lunes, 29 de julio de 2013

La derecha es franquista porque hubo transición, no ruptura.


Hoy han colocado carteles anunciando en mi pueblo el acto de Nuevas Generaciones del PP. Aunque el contenido del mismo es tan simple como llegar al voto a través del estómago, me ha llamado la atención el subtítulo en el que anuncian un “homenaje a los afiliados y a la bandera”.

He citado el acto de aquí, pero mi comentario puede ser seguramente generalizable al resto del país. El PP ha basado su campaña de imagen, pre y post electoral, en transmitir a todo el que quiera escucharlos, que ellos son España, y que quien quisiera a España tenía que votarlos a ellos. Pero no solo esto, sino que ahora desde el gobierno, se escudan en ese mismo argumento, para decir que quien les ataca a ellos, ataca a todo lo español.

En nuestro pueblo, como en la mayoría de pequeñas localidades, criticar la pésima gestión municipal del PP es dividir el pueblo o buscar enfrentamientos entre los vecinos, sin admitir que se puede errar al actuar. Ellos nunca lo hacen mal, y quien no esté de acuerdo con su manera de gobernar, automáticamente se convierte en un rojo peligroso y socialista resentido.

Esta actitud defensiva la justifican en que para eso ellos han ganado las elecciones. Son tan primitivos como demócratas, que reducen el ejercicio democrático estrictamente al día de las elecciones, y solo vuelve a admitirse cuatro años después. Así lo creen los militantes del PP y quienes hoy todavía les siguen votando.

Frente a esto, tienen una oposición que no ha sabido contrarrestarles, bien porque no se tiene un amplio apoyo social que sirva de contrapeso, o porque en muchas políticas se piensa que las imposiciones de Europa le harían actuar de manera parecida. El resultado final es que no se ha obligado al PP a comportarse democráticamente, y ello significa que no se les exige el cumplimiento del programa electoral.

Ahora además el PP está aprovechando el desprestigio de la clase política en su conjunto, no solo por la existencia de corrupción, sino también porque casi nadie vincula político con honradez. Esto ha conducido a que en muchos de nuestros pueblos no se pelee por tener un alcalde honrado, sino por tener uno que individualmente nos haga los favores que personalmente necesitamos. Esos ciudadanos sonríen cuando te dicen aquello de “será un corrupto, pero a mí me arreglo lo mío”.

Y si hacemos el ejercicio de saltar del pueblo a la ciudad, además de eso, vemos el papel fundamental que juegan los medios de comunicación, que en su mayoría se encuentran al servicio de la derecha dada la línea electoral que le fijan sus propietarios. Nunca nadie tuvo a su servicio tantos medios como hoy el PP, y nunca a la izquierda le resulto tan difícil exponer sus argumentos en los medios, y solo nos queda el boca a boca en nuestra vida cotidiana, en nuestras conversaciones con vecinos, compañeros y amigos.

Tratando de buscar la causa de ese arraigo de la derecha, creo que está en el hecho de que la salida del franquismo para llegar a la democracia actual, se produjo solo parcialmente. La transición no fue una ruptura con el régimen franquista, y aunque muchos nos movilizamos contra él, no se desmantelaron todas las estructuras fascistas que formaban parte del Estado. Consecuentemente no hay plena democracia hoy, pero no hay que culpar a nadie, sino asumir que los responsables de que nuestra democracia sea gris, somos todos nosotros.

Por eso, los poderes herederos del franquismo siguen intactos en muchos de nuestros pueblos y ciudades, y por muy jóvenes y nuevas que sean las generaciones de la derecha española, su discurso y sus actitudes, solo necesitan tocar poder para que rebrote su vena franquista y fascista. El ejemplo de un Rajoy que se resiste a acudir al Parlamento a dar explicaciones, no es sino una muestra más de ese rancio abolengo franquista de derecha de toda la vida, que tiene la derecha del PP.
Para que la democracia española lo sea de verdad, hay que cambiar muchas cosas, y quienes queremos democracia cien por cien, tenemos un gran trabajo por delante. Aunque las NNGG continúen buscando el voto en estómagos agradecidos, no hay que alarmarse, ya lo hacían sus antecesores en  la época franquista.
 
