Ha habido actos políticos más inútiles que este, pero ninguno tan absurdo como el de hoy. Salvo que sea porque hayan ido a despedir a Feijoo a lo grande, 48 horas antes de la investidura, y así de paso nos caldean el ambiente. Como fiesta de despedida puede considerarse preciosa, por eso será el “ha merecido la pena” de Feijoo. El uniforme de los intervinientes, camisa blanca con las mangas remangadas, que la camisa de manga corta es de pobres. Perfecta escenificación de un ejercicio de cinismo, acto en defensa de una forma de entender el estado que consolida la corrupción y las desigualdades. Se ha echado en falta el toro de Osborne y ha sobrado el "Puigdemont a la cárcel y Sánchez a la mierda".
Ayer, cuando le pedía el apoyo al Psoe para poder gobernar él, si era un partido de estado, hoy ya no porque no lo apoya. Ayer Sánchez era el presidente con el que se iba a reunir, hoy Sánchez es el autor de un fraude agravado y reiterado. Es la performance de la desesperación del PP. Hoy Feijoo y el PP han reconocido que les espera la oposición, que nadie quiere pactar con ellos salvo su hermanísima la extrema derecha. Es la primera investidura “en diferido en forma, efectivamente, de simulación de…, simulación, o de…. lo que hubiera sido en diferido en partes de una…”. Dicho de otra forma, significa que a don Alberto le queda menos tiempo de permanencia como líder, de lo que dura un euro en la puerta del cole.
Una manifestación celebrada en campo propio, el barrio salamanca, no en Vallecas ni en Barcelona. Contra una amnistía inexistente, que demuestra que tienen ellos más ganas de que se produzca esa amnistía, que los propios afectados. No ha asistido toda España, pero los que lo han hecho eran todos gente de bien. Hoy Rajoy ya no alababa a la mayoría silenciosa de españoles que no se manifiesta como interesadamente hacia cuando la manifestación era contra él. Aznar y Ayuso marcando el paso al líder. Rajoy, el de los papeles de Bárcenas, hasta se extraña de que “algunos puedan delinquir con bula y el resto estemos sometidos al imperio de la ley". Feijoo con su "mantendré mis principios aunque me cueste la presidencia". Para dudar entre llorar o mearse de la risa.
Pero seguro que hoy en el PP dormirán muy tranquilos con la sensación del trabajo bien hecho. Resultan cansinos con las mismas proclamas siempre, y no abandonan el insulto a pesar de que muchos asistentes seguro que han ido a colegios privados. Mucha agresividad en los rostros y en las proclamas, algunas como hemos visto, escatológicas. Algunos se muestran desquiciados, y aprovechan estos actos para desahogarse. Muchos seguro que pensaban eso de “Feijoo vete ya”, pero hoy tocaba callárselo.
En ningún momento nadie ha comentado los inconstitucionales y disparatados contenidos de sus pactos con Vox. Prefieren seguir con las mismas estupideces de siempre , empezando por” España se rompe”, “compra venta de España”, “reacción ciudadana”. “unidad de España”, aunque hoy hemos oído otra consigna mucho más original “trocean España”. Son genioriginales. Algunos incluso deben usar la bandera roja y gualda como mantel de su mesa de tanto amor a la patria.
Pocos de esos manifestantes se habrán preguntado si ellos no estarán rompiendo España al no admitir que no tienen mayoría parlamentaria, parece que solo se deben preocupar por poder estar en una manifestación preventiva. No se cuestionaron nada sobre la amnistía fiscal del PP a defraudadores y sobre todo a los Bancos tras las ayudas de la crisis de 2008 que no han devuelto, porque eso también fue una amnistía, pero al hacerla el PP entonces ya era buena. Se olvidan de que su partido ha sido condenado por corrupción, y en él siguen algunos protagonistas. Son expertos en practicar el juego sucio como han demostrado pidiendo someterse a una investidura que sabían imposible, o mintiendo en los datos en sus actos de campaña.
En el PP ni se imaginan que en España existimos muchos que no pensamos como ellos. No les pasa por su cabeza, que al asumir los planteamientos de Vox, son ellos los que ponen en peligro la democracia. Porque no parece propio de demócratas secuestrar el poder judicial, ni su planteamiento de buscar tránsfugas en los demás partidos. Cuando no se asumen los resultados electorales, se suele caer en la pantomima, y lo del intento de investidura y el acto de hoy lo son. Siguen convencidos de que el país es suyo, y de que todo vale para ellos recuperar el gobierno. No se han dado cuenta todavía de que para investir a Feijoo no le faltan cuatro votos, sino que le sobran treinta y tres.
Acusan a Sánchez de querer permanecer en el poder a cualquier precio, pero no ven que ellos quieren alcanzar el poder a cualquier precio, aunque las urnas se lo hayan negado. Dicen que defienden una España de ciudadanos libres e iguales, pero “dentro de la cultura, la tradición y el cristianismo”, que no son precisamente ejemplos ni libertad ni igualdad. Y dicen sus medios afines que ha sido una manifestación multitudinaria, cuando manifestaciones con diez veces más asistentes, les parecían no representativas.
Gracias al jefe del estado por continuar con la “costumbre “y designar a Alberto candidato a ser investido. Se ha lucido. Hemos perdido un mes, pero Alberto y los suyos han sido tan prolijos en cambios de estrategia, que hasta nos hemos distraído como en el circo, y hoy cierran la función con el triple salto mortal y dos tirabuzones de la manifestación.
Puede que no se les pase por sus cabezas, que la mayoría silenciosa de españoles que no hemos acudido a su convocatoria, no necesitemos ir a manifestaciones, porque nos basta con amar a nuestro país en silencio, y no envueltos en una bandera.