domingo, 18 de junio de 2017

CRÓNICA DE MIS SENSACIONES DEL CONGRESO EN LA DISTANCIA

Entusiasmo entre la militancia asistente, sin obviar algunas caras que recordaban a quienes asisten a un funeral. El Congreso del PSOE finaliza con la puesta de largo de una nueva forma de entender el socialismo en el siglo que vivimos. Un secretario general aclamado, una militancia protagonista, y pasillos repletos de gente alegre. Confluencia de las diferentes plataformas impulsoras del retorno de Sanchez a la SG. Nueva Ejecutiva entre la que se aprecia afecto y en cuyas caras se atisba que saben que tienen compromisos pendientes con los militantes, los votantes y el conjunto de un país castigado por políticas injustas. Un Comité Federal renovado donde no figuran nombres tradicionales en los últimos años: Madina, Hernando, Valenciano o Blanco. Algunos hablan de puesta en valor de la lealtad, que es contraria al oportunismo. Si hay que resumir todo en una frase, diría que “la militancia ha tomado posesión”.

Gestos poco recomendables, como un Felipe en video, o la sensación de que los anteriores SG asistían por verdadero compromiso y no porque se sintieran parte de ese nuevo proyecto que hoy empieza. Y como no, el gesto de Diaz y la delegación de Andalucía que se ausentaron del Plenario en el que se votaban las resoluciones, y que lo abandonaron sin aguardar a la votación final del proyecto fruto del trabajo de las comisiones (674 votos a favor, 274 en blanco y 9 nulos). Desprecio a la militancia y a la organización para muchos. Falta de sentido democrático para aceptar un resultado que no esperaba y sin capacidad de disimulo, según otros. Falta de respeto a los representados por esa delegación y para con los que queriendo ir de delegados no han podido hacerlo. Muchos comentan lo que habríamos oído decir a sus seguidores, si el resultado hubiese sido su victoria en primarias, y fuese Sanchez quien hubiese abandonado este congreso de esa forma. Pero ni ese gesto ni nada, han conseguido ensombrecer el entusiasmo y la dignidad del conjunto de delegados e invitados.

La culminación ha llegado con la intervención del “renacido” Pedro Sanchez ya Secretario General electo: "El nuevo PSOE es el de siempre, el que no tiene miedo al cambio"; “un nuevo PSOE a la izquierda y que represente al 15-M”; "Voy a trabajar para buscar una mayoría parlamentaria alternativa al PP"; “Tenemos un Gobierno que en lugar de apoyar, persigue a los jueces y fiscales que investigan su corrupción”; “Dejemos que la derecha agite la bandera del miedo. Nosotros levantaremos la de la democracia, la de la conquista de derechos y libertades”; “Un Estado, 40 años después, exige reformarse, culminar su ser federal y perfeccionar el reconocimiento de su carácter plurinacional”; “Hemos dicho izquierda, hagamos izquierda. Hemos dicho cambio, hagamos realidad el cambio”. Un recuerdo a la tragedia de nuestros vecinos portugueses y muestras de cariño y solidaridad con las víctimas y sus familiares.

Las sensaciones compartidas por muchos asistentes son que el PSOE ha colocado su proa en dirección a la Moncloa, que el partido reclama su identidad en la izquierda, que se recupera la lucha por la igualdad, que es efectiva la participación de la militancia, y que el único ganador es el propio PSOE y que con ello gana la izquierda española y el conjunto de los ciudadanos.

Años de militancia aconsejan compartir el entusiasmo con unas gotas de escepticismo, y más en quienes queremos mantener un sentido crítico. Sobre todo porque anhelamos que el cambio que hoy se ha iniciado en Madrid, se note cuanto antes en las Casas del Pueblo y en las calles de nuestros pueblos y ciudades, y porque conocemos el riesgo de perder la perspectiva que conlleva el ejercicio de mucho poder, y la nueva Ejecutiva Federal y su Secretario General, ese poder ya lo tienen.

