Bajo la dirección de Anartz Zuazua, la compañía Borobil
Teatroa representará en el Teatro Circo una adaptación del famoso cuento
infantil “Ali Baba y los 40 ladrones”. Hasta ahí todo dentro de la
normalidad. Lo llamativo es su temática “la corrupción”, y la fecha de
representación, la jornada de “reflexión” de las Elecciones Municipales y
Autonómicas.
Resulta extraño que quienes son los responsables de esta
programación, el Cultural Albacete, sean a su vez cargos de libre
designación del PP, partido que gobierna en la Diputación Provincial y en el
Ayuntamiento capitalino, y que aprueba la programación de esta actividad
cultural. Porque cuanto menos resulta curioso que, aunque sea para público
infantil, se represente en vísperas de acudir a las urnas, porque deberían
imaginarse que es inevitable que muchos asocien la temática de la obra,
ladrones, con el PP, y con la jornada de reflexión electoral. Dicho de otra
manera, no parece que hayan elegido el mejor momento para nombrar la cuerda en
casa del ahorcado.
Y que nadie se confunda porque no se trata de que
en la Diputación de Albacete sean la rama liberal del PP, ni mucho menos.
Son tan conservadores como el resto del partido, y esa programación es un
desliz más, en la falta de seguimiento de su gestión. Es cierto que el PP ha
jugado a ser ambiguo (lo que ahora reprochan a otros) mostrándose como un
partido conservador a veces, y otras veces se ha vestido de partido
liberal, resultándole útil durante años para atraerse votos, pero su raíz
conservadora le ha hecho en ocasiones tener que defender cosas que consideran
indefendibles. Pero les ha dado lo mismo, ellos se han dedicado a contarnos
un cuento, sabiendo que mientras una mayoría les creyese,
continuarían viviendo del bolsillo del contribuyente como de hecho aún lo
hacen, pero no por ello son menos conservadores.
Viendo sus políticas, de liberales nada de nada, y
aunque se dicen liberales en sus estatutos, sus actuaciones han supuesto
subidas de impuestos, de tasas y de precios públicos, no han respetado la
“sagrada” (para un liberal) libertad de mercado cuando ha subvencionado con
dinero público a Bancos y Cajas, y a algunas empresas mientras a otras no. Y
tampoco les ha importado generar un déficit continuado como consecuencia de sus
políticas en las CC AA en las que ha gobernado, porque todo les valía
si electoralmente podía resultarles útil, y pudiesen justificarlo con el “no
quedaba otro remedio”. Analizada esa gestión, la realidad es que no han sabido
hacerlo de otra manera.
Volviendo a la temática de la obra teatral, estoy seguro que
la inmensa mayoría de ciudadanos y de votantes del PP son absolutamente
contrarios a la corrupción. Sin embargo, muchos alcaldes corruptos han
sido elegidos y reelegidos hasta por mayoría absoluta por esos votantes. Lo
que hoy parece claro es que una parte importante de quienes ayer les
votaron, aun sabiendo que eran corruptos, hoy les critican por serlo,
y hasta parecen convencidos de que ha llegado el momento de dejar de votar a
ese partido según apuntan las encuestas. La corrupción puede acabar
resultando letal para sus aspiraciones electorales el domingo 24 de mayo en
toda España.
Por eso, aun admitiendo que el leñador Ali Babá era el
ladrón bueno que robaba a los ladrones malos, no es menos cierto que todos sin
excepción (Ali Babá incluido) son corruptos que se apropian de lo ajeno, y
eso, después de todos los casos aparecidos en los medios, hace inevitable
asociarlo consciente e inconscientemente con el PP. La única diferencia
entre la realidad y cuento, es que en el PP no son cuarenta sino muchos
más. El sinfín de casos ya a la luz muestra como el cáncer de la corrupción
se ha extendido a la práctica totalidad de regiones que gobierna este partido.
Y no olvidemos que si el PP este hoy en esa situación, solo puede explicarse
porque su dirección ha mirado para otro lado, y porque al frente de la misma y
ocupando cargos públicos han colocado a los inútiles y a los corruptos.
Por eso estoy seguro, de que los responsables del
Cultural Albacete no han querido admitir que el virus de la corrupción ya ha
contagiado a la inmensa mayoría de instituciones públicas controladas por el
PP, y de que la lista de imputados miembros de ese partido crece sin parar
dando la sensación de no tener fin. De lo contrario, antes de fijar temática
y fecha, habrían recapacitado sobre su inoportunidad para el PP, no solo en
Madrid o Valencia, sino también en Albacete. La corrupción es como las
meigas gallegas, que aunque en algún sitio aún no se hayan visto, haberlas
hay las.