sábado, 29 de julio de 2017

¿Podrá Sánchez romper en provincias el clientelismo de años ?

El socialista Pérez Galdós denunció el caciquismo como forma de perpetuar el fascismo, la mala praxis y las jerarquías en la sociedad. Quizás por eso, a lo largo de la historia ha sido  difícil que desaparezca la sombra de la duda sobre la imparcialidad de los aparatos de los partidos en los procesos internos. En el intento por conseguirlo, están las modificaciones estatutarias que casi todos los partidos han incorporado, y que ahora en el 39 Congreso, el PSOE ha incorporado en sus estatutos, con una cláusula que impide a los candidatos ocupar puestos de responsabilidad en el partido, desde el momento en que son aspirantes a algún cargo a través de primarias. En aras de alcanzar la mayor transparencia y limpieza en esos procesos, la cláusula obliga a cualquier miembro de una ejecutiva a abandonar temporalmente el cargo orgánico que ostente, incluso al Secretario general o al de organización.

Pero, aún con esa nueva norma ya en vigor, y conociendo lo que son los aparatos (locales, provinciales y regionales) donde las mismas personas están instaladas desde hace años, la pregunta que me surge es ¿Podrá Sanchez garantizar la limpieza y transparencia en todos los procesos provinciales y locales que van a celebrarse? No es raro hacerla, y menos tras los resultados de Valencia y Extremadura, donde los aparatos regionales anteriores han utilizado todos sus resortes para no ser desplazados. O lo previsto que acontezca en Andalucía, donde ni siquiera  habrá una candidatura frente a Diaz. No estoy seguro de que  Sánchez lo consiga, y de lograrlo, no le resultará fácil.

No se descubre nada nuevo al afirmar, que los muchos años de ejercicio en cargos de responsabilidad de algunos,  les han permitido crear muchas tramas clientelares en los alrededores del poder. Si existen en algunas localidades alrededor de alcaldes con varios mandatos sucesivos, mucho más acentuado es la presencia de ese clientelismo, alrededor de los llamados barones. Su figura ha venido a rellenar el vacío social dejado por la figura ( clásica en nuestra historia reciente) del cacique local, tan  tradicional a finales del siglo XIX y principios del XX. La figura del personaje notable por el que pasaba cualquier decisión que pudiese afectar a la comunidad en la que ejercía su influencia, fue un clásico en esta España nuestra, sobre todo en Andalucía, Galicia y en Castilla.

La existencia de estos personajes estaba ligada a la corrupción electoral, bien por usar su capacidad de influencia para un objetivo político, o por saber emplear su poder económico. Históricamente fueron individuos que actuaban como verdaderos dueños de la sociedad. A ellos se vinculaba la adulteración del voto, la manipulación de los electores y la realización de trampas en el proceso electoral. Si ellos pactaban la victoria de un partido, todo valía, inclusive falsear los resultados, para que ese partido consiguiera una amplia mayoría parlamentaria. Su existencia está muy documentada en el medio rural, donde era común que los ricos propietarios la ejerciesen sobre los jornaleros que empleaban, pero también la ejercían  abogados, médicos o funcionarios, pero también está documentada su presencia en las ciudades. Utilizaban su influencia, para orientar el voto, y luego agradecían esa obediencia con favores.

Estos personajes tampoco le hacían ascos a falsificar censos, comprar votos, manipular actas electorales, amenazas veladas a los lectores, etc. Por eso me pregunto ¿Existe el riesgo de que en el siglo XXI siga vigente ese clientelismo? En el sentido clásico no, pero si sigue existiendo un clientelismo político en democracia, mucho más visible en los procesos internos de los partidos, la materialización del “yo te doy para que tú me des”. Y con quien más fácil resulta ejercer esa influencia es con los representantes locales, responsables e pequeños municipios donde toda ayuda es poca, y donde impera el dicho de “quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”. Quienes ejercen el poder de decisión en instituciones de ámbito supramunicipal, saben que una subvención o una ayuda extraordinaria, pueden remover conciencias y convertir al más feroz rival, en un fiel colaborador. El beneficiado no es individual sino colectivo,
pero el mecanismo utilizado es idéntico al clásico, e invita a pensar que aún funciona esa especie de patronazgo político. Incluso en muchas ocasiones, existe afecto personal entre las partes o afinidad de  concepciones religiosas, en lugar de un modelo de sometimiento.

Unamuno opinaba que el caciquismo era la consecuencia de la falta de cultura y de la falta de amor al trabajo. Hoy existen unas estrategias concretas de poder, capaces de impedir los cambios en el ámbito local, provincial e incluso regional, por esa ausencia de cultura política, y que suelen estar impulsadas por gente que prefiere dedicarse a la intriga en lugar de al trabajo. Todo depende del volumen de recursos disponibles que puedan distribuirse, porque este nuevo clientelismo político aprovecha siempre la desigualdad de poder existente, que en muchos casos no es intelectual, sino la consecuencia de las estrategias existentes para acceder a los recursos. El objetivo del superior, es mantener el control político sin necesidad de un esfuerzo organizativo, aprovechando la falta de conciencia en el perceptor, de que lo que le otorgan no es suyo, sino público.