 
 

domingo, 28 de julio de 2013

La fiesta nacional no es una fiesta


En esta mañana de domingo los diarios están repletos de temas entre los que destacan el accidente ferroviario, Bárcenas y la comparecencia de Rajoy. Sin embargo la noticia que más me ha impactado, ha sido el fallecimiento de un chaval de dieciséis años en un encierro en Isso, una pedanía de Hellín. Sobre todo la perdida de la vida en plena juventud, y lo absurdo de una muerte por esta causa, es lo que me hace reflexionar sobre este hecho, aunque la cercanía a donde resido me hace sentirlo de modo especial.

Parece una incoherencia que cuando vivimos en el país de prohibiciones, esto pueda ocurrir. Hemos prohibido el botellón de nuestros jóvenes, nos multan si no llevamos el cinturón de seguridad, si vamos a más de 120 Km en autovías, si nos hemos tomado dos copas y cogemos el coche, si se superan los límites de ruido en los bares, y ahora tendremos que llevar caso no solo en moto sino hasta en bici. Los encierros sin medidas estrictas, no.

Públicamente digo, que aunque puedan parecer exageradas, todas las medidas antes citadas me parecen acertadas, puesto que tratan de preservar nuestra vida y las de los demás. Pero si acepto esto, no puedo entender que hace un joven de dieciséis años en un encierro sin un entrenamiento, una preparación física, o un adiestramiento para este menester.

Aunque entiendo a quienes por protección a los animales piden la abolición de la fiesta, y aunque no comparta al cien por cien sus planteamientos, lo que tampoco puedo entender es, que si se autorizan este tipo de eventos, no se haga con el estricto cumplimiento de unas normas, aunque solo sea por protección de los seres humanos. Esta laxitud solo da una razón más a quienes solicitan la abolición de este tipo de festejos.

Mientras por todos los lados nos aplican medidas de seguridad, llegan las fiestas tradicionales de nuestros pueblos y aparece la laxitud total de los responsables políticos con las normas. Si los gobernantes de este país nuestro de cada día, consideran esto parte de la mal llamada “fiesta nacional”, y parte de la marca España, ¿por qué no toman medidas para que en lugar de fiesta se convierta en velatorio?. O se prohíben estas prácticas, o se adoptan y aplican medidas que eviten que hechos como el de Isso puedan volver a ocurrir.

En primer lugar lo siento por el pobre menor que ha fallecido, y por sus padres que seguro están viviendo una tragedia. Pero dicho esto, no se puede continuar permitiendo que los responsables y organizadores, e incluso  los padres del menor, no tengan la culpa de nada. El culpable siempre es el animal, el toro. Ellos no.

Ante los festejos con toros, solo una pregunta ¿a qué se juega por parte de los políticos? De no ser porque la pérdida de la vida de un joven es para derramar lágrimas, habría que decir que las cosas que pasan en este país son de risa...

sábado, 27 de julio de 2013

Revisen los requisitos para ser ministro/a


Para quienes trabajamos en el sistema sanitario español, el deterioro progresivo que se está viviendo en el mismo, cada día resulta más inasumible. España gasta en sanidad mucho menos, en tanto por ciento de su PIB, de lo que gastan la mayoría de los países desarrollados, pero el gobierno sigue empeñado en seguir aplicándole recortes. El resultado dos años después, es que nuestro sistema sanitario era uno de los ocho mejores del mundo, siendo el de mayor cobertura sanitaria y uno de los mejores resultados científicos y asistenciales que había, y hoy ya no lo es.

En la última reunión del Consejo interterritorial de Salud, doña Ana Mato y Echaniz, el cerebro pensante de la visión sanitaria popular,  se han salido con la suya, y a los recortes del decreto 16/12 de “sostenibilidad del sistema sanitario“, han añadido otros adicionales, eso sí, siempre respaldados en la misma justificación: nuestro gasto sanitario es excesivo.

La verdad, es que lo que resulta realmente excesivo es tener que continuar, ya por más de dos años, con esta señora como ministra y con unos consejeros autonómicos que, ni una ni otros, acaban de decir claramente lo que desean hacer con la sanidad española. Si desean privatizarla completamente, que lo digan a las claras y no continúen con parche tras parche. Parece como si admitir su modelo les avergonzará, o temieran los problemas que plantearlo a las claras les está ocasionando en la Comunidad de Madrid. La incertidumbre e indefinición a la que nos someten, es un castigo demasiado grande para el pecado cometido por la mayoría: dejarse engañar y votar al PP.