Por ahora se merecen mi voto de confianza y sería bueno dejarles hacer su trabajo, que tajo tienen.

sábado, 17 de junio de 2017

CONGRESO PARA UNA PROFUNDA REFLEXIÓN

Una oportunidad para salir del actual agujero; una ocasión para no continuar arrodillados ante los mercados; el mejor momento para volver a acercarse a sus votantes; el punto de inflexión para impedir que continúe el saqueo del erario público; la coyuntura idónea para construir lazos entre las formaciones de la izquierda; el momento de pedir perdón a los ciudadanos por los errores cometidos; un buen día para desenterrar las doctrinas que inspiraron aquella reunión en Casa Labra; el día de decir adiós a las puertas giratorias que marearon los principios socialistas de tanto girar; el congreso de las listas abiertas y la limitación de mandatos; el lugar idóneo para volver a cantar la Internacional con el puño en alto y sentir su mensaje. Todo eso debería significar este 39 Congreso del PSOE.

Lo que no puede ser es tan desilusionante como lo fueron congresos socialistas anteriores, como se ha demostrado en los sucesivos descensos en los apoyos electorales del PSOE. Sería engañarse, no saber que el partido que saldrá de este congreso, arrastra consigo los lastres de sus errores de los últimos años, sobre todo el error de permitir que Rajoy retornase a la Moncloa. Solo podrá arrojar esa carga por la borda, si desde el lunes empieza a dar señales de que su objetivo es sacarle de allí. Si no es así, no serán creíbles los demás compromisos del programa de Sanchez.

División de opiniones sobre la oportunidad o no de algunas presencias en la nueva Ejecutiva Federal. Seguramente muchos se extrañaran de algunos nombres, pero visto lo acontecido en octubre, no parece tan mala idea que esos nombres estén sentados cerca, y así conocer que botón orgánico pulsan en cada momento. Disiento de quienes se dicen ruborizados por las presencias de Gonzalez (en video) Zapatero, Rubalcaba, Fernández Vara, Page, Lamban y otros. No sobra nadie, pero la responsabilidad de ejercer el poder en el partido no debe volver a recaer en ellos, pero sí sería bueno escuchar públicamente su afirmación, de que para todos ellos la batalla interna ha acabado.

Este PSOE, no puede parecerse al que se calificaba de izquierdas mientras sus políticas eran más conservadoras que progresistas. No se puede volver a engañar a los ciudadanos con palabras, sino que se les debe demostrar que ese cambio existe, pero hacerlo con hechos. Transparencia, coherencia y honradez, es lo mínimo que le pueden exigir los votantes de izquierda para retornar a darle de nuevo su apoyo al PSOE. Pero a ese votante no le bastará con que el eslogan del Congreso sea “Somos la izquierda”, sino que le va a exigir hechos y actuaciones propias de un partido de izquierdas No es suficiente lanzar un mensaje o un compromiso de “derogaremos”, si no se buscan acuerdos para intentar derogar la reforma laboral y la ley mordaza, o impedir el secuestro de la justicia y la destrucción del  sistema público de pensiones. Valdrán los hechos, no las palabras.

Pero no bastará que el PSOE de Pedro Sánchez este decidido a alcanzar a un acuerdo con UP. Hay que preguntar también a UP si está decidido a que ese acuerdo sea un objetivo posible. Si se siguen en las redes sociales las opiniones respecto a esa posibilidad, un sector importante de votantes de UP muestran su rechazo visceral al PSOE, similar al que se puede encontrar de otro sector importante de votantes del PSOE, hacia UP. Los socialistas ven en UP al enemigo que solo busca el sorpasso, y los podemitas se consideran como la única expendeduría existente de carnets de "izquierdismo verdadero”. El PSOE debe buscar los puntos de encuentro con UP o no puede ser hoy opción de gobierno, pero también UP debería valorar que con su respaldo electoral de hoy no puede gobernar salvo con el PSOE, y bien haría en no estar tan pendiente del sorpasso, y hacerlo de los problemas sociales donde sí se vislumbra posibilidad de acuerdo.