No será fácil desplazar a quienes llevan años en las poltronas, pero el objetivo ha de ser  lograr un cambio en el modelo de partido, no de conseguir que un nuevo aparato partidista suplante al anterior, pero manteniendo sus mismos vicios y servidumbres. Si antaño eran los notables quienes ejercían el control político por su posición social, ahora han sido sustituidos por políticos profesionales, que actúan como delegados del partido que los ha nombrado, pero que no sirven al interés general del partido, sino a la facción de ese partido que les mantiene en sus cargos. Aprovechan esa escasa cultura política de muchos munícipes tan particular, concretada en la frase tan oída “mi pueblo es lo primero". Muchos no lo saben, pero el deseo del dirigente local por favorecer a su pueblo a cualquier precio, le convierte en cliente del cargo de mayor nivel. Es legitima su posición como dirigente local, así podrá arreglar calles o construir polideportivos, aunque no conseguirá cambiar la mentalidad de sus gobernados.


Por esa cultura de siglos es por lo que afirmo que no lo tendrá fácil Sánchez para cambiar los aparatos provinciales. Ya se sabe que quienes se muestran como los más incondicionales, suelen ser los primeros en cambiar de bando cuando llegan los momentos difíciles, sobre todo en provincias con mucho peso de la ruralidad. El mundo rural tiene muchas necesidades y cubrirlas, para muchos bien vale cambiar al árbol que más calienta. Ser pobre le convierte en moneda de cambio

jueves, 27 de julio de 2017

RAJOY DEMUESTRA QUE NUESTRAS LEYES SON DEMASIADO JUSTAS PARA CUMPLIRSE


La Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, que conocemos como Código Penal, dice en su artículo 460 que “Cuando el testigo, perito o intérprete, sin faltar sustancialmente a la verdad, la alterare con reticencias, inexactitudes o silenciando hechos o datos relevantes que le fueran conocidos, será castigado con la pena de multa de seis a doce meses y, en su caso, de suspensión de empleo o cargo público, profesión u oficio, de seis meses a tres años”. Era la gran ocasión de Rajoy para decirnos la verdad, aunque nadie esperaba que lo hiciera y no lo ha hecho. Todo apuntaba a que se callaría "alguna cosa", pero no a que un testigo pueda mentir.
Ha demostrado que nuestras leyes son demasiado justas y hermosas para cumplirse, pero también demasiado etéreas para poder interpretarse según convenga al caso. Ha demostrado que tenemos como máximo responsable del gobierno, a alguien capaz de conocer datos sobre un caso de corrupción en su partido, decirle al primer colaborador que pasaba por allí “encárgate tú, que a mí me da la risa”, y a partir de ese momento olvidarse por completo del asunto y de todo lo relacionado con el. Hemos asistido a la declaración de alguien que se otorga el mérito de ser el adalid de la lucha contra la corrupción en nuestro país. La impresión general y generalizada es que hemos asistido a una tomadura de pelo en vivo (nada de en diferido), a un acto de puro cinismo del personaje, y que convierte en cínicos a quienes ven en él a un estadista capaz de llevar sobre sí la presidencia de un gobierno. Porque Rajoy no ha dejado de ser el Mariano que todos conocemos, y en su papel ha contado con la ayuda del presidente de la Sala, declarando no procedentes algunas preguntas, con lo que le ha ayudado a salvar el culo.
Treinta y una preguntas con repuestas como estas:”... yo no sé dónde,... yo no sé cuál,... no sé qué cosa,…habrá que averiguarlo,…yo nada vi,…yo nada oí,…yo nada sé”. Las respuestas iban dirigidas a los ciudadanos, no a los jueces, como parte de una lección bien aprendida, de una pieza bien orquestada. Acudía como ciudadano, pero se ha sentido como presidente del gobierno, porque se le han permitido respuestas que un tribunal no permite a cualquier ciudadano. Hemos visto que cualquiera podemos ser culpable de la Gürtel menos él. Han convertido en una falacia la afirmación de que la justicia es igual para todos. No tenía necesidad de decir ninguna verdad, porque le bastaba con no pillarse los dedos. Otra demostración más, de que estos gobernantes consideran a los ciudadanos, sencilla y llanamente, tontos.
Curiosamente no ha culpado ni a Blesa ni a Rita Barberá, pero si a la marquesa Aguirre, con lo que nos ha demostrado su respeto a los que están muertos del todo, pero que no le importa acusar a los cadáveres políticos de su partido, haciéndoles responsables de todo. En resumen, una declaración rebosante de inmoralidad y falta de ética, aunque debemos esperar que los medios afines al gobierno, llenen sus titulares y tertulias con frases como “normalidad democrática”, “colaboración con la justicia”, “todos somos iguales ante la Ley”, etc. Por muy bonita que los marhuendas y otras hierbas afines nos la vistan, la realidad es que hemos asistido a teatro, una declaración que ha sido puro teatro, con muchas horas de ensayo, para que la función sea creíble.
En resumen, todo apunta a que recuerda todo perfectamente: sobre todo recuerda que no se acuerda, que no lo sabe y que no le consta. Es registrador de la propiedad pero no se entera de nada. Reitero que ha sido teatro, porque no es creíble, que no sepa nada quien ha llegado a ser Presidente de una Diputación, director de campaña electoral de Aznar, luego ministro con él, presidente del PP y ahora, presidente del Gobierno, no sepa de números ni contratos, que nadie le informe ni le rinda cuentas, que nombre tesorero a Bárcenas, a Rato para Bankia, a Mato en Sanidad, a Soria, y a una lista interminable de condenados o investigados, y afirme que no sabe nada, que ni siquiera le informaban de estas cosas, ni nada sobre los escándalos de corrupción que recaen sobre su partido.
Todo ello aderezado con su soberbia característica, con la falta de respeto al españolito de a pie. Pero Rajoy no es responsable ni política, ni económicas, ni moralmente. La responsabilidad de lo que hemos visto hoy es nuestra. Solo es entendible que al final se confiese “tranquilo” porque pese a todos estos dislates, ocho millones de españoles se creen sus milongas. Nos dice que llueve, pero en realidad nos está meando.
Una imagen patética de lo que en teoría, y solo en teoría, se califica de estado de derecho. Queda confirmado que cualquiera, por muy indecente que pueda llegar a ser, sirve para llegar a presidente del gobierno. O mejor, del desgobierno.