Tener al frente de un ministerio como este, a una persona que en más de una ocasión se ha demostrado como una indocumentada, que está salpicada por los asuntos de corrupción, a la que alguno puede encontrarle méritos para ser ministra (pero resultan difíciles de encontrar), y que en ocasiones carece de criterio para refrendar sus decisiones. Hace unos días leía, que en una entrevista que le hacían comentó que su mejor momento del día era "Ver como visten a mis hijos", o por si es poco esta visión de la vida, tampoco se olvida que según ella misma, ni se entera ni de lo que ocurre en su casa, ni quién pagaba las comuniones y los viajes de los niños a Euro Disney ¿Estos son los requisitos para ser ministro de España?

Pero dejando a un lado la figura de la responsable ministerial, parece que desde el gobierno se han empeñado en convencer a muchos ciudadanos de que gestionar la sanidad en el Estado, es como gestionar la economía de nuestra casa. Este mensaje solo demuestra que desde el gobierno nos toman a los ciudadanos por unos indocumentados.

La realidad es que no son parecidas ni por asomo. Porque si aplicásemos esta idea, estaríamos aceptando que cuando nos dicen que gastamos mucho en sanidad, en nuestra casa significaría que no deberíamos ponernos malos, que no deberíamos tomarnos los medicamentos que el medico nos prescribe, o que no se nos debe intervenir quirúrgicamente porque cuesta mucha y la economía familiar no lo permite. La realidad es que nadie hacemos eso.

En lo único que si se parece la asistencia sanitaria a los miembros de nuestra familia, con la asistencia sanitaria del Estado, es en que al igual que nuestro salario es bajo, el presupuesto sanitario está infradotado presupuestariamente.

Por más que se diga que en España pagamos muchos impuestos, no es cierto. La verdad es que esos impuestos están mal repartidos y mientras cualquier trabajador con nomina no se escapa del IRPF, las grandes fortunas y empresas apenas pagan. Nuestro PIB puede asumir el gasto sanitario que teníamos. Al igual que asume otros gastos por exclusiva decisión política.

Dejen ya de engañarnos para dedicar los recursos a los negocios de sus amigos, y por favor, manden a la ministra a su casa y así se enterara de lo que pasa en ella y seguirá disfrutando viendo como visten a sus hijos. Y de paso, revisen los requisitos para ser ministro o ministra.

miércoles, 24 de julio de 2013

La democracia española esta carente de efectividad

Por las mañanas, cuando los rayos del sol te hacen abrir los parpados, en Castilla La Mancha no sabemos que nos deparará el nuevo día. Desde que nos gobierna (o similares) Cospedal, cada amanecer puede depararnos una sorpresa. No porque tenga capacidad de sorprendernos, sino por el nivel de insidia que puede alcanzar en cada una de ellas. En esta mañana nos hemos despachado contemplando uno de esos arrebatos de transparencia para con los demás, y que ella nunca se aplica a sí misma, y ha sido la publicación las retribuciones de algunos médicos de Castilla La Mancha.

Cínicamente ella le llama ejercicio de transparencia. En realidad no busca transparencia, sino una justificación de que el salario que percibe como Presidenta regional no es desmesurado. Podría haber sacado el del desempleado que no llega a cuatrocientos euros, o el del que agoto todas las prestaciones y no percibe nada. Pero no, ella se compara con los licenciados, no con los parados, sino sería meter los dedos en la boca al oso hambriento.


Lo primero que a uno se le ocurre preguntar, es porque lo hace ahora, y no lo hizo el pasado año, cuando su salario triplicaba al de los sanitarios hoy cuestionados. Lo segundo, es lo que esta actuación sugiere, el hecho indudable de que estamos gobernados por gente sin escrúpulos, capaz de recurrir a artes casi mafiosas, que se siente capaz de todo, y que se permite intervenir en nuestras vidas privadas, como lo puede hacer cualquier delincuente que por sorpresa decide asaltar nuestro domicilio, y valiéndose de nuestro pánico, someternos a las vejaciones que se le ocurran.

Y es que nadie puede negar, que cada vez ellos resultan más intolerantes con las libertades, y sus legislaciones represivas cada vez más intolerables para los ciudadanos. El gobierno las califica como reformas modernizadoras, pero resultan ser más propias de épocas pasadas que de la segunda década del siglo XXI. Hacen reformas para todos sus gustos y objetivos neoliberales, desde las tendentes a reprimir las protestas de la calle a cualquier precio, a las que niegan un tratamiento de fertilidad por cuestión de inclinación sexual, u otras más disparatadas como dejar sin recursos la investigación.

