miércoles, 25 de junio de 2014

AHORA QUE YA GOBERNAMOS, VAMOS A CONTAR MENTIRAS

El PP por boca de Montoro, ha anunciado a bombo y platillo lo que según sus partidarios, es lo que mejor saben hacer cuando gobiernan, y que ellos llaman “bajar los impuestos”. Después de casi tres años machacando a trabajadores y clases medias, y favoreciendo a las grandes fortunas incluso con amnistías fiscales, al ver que de nuevo se acercan contiendas electorales en el próximo año, en los despachos de la calle Génova han decidido lavarle un poco la cara a su política económica, y poner en marcha este “engañabobos” al que ellos denominan propuesta de reforma fiscal.
Dice el catedrático vasco Ignacio Zubiri, experto en fiscalidad, que es "una reforma fiscal ineficiente e injusta, que ni mejora la eficiencia ni la equidad ni estimula el crecimiento, ni favorece la corrección del déficit". Yo añadiría a este comentario, que es cierto que puede rebajar la recaudación por vía IRPF, pero no es menos cierto que hace un reparto desigual de esa rebaja, beneficiando a las rentas medias-altas y altas (al aumentar la lista de regalos fiscales que les hace), mientras que esa rebaja a las medias- bajas y bajas no compensará lo que llevan perdido y siguen perdiendo con los recortes en servicios públicos que durante tres años llevan soportando.
Se puede resumir esta reforma diciendo que no cambia la estructura fiscal que era lo que anunciaron y lo que realmente necesitábamos para luchar contra la desigualdad económica existente en este país. Pero con esta reforma los impuestos no bajan para todos, e incluso para algunos hasta subirán, a los autónomos se les vuelve a prometer para 2015 lo que ya se les prometió para 2013, y si hace el alarde de bajar el impuesto de sociedades para las grandes empresas del 30% al 25% pero en 2016. Entre sus déficits están que no discrimina entre renta e ingresos, que no sirve para incentivar y financiar las políticas sociales que el PP se ha cargado con sus recortes, y sobre todo que no aclara como se abordará el fraude fiscal existente, posiblemente porque aunque si interese a las arcas públicas, no le interese tanto a los impulsores de esta reforma. 
Al descender la recaudación del IRPF, eso nos llevará a reajustar el déficit a base de más sacrificios y sablazos a los de siempre. Si esta rebaja fiscal va a suponer unos 9.000 millones menos de recaudación según los cálculos del gobierno, y por otro lado ese mismo gobierno se ha prometido a que España  va a recortar en 30.000 millones en gasto público, esta rebaja hará elevar esta cifra a 39.000 millones, lo que representa casi cuatro puntos del PIB. Y esos recortes, conociendo a este gobierno, ya se sabe dónde acabarán afectándonos, lo que debería preocuparnos porque tendrá efectos negativos sobre educación, sanidad y pensiones, puesto que es seguro que para ajustar las cifras recurriran de nuevo a disminuir el gasto público, y como llevan haciendo desde que gobiernan, esto se reflejará en unos servicios públicos de peor calidad.
El por qué se anuncia ahora, se puede intuir, y es seguro que se hace buscando un efecto electoralista, pero esto dificultará el cumplimiento del déficit en 2015. No es un cambio de modelo fiscal, sino una reforma que mantiene y consolida las desigualdades, y que es solo puro maquillaje electoral. Si realmente se quisiera redistribuir la riqueza entre todos los españoles, se haría utilizando para ello cambios en la distribución del gasto público, no haciendo una reforma solo sobre los ingresos. Vamos a seguir igual que estabamos antes, con una fiscalidad injusta e insuficiente.

viernes, 20 de junio de 2014

¿NEUTRALIDAD? ES MAS FACIL ENCONTRAR ROSAS EN EL MAR


Se acerca el final del plazo para la recogida de avales por parte de los candidatos a la secretaria general del PSOE. Contrariamente a lo que debería serles exigible, los cargos públicos socialistas   empiezan a posicionarse públicamente en apoyo a uno u otro candidato. No les niego todo el derecho que les corresponde porque antes de cargos son militantes, y el  proceso en el que estamos tiene su importancia precisamente porque dicen que es la hora de la militancia. Pero eso nunca puede ser una justificación para que no mantengan la neutralidad que el ejercicio de su cargo orgánico les obliga a mantener en un proceso que debe ser transparente y cristalino.
 