Por eso el 39 congreso debe servir al PSOE para una profunda reflexión y no limitarse a ser un encuentro más en el que los delegados y delegadas se miren el ombligo. Pero no es menos cierto, que UP no debería continuar en su actual línea de hostigamiento al PSOE. Si unos y otros no lo hacen así, a Rajoy solo lo sacara de la Moncloa su propio aburrimiento. 

domingo, 11 de junio de 2017

LA POLÉMICA DONACIÓN

No podía ser de otra manera, y menos en este país nuestro de cada día. La polémica suscitada por la donación de Amancio Ortega a la sanidad pública española, ha inundado medios de comunicación y redes sociales, provocando todo tipo de reacciones, desde las dudas a las alabanzas, pasando por argumentos para las  críticas sobre el asunto. Tenemos a pacientes y trabajadores de la sanidad que la agradecen,  junto a otros  que opinan que sería más útil la donación a otros campos de la medicina distintos de la oncología, como es la Medicina de Familia; hay quien solo ve en esto una muestra de la  generosidad del donante, y hasta quienes lo ven como una operación de blanqueo de dinero, y la relacionan con la explotación infantil en terceros países, donde las empresas de Ortega obtienen pingües beneficios, cuestionando así su lícita procedencia. En resumen ¿para gustos? colores.

Partiendo de que a nadie puede parecerle negativo que lleguen más recursos a una sanidad necesitada de ellos, y mucho menos a quienes sufren esta terrible enfermedad, hay que admitir que el hecho invita al análisis. La Asociación Española contra el Cáncer se muestra encantada, y la Sociedad Española de Oncología y Radioterapia le hace a Ortega un reconocimiento público. Que desde estas entidades se aplauda el gesto, es lógico si se conocen datos como que hay un 30% de pacientes no se pueden tratar por falta de Unidades; que existen algunas cuya tecnología podría calificarse de obsoleta; que no tenemos un Plan Nacional de Oncología, ni un Registro Nacional de Tumores; o que la situación de unas CCAA respecto a otras es muy dispar, y eso provoca auténticos calvarios a algunos pacientes obligados a peregrinar más de cien kilómetros para recibir radioterapia. Ante esto, lo natural es que el donante se convierta en alguien que resulta fundamental y hasta querido.

Pero junto a lo anterior, hay otro aspecto a tener en cuenta, como es el hecho de que nuestras leyes permiten desgravar casi un tercio del importe total de las donaciones realizadas a las fundaciones. La cuenta es sencilla: si la donación asciende en este caso a 320 millones, nos da una desgravación de 107 millones de euros. Si vemos este fenómeno en el contexto mundial, también hay países donde se realizan este tipo de donaciones por parte de magnates y mecenas, y en ellas no es raro encontrarnos que tras su aspecto filantrópico se esconden estrategias de lavado de cara de sus empresas, búsqueda de publicidad para el donante, y sirven para constatar que son muchos los sistemas de fiscalidad  que presentan “agujeros” para tratar la recaudación impositiva sobre las grandes fortunas. Curiosamente, los grandes donantes (Gates, Mark Zuckerberg, Jeff Bezos o el propio Ortega), si son filántropos, pero también es cierto que cuentan con estructuras de expertos en ingeniería de la contabilidad, y que juegan sus fichas según su interés aquí o allí, puesto que sus empresas operan en diferentes países.

Muchos de estos donantes son admirados por su actividad de mecenazgo, y son a la vez referentes de un sector empresarial,  principal receptor de todos los privilegios del capitalismo liberal que hoy domina en la globalización que vivimos. Un mundo de poder económico, en el que cuando se alcanza un determinado status,  cuanto más alto se está, menor es la regulación impositiva que les afecta. Como parece suceder en este caso, tener ingresos elevados, no debería ser motivo suficiente para dar legitimidad a que sea el donante quien decida el destino final de su donación. Es fácil admitir que el donante decida la finalidad que quiera, pero implícitamente se está asumiendo que quien paga manda, pero donar no convierte al donante en el mejor conocedor de donde es más necesaria su aportación, puesto que lo lógico es que desconozca dónde están las mayores necesidades, en este caso de nuestro sistema público de salud. Ya lo dijo Bill Gates "el genio del capitalismo reside en su capacidad para lograr que los intereses propios sirvan también a un interés más amplio” , y esa máxima suele estar detrás de la mayoría de esas donaciones. 