Aunque hay quien niega ese retroceso, si alguien duda de vivir esa vuelta al pasado, puede bastarles con apreciar en los medios de comunicación cada día  imágenes de policías golpeando a manifestantes, mientras en la foto de al lado los delincuentes de cuello blanco campean a sus anchas con las reverencias de esa misma policía y las reducciones de condena.

Para desgracia de la sociedad española, estamos en el binomio de "a mayor represión,  mayor sumisión de la calle", y su dominio de la información publicada es tal, que hasta quienes reivindicamos derechos o servicios públicos, en muchos casos nos sentimos protegidos por quienes no protestan, y que aparecen como los buenos de la película, cuando tratan de hacernos comprender que por mucho que se cuestione el poder, nos dará igual.


Las reformas del PP no son solo económicas como predican, sino que van más allá de lo estrictamente económico, y las plantean justificadas en su "hacemos lo que hay que hacer", o en el "hacemos lo que Europa manda que hay que hacer". Así han encontrado la fórmula mágica para que todo sea válido y escuchemos aquello de "es que las cosas están tan mal, que habrá que aguantarse". Somos muchos los convencidos de que carecen de  razón quienes las aceptan sin parpadear, y de que el talón de Aquiles de esta democracia está en lo que nos venden como un "ajuste de las leyes" cuando es realmente un cambio de las leyes y con ellas del modelo social.


Y es que cuando se mira el panorama desolador de tantos sinvergüenzas por doquier, parece lógico que algunos reivindiquen leyes más duras contra los delitos y la corrupción, y de eso se aprovecha este gobierno para incorporar sus principios de represión. Con ello hacen que nos olvidemos de que una ley justa no necesariamente tiene que ser blanda y mucho menos si se trata de los casos de corrupción de los agentes políticos. Lo que realmente resulta sorprendente es que esas corruptelas lleven con nosotros veinte años o más, y no se hayan detectado antes. Es innegable que el silencio en mantienen las instituciones es tan evidente como repulsivo.


A pesar de todo lo que gira alrededor de la Gurtel y de Bárcenas, el PP de momento se muestra unido, y curiosamente frente a esta actitud, la izquierda que no debería sentirse maniatada para pedir responsabilidades al partido del gobierno, no solo no se muestra unida sino que aparece como viviendo en la incertidumbre, que viene a ser lo mismo que estar en la luna.


Desgraciadamente, y mientras seamos capaces de continuar tragándonos todo lo que nos echen sin rechistar, seguiremos viviendo esta triste situación, más propia de una farsa teatral que de una democracia real. Con este panorama la democracia española de este 2013, carece de efectividad y a la vez esta sobrada de incapacidad para responder a quienes por definición deberían ser quienes deben gobernar: los ciudadanos del pueblo.





viernes, 19 de julio de 2013

España imita al cangrejo: vamos para atrás

Aunque nos duela, hoy nadie duda que en este país caminamos hacia atrás en derechos sociales. Hasta aquí nada es sorprendente con el PP. Pero esta mañana al leer los diarios he encontrado una noticia que si me causa extrañeza por llegar con retraso. Informa de una reforma de la cartera de servicios básicos de sanidad, con la que el gobierno (o lo que sea) recorta a lesbianas y mujeres solteras el derecho a los tratamientos de fertilidad. También se excluyen las parejas que se hayan sometido a ligadura de trompas o vasectomía. Justificar con la falta de recursos, implantar su ideologia retrograda.

La sorpresa me la produce el hecho de que en Castilla La Mancha la cartera de servicios del SESCAM desde 2012, ya excluye de hecho a mujeres solteras y a parejas homosexuales y así te lo comunican, primero verbalmente en la consulta de fertilidad, y luego por escrito si se presenta reclamación. Con este hecho, se demuestra una vez más, que aquí en Castilla La Mancha somos el laboratorio de experimentación de las políticas que el PP aplica luego en todo el territorio nacional. Cospedal es el I mas D mas I de la política PP.

No puedo por menos que traer a mi memoria cuando la mujer no tenía derecho a votar, a viajar al extranjero sin permiso marital, o a vivir en pareja con quien quiera y como quiera. Y tampoco puedo dejar de expresar lo que me parece que esto significa: que la pareja que no este constituida por un hombre y una mujer y quieran ser padres por problemas de fecundación, tendrán al futuro hijo/a privatizado al tener que recurrir a una clínica privada.

