miércoles, 30 de abril de 2014

Si Rajoy está contento con el dato del paro, el 1º de Mayo sal a la calle.




En el PP era lógico pensar, que un buen dato sobre el desempleo si no les daba los votos perdidos por su mal gobierno estos más de dos años, seguramente si les serviría para aumentar la abstención de la izquierda y con ello ganar las elecciones europeas. Pero la economía real (la de nuestras casas) parece empeñada en contradecir sus anuncios electoralistas, y la EPA que se conocía el martes, viene a desmentir la recuperación del empleo proclamada en los últimos meses por el Gobierno. Aunque a ellos les da igual, porque pese a esos datos, Mariano Rajoy ha dejado en mantillas el optimismo que reprochaba a Zapatero, y nos afirma estar "muy contento con el dato de paro”, “que las cosas van bien", y que “confía en que van a ir mejor".

 
Nadie puede alegrase de los errores del gobierno, porque el desempleo es un problema de todos y no solo del PP, pero tampoco puede pretender el gobierno que nos traguemos sin masticar las lecturas positivas que desde Moncloa hacen de esta EPA, Un solo dato debería bastar para contradecir su alegría: desde que gobierna Rajoy, en España trabajan un millón doscientas mil personas menos. Puede afirmarse sin temor a errar, que estamos llegando al “peor imposible”. Es cierto que ya no se destruye tanto empleo (entre otras cosas porque casi no queda empleo destruible), pero lo que no consigue el PP es cumplir su compromiso de que iba a crearlo.
 


Esta EPA nos sirve para constatar tres abandonos simultáneos: un gobierno que abandona a los parados a su suerte, unos desempleados que abandonan la esperanza de conseguir un empleo, y los que quieren trabajar y no pueden hacerlo que abandonan el país. Con la reforma laboral de Rajoy, y por mucho que sus medios afines cacareen las múltiples bondades que ven en ella, esta no ha producido ni de lejos el gran milagro que en Génova esperaban y todos los datos así lo confirman.
 

Por eso de nuevo recurren al discurso de la herencia recibida para tapar sus vergüenzas, y tras unos meses sin citarla, vuelven a echar mano de ella al  acercarse las elecciones porque algo tienen que decir. Ya no pueden negar (las cifras son tozudas) lo que reflejan los datos del primer trimestre del año, porque si bien el paro bajó en dos mil trescientas personas, no es menos cierto que el empleo retrocedió en ciento ochenta y cuatro mil seiscientas. No llegan a diecisiete millones los españoles con trabajo y eso supone que la tasa de paro ha subido hasta el casi el 26%, mientras que la de actividad ha bajado del 60%, 
 
Si eso no les preocupa, también son cuestionables las cifras de quienes han encontrado trabajo y sobre todo del tipo de trabajo que han encontrado. Un amigo me decía que su sobrina ha sido contratada por cuatro horas semanales con un contrato a tiempo parcial, y ya no figura en las listas del paro. Si el empleo creado y el existente se contaran por jornadas completas, veríamos la falsa realidad que este gobierno nos ha vendido como un logro de su reforma laboral.
 

Si malos son los números desde la óptica económica, mucho más grave es su repercusión social: perdemos gente en edad de trabajar; hay más de tres millones seiscientos mil españoles que llevan parados más de un año; casi dos millones de hogares con todos sus miembros en edad de trabajar en paro; el paro juvenil supera el 55,5%. Decir que la situación ha mejorado es decir que el enfermo sigue en la UVI, pero que ayer tenía cuarenta de fiebre y hoy solo tiene treinta y nueve coma nueve grados.
 

En un ejercicio de cinismo, no solo dan por buenos los datos de la EPA, sino que gobierno y PP también se felicitan por la mejora en los datos macroeconómicos, aunque ni ellos se los creen. Lo hacen sin admitir, que esos datos los obtenemos gracias a aplicar unas políticas impuestas por la troika que han servido solo para aplastar a los ciudadanos, y que tampoco en lo macro hay razones para felicitarse como hace Montoro que demuestra vivir en su nube particular. Un ejemplo de que nos mienten, son los test de estrés a la banca realizados por Bruselas, que contemplan que España seguirá en recesión hasta 2016, que el paro continuará subiendo hasta superar el 27%, y que los precios de la vivienda seguirán cayendo hasta 2016 casi un nueve por ciento más a sumar a lo que ya han caído.
 