Habitualmente consideramos como “normal” que las donantes decidan la finalidad de sus donaciones. Lo vemos como lógico, pero es fácil cambiar de opinión en este caso, si supiéramos que mientras en el sistema público la tecnología sanitaria se usa en un 60%, si está se usa por manos de las empresas privadas su uso se eleva al 100%. Esto puede hacer que creamos que  para nuestro sistema sanitario  todo lo que sean recursos deben ser bienvenidos, sin antes preguntarnos si contamos con suficiente personal sanitario preparado para que ese aparataje funcione a pleno rendimiento, y que en muchas ocasiones sirve de tupido velo para ocultar que ese mismo sistema cuenta con camas cerradas y unidades a medio rendimiento por falta de personal.

El sistema sanitario público (desde sus actuales carencias), debe aspirar a una adecuada financiación, garantizada mediante una fiscalidad progresiva que redistribuya los recursos y priorice las necesidades. Si nos declaramos preocupados por la salud en general, también es parte de nuestra salud, trabajar en unas condiciones que no supongan formas legales de explotación, a la vez que suponen un grave riesgo para nuestra vida. Es común olvidarse que la salud no depende solo del sistema sanitario (solo contribuye en un 11% a nuestra salud) mientras que otros determinantes como la alimentación, el trabajo, la vivienda, el medio ambiente, etc., (hoy son condiciones cada vez más deterioradas con las políticas de recortes y con la creciente desigualdad) si tienen una gran importancia en ella, y que no se consigue elevar la salud por muchos regalos que se le hagan al sistema asistencial. 

Seguramente se desconoce que muchos de nuestros déficits en el sistema sanitario, se deben a que existe despilfarro, mala utilización de la tecnología, bajo rendimiento de esas inversiones y en ocasiones efectos adversos por exceso de su uso.  Pero no solo hay que hacer un uso adecuado de la tecnología, sino que lo fundamental es insistir en otras políticas de carácter social de las que sí depende en gran medida nuestra salud, aunque hoy estén muy dañadas por las políticas neoliberales. No se arregla todo por dotar al sistema de tecnologías, solo estaremos favoreciendo a la industria, mientras que muchas familias seguirán careciendo de lo más elemental para poder conservar su salud. Invertir en salud es invertir en prevención, y eso se consigue no solo con programas de detección precoz y cribado de enfermedades prevalentes, sino mejorando en su conjunto las condiciones de vida de las personas.

En un país con un sistema fiscal insuficiente, preocupado más por controlar a los autónomos que por sacar a la luz las bolsas de fraude fiscal existentes, y en el que los servicios públicos están infra dotados, no es raro que aplaudamos el hecho de que un magnate done lo que quiera porque le sobra y decida dedicarlo a lo que a él le venga en gana.  Tampoco es cuestión de reprocharselo, pero debemos tener claro, que aquellos países que tienen que recurrir a donaciones generosas para mantener sus servicios básicos, es porque sus sistemas fiscales dejan huecos para que en lugar de nutrir sus arcas públicas haciendo que deba pagar más quien más posee, están obligados a depender de colectas y donaciones. No hay que estar en contra de su generosidad, sino que algo tan serio como la salud o el bienestar,  sus avances no pueden depender de la generosidad de nadie. Otro gallo nos cantaría a los españoles, si nuestro sistema fiscal fuese realmente progresivo y se persiguiera con intensidad la evasión de capitales, porque sería fácil dotar con los recursos necesarios a nuestros servicios públicos fundamentales, ( sanidad, educación, pensiones, dependencia). De hacerlo, las donaciones serían anecdóticas, y nuestros derechos no dependerían de un patrocinio, ni nuestra salud de en que un generoso donante se acuerde de la enfermedad que padecemos. 