No son una muestra de neutralidad las llamadas telefónicas, habituales en estos días, para que los alcaldes o los secretarios generales de las agrupaciones locales, recojan avales a favor de un candidato (parece que para ellos solo existen dos) entre los militantes de su localidad. Y no solo por teléfono, también en las redes sociales se nos intenta manipular a los militantes incorporando a los llamados “grupos de apoyo a un candidato”, a nombres de personas con una cierta relevancia y capacidad de influencia entre la militancia socialista, cuando esas personas no han mostrado de motu proprio ese apoyo.
 
Si sería actuar con neutralidad, que esos cargos hubieran exigido un debate público entre los candidatos y que eso permitiese a la totalidad de la militancia conocer en profundidad lo que están apoyando cuando firman su aval. Hay militantes informados de los programas de cada candidato, pero también son muchos los que avalaran en función solo de la imagen o de quien les solicita el aval. No he escuchado a ningún responsable exigir ese debate de ideas, aunque se llenen la boca defendiendo la necesidad de ese debate ideológico.
 
Mostraré públicamente mi apoyo, cuando los candidatos ya cuenten con los avales necesarios, porque creo que la exigencia de un número mínimo de avales restringe las posibilidades de opción a los militantes, y si se piensa que un exceso de candidatos desvirtuaría este proceso, desde la federal podría haberse planteado una segunda vuelta. También un número máximo de avales por candidato hubiera dado igualdad de oportunidades a todos.
 
Si ya en esta primera fase no se actúa con neutralidad para con todos los candidatos, no quiero imaginar lo que será la  votación del 13 de julio, ni que nuevas  maniobras orquestales en la oscuridad  se podrán realizar por parte de las direcciones regionales y provinciales, para que el resultado que salga sea el de su agrado. Posiblemente los militantes necesitemos aprender, y no que nos enseñen, lo que son unas primarias.
 
Pero a muchos también nos resulta curioso, que quienes así actúan sean los mismos responsables de las direcciones que ayer se mostraban ofendidos cuando proponíamos designar una gestora para supervisar y garantizar la imparcialidad en el proceso electoral. En esa propuesta veían una desconfianza con el actual secretario general que decían que no se la  merecía, sin pensar que la desconfianza era en ellos, y su manera de actuar ahora viene a justificarla. Debían temer que esa gestora les impidiese la utilización en favor de un candidato, de las influencias que implica el cargo que ejercen, y de los datos sobre la militancia de que disponen.
 
La parcialidad solo es concebible en quien actúa pensando más en sus posaderas, que en lo que hoy necesita el partido. Han olvidado que andando se hace camino, y la situación del PSOE requiere que se piense más en avanzar que en los intereses propios. Moleste a quien moleste, creo que actuar así emana un cierto tufillo maniqueo y es una falta de respeto a la ideología socialista. Por si aún no se ha dado cuenta, en este proceso se muestran más interesados los cargos del partido que sus militantes, y eso es lo contrario a lo pretendido en principio.
 
Si se quiere desterrar la desafección ciudadana con la política y mejorar la democracia interna, no parece como lo más recomendable este modo de actuar. Y me temo que si esta vez no se consigue, ya no valdrá solo con volver a lamernos las heridas, y que todo siga igual. Esta vez no parece que el electorado esté por permitirnos más errores.
 
Algunos verán en este artículo un comentario negativo para la organización en la que milito,  pero a mí sí me preocupa lo que pase en mi partido, y no hacerlo me convierte en cómplice de todo lo que está pasando. No estoy dispuesto a admitir, que a pesar del esfuerzo que para toda la militancia supone el proceso en el que estamos, no se guarde una escrupulosa neutralidad para con todos los aspirantes.
 
