miércoles, 30 de diciembre de 2015

30 de diciembre,- Mi última reflexión publica de 2015 SENTADO EN LA MONCLOA VIENDO PASAR LOS DÍAS


Rajoy hace la estatua, no se mueve, no quiere que se le vea, no le hace falta mientras los otros candidatos anden a la gresca entre ellos Tampoco está obligado a hacer nada, porque todos sabemos que no tiene que hacerlo, al no depender de sí mismo. La única opción de no repetir elecciones pasa por el PSOE, pero no lo espera. Además está viendo la que en dos días se ha montado en las filas socialistas, y él se parte de risa. Está en su casa viendo que es el candidato que menos desgaste sufre por la situación de inestabilidad e incertidumbre surgida el 20 D.

Incluso se permite aparentar que con su gestión puede ir de sobrado, y así busca que todavía alguien se crea su mensaje de que los sacrificios soportados eran necesarios y que nos los ha impuesto por nuestro bien, pero además nos apostilla que su obra salvadora está inacabada. Está tranquilo, porque en su partido pueden ser más corruptos que él, pero ninguno le supera en tener el cinismo necesario para mentir mientras nos sonríe y frunce el cejo, y sentirse ofendidísimo porque le califiquen de indecente. Sabe que eso le convierte en un líder del PP aún no amortizado políticamente. Y está contento, porque está consiguiendo que los demás se peleen entre ellos, lo ideal para garantizar que se repitan las elecciones son esos enfrentamientos, y todo sin que tenga que mover un dedo para que eso ocurra.

A nadie como a él le interesa que se repitan elecciones. Su único movimiento de ficha ha sido el anuncio de que será candidato, convencido de que contará con el voto fruto del desencanto que ya manifiestan muchos votantes de Ciudadanos. Sabe que solo puede subir en votos, a añadir a los que son su suelo electoral, un voto cautivo impermeable a la corrupción y a los errores de gestión. Mientras, fuera de la Moncloa, hace frío para los demás, y disfruta.

En el PSOE contempla que va a seguir su sangría de votos cualquiera que sea el candidato, y lo ve como el partido que más tiene que perder en cualquier supuesto, tanto si hay nuevas elecciones, como si se abstiene y permite la investidura de Rajoy. En Ciudadanos no les cabe el miedo en el cuerpo ante al desastre electoral que intuyen que se les avecina si se repiten las elecciones. Por eso están dispuestos a todo con tal de que empiece la legislatura. Y en Podemos le están haciendo el trabajo sucio machacando al PSOE, con lo que hace cada vez más imposible un acuerdo por la izquierda y se esfuma la posibilidad de que le desahucien de la Moncloa.

Ante sus ojos ve un panorama magnifico para sus intereses que ni imaginaba hace una semana: elecciones anticipadas. El PP reforzará su posición, parte del voto PSOE se trasvasará a Podemos, pero los números le aseguran que ese trasvase nunca llegará a inquietarle, porque sabe que el PSOE mantendrá su suelo electoral. Todo a pedir de boca.

Está convencido de que tendrá un feliz 2016, haciendo lo que en estos cuatro años, absolutamente nada, porque el trabajo para que se quede en la Moncloa ya se lo hacen los demás. Mira desde la ventana de su coche oficial a los parados y pensionistas que caminan por la calle, y le viene a la cabeza la frase de la hija de su buen amigo Carlos Fabra en el Congreso. Mariano sonríe, sabe que no será culpa suya.

martes, 29 de diciembre de 2015

29 de diciembre.- Después del Comité Federal. . DECEPCIONADO


Decepcionado como muchos. Todo parecía discurrir por los cauces que conducían a un acuerdo unánime ayer en el Comité Federal del PSOE. El objetivo era indagar las posibilidades de acuerdo con otras fuerzas para alcanzar un gobierno progresista. Se sabía que habría un veto al referéndum en Cataluña, aunque nadie ha explicado aún por qué ese referéndum necesariamente rompe España, en lugar de cerrar el asunto si su resultado es un no a su independencia.
Pero se alargó el debate con la fecha del próximo Congreso federal. Si en el asunto de las condiciones para un pacto de gobierno si hubo respaldo del Comité, no lo hubo para aplazar el Congreso hasta que la negociación finalice. Ambas decisiones simultáneas son planteamientos contrapuestos: por un lado, admiten que Sanchez intente ser presidente del gobierno pero a la vez no lo dejaran ser ni candidato si no lo consigue y se repiten las elecciones. Pues que nos lo expliquen que no se entiende.
El Secretario General proponía aplazar el congreso hasta conocer los resultados de las conversaciones con las otras formaciones de izquierdas, y así saber si habrá elecciones anticipadas, afirmando que lo lógico sería esperar a que esa duda se despeje para convocar un nuevo Congreso Federal. Pero las federaciones de mayor poder en la organización socialista, con los estatutos en la mano, quieren el congreso en su fecha o de lo contrario forzarían su celebración mediante la recogida de firmas que estatutariamente lo convocaría. Todos en su derecho de actuar según su visión.
El debate ha hecho no valorar que Rajoy ha conseguido que su problema por no poder conformar un gobierno, acabe siendo una responsabilidad de los demás y no suya, pero sobre todo del PSOE. La maniobra del Comité hace, que si Sanchez no logra que Podemos ceda en sus posiciones, a Sanchez le costará no solo no volver a ser candidato en una repetición electoral, sino también perder la secretaria general. Los miembros del Comité no le otorgan ningún valor al hecho de que la premura de las elecciones puede haberle impedido a Sanchez cuajar como nuevo secretario general y formar un equipo sólido. Pero demuestra que sí ha logrado que muchos hayan visto amenazado su estatus personal dentro del partido.
Como siempre suele ocurrir, lo urgente aplaza lo fundamental. El movimiento de Sanchez era previsible, sabiendo que los retrasos congresuales son lo habitual y que los han realizado todas las ejecutivas que han precedido a la actual. A veces, pero no siempre, ese retraso ha implicado que el socialismo haya llegado tarde a dar respuesta a los problemas ciudadanos. Nuestra costumbre es gastar todas las fuerzas en las batallas internas, y ahora vuelve a ocurrir lo mismo. Hacemos urgente ponerle fecha al próximo Congreso Federal, y gastamos en eso las energías, mientras aplazamos lo fundamental, que es recomponer el partido lo antes posible. El PSOE es una fuerza política necesaria para garantizar cierta estabilidad en el país, pero algunos de sus dirigentes parecen más empeñados en hacerlo desaparecer, que en que siga siéndolo.
Sanchez no es un santo ni lo ha hecho perfecto. No se puede negar, que el actual Secretario General debe asumir la responsabilidad d unos resultados electorales que son los peores de la historia, y que hacerlo no puede quedarse solo en palabras. Tampoco se debe negar que no se han hecho las cosas tan bien como se debería en el caso de Madrid donde apenas queda partido, y donde Sanchez decidió unas incorporaciones que no fueron bien recibidas por un sector, y que sirvieron para desplazar en la candidatura a Madina. Aunque en su descargo hay que decir que al igual que Tomás Gomez preparó el final de sus predecesores, Sanchez preparó el de Tomás Gomez y ahora no puede extrañarse de que a él le preparen un final parecido. Pero no parece políticamente el momento más adecuado para plantearse la necesidad de su dimisión inmediata, en esta coyuntura política.
En el paquete a retirar con Sanchez van incluidos sus más próximos, Luena, Hernando, Oscar Lopez y alguno más, cuya labor tampoco ha sido especialmente brillante. Aun siendo así, lo lógico es que ese grupo se resista a su caída, y más sabiendo que el único flotador posible para no ahogarse sería que Sanchez alcanzará la presidencia del gobierno. Por eso, tiene explicación que de la noche a la mañana vean en Podemos a un posible aliado cuando hace una semana era un ogro. Si Sanchez alcanza la presidencia muchos veran abortadas sus ambiciones a corto plazo. Pero el momento más oportuno para exigirles responsabilidades a unos, o para saciar los deseos de otros, no debería ser este.
Frente a Sanchez ayer, se posicionaron las federaciones más potentes con Susana Díaz como cabeza visible, y con los apoyos de todos los que se han sentido desplazados por Sanchez. El argumento declarado para su exigencia son los malos resultados obtenidos por Sanchez, sin plantear que también hay responsabilidad en todas las ejecutivas regionales , provinciales y locales, a quienes no se les exige un congreso inmediato por sus resultados. Lo cierto es que con malos resultados o regulares para las circunstancias en las que se han desarrollado los comicios, ellos ya han decidido que quieren a otra persona al frente de la SG y como cabeza de lista si hay adelanto electoral. Sobre todo exigen controlar la negociación con Podemos, y si Sanchez quiere hacerla solo, pues a congreso.
El espectáculo para los militantes de base no es agradable. Sus sensaciones son muy diferentes a las de los miembros de las direcciones regionales o de la federal. En las redes se ven calificativos como "penoso", al ver a sus responsables políticos anteponiendo sus intereses por delante de los deseos de los militantes. No entienden que en primarias esos dirigentes apoyaran a Sánchez, y ahora que se puede llegar a gobernar, cuestionen su idoneidad. No entienden ese cambio. Hasta se preguntan si hay algún dirigente al que le interese algo más que su poder, o si son conscientes de que ahora el PSOE está entre la espada y la pared y tendrá que encomendarse a que sus votantes antepongan el interés del partido sobre el del país.
La percepción es que la única garantía para que el PSOE no facilite el Gobierno del PP es que Pedro Sánchez siga como Secretario General, y que quienes rechazan un gobierno progresista son los mismos que sno quieren que Sánchez continúe. Muchos manifiestan que estas guerras internas les aburren, que las protagonizan siempre los mismos, que nos hacemos trampas al solitario, que nunca se nos consulta a los militantes en las decisiones importantes como las de ayer sobre posibles pactos o sobre la fecha del congreso. Y lo que parece mucho más grave, que a los ciudadanos se nos utilice en esas luchas internas, porque la dirección carece de un posicionamiento ideológico claro.
Creo y lo reitero a diario, que lo mejor que podrían acordar es incorporar a la militancia en la toma de decisiones, porque parece que lo que esta opina no les importa, con el agravante de que si algo se le consulta se hace bajo el control de las direcciones provinciales o locales. La situación de la militancia es de desmovilización, porque se siente atrapada en una guerra que nada tiene que ver con su ideología, y que ven como está provocando la salida de compañeros y la pérdida de votos sin que ellos puedan hacer nada para impedirlo.
Cada vez son más los que expresan que ellos no importan, que lo que importa en Ferraz es cuanto poder tienen los barones, cuanto se resistirá Sanchez o quien tiene más posibilidades de sucederle, aunque ese debate dañe nuestra posibilidad de aspiraciones electorales de mañana. Pero curiosamente, con este ataque a Sanchez, él está ganando una popularidad que no logró cuando era el líder de la candidatura, quizás por la sensación que transmitía de no tener un rumbo concreto. La sensación que se percibe en las redes es que ahora las bases apoyan abrumadoramente a Sánchez, porque le identifican con su deseo de pactar con Podemos y no les asusta tanto el referéndum, si eso supone lograr la salida de Rajoy.
Entre la militancia socialista, es generalizado el deseo de trabajar en positivo, de buscar acuerdos en asuntos socio-económicos que son compartidos entre la izquierda, pero el mayor deseo, de la inmensa mayoría, es que se aparquen de una vez los problemas internos. Alguien debería darse cuenta de que en las bases, hay más preocupación por la supervivencia el partido, que por la situación personal de ningún cargo, aunque para alguno la salida a esta situación pueda suponerle perder su sitio.