Su optimismo no puede ser real, de serlo no es entendible qué se nos haya estado ocultando el coste real del rescate bancario. Ocultar datos no genera confianza (la pócima mágica de un gobierno del PP para nuestra economía), y se nos ha ocultado que Bruselas apunta a cifras entre sesenta mil y ciento sesenta mil millones el importe del rescate bancario, al incluir cuarenta mil millones de euros en ese computo en avales a créditos fiscales para reforzar el capital de la banca. Debe ser que tampoco le interesa al PP que esto se sepa en época electoral, pero después de todo lo expuesto, es difícil que alguien crea ya en los anunciados brotes verdes.
 

Mientras pintan un país idílico, el gobierno ha tenido que enviar a Bruselas sus planes reales de recuperación, donde curiosamente está previsto que apenas se reduzca la tasa de desempleo por debajo del 25%. Si contradicen sus propias previsiones, habrá que inferir que la realidad no importa en Moncloa, y que solo importan los votos, lo que suponen garantizado con culpar al PSOE, sin necesidad de presentar logros reales. 
 

Si alguien es capaz de encontrar en nuestro país, un solo  derecho, laboral o social, que haya mejorado con el gobierno del PP, debería escribir un manual para resolver el dilema de ¿Dónde está Wally? porque seguro que estaría capacitado para darnos lecciones en como buscar lo invisible. El PP se muestra como el campeón del cinismo, y mientras culpa de todo a los demás, no le duelen prendas a la hora de atribuirse como propio cualquier atisbo de mejora.
 
Pero como la verdad no tiene remedio, a su ejercicio de "humildad"  le ha respondido la EPA que dibuja un balance de como estábamos y como estamos. Para pesar de todos los españoles, el resultado es que en materia de empleo estamos mucho peor, y lo único que puede explicar que Rajoy vea en la encuesta “datos esperanzadores” es porque estamos en elecciones.
 
Esta actitud del gobierno es una invitación para manifestarse el 1º de Mayo contra la reforma laboral que nos ha traído hasta aquí.
 

martes, 29 de abril de 2014

Europa primero, pero sin olvidarse de primarias abiertas



Aunque parece lógico que el PSOE centre sus esfuerzos en la campaña de las Elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo, no es menos obvio que el Comité Federal tendrá que aprobar el calendario de primarias, y las últimas matizaciones al reglamento que las regulará, inmediatamente después de ese proceso electoral. Hasta ahora se están respetando los tiempos marcados por la Ejecutiva, pero todo se precipitará después de las  Elecciones al Parlamento Europeo, aunque la Federal intente continuar marcando los plazos.

Me declaro firme defensor de las primarias abiertas y por ello no me parecen aceptables los posibles pactos que puedan alcanzarse para evitar su celebración en cualquiera de los ámbitos local, autonómico y estatal. Si el PSOE ha sido el impulsor de las primarias en la vida política española, nadie entenderá pactos que las eviten, porque eso no solo supondría segar de raíz la voluntad de participación que hay entre militantes y simpatizantes, sino que restaría en los grandes valores que tiene ese proceso: ser un símbolo de pluralidad y de libertad de elección, ambos aspectos demandados por los votantes socialistas.

Para no aceptar un proceso de primarias abiertas, el argumento utilizado es  que pueden suponer un riesgo de división interna. Pero no es menos cierto, que eso solo puede ocurrir si los candidatos anteponen sus metas personales a la meta colectiva de la organización, y la sola duda sobre esto, supone una desconfianza para con ellos, puesto que si así lo hicieran, poco socialismo habría en esas posturas, y por tanto, mal candidato o candidata serían.

Si después de todo lo debatido sobre este sistema de elección de candidatos, el PSOE no celebrara primarias abiertas, sus rivales políticos aplaudirían hasta con las orejas, tanto por la izquierda como por la derecha. Las primarias suponen un cambio de primera magnitud en la manera de hacer las cosas en la política española, y el tiempo demostrará como el resto de partidos acabará asumiendo esa metodología, aunque cada uno le incorpore sus matices.