Entre personas se puede ser generoso, pero en la política lo importante es ser transparente. Los servicios públicos deben pagarse por el estado a través de los impuestos de los ciudadanos/as, y las donaciones ser un complemento bienvenido si su procedencia es ilícita. Necesitamos leyes claras y transparentes para estas donaciones y su seguimiento. Aceptar una donación, nunca puede eximir a esta de que pueda ser criticada como algunos parecen pensar,  apelando a la falta de gratitud de quienes no opinan como ellos. Una donación nunca puede sustituir al Estado en sus obligaciones, ni se puede admitir que nuestros impuestos no se dediquen a financiar primero los servicios del bienestar, ni que se mire para otro lado mientras nuestros recursos viajan a Suiza y otros paraísos fiscales. 

No vale afirmar que lo importante es mejorar la salud, mientras no nos preocupan cuestiones que la determinan como son las condiciones laborales, hoy  precarias desde que se ha implantado  la Reforma Laboral, o se ha decidido recortar la atención a la dependencia, o no dotar suficientemente las políticas de igualdad que mejoren las condiciones de salud de las mujeres. Todo eso se nos olvida, mientras discutimos entre nosotros sobre si aceptar la donación está bien o no. Se piense de una manera o de otra, pocos negarán que necesitamos más justicia distributiva que caridad. 

miércoles, 7 de junio de 2017

Avanzando contra el cáncer


El cáncer constituye una de las principales causas de morbilidad mundial. Pero el paradigma de cómo abordar su tratamiento está en continuo cambio gracias a las innovaciones terapéuticas que se van realizando. Se entiende mejor la biológica de la enfermedad y la investigación está  cambiando el tratamiento para muchos cánceres. Desde 2011, a nivel mundial, son 68 las nuevas terapias aprobadas para hacer frente a 22 tipos de cáncer, que han permitido alcanzar mejores resultados para los pacientes, y de manera muy importante para aquellos que ya presentan metástasis. Además, algunas de esas nuevas terapias son útiles para varias indicaciones, como se acredita en el estudio Global Oncology Trends 2017.

La investigación en oncología sigue siendo de gran interés, y hoy tenemos más de 600 moléculas en fase avanzada de desarrollo, y los nuevos tratamientos están a disposición de los oncólogos más rápido que nunca, pero la disponibilidad de estos nuevos agentes para el tratamiento del cáncer es muy diferente según los países. El estudio citado revisa la situación en más de 20 países, y concluye que más de la mitad de los nuevos agentes de tratamiento lanzados entre 2011 y 2015 procedían de ocho países, lo que demuestra que el acceso a las nuevas terapias oncológicas persiste como una importante barrera incluso en los países desarrollados.

El estudio también analiza cómo ha disminuido el tiempo de duración de estos ensayos, fundamentalmente por mejoras en el diseño de los mismos y en el tamaño de la indicación del objetivo. El número de pacientes incluidos en los ensayos de Fase III ha disminuido, así como la duración del ensayo,, y a que se están empleando tecnologías de diseño de los ensayos mejoradas para acelerar el desarrollo de fármacos contra el cáncer. Los costes de la terapia oncológica y de los medicamentos, a nivel mundial, aumentaron de 91 billones de dólares en 2012 a 113 billones en 2016. La duración más prolongada de los tratamientos, junto al uso de terapias combinadas con agentes nuevos, y la posibilidad de que los pacientes reciban múltiples líneas de terapias son factores que probablemente contribuirán a un mayor aumento de los costos.


Otro dato importante es que también el tiempo medio desde la presentación de una patente de estas nuevas terapias oncológicas, al de su aprobación por la FDA también ha disminuido de manera importante al permitir "avanzar" medicamentos en su última etapa y aprobarlos antes. Todos estos elementos apuntan a que la complejidad del tratamiento aumentará a medida que se reduzca el tiempo entre lanzamientos y que los nuevos tratamientos ofrecerán un  incremento de su eficacia. Aunque debemos alegrarnos por estos avances, la asignatura pendiente seguirá siendo que en países con un bajo nivel de desarrollo, fundamentalmente económico, la disponibilidad de estos fármacos pueda ser real. Para vergüenza de los seres humanos, en materia de salud, la línea entre ricos y pobres sigue siendo difícil de borrar.

CAMBIO DE FASE

Se acabo la fase uno con Feijoo. Entramos en la siguiente fase, esperemos que, con Sánchez, porque el monarca es competente para darnos sorp...