lunes, 28 de diciembre de 2015

28 de diciembre.- EL DÍA DE LOS INOCENTES


El 20 D elegimos un parlamento pluripartidista donde, para alcanzar un gobierno, las diferentes formaciones están obligadas a entenderse. Dimos por hecho que el objetivo de todos los partidos era nuestro bienestar, pero hoy cunde la sensación de que unos partidos defienden los intereses de una minoría, y otros anteponen sus intereses de partido (o los personales de un líder), sobre los de la ciudadanía. Tal vez los ciudadanos pecamos de inocentes creyéndolo, y hoy debe ser nuestro día. Al menos eso sugieren los acontecimientos de las últimas veinticuatro horas.
Anoche la asamblea de la CUP finalizaba con empate en su última votación y dejaba en el aire la investidura de Mas hasta el año que viene. Muchos califican de improbable que entre más de tres mil votantes se empate, pero es lo que hay. Parece que alguien adelanto al 27 el día de los inocentes en Cataluña. Parece un panorama que invita a la risa, si no fuese porque es para llorar que una formación con muy pocos escaños, este manejando a su antojo a toda una comunidad autónoma amparada en la debilidad de Mas. Ya veremos el final.
Hoy 28 se celebra Comité Federal del PSOE. Se abordaba la postura socialista en los pactos postelectorales. Sanchez ha marcado los tiempos, afirmando que corresponde ahora al PP intentar formar Gobierno, y que si no lo logra será cuando el PSOE buscará una nueva mayoría progresista y de izquierdas. Sobre todo ha dejado claro que el PSOE votará en contra de la investidura de Rajoy y de cualquier otro candidato del PP, y reitera su apuesta por buscar puntos de encuentro con las otras opciones de izquierda.
Aunque parece que otros han planteado la necesidad de ponerle fecha al próximo Congreso Federal, se han explicitado los posibles contenidos de una negociación con Podemos: una recuperación para todos, un pacto por la educación, la ciencia y la cultura, la tarjeta sanitaria universal, más ingresos para el sistema de pensiones, regenerar la política y reformar la Constitución. Descartado el referéndum en Cataluña entre las líneas para un futuro acuerdo de Gobierno.. El comité se está alargando por el gran número de intervenciones y hasta esta tarde no habrá conclusiones y acuerdos. Inocentes quienes tras el pre acuerdo de anoche en Ferraz pensaban que el Comité hoy sería un mero trámite.
De inocente el PP nada de nada, porque hasta ahora no ha revelado cuál será su estrategia para gobernar, pese a ser el queprimero debe intentarlo, Lo que inequívocamente si está haciendo, es aprovechar las diferencias existentes en el Comité del PSOE para dibujar a un Sanchez debilitado y así presionar mediante la opinión publicada para que por los socialistas se apoye la investidura de Rajoy.
Parece lógica esa estrategia por parte del PP, buscando sacar provecho a lo importante que es para el electorado socialista, que en Ferraz resuene una sola voz, y no una por cada comunidad como parece ocurrir, Como está el patio, eso es más importante aún que decidir en el Comité si unos son tirios y otros troyanos.
También esta mañana Rajoy ha continuado su ronda de contactos para ver si tiene que llamar al camión de la mudanza o se queda cuatro años más en Moncloa. Tras el encuentro del viernes con el ”macarra Sanchez”, hoy le tocaba reunirse con “el coleta Iglesias” y el “empollón Rivera”. Lo ha hecho con el boato propio de estas ocasiones, y de inocentes sería pensar en el apoyo de Podemos o la oposición de Rivera.
En la intervención posterior a la reunión, Iglesias, aparte de confirmar que no apoyará la investidura de un presidente del PP, lo más destacable que ha hecho es acusar al PSOE de no estar a la altura de las circunstancias, afirmar que en el PSOE no manda su secretario general, o que el PSOE hace teatro para no decir que va a facilitar un Gobierno del PP, o que intuye un pacto entre PP, PSOE y Ciudadanos. No parece su discurso el de alguien con voluntad de acuerdos en la izquierda, sino más bien de quien metiendo el dedo en el ojo al posible socio, busca repetir los comicios.
Podemos no quiere un pacto de izquierda, convencido de que si se repiten las elecciones, aún tiene tiempo para buscar votos entre el electorado socialista, pero en su estrategia parece olvidar que en una previsible repetición, el PP se comerá a Ciudadanos y el pacto de izquierda ya no sería necesario. Lo más cómodo para la tercera fuerza, es verlas venir, pero Iglesias tiene prisa por conseguir su gran objetivo que no es gobernar, sino acabar con el PSOE. Solo así se explica que dé prioridad a su compromiso de referéndum sobre otros de sus compromisos como también lo son luchar contra el paro, los salarios, los desahucios o la sanidad, asuntos sobre los que si se intuye posibilidad de un acuerdo.
Luego ha sido el turno de Rivera, que ha confirmado su abstención a la investidura de Rajoy. Hoy la justificación para abstenerse es la necesidad de impulsar reformas que considera necesarias, y afirma que no habrá reformas sino hay gobierno y que su formación permanecerá como oposición. De Inocente es pensar que Rajoy acometería reformas pensando en los ciudadanos, pero lo que Rivera reclama son reformas a favor de una minoría poderosa de la que el es representante. No perdió la ocasión de meter también el dedo en el ojo entrando en el debate interno socialista y pidió a Sánchez que escuche a sus barones.
El PSOE es para todos ese oscuro objeto de deseo. Solo se puede concluir eso, y que la altura provoca vértigo, y mucho más aún, si la subida se realiza deprisa, porque crear expectativas y no cumplirlas, provoca una caída mucho más rápida que fue la subida. Podemos y Ciudadanos se han hecho mayores demasiado de prisa, y han adquirido compromisos que de renunciar a ellos supondrán defraudar a sus electorados.
Puede ocurrirles ese vértigo, pero no por inocentes, sino por sus prisas, que siempre fueron malas consejeras. Si no lo creen, que le pregunten a Sanchez.
Eso sí, ¿inocentes? Nosotros.

27 de diciembre.- Mañana de domingo rara MEJOR NO ESPERAR MILAGROS

Aunque deseable un pacto progresista de gobierno, todos sabemos que no será fácil de alcanzar. Demasiados los intereses y demasiados los protagonismos personales de los divos de todas las formaciones, los que confluyen para que sea posible. Y si se alcanza, mucho trabajo por delante solo con derogar la cantidad de legislación aprobada en estos cuatro años, que para los ciudadanos es urgente, y con el muro que supondrá un Senado con mayoría absoluta del PP. Difícil pero no imposible el gestionar esa coalición, y Sanchez debe intentarlo si en Ferraz se lo permiten.

