domingo, 1 de octubre de 2023

CAMBIO DE FASE



Se acabo la fase uno con Feijoo. Entramos en la siguiente fase, esperemos que, con Sánchez, porque el monarca es competente para darnos sorpresas.
Entre tanto el fuego amigo continúa. Mientras los barones del PP dan crédito a su líder para intentar poner todos los palos posibles en las ruedas después de su derrota, en el momento que le toca a Sánchez salir a escena, nos encontramos a los chinches de siempre. Page no deja de crear dudas sobre las decisiones de Pedro Sánchez, y su capacidad para negociar. Digo yo que, si en 5 años aún no conoce sus capacidades para mantenerse en pie, es porque no quiere aceptar lo evidente, y además resulta una actitud ingrata con alguien que siempre le ha apoyado. ¿Tanto le cuesta ser humilde?
Mientras, el independentismo plantea sus máximos, incluso piden la luna sabiendo que no la alcanzarán. Tras la fallida investidura de Feijoo, ya ha empezado el ruido y la derecha se emplea a fondo para subir la tensión todo lo que puedan. La respuesta ha sido clara: si hay que ir a elecciones se va, pero ni en Ferraz ni en Catalunya piensan que esa sea la escena final.
El independentismo tiene que hacer algo, porque sus resultados electorales los sitúan en Catalunya detrás de Psoe, Sumar, e incluso del PP, y eso para cualquier analista sugiere que pueden pedir referéndum, pero que, si le dicen de realizarlo mañana, lo rechazarían porque lo verían perdido. El gobierno necesita no negociar un acuerdo de investidura sino un acuerdo de legislatura, y eso sitúa a ambos negociadores fijando objetivos más a largo plazo que a corto.
La piedra angular de lo que vaya a suceder está en el poder judicial. Lo que diga el TEDH será determinante. Sin esperar al encargo del rey, la asociación de fiscales conservadores ha demostrado que están dispuestos a todo, incluso a hacer el ridículo ante la UE, porque su carta no es jurídica sino política. Acusan a Sánchez de que al aprobar una amnistía se estará metiendo en el terreno del poder judicial, pero no se dan cuenta que ellos, con estos movimientos impropios, se están metiendo en el terreno de la política.
En realidad, la amnistía la interpretan como un reproche a la justicia que les acusa de que pudieron pasarse de frenada con su actuación, y eso no lo toleran, ya no solo que se admita, sino que ni tan siquiera se cuestione. Olvidan que en el legislativo es donde reside la soberanía popular y no en ellos. Pero mientras se forma o no gobierno, todo parece valerles antes de que puedan llegar a plantearse si se excedieron o no con sus actuaciones los magistrados y los fiscales. Eso es lo que ha de dilucidar el TEDH. Y temen verse desautorizados.
Decía que aún el jefe del Estado no ha designado al próximo candidato a la investidura, pero según muchos columnistas de la derecha, eso significará el suicidio de España. Aseguran que Feijoo no haría nunca algo así, claro que para eso ya tienen a Ayuso la patriota, capaz de mantener sin luz a los niños de la Cañada Real, o de siguir presumiendo de un protocolo en las residencias de mayores, responsable de que muchos ancianos madrileños murieran sin asistencia médica.
Patriotismo bien entendido, pero eso para Feijoo queda ya en una segunda pantalla de su juego, ahora lo importante es mantener el ruido, demasiado ruido, tanto ruido y al final por fin el fin, que diría Sabina.
Pero empecé con Page y con él termino. Le he oído afirmar que una amnistía no sería legitima porque debería contar con el voto de los independentistas para salir aprobada en el Congreso, y eso es como si se auto amnistiaran. Es como si una ley de protección a la mujer no pudiese ser aprobada por las diputadas. ¿Habrá pensado que él ha sido investido presidente de CLM con los votos del Psoe, su partido, y que siguiendo su razonamiento resultaría que se ha auto investido?

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