Pero para servir este método como modelo de regeneración democrática, deben ser primarias abiertas y lo más participativas y participadas que se pueda, aun corriendo los riesgos (que no niego que existan) de todo proceso abierto como este que se propone. Sabido es que quien no arriesga no gana, y es el momento de que el PSOE lo haga si realmente tiene voluntad de volver a ser partido de gobierno.

Donde se han celebrado primarias abiertas, la política ha ganado credibilidad, y el proceso ha supuesto una renovación en las formas, y han resultado positivas tanto interna como externamente para el PSOE. No es cuestionable que han supuesto una revitalización de las estructuras del PSOE, bastante eclipsadas en muchos pueblos y ciudades, y que con las primarias han visto como ha vuelto la cercanía de la visita a los pueblos, como se ha difundido el mensaje socialista en las redes sociales, como se han elaborado manifiestos, celebrado reuniones sectoriales y debates cara a cara entre los candidatos, y donde, para contradecir a los temerosos de rivalidades y rupturas internas, los candidatos y candidatas se han dado el trato que corresponde darse entre compañeros, que no rivales.

Pero pese a que la experiencia ha sido especialmente exitosa en la Comunidad Valenciana o Baleares, la Ejecutiva Federal no parece dispuesta a aplicarla en la elección de candidatos locales y autonómicos, dejando de lado que han sido demandadas por la militancia, e hiriendo con ello sensibilidades ya irritadas de por sí, lo que hace más cuestionables esos pactos a los que antes aludía. Algunas federaciones para evitar el choque frontal con la Federal plantean soluciones intermedias, como son las llamadas primarias mixtas ampliando los censos de electores solo con los simpatizantes, pero sin abrir el proceso para que los que quieran participar lo hagan. Es la vuelta al quiero, pero no puedo.

El PSOE debe recuperar la capacidad de motivar a sus votantes y hacerles recuperar la ilusión, conectando con la sociedad y los movimientos sociales, e implicando al conjunto de los  ciudadanos. Es la hora de que vuelva a mostrarse como un partido valiente y creativo, porque si continua mareando la perdiz, solo obtendrá lo que ahora ya tiene en abundancia, la crítica por su izquierda y su derecha, y el rechazo de sus potenciales electores. Las primarias abiertas son la manera de sentar las bases para que se recupere el liderazgo y la confianza de los electores no solo en el PSOE, sino en nuestra democracia y en el sistema de partidos.

La crisis nos está castigando a todos los ciudadanos españoles individualmente, pero si a algún partido político le ha hecho daño en sobremanera, ese ha sido el PSOE. No deja de ser curioso que el partido que ha manifestado en más ocasiones que para salir de la crisis hemos de hacerlo todos juntos sin dejar a nadie en la cuneta, ahora no intente encontrar la salida a su estancamiento electoral, contando con todo el que desee participar y sin dejar a nadie en el camino.

Como casi todo en la vida, la renovación en el PSOE es una cuestión de voluntad y decisión, y como partido político no puede olvidar, que la peor decisión es la que no se adopta. Y aunque ahora la lógica diga que toca centrarse en las elecciones europeas, alguien en el PSOE debería ser previsor e ir pensando, que la semana siguiente a la jornada electoral, estaremos en junio, mes en el que aparecen las primeras tormentas del verano.
 

jueves, 24 de abril de 2014

Corrupción y Poder Judicial

¿Qué es corrupción? La duda entre si un delincuente de cuello blanco merece ir a la cárcel o recibir una medalla al mérito por emprendedor. La respuesta a esa duda parece depender no de las leyes, sino solo de si resultó perdedor o ganador con su actividad, de si acabó en el infierno de Soto del Real o comprándose un barco de lujo. Decían en los años del franquismo que España era diferente respecto a otros países, y parece que cuarenta años después, nos empeñamos darles la razón a quienes así se manifestaban.
 