Por mucho que en el PP sigan con su machacona idea (impropia en una democracia parlamentaria), de que debe dejarse que gobierne el partido más votado, no es menos democrático un gobierno de coalición de la izquierda, que además tendría toda la legitimidad que le otorga haber obtenido más votos que el conjunto de la derecha. Dos grandes dificultades para lograrlo: el desafío de Cataluña, que requiere de un nuevo modelo territorial, y mientras ese modelo se negocia, el compromiso de un referéndum debería aparcarse, que no olvidarse; la otra rémora que supone el cainismo de la izquierda, que dificultará que se apueste decididamente por la unidad, al estar muchos pensando en cómo quedarse con el espacio político del que está a su lado.

Con este panorama, el horizonte adivinable hoy domingo 27 de diciembre, es que nos dirigimos hacia una legislatura que con PP o coalición progresista se prevé corta. Nos vienen unos meses en que todos los partidos jugaran según sus estrategias, sin que nadie ceda un ápice en sus posiciones. Eso acarreará en poco tiempo, la sensación de encontrarnos en una situación de bloqueo, lo que muchos aprovecharan para recurrir al miedo, a afirmar que nos convertiremos en otra Grecia, a decirnos que si no se continua con las reformas que ordena Europa no hay salida. Tampoco guardaran silencio los empresarios que nos dirán que sin Mariano no hay futuro, y de remate tendremos a la iglesia española metiéndose donde no la llaman.

Todos esos elementos perseguirán como objetivo común,  que vuelva a gobernar el PP, y para convencernos nos dibujaran esa alternativa como el mantra de la estabilidad, y les escucharemos exigiendo al PSOE una altura de mirar que ellos nunca tuvieron ejerciendo como oposición.
El diagnóstico es que hasta marzo nos esperan meses de incertidumbre. El termómetro que nos dirá si el puzle tiene solución o no, serán los movimientos que se realicen desde las diferentes formaciones, porque si no creen posible un gobierno, rápidamente apuntaran sus focos a preparar sus arsenales para la próxima cita electoral.


La primera clave para completar la solución final, la tendremos el lunes cuando sabremos si se le permitirá a Sanchez explorar las posibilidades de ese gobierno progresista, o por el contrario se hace caso a los que piensan que no se debe buscar ese acuerdo. Si alguien apuesta por esperar la llegada de un nuevo mirlo blanco que se instale en Ferraz, debería valorar, si por esa espera, cuando finalmente llegue, pueda encontrase que el edificio ya está en cenizas. Mejor no esperar milagros, impropios de una izquierda laica.

sábado, 26 de diciembre de 2015

26 de diciembre.- Esperando que se decide el día de los inocentes ¡SUERTE! PEDRO SANCHEZ


En las primarias, esperaba que el PSOE eligiera al candidato con más talla política, que a mi entender era Pérez Tapias. No ocurrió así y se eligió a Pedro Sánchez, quizás la que parecía más inconsistente de las tres opciones posibles. Pero frente a sus dos rivales, Sánchez contó con el apoyo de la mayoría de estructuras territoriales del PSOE, esas que tras los resultados del 20D no han tardado en cuestionarle. Siempre pensé que para liderar este partido había que haber soportado varios hervores y que Sanchez los necesitaba, pero nunca dude de que fuera buena gente y que a partir de ese momento debería tener tiempo para trabajar.

Si creo, que como Secretario General no se rodeó del mejor equipo que hubiese podido configurar, salvo los casos puntuales e alguna nueva incorporación. Creo que de ese equipo, partieron muchas de los errores e incongruencias cometidas, sobre todo la de justificar el cambio de la ejecutiva de Madrid por la falta de apoyo electoral, puesto que por ese mismo motivo debería haber relevado a las ejecutivas de muchas provincias. Antes de las elecciones, mi reproche era que no había realizado a nivel interno, los cambios que las bases del partido piden.

Ya en campaña electoral, contemplé como se fajó en los debates (a veces con más acierto que otras), pero he de admitir que se lo ha currado, bastante más que muchos de sus prohombres provinciales o regionales, que tenían segura su elección o su (en la muchos casos) reelección. Puede que la noche electoral estuviese algo torpe, pero en su comparecencia de hace dos días, creo que estuvo impecable. Tal vez ha cometido un grave error: no haberse dado cuenta hasta después de los comicios, que es el SG de un partido incapaz de dejar atrás sus tradiciones, como lo son conspirar y apuñalarnos entre nosotros en cuanto se nos presenta la más mínima ocasión.

La encrucijada en la que está Sánchez en vísperas del Comité Federal, no es la más cómoda para quien es el SG del partido clave para cualquier posibilidad de cambio de gobernó en España. Sanchez ya ha expresado su voluntad de explorar la posibilidad de que haya una alternativa progresista de gobierno, porque tiene meridianamente claro, que ningún socialista ha votado al PSOE para que permita que gobierne el PP. Pero sabe que quienes desde dentro quieren frenar esa iniciativa, le quieren segar la hierba debajo de sus pies, lo que en la calle se está interpretando, como si muchos líderes socialistas  territoriales, prefiriesen mantener a Rajoy de presidente antes que escuchar la voz de sus votantes. Son los que no han visto inconvenientes para pactar con Podemos y alcanzar su investidura regional.

Nadie duda que tomar una decisión u otra, no es fácil, y menos cuando probablemente el PSOE se juega su futuro con la apuesta por la que opte. Ambos posicionamientos tienen sus pros y sus contras, apoyar al PP o la opción que plantea Sanchez que me parece la más acertada sin ser un regalo para quien pretenda liderarla. Personalmente dudo mucho que la otra opción, repetir elecciones, sea lo mejor para el PSOE aunque ponga a candidato o candidata, diferente a Sanchez. Nadie duda hoy, que si se repiten las elecciones el PP mejorará a costa de Ciudadanos que pasará a ser irrelevante, y Podemos crecerá a costa del PSOE.

Parece que pesan todavía mucho en el PSOE, los que tratan de frenar algo que ya no hay quien lo detenga: la necesidad de regeneración y de cambios internos. Esos que hoy no comparten la propuesta de Sanchez, consiguieron frenarlos en el último congreso federal y en muchos congresos provinciales, pero el resultado electoral ha vuelto a situar sobre la mesa la necesidad de afrontarlos. Para muchos cabezas pensantes de este partido, parece resultarles difícil entender, que (según las encuestas), más de un setenta por ciento de españoles no quieren a Rajoy otra vez de presidente, y eso hace que su planteamiento les coloque frente a quienes piensan que lo mejor que podrían hacer es tomarse en serio un merecido descanso, pero de verdad, y no para que permanezcan intentando dirigir en la sombra.

Y es que aunque esas cabezas pensantes se consideren imprescindibles para el socialismo, ya no tienen que preocuparse por defender sus posturas y presionar a Sanchez, porque en ese mismo sentido ya le presionan desde el Ibex-35, desde Bruselas, y como no, desde los medios conservadores. Desde este muro, llevo varios días repitiendo la misma idea, que lo más sencillo es que el PSOE pregunte a sus militantes para que se pronuncien sobre si quieren que su partido apoye por activa o por pasiva no solo la investidura de Rajoy, sino la de cualquier candidato del PP, pero no lo harán porque ya conocen la respuesta y esa no les gusta. Pero aunque no les guste, esa sería la mejor y única manera de evitar que se puedan confundir los intereses de unos pocos con los de la inmensa mayoría de sus votantes.