lunes, 24 de julio de 2017

NO CUMPLIMOS COMO PARTIDO NUESTRAS FUNCIONES SEGÚN SE AFIRMA EN LA PAG 140 DE LAS RESOLUCIONES DEL 39 CONGRESO


¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO DESDE ENTONCES PARA CUMPLIRLAS? Veamos...

Las funciones de un partido político son básicamente cuatro y actualmente el PSOE no está cumpliendo adecuadamente con todas ellas.
En primer lugar el papel central de un partido político es formular programas que permitan llevar a la práctica la defensa de los intereses y aspiraciones de la mayoría social. Para ello, hay que tener claro cuál es el nuevo proyecto del socialismo para el siglo XXI en coherencia con los principios socialdemócratas.
La segunda función de un partido político es contar con cuadros competentes y garantizar una formación permanente y de calidad a sus afiliados y afiliadas y cuadros para que puedan ejercer de manera óptima, con garantías de lealtad con el proyecto socialista y con honestidad y competencia las funciones de representación y de gestión democrática de las instituciones. Ello implica una buena capacidad de preselección de candidatos adecuados y de formación de cuadros políticos. Sin embargo, el sistema de selección de candidatos y de cuadros políticos en el PSOE ha llegado a ser endogámico y presenta carencias que han dado lugar a problemas de agotamiento. El talento de nuestra militancia debe ser valorado y aprovechado, para que la organización pueda beneficiarse de la inteligencia, el conocimiento, el trabajo y la experiencia de miles de militantes.

La tercera función básica de los partidos consiste en hacer llegar la política a la ciudadanía. Lo que implica rendir cuentas, como corresponde a una organización que cree en la democracia y la pone en práctica, y generar lazos abiertos y enriquecedores con la sociedad. Sin embargo, el funcionamiento actual del PSOE presenta insuficiencias, habiéndose debilitado últimamente los vínculos con la ciudadanía, existiendo síntomas de desconexión con algunos de los sectores más dinámicos de la población.

La cuarta función consiste en canalizar la participación política de los ciudadanos, de acuerdo a lo que se estipula en la Constitución Española, lo cual supone reconocer y potenciar la capacidad de éstos para intervenir en las decisiones políticas. Esto nos compromete también con la regeneración democrática.

Que cada uno/a piense en su agrupación, su provincia, su región y el ámbito federal y analice el grado de cumplimiento.

NO LO AFIRMO YO

No lo afirmo yo, se afirma en la página 140
La participación y el empoderamiento de la militancia, la transparencia, la eficacia, la apertura del PSOE y de las Casas del Pueblo a la sociedad española y a las organizaciones progresistas, la rendición de cuentas, serán señas de identidad de una nueva época. En algunas ocasiones hemos aprobado reformas muy importantes en nuestros Congresos, que posteriormente no han llegado a hacerse realidad; es el momento de cumplir aquello a lo que nos comprometemos, también en los aspectos organizativos del Partido.

No lo afirmo yo, se afirma en la página 141
El PSOE tiene que ser un partido participativo y coherente, donde la integridad y el cumplimiento de la palabra dada predominen, donde se cumplan las promesas electorales y donde se respete la voz de los afiliados. En donde prime una nueva forma de hacer política: directa, confiable,íntegra, coherente y leal.
Debemos evitar cualquier involución hacia un modelo organizativo para el PSOE más propio de los partidos de notables y de lealtades clientelares que de las organizaciones socialdemócratas que valoran las deliberaciones y en las que la militancia participa directamente en la elección directa de sus dirigentes y candidatos, y en la toma de decisiones de trascendencia.
Defendemos un modelo que responda a la tradición democrática de aquel PSOE de Pablo Iglesias que consultaba a la militancia las grandes decisiones, así como un funcionamiento coherente con las necesidades expresadas por la sociedad del siglo XXI, que quiere que el PSOE avance en la dirección de una cultura democrática de más calidad y de una organización más abierta a la participación ciudadana, a la transparencia, a los controles internos para evitar la corrupción y a la rendición periódica de cuentas por parte de sus cargos públicos.

Y estas resoluciones están para cumplirse, no para interpretarse.