Las formas son muy importantes, y con la elección de un nuevo secretario general, no se debe solo transmitir una imagen de democracia interna o una manera de dar paso a las nuevas generaciones, sino de establecer mayor democracia interna que sirva para dar un cambio profundo en un partido totalmente encorsetado y en el que los muchos cambios aprobados en congresos y conferencias se quedan luego  solo en palabras. De no hacerlo bien, lo lamentaremos todos, no solo los dirigentes, porque los ciudadanos perdonan menos las apariencias de democracia que su ausencia.
 

martes, 17 de junio de 2014

DE CANDIDATOS Y DE TREPAS

A estas alturas de partido, todos deberiamos tener claro que en el PSOE se necesita un debate profundo y serio sobre como hacer frente a un nuevo tiempo del socialismo en este país. Debería ser ya hora de hacer menos mensajes publicitarios y mas acciones que beneficien a los débiles y necesitados. Siempre he pensado que rendir cuentas es una deuda pendiente que tenemos con nuestros votantes, y que la debemos resarcir con urgencia y con claridad. De este proceso de elección tambien deberiamos rendirlas.
 
Los socialistas somos mas fuertes cuando luchamos por los débiles, por la justicia, por la igualdad y por la libertad.,y estos valores deberían servir como guia del proceso de elección de secretario general: que todos los candidatos compitan en igualdad, que los militantes decidamos en libertad y qiue el resultado sea justo no solo por la pureza del proceso, sino con quienes mas lo necesitan.
 
No debemos olvidar que el PSOE nunca sera el partido que todos deseamos si la democracia interna no se fortalece día a día, y lo abrimos plenamente a la sociedad. La voluntad de todos los candidatos puede ser la idonea si en sus respectivos proyectos adquieren vigencia las palabras consenso, unidad, coherencia y respeto. Ahora que los candidatos inician su periplo por los medios informativos y por las agrupaciones, en la recogida de avales para su candidatura, creo oportuno plantear varias cuestiones que merecen ser analizadas sobre el proceso de elección.
La primera es que el exigir un número minimo de avales puede ser aconsejable, siempre y cuando tambien se fije un maximo a recoger por cada candidato. La razón de esta afirmación es que de lo contrario, aquellos candidatos con mayor vinculación con las direcciones, pueden acaparar tantos avales que no permitan a los candidatos nuevos alcanzar el minimo requerido. Esto no es algo inusual ya que en muchas elecciones provinciales, este fenomeno se ha repetido impidiendo la concurrencia de todos los que manifestaban voluntad de liderazgo. Y no vale como argumento que asi se evita que se presenten doscientos, es simplemente un tema de capacidad logistica para la recogida que favorece a los candidatos que ocupan cargos frente a los que aspiran por primera vez.
 
En segundo lugar, tambien adquiere importancia el hecho de que algunos candidatos cuenten con el respaldo de los responsables de las direcciones regionales o provinciales. En este sentido los pronunciamientos de los denominados barones, en favor de la candidatura de Pedro Sanchez o el de parte de los miembros de la ejecutiva federal a favor de Eduardo Madina, ha hecho que los apoyos locales de esos candidatos tambien se encuentren entre los miembros de las ejecutivas provinciales y locales. Esto hace que la desigualdad de oportunidades con la que arranca el proceso sea clara para Perez Taìas como para Sotillos.
 
Pero en cualquier caso, el gran enemigo de todos los candidatos y del propio partido son los denominados trepas, que ahora afloraran como las setas con las lluvias. Es gente que aparenta lo que nunca fueron, que solo buscan sus intereses y que para ello se arriman al sol que mas calienta. Maestros en darle la vuelta a las cosas según su conveniencia, carentes de escrupulos, no dudan en usar todos los medios a su alcance para obtener lo que por meritos propios no alcanzan aunque ello ponga en entredicho el crédito del grupo ideológico al que dicen pertenecer.
 