¡Ojala que el lunes decidan lo mejor! pero en cualquier caso, quiero desearle toda la suerte del mundo a Pedro Sanchez, por el bien de todas y todos y por evitar otros cuatro años de infierno con el PP al frente.

jueves, 24 de diciembre de 2015

Madrugada del 24 de diciembre.- NUNCA ESTÁ DE. MÁS CONSULTAR A LOS MILITANTES


Hasta el Financial Times se declara convencido de que si el PSOE pacta con el PP, será entonces cuando habrá iniciado el mismo sendero que el Pasok en Grecia, y no por rechazar la continuidad de Rajoy pese a las presiones que deba soportar. A pesar de que ese es el sentir generalizado entre la militancia, parece que quienes siempre han tenido capacidad de influir en que rumbo debían tener los acontecimientos en este partido, lo ven de una manera completamente distinta.
Para entender estas disputas internas por quienes no son militantes, lo primero que habría que explicarles es que los socialistas nos hemos pasado años aprendiendo a odiarnos entre nosotros mismos, e incluso a trabajar por alcanzar nuestra propia perdición. Y en esta encrucijada que ahora afrontamos, no podíamos actuar de manera diferente. Parece que muchos no están dispuestos a aceptar que solo tendremos credibilidad si recuperamos nuestra identidad original de partido de izquierdas, lo que a alguno le haría incomodo permanecer en la organización.
Quienes apuestan por dejar gobernar al PP, se olvidan de que en la calle se pensará que al PSOE le trae al pairo lo que significará para las clases trabajadoras de este país, en lo referente a sus derechos laborales y sociales, cuatro años más de PP. No parece preocuparles es riesgo de que esa cesión puede dejar al PSOE sin votantes, incluso aunque en sus mentes este cambiar de cabeza de cartel electoral dentro de cuatro años.
Se han olvidado en dos días de que el PSOE se ha presentado a las elecciones con un programa que define un modelo de país, y ahora, pasados los comicios, lo único que procede es responder de los compromisos que ha adquirido con sus electores. Nadie puede dudar, que haga lo que haga el PSOE, va a ser la diana para los disparos del resto de partidos, cada uno buscando sus objetivos. Pero lo será mucho más si en lugar de tener un solo discurso por boca de su secretario general, hacemos diecisiete discursos diferentes, como está ocurriendo.
Si se cree en ese modelo recogido en el programa, no puede descartarse un gobierno de izquierdas a priori, sin constatar los motivos para desechar esa idea, y mucho menos hacerlo porque así opinen algunos que cuando se expresan lo hacen como socialistas, pero viven como conservadores. El programa socialista de estas elecciones es el que más se asemeja al de un partido de izquierdas, y quienes critican esa posibilidad, no han criticado ese programa mientras se elaboraba.
Llama la atención las llamadas a dejar gobernar a la derecha que se hacen desde Andalucía. Nadie cuestiona la fuerza del socialismo andaluz, pero eso no le otorga mando en plaza para condicionar una decisión que debe ser cosa de todos. No vale el argumento de que el PSOE de Andalucía haya aguantado mejor que los otros dieciséis en estas elecciones, porque de los veinte escaños perdidos, seis lo han sido en Cataluña, tres en Madrid, tres en la Comunidad Valenciana y tres en Andalucía. En todos los sitios nos ha ido de manera similar aunque en algunos mejor que en otros.
No es cuestión de escaños obtenidos, sino de que una federación no está por encima del conjunto, porque hacerlo ayuda a ningunear al responsable de ese conjunto y se le está haciendo el juego a Podemos al debilitar a la organización. El afirmar eso, no supone que se esté poniendo en duda algo tan claro, como que Podemos no quiere colaborar con el PSOE, sino darle el abrazo del oso, si este se lo permite.
Tres días después de las elecciones, parece que en Podemos todavía no se han dado cuenta de que no han ganado las elecciones, cuando su líder afirma que si no tiene éxito en su ronda de contactos, está dispuesto a ir de nuevo a elecciones. En el PP están acogotados pese a su triunfo, y por eso nos hablan de responsabilidad y altura de miras, precisamente de lo que ellos han dado muestras de carecer en estos cuatro años. A Ciudadanos se le ve como un azucarillo en vías de disolverse en manos de papá PP. Y a los medios empeñados en no querer asumir que si se repiten las elecciones no será culpa del PSOE, que está obligado a ser coherente con sus compromisos electorales, y tratar de cambiar lo soportado en la pasada legislatura.
Aunque no sea costumbre en el PSOE, no sería descabellado por parte de la Ejecutiva Federal asumir, que si tienen dudas en la dirección del partido sobre la decisión mejor a adoptar, quizás deberían acordarse de que sus bases existimos, y que no estaría demás un ejercicio de regeneración democrática, y dignarse a consultarlas antes de tomar ninguna decisión.
Buenas noches

martes, 22 de diciembre de 2015

22 de diciembre.- A MARCAR LOS TIEMPOS



El 20 D tiene que significar el fin de cuatro años de recortes de derechos y libertades a los trabajadores. Y digo más, aún con un nuevo gobierno del PP, no se pueden volver a repetir. Todos los comentaristas parecen empeñados en señalar la difícil situación del PSOE con las exigencias de Podemos, olvidándose que su situación empezará a ser difícil solo a partir de que el PP haya fracasado en su intento por formar gobierno, pero no antes.

Desde la misma noche del domingo, los medios que han propiciado con sus encuestas que se distorsione la realidad y así inclinar la balanza de los indecisos hacia sus intereses corporativos, ahora buscan de todas las maneras imaginables, presionar al PSOE para que permita que Rajoy sea investido Presidente del Gobierno. Son esos mismos medios que nunca presionaron a Moreno Bonilla para evitar que se repitieran las elecciones en Andalucía, lo que resulta paradójico. Esos medios que han impedido en campaña que los ciudadanos piensen qué sociedad interesa a la mayoría, aunque en eso han contado con la connivencia de algunos partidos. Esos medios, ahora piden en sus editoriales “responsabilidad” a los socialistas para que puedan mantenerse las instituciones. Simplemente lo calificaré como curioso.

Pero como ya suponían, están encontrando en su empeño, el apoyo de un sector del PSOE. Es un sector que piensa, que todo el partido está obligado a comulgar con su visión, y que curiosamente es el mismo que nunca se ha dado cuenta de la existencia de diversidad de ideas conviviendo en este partido, puede que porque nunca preguntaron a sus bases. Y también tenemos otro sector, que intenta forzar llegar al gobierno a toda costa, aun sabiendo que para lograrlo el PSOE tendría que aceptar los postulados de la izquierda representada por Podemos, y de los independentistas de los partidos nacionalistas.

Las fichas del tablero hacen, que para que Rajoy gobierne el PSOE tenga que optar entre votarle o abstenerse. Si vota a favor de la investidura de Rajoy, en Ferraz se quedaran solo los que no entienden el socialismo como una permanente vocación de cambio, sino como una adaptación al ambiente conservador que desde la transición se ha ido instalando en nuestra sociedad y por analogía en el PSOE. Si se abstiene se admite que el PSOE no tiene un proyecto de país, cuando realmente si lo tiene, y que  define en las propuestas programáticas con  que se ha concurrido a estas elecciones. Decir a los votantes socialistas que su voto servirá para tener que soportar cuatro años más a Rajoy en el gobierno, implica que mejor cerramos el chiringuito por liquidación de existencias.

La situación no es fácil, porque el Psoe es rehén de ser la única pieza clave para cualquier combinación que permita formar gobierno. Junto a las ventajas de ser la primera fuerza de la oposición, conlleva la servidumbre de que tendrá que decidir cuando llegue su momento. No optar por intentar gobernar, es vivir en la contradicción que supone, no querer una sociedad como la que tenemos, pero a la vez permitirla. Sería como aceptar que la gente se siga empobreciendo, y hacerlo en nombre de su bienestar. Tenemos un parlamento fragmentado, pero en el que queda claro que somos un país de izquierdas.

Y puestos a tenerlo claro, quien más claro lo tiene es el PP, que sabe que su obligación es la defensa de los intereses de una minoría social, aunque para conseguirlo deba disfrazarse de defensor de los trabajadores para que un sector de estos les crea. No se puede cuestionar que Podemos se ha alimentado fundamentalmente de votantes del PSOE desencantados, la causa es que no han percibido una claridad ideológica en su partido. Pero eso no impide que Podemos no tenga también las manos atadas por su promesa de referéndum a los catalanistas, sin la cual hoy no podría ser la tercera fuerza del Parlamento. Su búsqueda de voto en todos los caladeros también le produce servidumbres.

Sin embargo, es precisamente la situación de ingobernabilidad que tenemos delante, la que hace fundamental recuperar al PSOE pero para que aplique la ideología socialista que supone estar dispuesto a abordar los problemas que afectan a la mayoría social, para lo que tiene que guardar de una vez en el armario el juego conservador y mediático de las formas y las apariencias. El socialismo será la alternativa si se pone del lado de las legítimas aspiraciones de esa mayoría social, pero no puede serlo si sigue pareciendo un juguete roto en manos de la derecha.

Necesitamos un Gobierno de izquierdas que derogue las leyes retrógradas que nos ha impuesto el PP, haciéndonos retroceder décadas en derechos y libertades. En esta situación el PSOE no puede permitir con su voto, ni con su abstención, que el PP vuelva a gobernar el país. Si Rajoy no puede conseguir la mayoría suficiente para formar gobierno, que sean el resto de partidos quienes le apoyen, y si no lo consigue entonces le tocará el turno al PSOE.

Es entonces cuando corresponderá al PSOE marcar las líneas rojas y no a los demás, y no tiene por qué comprometerse en el cumplimiento de las promesas de otros y menos de cuestiones que no son asumibles ni para el PSOE, ni para la mayoría de los ciudadanos. Mientras tanto, el responsable de evitar que se repitan elecciones es el PP como partido más votado.