A QUIENES CREEN QUE MIS ESCRITOS HACEN DAÑO AL PARTIDO EN QUE MILITO

Ser de izquierdas implica no pensar todos lo mismo. Lo comprobamos tanto entre la militancia de dos partidos de izquierda, como dentro de un mismo partido, e incluso hasta dentro de un mismo grupo de ese partido. A diferencia de en la derecha, nuestras divergencias en ocasiones resultan insalvables en algunos temas.
Pero eso nunca puede justificar que no se llegue a acuerdos dentro de lo posible, como única manera de conseguir que las cosas cambien. Si nos perdemos en identificar y sobrevalorar los fallos del contrario, como nuestro único método para avanzar, nunca iremos a ninguna parte. Si continuamos hablando mucho, pero haciendo poco; planeando grandes acciones, pero convencidos de que el pulso nos temblará al tener ejecutarlas; o convencidos de la necesidad del cambio, pero sabiendo nuestro miedo a cambiar, al final todo se quedará en remiendos.
Esa percepción de remiendo y no cambio, empieza a palparse en un sector del socialismo, viendo como no se da el paso decisivo para que desaparezcan los viejos aparatos del partido, mientras que se sabe, que los votos cautivos que el viejo aparato posee, son precisamente el mayor impedimento para hacer viable ese cambio. Nos conformamos con remendar un traje que de sobra conocemos que está viejo.
O pensamos en el pueblo, en lugar de llenarnos la boca con la palabra "pueblo"; o hablamos con claridad, en lugar de prometer “transparencia”; o nos hacemos fuertes, en lugar de arrogarnos que somos la "fuerza"; o ejercemos nuestros derechos como militantes, en lugar de hablar de nuestros "derechos" como militantes; o nos mostramos como realmente hartos, en lugar de afirmar que nos tienen “hartos"; o ponemos en práctica el proyecto, en lugar de decir que tenemos un "proyecto"; o empezamos a hablar de nosotros, en lugar de repetir “yo, mí, me, conmigo”; o dejamos de querer hacer de asesores, a la vez que afirmamos “no quiero que alguien me diga lo que debo hacer, decir, ni cómo"; de no hacerlo nos estaremos acercando al final el camino como partido con credibilidad.
La gente en la calle solo necesita saber, si el PSOE quiere ser realmente de izquierdas y cambiar la sociedad. O les hacemos ver que estamos trabajando todo a la vez, o muy a nuestro pesar, así solo generaremos desconfianza.

Ninguneando a Pedro Sánchez

Es más probable que seis de diez se equivoquen, a que lo hagan seiscientos de mil. Eso justifica, que una decisión colectiva adoptada por una mayoría informada, y que decide en libertad, sea más cercana a la opinión de la calle y siempre esté más cerca del beneficio del colectivo, y que siempre acabe demostrando una mayor sensatez, que cuando la decisión se adopta por un grupo reducido, por muy de élite que sean todos sus miembros. Señalo esto, porque quienes viven en los áticos del poder, nunca toman decisiones de forma individual (salvo los egocéntricos, que también los hay), sino que siempre lo hacen rodeados por unos personajes profesionales, especializados en susurrar a los oídos de los líderes de esas élites. Personajes que tenemos en todos los ámbitos: federal, autonómico, provincial y hasta local.
Así, se les puede ver alrededor de Sánchez, de Page o de González Ramos. Es esa gente que diluvie o haga un sol de justicia, siempre tienen esa palabra agradable y ese consejo afectuoso que hace que la decisión acerque el ascua a una sardina u a otra, eso sí, siempre a aquella en que tienen un mayor interés ellos. En el caso que nos ocupa, hay susurradores que estos días prefieren que sus líderes respectivos tomen antes la decisión, que opten por consultar a la militancia. Lo hacen como no queriendo admitir, que el compromiso del voto directo de la militancia ha sido vital para el triunfo arrollador de su Secretario General Pedro Sanchez en el . Actuando así, o bien tratan de deteriorar la figura del Secretario General haciendo que incumpla lo comprometido, o bien no acaban de asumir que Sanchez es el Secretario General de todos y todas, elegido por la mayoría de la militancia socialista.
La secuencia de acontecimientos vividos estos días en  alrededor del acuerdo PSOE-Podemos, para aprobar los presupuestos regionales e incorporar al partido de Iglesias al gobierno regional, viene a demostrar que no se está jugando limpia y transparentemente con Sánchez. Los hechos son estos: se anuncia el acuerdo el fin de semana, y el lunes se cuece todo el guiso; Podemos decide consultar a sus bases ese acuerdo, y así mismo iba a hacerlo el PSOE; el secretario de Organización federal, José Luis Ábalos, pide que el acuerdo se someta a votación entre los militantes, y afirma que en base al artículo 53 de los nuevos estatutos aprobados en el 39º congreso “será obligatoria la consulta a la militancia, al nivel territorial que corresponda, sobre los acuerdos de Gobierno en los que sea parte el PSOE”; la respuesta de Castilla–La Mancha es que la consulta no tiene sentido. La película acaba en un “ni pa ti ni pa mí”, como es convocar asambleas informativas en las agrupaciones.