Creo que una buena definición de la verdadera mansedumbre es estar enojado en el momento correcto en la medida correcta y por la razón correcta. Ante el silencio masivo de la sociedad española solo puedo entender que en conjunto los españoles debemos ser mansos. Pero lo que menos entiendo, es como esta banda de corruptos y mafiosos que tenemos por gobierno, continúan cada domingo pudiendo asistir a misa, y hasta comulgar. Y es que no puedo creerme que luego sean capaces de salir en paz con su dios.

jueves, 18 de julio de 2013

Cospedal: DIMITIR no es un nombre ruso

Hoy el Secretario general del PSOE de Castilla La Mancha pedía la dimisión de la Presidenta Regional y del Presidente de las Cortes Regionales por su implicación en la financiación ilegal de la campaña electoral que les llevó al gobierno de la Comunidad Autónoma. Lo hacia apelando a la decencia politica. Y en cualquier país europeo, eso sería pedirlo, y más lógico aún que no hiciera falta hacerlo porque renunciase a su cargo sin necesidad de que la oposición se lo pida (recordemos que un ministro británico dimitió por una multa de tráfico que hacía años habían puesto a su mujer, y fue condenado a penas de prisión por mentir), pero si el nivel se pusiera tan alto aquí, nos encontraríamos que la mayor empresa del país no sería el paro, sino instituciones penitenciarias.


Y esto sería en cualquier país europeo, porque aquí la justicia no es imparcial (tiene la venda quitada ni siquiera para ser Presidente del Constitucional) y en muchos casos sirve a intereses inconfesables. No nos engañemos, la culpa es solo nuestra, de los ciudadanos en conjunto, que ante las muestras de que el sistema tiene fisuras y hace aguas, nos obstinamos en sostenerla y no enmendarla, y creer que un cambio constitucional, un cambio de ley electoral, o una ley de transparencia rígida, deben causarnos obligatoriamente miedo como a quien salta al vacio.


Apelar a la decencia para pedir que dimita Cospedal, sería lo logico, pero es obvio que para poner la decencia en valor hay que tenerla entre los valores de la persona. Y no puede considerarse que sea decente quien es capaz de cerrar escuelas rurales o puntos de urgencias, sin importarle nada más que el aspecto económico. No puede ser decente quien tiene a su consorte en todo tipo de ingenierías financieras, o quien se presenta como la nueva cenicienta a la que habían encargado la limpieza de Génova 13, pero se ha dedicado a esconder la mierda bajo las alfombras. Es imposible que sepa lo que es decencia, y lo queramos o no, esta señora vive en otro mundo mientras los ciudadanos a los que supuestamente gobierna, andamos jodidos precisamente por su falta de decencia politica.


Pero está claro que debe dimitir por esto y por otras muchas causas: por sus contradicciones, por sus falacias, por sus medias verdades, y por todas las florituras lingüísticas que utiliza para disfrazar la verdad. Y me da igual que lo haga en directo o en diferido. Pero el Secretario General socialista debe saber que el mayor obstáculo para que lo haga, es que dimitir es un verbo, y Cospedal debe creer que es un nombre ruso. Dimitir es un ejercicio de ética y de moral por parte de quien se considera autor de un hecho reprochable, y ella se sabe autora, aunque lo niegue, pero carece de esa etica. Y por tanto estoy convencido que esta señora no se va a marchar. Con seguridad se enrocará como Rajoy y se dedicará a atar todo lo atable para evitar dejar el gobierno regional (como por ejemplo modificar el número de diputados regionales), y aunque le resulte inevitable que algunos votantes se desengañen de su imagen de politica capaz, ella sabe que otros la votaran aunque la vean en video llevándose dinero a espuertas.


La única forma de que esta señora conoce para dimitir es cuando no la voten, pero desgraciadamente para este país la democracia solo se ejerce el día de las elecciones. Pero si ese día un partido cuenta con financiación extra, solo si eso se demuestra saltará el delito electoral, porque si no sale a la luz la corrupción de financiar ilegalmente, aún contara con mas recursos para permanecer en el poder.


El mayor motivo que debería tener para dimitir, sería la verguenza ajena, esa que sentimos los castellano manchegos de tenerla por Presidenta, pero eso a ella no le importa, y a sus fanáticos, tampoco. Para dimitir por verguenza ajena hay que tener decencia, asi que se resitira como gata panza arriba.Al fin y al cabo, doscientos mil euros para ella no son nada.

sábado, 13 de julio de 2013

El silencio de los corruptos

Es imposible pensar que vivimos en una democracia cuando en este país nuestro no se respetan las reglas del juego democrático. Porque aunque ellos lo nieguen, eso es lo que esta haciendo el PP, y no solo porque Rajoy se haya quedado mudo sobre Bárcenas, sino sobre todo porque al negarse el PP  a explicar en el Congreso de los Diputados cuando los demás partidos le preguntan, nos niega la respuesta a todos y cada uno de los españoles. Solo existe una conclusión: la actitud del PP es antidemocrática, y habría que pensar si su actitud dictatorial se debe a la presencia en ese partido de una parte de herederos del franquismo.