Cuando el PP no pueda lograrlo, empezará la responsabilidad del resto de partidos, pero no será solo del PSOE, como desde el domingo por la noche los medios nos están haciéndonos creer.

lunes, 21 de diciembre de 2015

21 de diciembre.- CONSIDERACIONES POST 20D


Una vez conocidos los resultados de ayer, son muchos los análisis que sugieren. Pero tal vez el primero que ha de hacerse en una democracia que quiere ser tal, debe ser constatar que nuestra ley electoral puede ser legal, pero dista mucho de ser justa.  Que el número de votos para que el partido vencedor obtenga un escaño sea  de unos 58.000 votos, que para el PNV sea de 50.000, que para UP sea de 460.000, o que DL con  560.000 obtenga 8 escaños, son motivos más que suficientes para afirmar que debe ser urgente, y afrontar su reforma no solo respecto a las circunscripciones sino para incorporar entre otras cuestiones las listas abiertas y la limitación de mandatos.

Pero entrando en los resultados, decir que nuestro rico refranero afirma que “el que no se conforma es porque no quiere”, y a ratificarlo ha contribuido la lluvia de encuestas que hemos soportado. Las encargadas por los medios afines a los partidos han sido las que más han errado al decir lo que estos querían oír, y eso les ha llevado del cielo al infierno, y viceversa. Solo así se explica que un PP y un PSOE hayan pasado de asustados a contentos (su batacazo no ha sido tan enorme como el que les vaticinaban), y que Podemos y Ciudadanos (debiendo estar muy satisfechos por lo que han conseguido), no lo están tanto porque  esperaban mucho más. 

Es la consecuencia de medir la derrota según la diferencia entre resultado y expectativas, que ha hecho que todos se mostraran ayer triunfantes, pero la realidad es que todos se han quedado a medias en sus objetivos. Pero en cualquier caso, el poder en democracia radica en saber buscar y lograr el consenso, y una vez conocido el reparto de escaños todo es negociable si la aritmética lo permite. Pero lo que rodea a cada uno de los actores de esta tragicomedia nos hace imaginar que será harto difícil. 

Pensar que alguno de los otros partidos ose pactar con el PP resulta poco probable, y parece propia de quien no sabe lo que dice, la petición de abstención que Rivera sugiere al PSOE para que gobierne el PP, sabiendo que eso sería el suicidio de los socialistas que arrojaría a sus votantes en los brazos de Podemos. Tampoco la abstención de Ciudadanos sirve para la investidura de Rajoy si votan en contra PSOE y Podemos. Dicen que el tiempo pone a cada cual en su lugar, y que el PP pasase años demonizando al PSOE ha acabado volviéndose contra el PP, lo ha desgastado tanto que su ha provocado el surgimiento de Podemos. 

Para el PSOE los resultados de ayer no pueden calificarse como una derrota dulce lo vistamos como queramos. Pero aun siendo su peor resultado histórico, paradójicamente es el único partido que podría formar gobierno a ambos lados del espectro político. Aunque el liderazgo de Sánchez no haya sufrido el deterioro del de Rajoy, también sale tocado de estos comicios. Pero puede que a largo plazo le dañen  más las afirmaciones de satisfacción con el resultado, que la asunción de que es un mal resultado, porque es de ciegos no ver que el PSOE ha perdido un tercio de escaños y no ha obtenido ni un tercio de los votos emitidos.

Podemos y Ciudadanos han logrado su irrupción en el Congreso con un importante número de escaños, pero no pueden considerarse tampoco satisfechos porque 69 0 40 diputados respectivamente no son nada para quienes iban a asaltar los cielos o a ocupar la centralidad política. Otra cosa es que a toro pasado lo reconozcan, pero ellos saben que Podemos no ha sido capaz de fagocitar al PSOE, ni Ciudadanos al PP, que eran sus objetivos. Oír a los seguidores de este último, calificar como milagroso pasar de cero a cuarenta diputados, es no querer darse cuenta de que en este escenario no le sirven al PP y sus escaños carecen del valor que suponían iban a tener.

Pero si con alguien has sido cruel este 20 D ha sido con la UP-IU de Garzón, que seguramente no se merecía quedarse solo con dos diputados de los 11 de IU en la legislatura anterior. Pese a su categoría y carisma, no ha logrado evitar que IU fuese un cadáver desde que Podemos la fagocitó. El reverso de la moneda son los independentistas catalanes que si han logrado una presencia relevante, aunque también son perdedores al bajar de los 19 escaños de 2011 hasta los 17 de ahora, nueve de ellos de ERC (que multiplica por tres los anteriores).

Con este reparto, para formar gobierno hay dos posibles coaliciones que representarían una mayoría absoluta: la gran Coalición (PP + PSOE) o la coalición de izquierda (PSOE + Podemos (y confluencias) + UP-IU, ERC y DL). Ambos pactos son muy difíciles para el PSOE, porque ambos lo romperían en su interior, la primera le abriría una nueva escisión por su izquierda, y la segunda significa la presión interna de su ala de nacionalistas españoles. La segunda supone además pactar una reforma territorial profunda, aunque le permitiría presentar un proyecto alternativo al del PP en Cataluña, y podría implementarse con cuestiones de justicia social y de revisión del modelo económico. Todo parece altamente improbable.

Pero como valoración general del resultado final se puede afirmar que, uno a uno, ningún partido ha conseguido ni de lejos sus objetivos, aunque ayer todos se mostraban felices, pero su procesión va por dentro. Lo que hoy todos comentamos es que estamos ante un parlamento posiblemente ingobernable, y si es así, con una perspectiva de vida será corta. La llave para dilucidar hacia donde se pueden encaminar los acontecimientos está en manos del PSOE (que forma parte de todas las posibles combinaciones), para lo que es imprescindible que primero se aclare el PSOE. 

En Ferraz toca decidir si quiere seguir como hasta ahora o si de verdad el PSOE quiere ponerse al frente de la izquierda, que sería su garantía de supervivencia a medio plazo. También dependerá de que actitud adoptan Podemos y Ciudadanos, que deberán pasar de adolescentes a adultos  a toda velocidad. En cualquier caso, la no consecución de un gobierno de izquierda implica un nuevo aplazamiento de la reforma constitucional, de la Ley Electoral, de la derogación de la reforma laboral del PP, o de la despolitización de la justicia. Y lo peor la sensación de incertidumbre que reina hoy entre una gran mayoría de ciudadanos.

Tenemos muchas papeletas para vernos en unas nuevas elecciones en unos meses, y que los que tanto veían sin salida posible la situación de Cataluña, ahora contemplen la paradoja de que en enero, si la CUP apoya a Mas, Cataluña tenga un gobierno con mayoría absoluta, mientras en España no tengamos ni gobierno. 

sábado, 19 de diciembre de 2015

19 de diciembre.- Día de reflexión REFLEXIONANDO Y ELUCUBRANDO

Hoy es un día para agradecer que cese la avalancha de información (mucha sesgada) y de encuestas (muchas manipuladas para responder a favor de quien las encargaba), con la que nos han abrumado en los últimos meses. Por eso yo no quisiera contribuir con este comentario a aumentar esa pesada carga que hemos soportado. Ya está aquí el día destinado a reflexionar para decidir nuestro voto. 

Cualquier aportación mía es tan sesgada como las informaciones y las encuestas, por mi militancia activa en el socialismo, pero no quisiera con este último comentario, transgredir el intento que he hecho por aportar una visión lo más imparcial posible de la escena electoral. Eso es lo que he pretendido en todas mis reflexiones de estos días, aunque seguramente, mi visión apegada a la izquierda, habrá hecho que no lo haya logrado en muchas ocasiones. Mi mayor condicionante para ser imparcial, es que trabajando como asalariado, me resulta difícil entender que quienes como yo lo son, puedan optar por una derecha corrupta que no desea cambios y que promete seguir con recortes de derechos. 

Intentaré hacer una lectura de resultados y valorar la campaña y los mensajes. El comentario de hoy, más que una reflexión es solo una elucubración personal sobre los posibles resultados de mañana y su traducción en posibilidades de gobierno a partir del lunes. No es una valoración estadística y mucho menos una aportación científica, más bien es un paseo sobre la delgada línea que separa valoración de elucubración, sin pretender que el índice de confianza de lo expuesto se aproxime de lejos al de cualquier estudio serio. Vayamos a ello.

Comenzaré afirmando, que aventurar resultados ya es de por sí difícil, y hablar de posibles coaliciones es incluso imprudente. Tenemos cuatro con intenciones de voto en un intervalo menor de diez puntos, y a UP, que debe ser tenida en cuenta dado que en la última semana los sondeos apuntan a que también es una izquierda en alza. La ocurrencia de Rajoy de que gobierne la lista más votada, ha perdido fuerza puesto que solo es eso, una ocurrencia, dado que nuestro sistema es parlamentario, y son los diputados electos los que eligen gobierno. En cualquier caso, nuestra Constitución posee el elemento de la moción de censura que sirve precisamente para que si la coalición de unos no funciona, otros puedan hacer uso de ese instrumento.

Los denominadores comunes a todas las encuestas son: que el partido más votado será el PP; que ninguna de ellas da vencedor a Ciudadanos; que debe existir relación entre el potencial electorado de C´s y el de Podemos, puesto que si baja Podemos,  C's sube y viceversa, y sus votantes parecen intercambiables; que PSOE y Podemos podrían disputarse el segundo lugar en votos, pero en escaños todas se lo otorgan al PSOE.