Quien responde a la S. de Organización federal es el secretario de , que argumenta que los reglamentos del anterior congreso siguen en vigor hasta que no se desarrolle uno nuevo. En su respuesta apela a otros artículos del reglamento actual para no ceder a la orden de Ferraz. En Ferraz no deben recordar que este secretario de , es el mismo que impidió las afiliaciones de 187 solicitantes en Albacete porque (según él) lo hacían para apoyar a Sanchez; también es quien en la comida de Navidad, tradicional entre los socialistas albaceteños, invitó a los asistentes a elegir, “entre un PSOE revanchista y un PSOE renovado” (parece estar hoy en el primero), y afirmó que estaba “la puerta abierta para irse a Podemos” a todo el que no comulgase con sus postulados, dando una muestra del espíritu democrático que rebosan casi todas sus decisiones. Es el mismo secretario de Organización que atacaba de manera inclementemente, cualquier tipo de diálogo entre el PSOE y Podemos a nivel nacional, pero que ahora, sin ruborizarse, defiende lo contrario a nivel autonómico.

La secuencia de acontecimientos vividos estos días en  alrededor del acuerdo PSOE-Podemos, para aprobar los presupuestos regionales e incorporar al partido de Iglesias al gobierno regional, viene a demostrar que no se está jugando limpia y transparentemente con Sánchez. Los hechos son estos: se anuncia el acuerdo el fin de semana, y el lunes se cuece todo el guiso; Podemos decide consultar a sus bases ese acuerdo, y así mismo iba a hacerlo el PSOE; el secretario de Organización federal, José Luis Ábalos, pide que el acuerdo se someta a votación entre los militantes, y afirma que en base al artículo 53 de los nuevos estatutos aprobados en el 39º congreso “será obligatoria la consulta a la militancia, al nivel territorial que corresponda, sobre los acuerdos de Gobierno en los que sea parte el PSOE”; la respuesta de Castilla–La Mancha es que la consulta no tiene sentido. La película acaba en un “ni pa ti ni pa mí”, como es convocar asambleas informativas en las agrupaciones.
Alguien debería haber planteado como salida, que si los reglamentos están viejos, habrá que elaborar “unos nuevos”. Pero aun admitiendo que sean anticuados, esta no puede ser nunca una justificación válida, puesto que un reglamento de congresos, siempre debe estar por debajo de unos estatutos federales. Y si seguimos los planteamientos del secretario de Organización de CLM, “quien haga lo contrario a lo estipulado en el artículo 53 debe ser expedientado”, puesto que es algo aprobado en el  y así figura en los Estatutos. Aunque hay que decir, que ha habido tibieza en quien no debía ser tibio, porque tampoco el hombre de Sánchez en CLM, González Ramos (en una entrevista en este medio), fue contundente a favor de hacer la consulta a la militancia.
Alguien debería preguntarse en el entorno de Page, que si el pacto con Podemos es tan beneficioso para los castellanos manchegos como todo ese entorno de sus susurradores afirma, no se entiende por qué razón no lo somete a consulta de la militancia, puesto que será esa militancia la que tendrá que defenderlo ante los ataques mediáticos que se avecinan seguro desde el PP . Dicho lo anterior, afirmo que el acuerdo es políticamente bueno y positivo, puesto que de un lado Podemos se verá obligado a descender de la utopía al barro de la calle y aprender lo que es ejercer el gobierno, y del otro también ayudará al PSOE a renovarse. Pero sobre todo, lo más importante es que beneficiará a la inmensa mayoría de los castellano-manchegos. Aunque pienso que alguien en la Secretaría de Organización Regional debería tener un plan B, porque ¿qué pasaría si la militancia de Podemos decide votar No al acuerdo? Puede que si eso ocurre a algunos se le vean las vergüenzas.
Si seguimos la teoría del líder espiritual del socialismo castellano manchego de siempre, tras el Congreso Federal de  indicó que el derrotado “debería someterse al triunfador”. Parece que Page no hace caso ni al orate en esta ocasión, o se ha vuelto desobediente, que lo dudo, o no debe sentirse derrotado pese a anunciar su retirada si triunfaba Sánchez. Aunque suene a duro, la solución a una rebeldía como la de Page (en el ámbito orgánico, no en la institución) sería una gestora en Castilla la Mancha, eso tras el correspondiente expediente a los responsables de este hacer de su capa un sayo, como si no supiesen que el 39 º Congreso se ha celebrado.
Si en Ferraz no se atreven a poner las cosas en su sitio y resuelven la cuestión de fondo, dejando claro el mensaje de que el programa de Sánchez, aprobado y apoyado en Congreso y primarias, se cumplirá contra viento y marea, se transmitirá la sensación de que  ha ganado el pulso a Ferraz, y que Sánchez ni es un líder, ni sabe utilizar el gran poder que la militancia le ha otorgado.
Todo apunta a que esa es la estrategia con que se pretende, torticeramente, lograr que la militancia empiece a pensar que  incumple su palabra y su proyecto, y que su idea de PSOE se está viniendo abajo.  otra manera, como si alguien deseara que nos acercásemos a un nuevo 1 de octubre. Repito, ¡Ojo con los susurradores!

domingo, 16 de julio de 2017

LA PARTICIPACIÓN NO ES UN PRIVILEGIO QUE LOS LIDERES CONCEDEN, SINO UN DERECHO DEL MILITANTE

Siempre he tenido claro el modelo de socialismo que defiendo. Por mis comentarios en este y otros medios, no debe haber duda de mi apoyo decidido a los cambios que la candidatura de Pedro Sanchez proponía para el viejo partido en el que milito desde hace casi siete lustros. Entre los modelos de partido dibujados por Sanchez y por Diaz, siempre apoyaré el propuesto por Sanchez. Trasladada esa visión a nuestra provincia, apoyo los posicionamientos de la Plataforma en apoyo a Sanchez frente a la visión de la de apoyo a Diaz. Pero no me siento obligado a asumir y callar ante los errores que desde esa plataforma puedan cometerse.

