirable, cuando amaine el diluvio, nadie se salvará del naufragio.Ellos tampoco.

Diario del coronavirus 167

05 Junio 2020
Los datos
El Ministerio de Sanidad informa de 177 nuevos contagiados por coronavirus en las últimas 24 horas ( 94 en la Comunidad de Madrid).
Se ha reportado un fallecido más en las últimas 24 horas, por lo que la cifra total se eleva a 27.134, 52 de ellos con fecha de defunción en los últimos siete días.
Se ha informado de 14 ingresos en UCI en los últimos siete días (Madrid, con 4; Castilla-La Mancha y Castilla y león, han tenido 3; Aragón, 2; Canarias y Navarra, 1).
El número de sanitarios contagiados, Sanidad ha confirmado 117 nuevos casos en los últimos siete días. En las últimas dos semanas, se han diagnosticado 392.La pasada semana, Sanidad informó de 212 sanitarios en los siete últimos días anteriores y 670 en las dos semanas previas.
Para aclaración de suspicaces.Cuando transcribo cifras, lo denomino datos, y son datos oficiales. Adjunto la pagina del Ministerio donde pueden comprobarse.
Cuando opino, suelo indicar que es opinión o comentario.

Diario del coronavirus 166

Mañana viernes no me dará tiempo a comentar por la mañana, así que os lo hago ahora que casi ha acabado el jueves.
Sigue habiendo demasiado ruido, y demasiado interés en que continúe. Tenemos nuevo informe de la Guardia Civil a la juez de instrucción del caso 8 M. Es el segundo y en él se mantienen las acusaciones realizadas en el primero. Está fechado el 1 de junio, e incluye como prueba las palabras que fuera de micrófono, pronunció la ministra de Igualdad.
En este nuevo documento, la Guardia Civil incluye una batería de noticias de los medios de comunicación, junto a la citada conversación, curiosamente publicada por ABC ese mismo 1 de junio. En ella, la ministra de Igualdad, comentaba que creía que a la última marcha del 8-M había asistido menos gente por miedo al coronavirus. Ese comentario, no es nuevo, porque ya se publicó en los días anteriores y posteriores a la manifestación. Pero el segundo informe no se limita a Pérez de los Cobos, porque los agentes encargados de la investigación incluyen las declaraciones de tres trabajadores de la Delegación del Gobierno en Madrid a los que interrogaron. Estos trabajadores admiten haber sugerido la suspensión a sus promotores, pero en ningún momento hablan de haber presionado a nadie, como entendía la Guardia Civil en su primer informe. El informe inicial y este hablan de presiones.
Como en España estamos acostumbrados a ver, que nada ocurre por casualidad, esto no parece casual. Que ese “off the record” salga de la TVG, y que de ahí pase al ABC es poco casual. Es una concatenación de hechos sospechosa de manipulación,como poco para pensar si no existe una conexión clara y unas intenciones obvias, y que la fecha coincida en ese día para que puedan hacerse eco las fuerzas de seguridad del Estado. No están ausentes de todo este entramado (que es lo que parece), ni el propio Martínez de los Cobos ni algún familiar, vinculados ambos al Opus Dei y al PP. No se puede obviar que el cesado, fue promocionado en la etapa de Rajoy y de Fernández Díaz. Ahora Pérez de los Cobos ha presentado recurso contra su cese, aun sabiendo, que como puesto de confianza, si no se fían de ti, te cesan y punto. Es lo que ha acontecido.
Alguien de arriba, debería preguntarse si tener puestos de libre designación dentro de las fuerzas de seguridad, sirven para algo más que para mermar su eficacia, sobre todo si se aferran al sillón del cargo. Lo que es innegable, es que son otros guardias civiles mucho más humildes, callados, y que trabajan en destinos mucho más modestos, con unas retribuciones pésimas y en unos cuarteles, hoy mejorados (pero que durante años han sido tercermundistas) los que salvan cada dia la cara de la institución. Y no los Pérez de los Cobos de turno, de los que hemos conocido alguno.
Pero no solo van por Grande Marlaska con el Delegado del Gobierno en Madrid de por medio. También van por Illa, porque en el mismo informe se sugiere, y se apunta a Sanidad, que el Dr. Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), oculta información clave para determinar el grado de conocimiento que tenía el Gobierno de la epidemia del coronavirus en las fechas anteriores a la celebración de las manifestaciones del Día de la Mujer. Todo ello lo dice este segundo informe, a pesar de que la juez ya ha rechazado en dos ocasiones imputarle, por considerar que la investigación no se dirige contra él.
Es bueno saber, que la titular del Juzgado de Instrucción número 34 de Madrid, ya ha archivado la querella presentada por la Asociación Española de Víctimas y Damnificados por el Covid-19 (ADAVIC-19), presentada contra el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Dr. Simón. En ella los denunciantes le imputaban delitos de homicidio imprudente, lesiones, prevaricación y denegación de auxilio. Pero además, también debemos y es bueno saber, que ese archivo se suma a la decisión del Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid, que no admitió una querella que presentaron familiares de una mujer que falleció por coronavirus contra Simón. Esta querella no admitida fue presentada el 22 de mayo al considerar esta familia a Simón, responsable de al menos 27.000 muertes por covid-19 en España por haber "comunicado públicamente una serie de directrices erróneas y contradictorias". Dos archivos no son suficientes, y recuerda aquello de que detrás del 11 M estaba ETA, los jueces diciendo que no y ellos erre que erre.
Que lo ha podido hacer mal el gobierno, seguro que podría haberlo hecho mejor. Que el Ministro adoptó una decisión de cese inoportuna, seguro que debió cesar a toda la cúpula de interior nada más llegar. Que De los Cobos ocupaba un cargo de confianza sin ser de la confianza del ministro, seguro también. Que la oposición está jugando a tensar la cuerda a ver si se rompe, creando una crispación desorbitada, seguro. Que hay deslealtad institucional por parte de la oposición, seguro también. Que detrás de todo esto hay una maraña "rara, rara" más seguro aún.
Todos sabemos que hay demasiado ruido sobre este cese, respecto al de otros ceses. Y quienes piensen o afirmen, que es por "lo que se está investigando", lo que demuestran es una falta total de confianza en la justicia. Si creyesen en la ley, estarían convencidos, que lo que vaya a decidir la juez, lo hará según lo que considere procedente en derecho, sin presiones de ningún lado. Y si alguien considera que el fallo que dicte no es justo, estando en un estado de derecho, podrá recurrirlo. Al PP se le olvida la presunción de inocencia cuando les conviene, generalmente, cuando están en la oposición, y recupera la memoria legal, solo gobernando.
Que cada cual saque sus conclusiones. Pero sería bueno que se bajase el pistón, que la caldera cada vez está más caliente. El objetivo es desanimar a los ciudadanos del modelo democrático.
Buenas noches de jueves y buenos días de viernes.