Si las previsiones anteriormente expuestas se cumplen (y no es seguro que así sea dado el elevado número de indecisos que esas encuestas detectan), en ese escenario postelectoral bastante probable, las posibles combinaciones son múltiples. Ayer si introdujo un dato con la intervención de ayer del líder de Ciudadanos, afirmando que dará su apoyo a la que resulte la lista más votada, lo que debe ser tenido en cuenta como elemento importante para analizar las diferentes alianzas posibles. 

La primera opción que garantizaría una mayoría de gobierno, sería la de una gran coalición PP y PSOE, aunque ya ambos partidos la rechazan, y en el PSOE saben que eso significaría su tumba como partido en el ambiente que se respira en este país tras los cuatro años vividos, y todo lo encontrado debajo de las alfombras. Por si alguien aún la veía posible, Sanchez lo ha rechazado de plano y ayer también lo hacía el mismo Rajoy.

La coalición PP  y Podemos no es factible por su distancia ideológica pese a las elucubraciones que aparecen por algunos posicionamientos de los de Iglesias en Andalucía o Extremadura. Si Cs apoya a la más votada, con ese apoyo contaría el PP pero aun así no tendría una mayoría estable, amén de que esa declaración de ayer puede pasarle factura a Cs mañana. Si el más votado es el PSOE tampoco lograría con Cs una mayoría estable. Si es Podemos, el compromiso del referéndum catalán cierra las puestas de un posible apoyo por parte de Cs. Que una alianza PP, C´s y Podemos nos parece impensable, aunque no tiene porqué ser imposible; que UP solo se tiene en consideración en la posibilidad de una alianza de la izquierda.

Aunque los sondeos daban al PSOE a la baja, el debate a dos le sirvió para recuperar un protagonismo que estaba perdiendo y las últimas encuestas y sondeos le dan un apoyo estable incluso al alza. Por lo tanto eso abre las posibilidades de acuerdos entre PSOE y Podemos, ya existente en algunos gobiernos municipales, y tampoco tendríamos que excluir la posibilidad de a ambos sumar UP, recuperada por tener un candidato capaz y con peso, que ha sabido guardar en el armario a Anguita, y al que Podemos quiso para sí, eso sí, sin el resto de personajes de su coalición.

Dos cosas muy llamativas de este análisis: una, que como elemento común a cualquier coalición postelectoral siempre aparece el PSOE, porque los demás partidos no cuentan con capacidad según la previsión de resultados, para articular una posibilidad de gobierno sin los socialistas; otra, que todas estas combinaciones sino suman suficientes escaños ponen en manos de los partidos nacionalistas, un poder que no esperaban hace solo unos meses, al convertirlos en un apoyo imprescindible para alcanzar una mayoría aritmética, no imprescindible, pero si aconsejable. 

Con independencia a que mi opinión personal sea que este país necesita un gobierno de izquierda, comprometido con políticas de izquierdas, que pongan a la economía al servicio de los ciudadanos, en lugar de a estos al servicio de aquella, hoy me reitero en el deseo que afirme hace unos días: ojalá la reflexión de hoy nos lleve a votar lo mejor, y no a tener que elegir entre lo malo y lo menos malo.

Buenas tardes, y a votar que es un derecho, y en esta ocasión hasta una obligación.

viernes, 18 de diciembre de 2015

18 de diciembre.- En campaña QUE USTEDES LO VOTEN BIEN

Último día de campaña y las tendencias de voto siguen fieles a las conocidas en los últimos días: un PP con un voto estancado y que no va a crecer; un PSOE en recuperación tras el debate a dos que no alcanza al PP; un Podemos que posiblemente en su remontada ha dejado atrás a Ciudadanos pero que aun acercándose tampoco alcanza al PSOE; un Ciudadanos que en la última semana ha perdido parte de lo que parecía tener garantizado al iniciarse la campaña; una Unidad Popular que ha recuperado parte del terreno perdido en su acercamiento a Podemos antes de la campaña; y unos partidos nacionalistas que entre todos conseguirán más escaños (cosas de nuestro modelo electoral) de los que obtendrían de presentarse en el ámbito estatal.

Ese panorama invita a las apuestas sobre el resultado del domingo. Con independencia de lo que definitivamente sepamos que obtiene cada formación, parece posible que pueda darse que la suma de PP y Cs sea prácticamente la misma que la de PSOE y Podemos. Como siempre que no hubo mayorías absolutas, la llave puede estar en manos de algún partido nacionalista, y que escuchemos que de nuevo alguien habla catalán o euskera en la intimidad. A partir del domingo ya no serán especulaciones.

Pero sea el resultado final uno u otro, lo que sí parece seguro es que el nuevo parlamento no va a semejarse en nada a los anteriores, y además los cambios que se van a producir, vienen para quedarse entre nosotros. Puede que esta nueva situación sea la propicia para que, al verse todos obligados a pactar, puedan producirse cambios en nuestro sistema electoral y en las estructuras políticas.

Esos cambios no son algo desconocido por los partidos tradicionales, sino que muchos han sido demandados ya en sus debates internos, tanto con el partido en el gobierno como en la oposición, pero la comodidad de las mayorías absolutas o las minorías ampliamente mayoritarias en ocasiones y la necesidad de no abrir grietas siendo oposición, han provocado que los direcciones de esos partidos no fuesen proclives a abordar su necesidad. Ahora se convierten casi en una imposición.

Hoy continúa la campaña y tendremos los mítines de cierre de la misma, por parte de todas las formaciones que concurren el domingo. Aún parece tener conejos en la chistera el PP, pero cada vez sus promesas son menos creíbles, y menos aún si se conoce su currículo. Mañana, es el día de reflexión, y bien harían los candidatos aprovechándolo para, sabiendo que ya la suerte está echada, tratar de pensar en cómo se puede mejorar este sistema electoral nuestro que empieza a estar algo obsoleto.

El abanico de posibilidades es enorme. Desde establecer la obligatoriedad de los debates o limitar los gastos electorales durante las campañas, a plasmar de una vez las listas abiertas, limitación de mandatos, etc. Todo ello no para cambiar por cambiar, sino con el único fin de lograr algo que ya ha ocurrido en estas elecciones, y es bueno que siempre se produzca: despertar el interés de los ciudadanos por la política. Para ello, los medios de comunicación de titularidad pública deberían estar obligados por ley a facilitar información exhaustiva de todos y cada uno de los programas de las diferentes formaciones garantizando su neutralidad.
Tras una legislatura de cuatro años sin cumplir el programa al que los ciudadanos le otorgaron su respaldo, parece claro que solo si los ciudadanos conocemos realmente las ofertas electorales podremos emitir nuestro voto con conocimiento, lo que nos hará más exigentes en el cumplimiento de esos compromisos electorales, porque solo la exigencia puede garantizar que se cumplen. Pese a que los programas quizás no han tenido la difusión debida, en esta campaña lo que la gente si ha empezado a entender, es la importancia que tiene para su vida cotidiana que se haga una política u otra.

En cualquier caso, la falta de mayorías fuertes que se prevé, puede hacer que nos encontremos con una legislatura corta. Eso no parece nunca bueno, pero posiblemente para evitarlo, esos cambios deberían intentar plasmarse al principio. Si los partidos son capaces de alcanzar acuerdos para introducir reformas, entre esos debería incluirse una reforma constitucional pactada por una amplia mayoría. Solo así, otros acuerdos que permitiesen abordar los problemas de desigualdad y pobreza que cuatro años de empecinamiento en una política al dictado de los poderes económicos nos han traído ya no estarían tan lejos.

Lo que no va a servirnos para nada, son las promesas de cambiarlo todo, para que todo siga igual, porque es insostenible un país donde tener trabajo no es sinónimo de bienestar, sino de conocer la que es la merma de derechos laborales y no tener un horizonte para escapar de la pobreza.

Buenas tardes y que ustedes lo voten bien.

jueves, 17 de diciembre de 2015

17 de diciembre.- En campaña ASÍ IREMOS DONDE NO QUEREMOS

Como era previsible hoy, penúltimo día de campaña, todo gira alrededor de la agresión que ayer sufrió Rajoy. Es difícil encontrar las palabras adecuadas para describir el sentimiento que este hecho me provoca, sin sobrepasar los límites de lo tolerable, porque estamos ante un hecho intolerable.

Venimos de un proceso pre electoral que ha estado condicionado por los atentados de París y por el resultado electoral en Cataluña. La campaña iba tranquila, solo marcada por la incomparecencia de Rajoy al debate a cuatro y por el debate a dos del pasado lunes. Y es ayer, cuando estaba a punto de terminar, cuando de forma inverosímil un menor irrumpe en la escena y agrede al presidente menos accesible de nuestra democracia. En minutos se desencadena en las redes sociales un río de versiones del hecho y de opiniones la mayoría vergonzantes, y nuestra imagen exterior es la de un país de intolerantes, sin serlo.