Ni mucho menos admito la opinión, de que la crítica a algunos movimientos de la plataforma a la que apoyo, se puedan calificar de defensa a posturas de la otra plataforma, o como una opinión que le dará oxígeno. Hay tanta distancia entre cómo han actuado y actúan, algunos miembros de la plataforma pro Diaz en Albacete y como a lo largo de mi militancia he actuado yo, que quien tenga dudas sobre donde estoy, o no me conoce, o tiene una memoria demasiado frágil para estar en política. Bastantes años antes de encabezar la candidatura de siglo XXI a la Secretaria General en el último congreso provincial, ya se me calificaba como critico por lo establecido, por defender exactamente la misma posición que defiendo hoy. Curiosamente quienes son más críticos con mis opiniones, son los mismos que hoy medran en las redes defendiendo este cambio necesario en el PSOE, y que muchas veces callaron o se posicionaron contra mis demandas de cambio.

Siempre defendí la participación de la militancia en las decisiones importantes, en un partido que lleva años siendo un partido de élites que ha ignorado a la militancia, salvo excepciones que casi siempre respondían a los intereses de esas mismas élites y no a la defensa de un papel más activo de los militantes. Durante años, las élites en este partido siempre se creyeron más inteligentes que los militantes. Si acertaban era por su inteligencia y la participación era innecesaria, y si erraban no había participación para que nadie les exigiera responsabilidad. Todos se llenan la boca de democracia interna y de participación, pero luego conviven con avales, listas cerradas, cuotas, falta de censos, o cualquier cosa que dificultase la participación.

Quienes pensamos que la participación no es un privilegio que los lideres te conceden, sino un derecho, queremos que la voz de la militancia sea vinculante para tomar decisiones. Desde ese convencimiento, quiero analizar dos hechos acontecidos en Albacete y Castilla La Mancha, como son la precandidatura a la Secretaria General provincial del actual presidente de la Diputación, y el acuerdo de gobierno entre PSOE y UP en la región, que permitirá aprobar unos presupuestos regionales, imprescindibles para alcanzar avances sociales en Castilla La Mancha, pero que a su vez suponen un cambio de posición respecto a la relación con UP del gobierno regional.

Sobre el asunto provincial, no es que me parezca desacertada la elección del candidato propuesto, aunque podrían ser otros u otras militantes (me gusta la idea de una mujer secretaria general provincial), sino que considero que se comete una gran torpeza al no sentarse a hablar con los militantes antes de decidir. Frente a los miembros del aparato de siempre, que siempre han hecho gala de prepotencia en estos procesos, no se propone remplazar el antiguo modelo con más transparencia y la participación, sino que se entiende la participación como hacer partícipes a los militantes de la decisión adoptada, y no como compañeros y compañeras con derecho a ser consultados antes de adoptarla. Esa forma de actuar invita a pensar que quienes deben demostrar mayor responsabilidad y compromiso con el modelo participativo aprobado en el congreso federal, hacen de su capa un sayo. 

Si a eso se le añaden hechos, como que si desde una agrupación de la provincia, alguien que se siente vilipendiado por quienes (pese a no haber apostado por el caballo ganador), siguen actuando como si nada hubiese pasado y que ellos siguen siendo los reyes del mambo, pide apoyo a la provincial, en lugar de una respuesta inmediata, se le contesta con una frase de manual como es "aguanta que hay que esperar a cambiar la estructura orgánica", la decepción entre esos militantes inevitablemente cunde. Es lógico que se pida tener paciencia, pero la paciencia no es eterna, y es muy difícil tenerla cuando algunos compañeros/as se ven obligados a casi tener que pedir perdón por estar en el equipo vencedor en las primarias, o por ser parte del grupo de militantes que auparon a Sanchez a la Secretaria federal.

Esas situaciones no se solucionan pidiendo paciencia, sino adoptando decisiones, y después de años en política, algunos deberían saber que en la peor decisión en política, es la que no se toma. Si se plantea la nueva secretaria general como el principio del cambio en nuestra provincia (Albacete es muy dado a que siempre estemos en el principio de cosas sin acabar de rematarlas) a quien sufre ese vapuleo le cuesta entenderlo. Que en la Diputación nada haya cambiado desde el Congreso federal, y gran parte del poder en la institución siga en manos de quienes son contrarios a cualquier cambio, no ayuda a creer que por ser secretario general eso convierta al candidato en un dechado de virtudes.