Pocas veces se puede conseguir que todos los grupos políticos se pongan de acuerdo pidiendo explicaciones a uno, pero pese a esa coincidencia, este se esconde tras la mayoría absoluta, que tuvo el 20 N, aunque ellos mismos saben que hoy no la obtendrían. El PP responde que estos grupos, al pedir explicaciones, le dan pábulo a un delincuente, pero se olvida de que ese delincuente es el que está marcando el ritmo de acontecimientos no solo a ellos y al gobierno, sino a todo el país, lo que es mucho mas grave.

Siempre se ha dicho que quien no tiene nada que temer, no tiene por que esconderse. El PP se esconde porque “le han pillao con el carrito del helao”, y por eso teme dar la cara. Ellos saben que cuanto mas se resistan a responder, muchas más serán las preguntas que tendrán que soportar, lo que debe hacernos pensar que no tienen respuesta.

Los ciudadanos tenemos derecho a conocer la verdad, y no deberíamos permitir esta falta de explicaciones,  pero el PP piensa  que por su silencio nadie saldrá a decir “hasta aquí hemos llegado”, puesto que ve que hemos soportado sus recortes y la destrucción de los servicios públicos y del estado del bienestar, y aún siguen en el gobierno.

Mientras en el PSOE, se plantean diferentes respuestas a esta actitud del gobierno y su partido, y algunos deshojan la margarita de la moción de censura, y se debate sobre la oportunidad de presentarla. Tal vez sea el único modo de hacer comparecer a Rajoy sobre este asunto, pero me parece que es utilizar un instrumento del sistema para conseguir algo, para lo que ese instrumento no fue concebido. Hacerlo es permitir que nuestro ritmo también lo fije Bárcenas.



Si el gran lastre del PSOE sigue siendo que nuestras últimas acciones de gobierno se parecieron a las de la derecha, y en todos los partidos hay casos de corrupción que nos restan la confianza de los ciudadanos, aunque para muchos pueda parecer innecesario, quizás un ejercicio de todos los partidos que se han puesto de acuerdo para que el PP aclare sus cuentas, en el que presentaran con absoluta transparencia desde el primer hasta el ultimo euro de sus presupuestos, desde su procedencia hasta su uso final, haría que las  explicaciones al PP, se las pidieran esos ciudadanos que hoy piensan que todos somos iguales. No lo somos, pero la mujer del Cesar no solo tiene que ser decente sino además, aparentarlo.


Creo que si los demás partidos no lo hacen, en el PSOE deberíamos hacerlo, porque eso nos situaría de nuevo en disposición de ser alternativa de gobierno, al recuperar mucha credibilidad. Pero muchos pensamos que aún no es momento de alcanzar el gobierno, y menos a través de una moción de censura.


El momento tiene que ser necesariamente, siempre después de la Conferencia Política, que los acontecimientos la están convirtiendo en una gran oportunidad para una profunda renovación, siempre que seamos capaces de hacer las cosas como la calle nos las demanda, y no para consolidar el hacerlas como algunos dirigentes piensan que se deben hacer.


Esa conferencia debe definir un programa, una forma de gobernar, y un equipo que sea capaz de aplicarlo, pero la credibilidad perdida la debemos recuperar antes. La transparencia de nuestras cuentas, el silencio de los corruptos que hoy gobiernan, y una conferencia que se centre en responder a las necesidades de los ciudadanos, son el camino para merecerla y recuperarla.