Y es que solo así podría entenderse, que nos cuente a los españolitos de a pie, que le faltan medios en la justicia, que las leyes son insuficientes, que se absuelve a los corruptos sin haber devuelto lo robado, o que se alargan los procesos para que prescriban los delitos. Y sobre todo, el sumun del cinismo de sus declaraciones, decirnos que “la Justicia favorece al poder”. Habría que recordarle que el Fiscal General del Estado es él, por si se ha olvidado, y que quien gobierna es quien ha hecho los recortes y quien puede dotar al sistema judicial de esos medios que reclama, el mismo poder que a él le ha nombrado y con el que a diario se muestra sumiso.
 
Digo esto, porque que el fiscal general denuncie la falta de medios y de leyes contra la corrupción, solo puede significar, que cuando despacha con el ministro Gallardón, no deben hablar de los problemas de la justicia en España, sino de a quien han expulsado en “supervivientes” o de si el partido de anoche mereció ganarlo uno u otro equipo. Aunque se ponga a despejar balones el Fiscal General, la corrupción es hoy el motor del sistema por el que se nos administra.
 
España más que diferente, resulta éticamente impresentable por mucho que nos pese. El gobierno ha propuesto unas medidas anticorrupción que necesariamente deben quedarse cortas, y las reformas del Código Penal en esta materia seguirán siendo solo parches mientras se preocupen solo de aumentar las penas, olvidándose de lo más importante: hacer justicia. Y eso solo puede lograrse agilizando los procesos, no dictando las sentencias, muy a destiempo y cuando el daño en la mayoría de los casos es ya es irreparable.
 
Los ciudadanos defensores de lo público, vemos cada día como presuntos delincuentes se van de rositas porque la Administración en el acto del juicio no ha presentado cargos, por considerar que el presunto delincuente (cargo público o financiado con dinero público) ha obrado correctamente y no aprecia perjuicio para el interés público. Desde esa misma Administración, se pasan la vida denunciando el mal funcionamiento de las cosas, pero nadie pone soluciones sobre el tapete con los recursos suficientes para aplicarlas.
 
Debemos convencernos de que pretender que quienes legislen contra la corrupción política sean los políticos, es igual que poner el zorro a guardar gallinas. Cuando según el Tribunal de Cuentas esta investigados (eso sí, cuatro años tarde) trece partidos y más de veinte fundaciones, y se sigue aplazando acabar con la corrupción, solo podemos pensar que quien debe hacerlo, no está interesado en hacerlo. Es así de sencillo y de triste.
 
Pero lo más grave de esta situación, no es lo que señala el fiscal, sino que los ciudadanos hemos perdido la esperanza, y cada día es más fácil pensar que no se puede esperar ningún cambio. Porque no solo el Fiscal General es parte del poder político, sino que también los miembros del Tribunal Supremo y del Constitucional son pactados por lo grandes partidos, sin olvidarnos que la guinda del pastel es el ministro de justicia, hoy Gallardón, ayer otro porque había otro partido en el gobierno. Este sistema de designación hace imposible creer en la independencia del poder judicial.
 
Que Floriano diga que el PP ha colaborado con la justicia en la Gurtel o que el Fiscal nos diga que faltan medios y leyes, no es creíble para nadie si a la vez sabemos que quien lo nombró fiscal ha sido el mismo dedo que nombró a Floriano, solo contribuye a que la desesperanza crezca. Y las declaraciones del Fiscal General del Estado parecen ser parte de la misma estrategia del Papa Francisco, decir lo que los ciudadanos queremos oír, para luego acabar no haciendo nada.
 
No es pesimismo, porque me gustaría equivocarme. Es desconfianza en la regeneración de nuestra democracia que este país necesita, lo que me parece aún peor.

jueves, 17 de abril de 2014

Arias Cañete, un personaje con pasado


 La presentación del candidato del PP a las Elecciones al Parlamento europeo tuvo lugar en Toledo. Fue un acto en el que no se presentó  ninguna propuesta del programa electoral, pero en el que si se volvió a utilizar la herencia recibida y el miedo a “si no gana el PP”, como grandes argumentos de la campaña que iniciaban. Según los halagos que le hizo el presidente del Gobierno, cada vez que veamos a Arias Cañete, todos los españoles sin excepción debemos hacerle la ola entre vítores y aplausos, ya que según Rajoy, es ”el mejor candidato que se podía elegir para ganar y trabajar con crédito en Europa por resolver los problemas de los españoles”.
 