Y es que mientras quienes se enfrentan al actual presidente, se preparan para intentar dar de nuevo la vuelta a la tortilla provincial, al presidente solo se le anima (o designa) a ser precandidato a la Secretaria General provincial, en lugar de a que tome decisiones y retire poder a quien ya se lo han retirado los militantes. Que nadie entienda, (que habrá quien lo haga), lo anteriormente dicho como un menoscabo a la figura de candidato a SG, porque creo que no tiene por qué ser una mala opción, pero sí me parece que la forma en que su candidatura fue revelada fue inoportuna, tanto en el momento, como por el marco en que se anuncia, como por quien ha hecho el anuncio. El partido en Albacete se juega demasiado, como para no haber realizado un relato explicativo previo del por qué. Tampoco parece afortunado el argumento más afortunado para esa decisión, que se presenta una candidatura por sorpresa para sorprender al rival. No les pillará descolocados, y sin con un poder que pocos entienden que aún mantengan. El otro argumento en el que se apela a la unidad de todos ante la fuerza del rival, además de sonar también a frase de manual, supone admitir en el rival una fuerza que personalmente dudo que tenga.

Luego está la otra gran noticia de la semana, el acuerdo alcanzado con UP en Castilla La Mancha para aprobar los presupuestos y que UP se incorpore al gobierno regional. De nuevo hay que volver a repetir que la participación y la transparencia son parte del modelo de partido refrendado en el último Congreso federal. Ver que un acuerdo de este calado, ni tan  siquiera es motivo para una convocatoria del Comité Regional antes de su aprobación, y mucho menos de una consulta a la militancia y eso que en los nuevos estatutos la consulta sobre acuerdos de gobierno es obligatoria desde el último congreso, no es la mejor manera de decirle a los militantes de base y a los ciudadanos que en el PSOE las cosas están cambiando. Pese a ese cambio estatutario, algunos siguen a su bola, y desde la federal alguien les debería hacer saber que no se puede estar de acuerdo con esa forma de actuar. Si es un acuerdo de gobierno, estatutariamente los militantes deben ser consultados, aun siendo un bueno acuerdo, porque las primarias en la región demuestran que hay una parte de la militancia que quiere luz y taquígrafos sobre su contenido, y tiene derecho a que se le explique.

Todas las suspicacias en ambos asuntos pueden resumirse, en que si no se demuestra que los cambios aprobados en el Federal son ciertos y de obligatorio cumplimiento y se ve cómo se materializan, el PSOE estará herido de muerte. Parece como si lo del federal solo fuese cosa que afecte a los militantes pero no a todos los cargos. La sensación es que se puede optar por acuerdos de mesa de camilla sin un plan de comunicación efectivo ni diseñado, sin que ocurra absolutamente nada. No hay que ser politólogo para adivinar lo que puede pasar de seguir en algunas cosas como estábamos antes del congreso federal. Quién tiene que dar el golpe de timón o no sabe o no quiere, pero no es el momento de ser ni tibio, ni ambiguo, o será cierto que esto se queda en “experimentos de aventureros” como los calificó Bono.

Quienes creíamos que las plataformas no nacieron solo para apoyar líderes, sino para hacer posible un modelo de partido diferente, no entendemos su silencio casi cómplice en ambos temas. Hoy parece que hay cosas urgentes que han hecho olvidar el objetivo fundamental. Ahora las prioridades de la plataforma son su transformación en una plataforma de apoyo al precandidato, vender las bondades del pacto regional alcanzado por Page con UP, y a su vez organizarse en la provincia para neutralizar las acometidas de los más que partidarios de Diaz contrarios a Sanchez. Dicen que a río revuelto ganancia de sinvergüenzas, y miembros de la plataforma pro Diaz, ahora parece que quieren ver que sacan y vienen a salvarnos a los militantes de base de las influencias podemitas, pero a su vez alaban en paralelo el acuerdo de Page con los de Iglesias. Como dicen por aquí, nos toman por tontos, ¡pa habernos matao!

Si decimos que este partido está en días de cambio, pero para que ese cambio sea creíble, ha de ser un verdadero cambio. No soy optimista si este es el rumbo a seguir, pero quiero serlo porque confío en la gente de la plataforma de Sanchez en Albacete, pero no comparto que se juegue al tacticismo de siempre, y como siempre desprovisto de alma. Si solo se hace estrategia el cambio consistirá exclusivamente en que tendremos un nuevo aparato del partido en Albacete, pero no una nueva forma de entender el socialismo en nuestra provincia. Se gastaran más energías en deshacer los entuertos, que sin querer se habrán creado, que en lo importante del proyecto de Sanchez.

Y como siempre un aviso a navegantes. Un riesgo para la plataforma de Albacete, son los que abandonaron el barco en cuanto vieron abierta una vía de agua. Se marcharon y no han participado en los procesos internos ni se han mojado achicando agua, pero ahora han vuelto y pretenden tener el campo libre para ocupar espacios por los que ni han luchado, ni se han desgastado ante “los de siempre”. Esos tienen en estos momentos más peligro aún que quienes solo no aciertan en la estrategia, o mis palabras, porque yo sigo en la misma posición que he defendido siempre. Pero no debo callarme sí que creo que corremos el gran riesgo de que todo acabe siendo humo, y solo humo.

martes, 4 de julio de 2017

CON EL CONGRESO NO TERMINÓ EL CAMINO

En el Congreso Federal del PSOE se marcaron tres grandes líneas de trabajo para una nueva andadura: su reubicación en la izquierda política, otorgar el poder de decisión a la militancia en asuntos clave, y la búsqueda de vínculos con otros partidos políticos que puedan hacer una mayoría alternativa al gobierno del PP. Todo parece bien definido, pero ahora viene un segundo reto para Sanchez: alcanzar el poder territorial que permita cumplirlos.