Sí, porque solo vergüenza producen algunos comentarios (posiblemente de gente con poca sesera) tratando de darle una justificación a lo que es injustificable, en lugar de animar a que el puñetazo debe darse con la papeleta el día 20. Frente a esos, algunos (aún más descerebrados) lo aprovechaban para adjudicarle afiliación política al agresor (sin valorar que antes que en un partido estaba afiliado en psiquiatría) y así restar credibilidad a esa formación. Y como no, los cavernícolas, que se obstinaban en ver en la agresión una consecuencia del debate a dos del lunes. El intento de todos ellos por politizar este asunto en busca de un rédito político para sus sucios intereses, es simplemente vomitivo.

El tiempo acaba poniendo a cada cual en su lugar, y quienes así han actuado acabaran comprendiendo que su actitud no tendrá reflejo en las urnas y solo va a servir para retratarlos a ellos. En democracia las diferencias se dilucidan con la palabra y en las urnas, nunca con la violencia, rechazable siempre, y mejor harían algunos con tener un poco de memoria histórica para saber que, por muy importante que pueda ser obtener un voto más, con estas cosas no se juega. En cualquier caso, la mejor reacción ante el este lamentable hecho, la de todos y cada uno de los candidatos, que si han estado a la altura que les era exigible.

Pero no desperdicies un segundo más con este asunto. La sensación de muchos es que entre unos acontecimientos y otros, el próximo domingo, una inmensa mayoría acudirá a las urnas sin conocer realmente las propuestas de los diferentes partidos que han quedado en un segundo plano entre unas cosas y otras. El gran responsable de ese desconocimiento es sin duda el circo mediático creado alrededor de todos y cada uno de los principales candidatos, más interesado en la rentabilidad económica de sus programaciones que de hacer llegar información fiable y exhaustiva a los ciudadanos.

Hoy han continuado las caravanas electorales recorriendo nuestra geografía, a la búsqueda del disputado voto del indeciso. Para mañana los últimos mensajes y los mítines de cierre de campaña. Ojala logren convencernos de que cada uno representa lo mejor, y que no tengamos que elegir solo entre lo malo y lo menos malo.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

16 de diciembre.- En campaña A PUNTO DE ACABAR ESTA LARGA CAMPAÑA


La campaña electoral sigue y aún durará tres días más. El debate de Rajoy y Sánchez (denostado por algunos como tal debate, incluso antes de celebrarse), ha marcado el antes y el después de la misma, para bien o para mal de sus protagonistas, y de los otros dos líderes de partidos que dicen aspirar a ser mayoritarios en las urnas el próximo 20D. Hoy ha continuado la campaña con Rajoy en Asturias y Coruña, Sánchez en Alicante y Murcia, Rivera en Cantabria y Bilbao, e Iglesias en Coruña. Iglesias y Rajoy hoy han intervenido en la Cadena Ser.

A cuarenta y ocho horas del debate, ya no deberían causar extrañeza las reacciones en el PP, que son lógicas. Están tratando de solapar la incapacidad que para quitarse la mochila que la corrupción tiene su presidente, y eso les obliga a  atacar por tierra, mar y aire al “maleducado Sánchez”, porque Ciudadanos y Podemos para el PP han pasado a un segundo plano. Al PP las urnas del domingo le provocan déficit cognitivo severo, y eso les hace no recordar a Rajoy llamando a Zapatero cobarde, bobo, irresponsable, inexperto, acomplejado, inconsecuente, inestable, traidor, zafio, agitador, débil, indigno, hooligan, radical, taimado, cabeza de adorno, traidor con los muertos del terrorismo, y otras lindezas tanto en los medios como en el mismo Parlamento. 

La diferencia es que Zapatero jamás le devolvió ningún insulto y ellos se creen en la obligación de hacerlo. Así, Santamaria llamaba ayer a Sánchez “macarra político”, aun sabiendo que en insultos el PP puede dictar un verdadero master al resto de partidos. La consigna en el PP es clara, seguir mostrando a su candidato, como un inocente atacado por una fiera, y así convertirle en san Mariano mártir. El propio Rajoy la ha seguido en su entrevista de hoy en la Ser, haciéndose el agredido, aunque en su tono de voz empieza a dar signos de agotamiento, propios en quien está recibiendo en pocos días todos los golpes que su gestión ha cosechado en cuatro años.

Tal es su cansancio, que eludía responder a temas de corrupción como el caso de Gómez de la Serna, o sobre su futuro si no obtiene la mayoría. Rajoy ya ha asumido, que en estas elecciones tener más escaños no significa ganarlas, aunque luego así lo tenga que proclamar si obtiene un voto más que el segundo. Sabe que el domingo puede ser vencedor, pero no presidente del gobierno. 

Cuando se le habla del debate, niega que Sánchez realizase ninguna propuesta, aunque la grabación recoge que realizó más de treinta, aunque no con la brillantez que el momento le propiciaba. Pero lo que más duele Rajoy, no es el calificativo, sino que el debate dejó muy claro que PP y PSOE no son lo mismo, y que después de lo oído, nadie les ve como socios de gobierno, algo de lo que Sánchez buscaba dejar claro en el debate. Ya ha asumido, que haber votado de acuerdo en algunas votaciones, no le garantiza que eso vuelva a ocurrir, y con un rival de su misma casta que no quiere pactar con él, y otro en la diáspora de su ideología, la esperanza de la gran coalición se le ha desvanecido.

Sánchez este miércoles viajaba a Alicante y a Murcia. Por la mañana se mostraba crecido tras el debate con Rajoy, y parece que en la recta final de campaña centrará su discurso en los escándalos del PP, no desaprovechando ocasión para recordarlos. Dice no estar arrepentido del tono ni del contenido empleado en el debate, aunque sabe que otras voces próximas al socialismo se muestran molestas aunque comprensivas por el tono del debate. 

Atrás parecen haber quedado asuntos internos que chirriaban en precampaña, como los ocasionados por la incorporación de Irene Lozano o de Zaida Cantero en Madrid. Ahora Sánchez se siente a gusto arropado por los expresidentes, y afirma que afronta la última semana de campaña convencido de ir de menos a más. 

En el PSOE saben que las últimas encuestas no hacen creíble la afirmación de Sánchez de que será el próximo presidente, pero dan por hecho que el 20 de diciembre se dará la vuelta a los pronósticos. Tampoco Sanchez tiene garantizado ningún apoyo postelectoral, ni de Ciudadanos ni de Podemos, pero a tres días del final de la campaña se conforma con que haya quedado claro ante la opinión publica la distancia ideológica marcada respecto al  PP.

Albert Rivera, una de las almas cándidas post debate, viajaba hoy a Cantabria. Allí su candidato en Santander le ponía en un aprieto al defender ante la prensa, que "el aborto es una forma de violencia", lo que obligaba a Rivera, a su lado, a señalar que no compartía esa opinión. Todo esto le sucedía mientras en sus casos surgía una nueva duda sobre la fiabilidad de su candidato en Huesca, a quien como antes a otros se ve obligado a investigar. 

Los problemas con los componentes de algunas listas de Ciudadanos, son lógicos en un partido unipersonal, sin estructura territorial hasta ahora, y obligado a reclutar a gente, a mucha de la cual le daría igual estar en Ciudadanos que en el PP, si uno de ellos les garantiza que van a estar. Si a eso le añadimos que en su programa de copia y pega, promete una política económica liberal de las duras, y una política social emuladora de la del PP, a quien recuerda en su postura en la ponencia de la Ley contra la violencia machista, las perspectivas no son tan halagüeñas como muchos suponían. 

Y la espada de Damocles que pende sobre la cabeza de Ciudadanos es el supuesto apoyo postelectoral que darían a Rajoy, lo que les obliga a afirmar un día sí, y otro también, que no apoyarán de ninguna manera la investidura del actual presidente Rajoy. Son muchos los aprietos en los que se está metiendo en esta campaña, aunque los salva apoyándose en su liderazgo de la oposición de Cataluña, pócima eficaz con la que trata de hacernos olvidar las polémicas que día a día le surgen en su partido.

También esta mañana, en la misma emisora que Rajoy, intervenía Iglesias que luego repetía su mensaje en un tono similar al radiofónico, cuando participaba en un mitin en Coruña. En ambas ocasiones no parecía el Iglesias de las tertulias o de la campaña de las europeas, más bien se mostraba como una novicia de convento de clausura. Se confesaba enormemente afectado por la agresividad de Sánchez en el debate, y señalaba que la política necesita el tono y la dulzura de la mujer. También su memoria esta mañana parece que era frágil, puesto que no era esa su visión en los escraches a Rosa Diez por ejemplo, o no recordaba sus insultos que se pueden ver en las redes. 

Viendo llegar las urnas el domingo, y buscando su anunciada remontada, Iglesias ha optado por mostrar la dulzura del seductor, una dulzura que ante las urnas ha relegado a un segundo plano el mensaje político con el que decía venir en nombre del 15-M. Ese mensaje un año y pico después, se ha quedado atrás, por mucho que Iglesias apele a su recuerdo. El candidato de hoy dista mucho del que apoyaba los principios aprobados en las asambleas de las plazas, y ya no está frontalmente contra el corrupto sistema, sino que se conforma con lograr al menos un lavado de cara de ese sistema. Un votante suyo en europeas exclamaba hoy ¡Qué pronto se olvida la historia!