jueves, 4 de junio de 2020

Diario del coronavirus 165

4 de Junio de 2020
Los datos
Son 5 cinco fallecidos con coronavirus en las últimas 24 horas. Eso eleva la cifra global hasta los 27.133. 
Sanidad informa que 56 fallecidos tienen una fecha de defunción de los últimos siete días frente a los 63 de ayer.

En las últimas 24 horas se han diagnosticado 195 contagios. Son 24 menos que ayer. 87 corresponden a la Comunidad de Madrid y 51 a la de Catalunya.
Han habido 11 nuevos ingresos en UCI en los últimos siete días (1 en Canarias; 2 en Castilla-La Mancha; 4 en Castilla y León; 3 en la Comunidad de Madrid y 1 en Navarra).
El Ministerio de Sanidad está analizando las propuestas de los diferentes territorios para pasar de fase y es probable que Sanidad lo anuncie este viernes.
Hoy hemos conocido que la Organización Mundial de la Salud (OMS) contabiliza casi 30.000 muertos desde el comienzo de la pandemia en nuestro país. Fernando Simón, ha explicado esa diferencia de 3.000 fallecidos "No hay ahora mismo una comunicación oficial de datos de coronavirus a la OMS, sí que la hay al Centro Europeo de Control de Enfermedades y a partir de ahí también se nutre también la OMS".
El Gobierno va a esperar a que todas las CCAA terminen de corregir sus series para dar la cifra total de fallecidos. Después de revisar la información y haber hablado con la OMS, Sanidad ha entendido que lo que ha hecho la organización es "seguir sumando los datos que daban como nuevos día a día sin restar unos datos que de un día a otro una comunidad autónoma eliminó como fallecidos de su serie, no porque no lo fueran sino porque no tenían la fecha de defunción y no podían ubicar en esa serie a esos fallecidos". "No sé si los datos de la OMS están muy alejados de la realidad o no, lo veremos en unos días", ha concluido el Dr. Simón.

Trump y Valencia, Valencia y Trump. Tanto monta

En medio de la catástrofe se ha colado Trump. Por mucho que en Vox se alegren de que ha triunfado la "libertad" en EEUU, hoy es un...