No es raro que se destaquen los valores de un candidato por parte del presidente de su partido, y que se ensalcen sus logros en política (que seguro los tuvo en su etapa como parlamentario europeo). Pero de ahí a intentar disfrazar a un personaje maniqueo como inmaculado y adalid de la honestidad, hay un largo trecho. La primera muestra de que Arias Cañete no es tan decente como Rajoy lo pinta, y de que el candidato acostumbra a actuar en política saltándose cualquier regla que pueda resultarle incomoda, lo demuestra al hacer su primer mitin electoral desde la mesa del Consejo de Ministros en Moncloa. Aprovecharse de su cargo y del lugar desde el que hablaba para hacer campaña y presumir de su experiencia es una falta de ética, y hacerlo con una frase demostrativa del pensamiento cuartelero del personaje: "He hecho mucha mili en la garita de la Unión Europea", es además de mal gusto.
 
Tendrá que ser el electorado quien el 25 de mayo le juzgue y le demuestre su confianza en que resolverá los problemas de España en la UE, pero desde luego su ya larga trayectoria en política no augura que sea el perfil de alguien que atiende a las necesidades de nuestro país. Cañete simboliza lo peor del PP, un partido que no ha dudado en emplear la mentira sistemática, y en el que encaja perfectamente, y son muchos los asuntos, frases y decisiones que hacen pensar que no resolverá nada distinto a aquello en lo que él no tenga un interés personal.
 
Como responsable del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha sido el ministro de las subvenciones, del untamiento empresarial y de las regulaciones anticompetitivas, que ha beneficiado a las grandes explotaciones, mientras se hundía el pequeño agricultor, amén de  mostrar desprecio por las iniciativas de protección ambiental. Para un país que ve en la corrupción y en la clase política dos de sus grandes problemas, conocer al personaje hace que esa imagen de “lo mejor posible” que el PP trata de vender diste bastante de lo que necesitamos para mejorar la calidad de nuestra democracia.
 
Han sido muchos los episodios en su gestión donde apareció el tufo del tráfico de influencias: colocó a su cuñado como presidente de la Sociedad Estatal de Caución Agraria y a su hija en la Comisión Nacional de los Mercados y Competencia (CNMC); favoreció a compañeros de partido al contratar como directivo en TRAGSA al yerno del diputado del PP Gabino Puche o como gerente de TRAGSA-Madrid al exalcalde del PP en El Escorial, y todo ello mientras la empresa acometía el mayor ERE de su historia,
 
Arias Cañete está acostumbrado a moverse entre las incompatibilidades de su cargo y sus intereses personales. Ejemplos son que su esposa fue investigada por recibir ayudas de la PAC en una operación de posible ingeniería financiera; que mientras ocupaba cargos públicos como concejal del Ayuntamiento de Jerez, senador por Cádiz, parlamentario europeo y ministro de Agricultura sus empresas recibieron 251 millones de ayudas; que ocultó al Parlamento Europeo que era consejero de una empresa agraria; que se publicó que administró empresas situadas en paraísos fiscales; que estuvo relacionado con el llamado caso de los DNI falsos uno de los mayores fraudes fiscales (blanqueo de más de 2.000 millones de dinero negro generado por industrias del sector agropecuario); o que .siendo portavoz de Agricultura no informó a la Cámara europea sobre sus intereses en un asunto en que intervino saltándose el reglamento de esa cámara.
 
Es el ministro del gobierno que más patrimonio ha declarado: 1.731.949,03 euros, con más de un millón de euros en inmuebles y el de resto de bienes muchos procedentes de herencia familiar. Es propietario de un 2,5% de participaciones en la petrolera Dúcar S.L, con vinculaciones al Estado, aunque la Ley de Conflictos de Intereses obliga a inhibirse al alto cargo que haya dirigido una empresa en los dos años anteriores a su toma de posesión, con independencia del porcentaje de acciones que tenga. No es precisamente un ejemplo de los españoles afectados por la crisis.
 