Y es que pese a haber obtenido una victoria clara, la verdadera dificultad que Sánchez tiene, será hacerse realmente con el poder dentro del partido, en los territorios. Atención a lo que puede acontecer en los diferentes congresos autonómicos, porque cuando todo parecía avanzar en la buena dirección para el nuevo secretario general, algunos movimientos de última hora dejan dudas, sobre si las escaramuzas finalizaron con el Congreso Federal o aún continúan. En muchas regiones se perciben maniobras y presiones, que claramente buscan obstaculizar cualquier atisbo de que el cambio producido en el ámbito federal, tenga su reflejo en ellas y sus provincias. Todo lo que ha merecido la pena en los avances de la izquierda, siempre vino precedido de un camino incierto y no exento de riesgos, y esto no será para Sanchez un paseo en olor de multitudes.

Lo más urgente y perentorio para el socialismo en su conjunto, es entender los cambios sociales que se han producido y de los que parecía no haberse percatado. Hay que dar respuesta a las demandas de los ciudadanos, pero hacerlo mirando hacia ellos, hacia los votantes, y no hacia sus votos. Y si son importantes los tres grandes retos marcados en el congreso, no lo es menos el de arreglar la casa común de todos los y las socialistas, que es la estructura territorial del partido. Se han lanzado demasiados dardos en este último año (Comité Federal incluido) para que recomponer la unidad interna pueda lograrse solo con buenas palabras. No es admisible la ansiada para algunos “venganza” de Sanchez con quienes le forzaron a dimitir, pero tampoco lo es el atrincheramiento de otros. Es el momento de actuar con prudencia, porque solo si se consigue esa unidad interna se podrá liderar una oposición ilusionante y constructiva y que a la vez no impida la gobernabilidad del país.

Pero esa prudencia no puede ser óbice, para que el impulso de cambio interno también comience a notarse en las CCAA y provincias. Los cambios en esos ámbitos no pueden seguir aplazándose sine die, permitiendo que sigan campando por sus lares quienes ya llevan años haciéndolo. Si eso no cambia y pronto, la credibilidad de que existe una verdadera voluntad de regeneración inherente al proyecto de nuevo Secretario General empezará a estar cuestionada. Ese cambio implica transparencia en todo lo que se hace, y una manera diferente de gestionar el PSOE en todos y cada uno de los  territorios y no solo en Ferraz. La realidad es que la transparencia es la misma que existía y la gestión no ha cambiado nada.

Si el impulso dado desde la militancia en las primarias, se queda a medio camino, no traspasa la epidermis, y el partido continúa solo con la retórica de auto decirse la izquierda, sin medidas concretas que así lo acrediten, todos sabemos cómo acabará esa historia. Señalo lo anterior, porque si se repasa la situación de hoy en muchas las CCAA, vemos como las plataformas y grupos de apoyo a la candidatura de Sanchez, siguen encontrando muchas resistencias y teniendo enfrente de forma explícita, a los miembros de los aparatos históricos del partido, que siguen actuando a sus anchas, como si con ellos no fuese la corriente de cambio que se vio reflejada en el resultado de las primarias. Son los viejos aparatos que recuerdan a lo que en épocas pre democráticas, conocíamos en los pueblos como “las fuerzas vivas”, y cuyo denominador común siempre fue la resistencia a cualquier cambio, a perder su fuerza y su viveza. Y eso en algunos territorios se agrava, cuando alguno de sus miembros no solo se está jugando mantener su actual estatus, sino algo mucho más preciado: las lentejas.

Sentirse socialista, también significa saber desaparecer silenciosamente de primera línea, sin hacer ruido. Si muchos de esos personajes, simplemente hicieran el ejercicio de examinar sus declaraciones previas al resultado de las primarias, seguro que nadie tendría que pedirles que se aparten a un lado, sino que ellos lo harían solitos. En la vida pública, es importante saber cuándo es el momento de llegar a ella, pero es mucho más importante saber cuándo toca salir, porque elegir el momento adecuado es la demostración de  que el tiempo que se ejerció el cargo, también se aprendió. Quienes lo han sido todo en el socialismo (Felipe, Guerra, Zapatero, Rubalcaba, Bono, etc.) empiezan a entender, aunque a veces su boca se resista, que su tiempo ha pasado ya. Y en cada región y provincia, son muchos los nombres a los que no debería ser necesario decirles que ha llegado el momento de dejar paso, aunque no les resulte fácil, sabiendo que en esos niveles de poder intermedio, las lentejas cobran mucho más valor.


Recuperar la identidad perdida en 1979, iniciar una regeneración imprescindible y urgente, precisa demostrarse con hechos, y superando todos estos obstáculos. No se puede perder esta oportunidad, de conseguir un verdadero cambio de mentalidad que permita aplicar una política en consonancia con los deseos de una mayoría de la población. Si permitimos que por ser vos quien sois, puedan seguir mirándose el ombligo, solo podremos decir que el último apague la luz.

MENORES NO ACOMPAÑADOS

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