martes, 2 de julio de 2013

Modernizar los partidos, o cuando la dirección no necesita a sus bases

Hace unos días expresaba en otro post, que tras su llegada al gobierno, el PP ha conseguido que la opinión ciudadana no se conforme libremente, sino que lo haga condicionada por los diferentes medios de comunicación que el partido gobernante tiene a su disposición. La consecuencia negativa de ese modelo de gobierno es inmediata: el debilitamiento del sistema democrático.
Aunque el responsable hoy es el PP, los partidos gobernante caen con facilidad en la tentación de actuar así. El grado de debilitamiento del sistema que provocan con esa actuación, es directamente proporcional al nivel del poder mediático que ejercen. La consecuencia de esta manipulación informativa, es que cuando votamos, no apoyamos un proyecto porque nos sintamos implicados en el, sino porque esos medios hacen que fulano, cabeza visible de un proyecto, nos caiga mejor que mengano, aunque el proyecto del segundo pueda ser mas valido. Esta manipulación consentida nos conduce a dar nuestro apoyo a un partido del que desconocemos cual es su proyecto político, y paralelamente a que el sistema de representación política no funcione representando la realidad del electorado. Que nadie en los partidos se extrañe entonces, del cada vez es más repetido "no nos representan".
Lo descrito está ocurriendo en toda Europa, y España no es diferente del resto de los países occidentales, y son muchos los informes que documentan que en todos ellos hay cada vez un menor compromiso político por parte de los ciudadanos. Y aquí hay que recordar el "mal de muchos…"
Curiosamente, en ese contexto en el que no nos sentimos representados por los partidos a los que otorgamos nuestro voto, se está dando además un fenómeno de exigencia de más democracia representativa, y somos muchos los militantes de partidos que reivindicamos un más importante papel de las bases en la toma de decisiones. Como no puede ser de otra manera, ese tipo de peticiones resulta a los ojos de los aparatos de los partidos, propio de "iluminados" y la ven como algo trasnochado. Su actitud es esa, porque ese protagonismo que queremos para las bases, solo tiene sentido en el modelo del partido de masas, el tradicional, pero no en los partidos de hoy en los que, aunque nos pese, ese modelo de partido en manos de la militancia parece que se ha quedado antiguo. Hoy los partidos están controlados mediante la tecnología y los medios de comunicación, y los responsables de su organización cada vez están más en esa línea.
No solo la adopción de decisiones por la militancia se percibe por las direcciones como algo del pasado, sino que también la financiación de los partidos, influye en que la militancia pierda valor, puesto que cada vez es proporcionalmente mayor la financiación procedente del estado respecto a la de los militantes. Si a eso se añade que cada vez los militantes somos menos imprescindibles en las campañas electorales, limitándonos a aportar mano de obra gratuita y aplaudir en los mítines, hay pocos argumentos de contrapeso para exigir. Y aunque algún compañero argumenta que esto no es así y que en muchos casos se nos pide opinión a los militantes, la realidad muestra que cuando eso ocurre se pide para aclamar al líder o para solucionar lo que el aparato del partido no consigue solventar. Esto hace que en muchos partidos políticos, los militantes de base resultemos una mosca cojonera molesta para los aparatos.

Es innegable que tenemos que asumir que los tiempos han cambiado, y que hoy las campañas electorales se hacen en los medios de comunicación, y aunque el contacto directo de los militantes con el elector es un mecanismo eficaz, cada vez está más en desuso. A los partidos modernos les basta con elaborar un mensaje mediático breve sobre la idea central del programa electoral, y presentarlo de manera que resulte atractivo. Son campañas más caras y profesionalizadas que las de antes, pero sobre todo son campañas dirigidas a los electores, y no a las bases del partido.
En España, también existe otro matiz importante de ser tenido en cuenta al analizar el funcionamiento de los partidos políticos: el fenómeno de la histórica preponderancia del bipartidismo. Hace unos días, comentaba el papel de las bases de los partidos con Javier, un amigo sevillano, a propósito de las primarias andaluzas, y el me aportaba el concepto de "partido cártel" en referencia a cómo actúan en sus posicionamientos los dos grandes partidos de nuestro país. El concepto de cártel económico (un acuerdo formal entre empresas del mismo sector, cuyo fin es reducir o eliminar la competencia en un determinado mercado) le es aplicable a los dos partidos mayoritarios. El gran objetivo de los dos grandes partidos es ganar las elecciones, y para conseguirlo ponen trabas a la entrada a nuevos partidos. Lo hacen porque es el sistema el que les ha puesto a ellos en el parlamento, y ellos no encuentran ningún estimulo para cambiar eso, y aun reconociendo la imperfección del actual sistema de representación, no lo cambiaran porque les huele a harakiri. Los partidos cártel puede decirse que forman parte del Estado, y necesitan y son necesarios al sistema, pero no a sus bases sino a sus aparatos.
En resumen, los partidos que no necesitan a las bases, que se financian básicamente  del estado (otra cosa es la inmundicia de la Gürtel), y que con un mensaje mediático solucionan sus campañas electorales, son lo que hoy conocemos como partidos modernos. Y no me parece bueno para la democracia.