Arias Cañete está en política desde joven y ha ocupado cargos públicos desde tiempo inmemorial. En su curriculum figuran frases que definen su carácter y su forma de entender la sociedad: de chabacanería en Jumilla 2000 sobre el Plan Hidrológico Nacional: "No, salir, sale por cojones....Porque el Plan Hidrológico o sale en esta legislatura o no sale nunca, tenemos mayoría y esta vez sale por narices... va a ser un paseo militar."; en Jaén, dio una muestra de machismo al afirmar "El regadío hay que utilizarlo como a las mujeres, con mucho cuidado, que le pueden perder a uno"; muestra su xenofobia al achacar a los extranjeros el colapso en las urgencias, o al proponer regular el uso del velo islámico; de señorito andaluz en frases como "Aquellos camareros maravillosos que teníamos, que le pedíamos uno cortado, un no sé qué, mi tostada con crema, la mía con manteca colorada de cerdo, y a mí uno de boquerones en vinagre y venían y te lo traían rápidamente y con una enorme eficacia".
 
En materia medio ambiental también ha protagonizado algunos episodios sonados como cuando Bruselas tuvo que frenar su intento de ampliar la caza del Lobo ibérico, o cuando rechazó el texto de Sanidad que advertía sobre el riesgo del plomo de caza, o cuando en el peor verano de incendios de la última década en España (Canarias, Andalucía, Castilla La Mancha, Galicia y Alicante), él estaba en los toros con la excusa de acompañar al Rey. Y por si lo anterior es poco, valga como colofón su reforma de la Ley de Costas que alarga las concesiones y autoriza nuevos usos en primera línea.
 
Arias Cañete es la antítesis de la descentralización europea cada vez más necesaria para los países del sur como el nuestro, y uno de los protagonistas del reformismo liberalizador que nos ha traído los recortes al estado del bienestar. Que de él se diga que "se mueve como pez en el agua en las instituciones europeas", solo viene a acreditar su vacío ideológico en lo social, indispensable para ser alguien en la actual UE, y que es un verdadero político profesional europeo del grupo de los que tienen pocos escrupulosos.
 
Es conocido su interés por la industria del automóvil y el sector del juego, donde también tiene intereses, pero su gran mérito es haber sabido capear las tormentas como un corcho que siempre flota. No sé si un político que es conocido no por su buena gestión, sino porque se ducha con agua fría, se come los yogures caducados, y también come insectos: “Fritos y pequeñitos no son desagradables”, es lo que nuestro país necesita ahora. En cualquier caso, esperemos que no practique el canibalismo con los ciudadanos españoles desde Bruselas, lo que con este personaje no es descartable.

sábado, 12 de abril de 2014

El “España va bien” de Rajoy


Hace unos días escuchaba a Rajoy decir que “Fuera de España nos miran como ejemplo de cómo salir de la crisis”. Y puede que lleve razón en que nos miren, pero no con admiración por salir de una crisis en la que permanecemos, sino  por la paciencia que tenemos los españoles con nuestros gobernantes. Seguro que nos mira con asombro, porque en ningún país se entiende como aguantamos la situación que vivimos con tanta pasividad.
 
De quienes seguro que somos la “admiración” es de nuestros acreedores, porque hasta hemos modificado la Constitución para garantizarles que van a cobrar hasta el último euro de nuestra deuda (esa que ahora es completamente pública) y que por eso la pagaremos el pueblo español, día tras día, en varias generaciones dado su volumen, pero nosotros, no los que nos han robado el futuro llevándoselo calentito.
 
También seguro que somos, más que admirados, “envidiados” por los gobernantes de las repúblicas bananeras, envidiosos de nuestro gobierno que con citar la herencia recibida, considera más que justificadas las barbaridades que está haciendo con su pueblo. Ya quisieran ellos poder decir lo mismo en sus países con igual resultado que aquí: el silencio.
 