Esta es muy diferente de otras campañas, no solo porque sean cuatro los contendientes con posibilidades, sino porque los medios de comunicación han adquirido una relevancia mucho mayor que en las anteriores. Hoy el PP dispone de una batería de medios impresos y audiovisuales, el PSOE no cuenta con el apoyo decidido de ninguna cadena de TV o  radio, mientras que Ciudadanos dispone de medios económicos suficientes para garantizarse su presencia mediática, y Podemos ha encontrado cobijo en la Sexta y un medio digital.  A tres días del final de la campaña, es difícil pronosticar un resultado, pero más difícil aún resulta saber, quién podrá gobernar. 

Para saberlo, tendremos que esperar no solo al domingo, sino a que culminen las negociaciones para que se consiga formar una mayoría. Lo más aconsejable es no creerse nada de las encuestas ni de los mensajes prefabricados, y esperarse a ver las combinaciones posibles a partir de la próxima semana.

Buenas noches.

martes, 15 de diciembre de 2015

15 de diciembre.- En campaña EL DEBATE DE ANOCHE


Por si no les suponía ya un lastre que sus dos partidos tengan pasado, la escenografía en la que la Academia de la TV instaló a Rajoy y a Sánchez resultaba antigua, pero eran los organizadores y no los protagonistas quienes habían decidido que fuese así. A eso añadirle, el nombre “el debate del bipartidismo” con el que alguien jugo sus bazas apostando porque lo que allí sucediera, era parte de un pasado lejano.

El moderador también con solera, y que en vez de moderar contemporizaba con Rajoy y en varias ocasiones cortó a Sánchez, pero acabó desistiendo aburrido. Hoy muchos comentaristas califican el debate de duro y bronco, como si les sorprendiese y no supieran antes de su inicio, que ni con sotana Rajoy podía tapar todo el lastre que la corrupción de su partido le supone, y menos habiendo comprobado hace una semana que ni Santamaria pudo eludirla.

Rajoy se mostraba nervioso desde el inicio. Sabía que Sánchez no dejaría pasar la oportunidad de sacarle los colores, y como a eso no se atreven en su partido aunque sabe que le sobren los motivos, se mostraba inquieto. Quiso eludir el envite y mostrarse como un tecnócrata, como un gran gestor, y evitar aparecer como el líder político que sabe que no es. Rajoy sabe qué su tiempo político se está acabando. Dio la sensación de que ni se había preparado el debate con la intensidad con la que preparó otros anteriores. Su talón de Aquiles era saber que en cualquier otro país con medios judiciales eficaces, ya se hubiese visto forzado a dimitir y que incluso seria investigado, y que si no renueva su mayoría absoluta, le toca pactar con quien no le quiere, o marcharse.

Muchos piensan que a ese escenario prefabricado Pedro Sánchez no debió acudir. Pero acudió porque todos suponíamos que era una buena oportunidad de explicar su programa. Pero sus asesores optaron por retirarle la careta a un Rajoy incumplidor de sus promesas electorales, maestro de los recortes, liquidador de la caja de las pensiones, presunto cobrador de sobresueldos y líder del partido de la corrupción. Puso a Rajoy contra las cuerdas pero no llego a tumbarlo. Posiblemente debió decirle a Rajoy que si no era cómplice de sus compañeros corruptos, es que no se enteraba de nada de lo que ocurría a su alrededor y eso lo inhabilitaba como presidente, o que con su reforma penal ha amparado a los corruptos, otro motivo para argumentar su dimisión. Pero le llamó indecente, y convirtió al que llamaba ogro, en el cordero atacado por el lobo, y a partir de ese momento crispó el debate porque Rajoy vio una salida para no besar la lona.

El día después, los medios afines al PP tapan sin citar la corrupción, oculta tras el humo del “gravísimo insulto” de Sanchez. Eso sí, se muestran indignados, porque son conscientes de que Rajoy tampoco estuvo a la altura que a ellos les hubiese gustado. Sánchez pudo argumentar con más claridad, y no lo hizo, pero si le dijo a Rajoy lo que una gran parte de los ciudadanos de este país piensan. Pudo ser igual de hiriente con un discurso más pausado, sin entrar de manera directa, pero al no hacerlo deslució un debate en el que de inicio comenzó arrasando.

Tuvo a Rajoy a punto de caramelo en la comparación de los ingresos de ambos como jefes de la oposición, pero debió señalar que el solo cobra del Congreso de los Diputados, como la ley exige, mientras que Rajoy admitió que cobró al menos del Congreso y del partido, lo que supone vulnerarla. No lo clarificó suficiente porque le sobró el ímpetu propio de lo nuevo. Aun así. La opinión mayoritaria es que Sánchez ganó este debate.

Pero hay especial interés en muchos medios, para que del debate solo quede la anécdota de que Sánchez llamó indecente a Rajoy y a la vez que nadie repare en que Rajoy califico de “ruin” a Sanchez. Indecente significa persona falta de decencia o de modestia, indecoroso. Ruin significa vil, bajo y despreciable. Ninguno de los dos términos es insultante, pero si uno lo es, lo es más el de ruin. En cualquier caso, sorprende que indecente sea ultraofensivo, para quienes ven normales otros calificativos vertidos en esta precampaña y campaña, precisamente por quienes ahora dicen no haber roto nunca un plato.

Si uno mira estos cuatro años, verá que son muchas las indecencias que pueden encontrarse en el gobierno de Rajoy. Desde mantener a Mato tras su gestión nefasta gestión del Ébola, o a Morenés sabiendo que tiene acciones de empresas de armamento, o a Soria que viajó al Caribe con los gastos pagados por una empresa del sector turístico, o a Fernandez Díaz en Interior orgulloso de recibir en su despacho de ministro a su compañero Rato, "presunto" estafador, defraudador a Hacienda, y blanqueador de dinero negro robado. Por no remontarnos a Wert, pagándole con dinero público su retiro en París. Si esos hechos no son indecentes, no sé qué es la decencia política.

Muchas de sus políticas también han sido indecentes, como dar cifras falsas engañando a los ciudadanos, mirar para otro lado y permitir los desmanes y fechorías de Bárcenas y otros, hasta que le ha sido imposible ocultar la corrupción generalizada que padecemos. Y tampoco es menos indecente permitir que aumentasen las desigualdades sociales mientras se favorecían los intereses de una minoría, o aprobar una amnistía fiscal de la que se favorecieron sus amigos y conocidos.

Pero en el ámbito profesional, la forma de actuar de Rajoy parece propia de una persona muy decente. Mantenerse en excedencia treinta años y ocultar su expediente personal mientras le reservan la plaza son una muestra. Y si a alguien no le parece indecente que cargar en el presupuesto del Estado la atención de su padre, mientras recorta las ayudas a los dependientes, es que tiene un concepto de la indecencia diferente al que tenemos muchos.

Creo que la reacción de Rajoy y sus fieles al calificativo de Sánchez es desorbitada, lo que viene a demostrar que en el PP confunden indecencia con delito. Para ser indecente no hace falta ser un delincuente, y eso de “que me lleve usted al juzgado” es solo una frase defensiva. Sin temor a errar, se puede afirmar que Rajoy es un indecente, pero está por ver si es un delincuente, y de eso nadie le ha acusado, aunque por su reacción parece que sí lo han hecho.


Después del debate, fue el turno (eso sí con la ventaja de hablar a toro pasado), de Rivera e Iglesias. En un momento se ensañaron con Sánchez acusándole de hacer descalificaciones, que ellos no harían, olvidándose que ellos han descalificado a Rajoy (como es lógico y normal) cuando lo han necesitado en su interés partidista. Sin embargo anoche, ambos aparecieron dándoselas de buenos chicos, vendiendo humo, y lo peor para quienes dicen ser la nueva política, a sabiendas de que lo hacían.

Muy llamativo el tono de Iglesias, acostumbrado a hacer declaraciones mucho más subidas de tono que las de Sánchez, sin que nadie se rasgase por ello las vestiduras. Pero anoche su papel era el de lanzar el guante blanco, en un gesto más propio de propaganda de los partidos que crítica que del suyo. Entre besitos y arrumacos con Rivera, anoche a Iglesias se le olvidaron las propuestas ultra liberales del líder de ciudadanos, y a sus seguidores en las redes atacar a Rajoy
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En este debate a dos, Sánchez ganó a los puntos aunque pudo hacerlo por goleada. Pocos pueden poner en cuestión, que en cualquier país europeo normal y democráticamente maduro, una décima parte de las tropelías cometidas por Rajoy y sus secuaces hubieran bastado para inhabilitarle como presidente del gobierno. Aquí no ocurre así, y curiosamente cuando alguien le ha dicho las cosas a la cara, el problema no es que sean verdad, el problema es que le calificó de indecente. Para hacérnoslo mirar.
Buenas noches.

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