El PSOE es uno de esos partidos modernos, por eso a algunos nos choca que se vayan a realizar primarias en Andalucía. Se admiten porque lo que se elige es candidato a encabezar cartel electoral, no candidato a Secretario General. La resistencia por parte de la dirección federal es a la elección del Secretario General bajo la fórmula de un militante un voto, y aunque a bandazos, se va admitiendo el mecanismo de primarias, lo que puede resultar contradictorio a lo argumentado, y se presenta como un aumento de la capacidad de decisión de las bases.
En todo caso, admitiendo  que al ser para elegir SG las primarias resultaron una conquista en Galicia fruto de una lucha de la militancia frente a la dirección, tampoco parece estatutariamente correcto que ahora se admitan para candidato en Andalucía sin que precisen ni tan siquiera aprobar un acuerdo congresual, salvo que se esté convencido de que las bases dirán lo que propone el aparato.
Ya sé que muchos que lean este blog, van a tacharme de poco optimista y bastante suspicaz con la dirección. No soy optimista porque los resultados electorales últimos y las encuestas de voto recientes no me dejan serlo. Si soy suspicaz, es porque la dirección me ha hecho que lo sea. Al menos compartiréis conmigo que lo de Andalucía tampoco resulta sencillo de entender.
Dicen los mayores que en política nada es gratis, y por eso creo que pronto se conocerá el precio a pagar por la militancia por estas concesiones de la dirección. Sinceramente, me gustaría que toda esta reflexión solo fuese el fruto de un mal sueño. Lo sabremos con el tiempo.

lunes, 1 de julio de 2013

Llegar al PSOE desde la izquierda


Este mes se cumplieron treinta años de mi militancia con carnet en el Partido Socialista Obrero Español. Sin duda es un buen momento para, con rigor y sentido de realidad, intentar hacer un análisis profundo de la evolución que hemos vivido sobre algunas convicciones de izquierdismo que seguro que muchos compartimos y otros muchos no.
 
De esa revisión, la conclusión general que creo más llamativa, es que todos, unos más y otros menos, hemos ido asumiendo progresivos cambios en esa concepción de “la izquierda”, que se han gestado con el paso de los años. No sé si muchos de esa generación pueden sentir que les ha ocurrido un proceso similar, pero seguro que algunos sí han tenido esas percepciones.
 
Durante los años estudiantiles, estábamos convencidos de que existía una ética de la izquierda, y de que en ella no cabían ni la corrupción ni las malas prácticas. Creíamos que los dogmatismos que en esos años profesábamos eran irrenunciables, pero a la vez asumíamos que en la izquierda europea se estaba dando paso a una visión progresista socialdemócrata, siempre transformadora de la sociedad.
 
No fue fácil porque eso implicaba renuncias y cambios, pero la justificación para ello la encontrábamos en que hacerlo permitiría alcanzar otras metas, como  la principal de ellas, estaba conseguir un sistema político decente, una forma de gobierno cercana a la gente, y mayores derechos y libertades para todos.
 
Y así ocurrió. Tras la llegada de la democracia, muchos militantes de izquierda, antes seguidores de Marx o Trotsky, aterrizamos frente a la contradicción de que aquello que hasta entonces nos parecía criticable (el modelo de las democracias occidentales), podía resultar un entorno en el que encontrar acomodo, y desde dentro poder luchar por muchos ideales de la izquierda, aunque eso nos obligara a aparcar otros como la lucha de clases, hasta ese momento idolatrada.
 
Vivimos tiempos en que fue necesario reinventarse, pero era posible hacerlo porque siempre mantuvimos enarbolada la bandera de la honestidad, como símbolo irrenunciable en nuestra forma de concebir la vida. Seguíamos convencidos de que para ser de izquierda había que ser honesto, y hoy no hemos cambiado ese convencimiento.
 
Han pasado treinta años, y al preguntarme si todos los que hicimos ese recorrido mantuvimos la enseña de la honestidad, la respuesta tiene que ser forzosamente que no. Por eso en ocasiones, la duda de si se actuamos correctamente o cometimos un error, nos surge a muchos. Y lo hace precisamente por honestidad.
 
Cuando surge esa duda, hay una cita de un amigo argentino que recuerdo en esas ocasiones: la honestidad es un piso ineludible y no un techo inexpugnable. Entonces me siento satisfecho de, como muchos, haberme mantenido siempre con los pies en el suelo.

LOS HIPERDECENTES

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