Los españoles parecemos no entender, que si en los últimos años del PSOE las cosas se hicieron mal, ya se les quitó del gobierno, y eso en ningún caso puede ser la coartada que justifique que el PP nos esté hundiendo a los ciudadanos de a pie aún más, que no a la banca ni a los grandes empresarios. Y con el agravante de que lo hace para sacar a estos de sus problemas a costa de la mayoría de los ciudadanos. Si se analiza la acción de gobierno del PP en dos años en los que ya es suya toda la responsabilidad, se ve meridianamente claro que la mayoría de sus políticas no son fruto de ninguna herencia recibida, sino que son ideológicas. Son políticas que priman lo privado y penalizan a la siempre pagana clase media y, como no, más aún a los pobres, esos que para el PP solo existen en época electoral.
 
El gobierno saca pecho presumiendo de habernos sacado de la crisis, pero no da datos ni explica las razones de cómo lo ha conseguido. Frente a esa versión gubernamental lúdica de la situación, España cada vez se acerca más en sus cifras sociales a las de los países de Europa que viajan en el tren de cola. La mejora de la macroeconomía no depende de nuestro gobierno, sino que la controla el BCE con sus medidas, pero el acatamiento a esos dictados del banco europeo son los que han triturado a la sociedad española. Mientras lo que si depende de la política económica nacional, como es la economía de las políticas sociales, va de mal en peor.
 
Nuestro presidente parece adormilado, pendiente de los votos e incapaz de concentrarse en la puesta en marcha de una estrategia de país seria, y en todo momento como si sus decisiones estuviesen desligadas de lo que los ciudadanos consideramos nuestras necesidades. Esas son las causas de que en la calle, la sensación es que se persigue a la clase media, a los parados, y a los jubilados, y que nadie la escucha y está sometida a un gobierno que vive en otro planeta.
 
La estrategia de este gobierno es la de permanecer sordo y casi mudo, ocurra lo que ocurra. Lo que no se cuenta en sus diarios y medios afines, para el gobierno no existe, y como los marhuendas no lo cuentan, no se entera de que acusan a su presidente y a la Secretaria del partido del gobierno de haber cobrado en B, y de que en su partido siempre han tenido una contabilidad B, y lleva financiándose ilegalmente desde la noche de los tiempos.
 
Tampoco se enteran de que la deuda del país se acerca al 100% de nuestro PIB, de que el paro no desciende sino que lo que bajan son los que figuran en las listas del paro, de que el empleo como consecuencia de su reforma laboral es precario y de baja calidad, de que la pobreza ha aumentado, o de que economistas como el Nobel Joseph Stiglitz auguran a los países del sur de Europa que lo peor de la crisis está por llegar. Como eso tampoco lo dicen en sus televisiones y diarios, pues no existe.
 
Si se enterarán de eso, no podrían afirmar que somos ejemplo de buenas prácticas para nadie. Pero lo que tampoco le dirán los medios afines es que en cualquier democracia moderna, con lo que está ocurriendo en España, sería mayor el número de dimisiones que el de parados que encuentran empleo cada mes.  Aquí no, tal vez por eso también Rajoy cree que le admiran desde fuera por ser el gobierno de la impunidad.
 
Ya sé que algunos lectores pensaran que solo me meto con el gobierno. No es cierto, también lo hago con la oposición, aunque en estos días de la oposición no hablo, porque algunas mañanas cuando despierto, no les encuentro por ningún lado.

miércoles, 9 de abril de 2014

A proposito del referendum en Cataluña


El debate en las Cortes sobre el derecho a decidir la celebración de un referéndum en Cataluña (no era un debate para decidir ya sobre su independencia), tiene gran importancia para todos los ciudadanos, pero se ha convertido en un debate descafeinado, porque el anuncio de las posiciones de los grupos políticos ha hecho que su resultado se conociera de antemano.
 
Pero eso no puede llevar a calificarlo de debate estéril o inútil, aunque no resuelva el problema. Ni debemos pensar que no tendrá consecuencias, porque las tendrá y serán muchas. Quizás la más perceptible, es que el contenido de ese debate, por el posicionamiento del gobierno, ha supuesto un impulso gigantesco a favor del independentismo catalán.
 
Salvo un ciego por voluntad propia, todos vemos que la España de hoy no es la de hace treinta años cuando se redactó la Constitución, y aunque hoy la mayoría gobernante haya negado la autorización solicitada, será muy difícil que con el tiempo no llegue el día en que se podrán pronunciar libremente mediante una consulta apoyada en la propia Constitución, esa que hoy parece el principal obstáculo. El tiempo, más tarde o más temprano, se llevará por delante el actual ordenamiento territorial de nuestro país y las absurdas prohibiciones que nuestro marco jurídico conlleva.
 
Siempre me sentí ciudadano el mundo, y nunca me gustaron las fronteras, por eso creo sinceramente que los españoles y catalanes juntos, podemos hacer frente mucho mejor a los retos que serán muchos en el futuro inmediato, pero dicho esto, en nombre de la libertad y el respeto a los demás debemos defender el derecho que tenemos todos los ciudadanos, a pronunciarnos libremente sobre cualquier cuestión, incluida la independencia de un territorio.
 
En democracia, la ley siempre debe someterse a la voluntad del pueblo, y si una ley no satisface esos deseos debe ser modificada por ese pueblo. La postura inmovilista y férrea del PP de Rajoy, aunque la disimulen diciendo a Cataluña que proponga un cambio constitucional, hace pensar que reniegan de los orígenes de su partido, formado por muchos que votaron contra la Constitución, y que ahora niegan la posibilidad de modificar esa Constitución para dar cabida a nuevas demandas, hoy de Cataluña y mañana de cualquier territorio.
 
Pero sobre todo, ha llamado la atención por lo patético que llega a resultar, escuchar a Rajoy hablando de dialogo, cuando él no dialoga ni con los suyos, y su obstinación anti catalanista le llevo a recurrir un Estatut, aprobado en referéndum por el pueblo catalán, que hubiese evitado llegar a donde hoy nos encontramos. El discurso más nacionalista que se ha escuchado en el debate ha sido el de Rajoy, propio de un ultranacionalista español, y con cada palabra, y cada aplauso de sus fieles, solo consigue que más catalanes se sientan independentistas.
 
Me ha gustado la frase de Rubalcaba “No nos gusta que se obligue a optar entre ser español o catalán”, porque a mí tampoco me gusta que se me obligue, ni a esto ni a nada. Pero creo que Rubalcaba se quedó corto y debió apostar por no solo por un estado federal, sino además laico y republicano, (aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid) frente al inmovilismo del PP.
 
No entiendo algunos comentarios en los informativos de desprecio al planteamiento catalán, incluso tachando de xenófoba su actitud para con el resto de españoles. Curiosamente el CIS publicaba hace un año una encuesta que mostraba como los ciudadanos de diversas CCAA creían  necesario para considerar a alguien de su territorio que hubiera nacido en él y muy pocos consideraban suficiente que alguien se sintiese de allí. En cambio en Cataluña se consideraba suficiente que alguien se sintiese catalán, para considerarlo catalán. Habrá que preguntarse si no somos más xenófobos los demás que los catalanes.
 
Muchos pensaran que el problema es que un supuesto referéndum sería favorable a la independencia, pero el miedo no es al posible resultado, sino el referendum en sí. Digo esto, porque realizar una consulta supondría que dar al pueblo la capacidad de decidir, y puede que a partir de ese momento los ciudadanos  quisiéramos decidir también sobre otras cuestiones importantes, y eso choca con los intereses de los partidos políticos. No deja de ser sorprendente qué un gobierno elegido por el pueblo tenga pánico a que el pueblo decida.
 
Llevando al último extremo el argumento de que la decisión corresponde a todos los españoles y no solo a los catalanes, me permito hacer una propuesta: que decida el pueblo español celebrando una consulta en todo el estado, para decidir si se aprueba celebrar el referendum autonómico solicitado sobre la independencia de Cataluña. Ya sé que a algunos les sonará a disparate esta propuesta, pero en realidad sería dejar que sea todo el pueblo español el que decida, vamos, aquello que se llama la democracia en su máxima expresión.
 
El inmovilismo sólo trae retroceso y al final el tiempo decidirá lo que ayer la mayoría parlamentaria no fue capaz de afrontar. No aceptar que las cosas en política pueden cambiar es una postura fascista, propia de los orígenes franquistas de nuestra democracia. Dicen que la dictadura perfecta es aquella en la que los ciudadanos estamos convencidos de vivir en una democracia.
 

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