Son ambiciosos, individualistas, egoistas, y con pretensiones desmedidas para su trayectoria profesional, y no reconocen la labor de aquellos de los que han obtenido sus conocimientos. La situación que se vive en el PSOE es un caldo de cultivo ideal para estos personajes, y muchos de ellos salen a la luz sin necesitar que los descubramos, y se desprenden solitos de su disfraz.
 
Si lo que realmente necesita el PSOE es el debate interno, la militancia deberia plantearse la distribucion de los apoyos a todos los candidatos, para que todos alcancen el minimo de avales requerido, y eso facilitaria el objetivo de un proceso de primarias: que la militancia decida. Este sistema de avales da ventaja para aquellos aspirantes mas conocidos o mediaticos, y que cuenten con el apoyo de más trepas, cuando debería ser un proceso solo para escoger al mejor.

martes, 10 de junio de 2014

Buscando Secretario General

Unas primarias en que puedan votar todos los militantes son el procedimiento lógico para la elección de los líderes en las organizaciones democráticas, y no pasará mucho tiempo para que todos los partidos políticos adopten este sistema. Pero para que unas primarias permitan elegir a los mejores, y no responder solo al sectarismo interno más potente, todas las personas con disposición al consenso deberían tener opciones, por el interés del partido y el de todos los ciudadanos. Y eso hoy es imposible.
Llama la atención, la capacidad para derrochar las energías internas que tenemos los socialistas volcados en designar al futuro secretario general. Si esas mismas energías se hubiesen utilizado en hacer políticas de izquierda y en plantear alternativas a las políticas antisociales del PP, seguro que hubiésemos recibido un mayor apoyo electoral el 25 M. Otros pensaran si estar tan centrados en este proceso es la consecuencia de que los socialistas aún no hemos entendido el mensaje de los votantes, que quieren que prioritariamente les atendamos a ellos, y no les importan tanto nuestros asuntos internos.
Hoy Susana Díaz ha dicho que no se presenta, y creo que es un acierto por su parte, porque con el apoyo recibido de la mayoría de secretarios regionales, sin ella pedirlo, hubiera tenido (como le ocurrió a Almunia), pocas posibilidades de triunfo en unas primarias abiertas. Eso convierte su actitud no solo en la políticamente acertada, sino además en la éticamente correcta por su compromiso con Andalucía. Pero seguro que en esa decisión de no concurrir, también influyó que no tendría garantías de que si ganaba podría hacer sin trabas las reformas profundas que el partido necesita.
En el PSOE debe abrirse el debate sobre muchos asuntos, pero mantener   hoy abiertos otros, solo servirán para acrecentar la ruina electoral constada el 25 M. Que Susana Diaz no sea candidata no es el final, ni puede hacer dudar que en el PSOE haya gente con experiencia en gestión y preparada intelectualmente para ser un buen secretario general, otra cosa es que personalmente estén dispuestos o dispuestas a dar el paso a ese proceso.
Pero desde luego tenemos que elegir nuevo secretario general, y en esa elección, se debe partir de que los españoles tenemos tendencia a optar por lo irracional antes de hacerlo por lo objetivo, y esta elección parece apuntar en ese sentido. Sería más fácil acordar entre todos un proyecto de  unidad, que no con uniformidad, y después poner al frente a aquel o aquella más capaz de llevarlo a buen puerto, que hacerlo a la inversa. Pero para la objetividad ante cualquier análisis, se han de aparcar los intereses particulares, y no parece que quienes tienen capacidad de influir sobre la militancia estén por esa neutralidad.
A solo tres días del inicio de la recogida de avales, nadie puede adivinar el futuro, aunque muchos lo intentan y lo expresan convencidos de su capacidad profética. Cualquiera de los candidatos debería apostar desde el principio por un proyecto que contacte con lo que las bases queremos, un giro a la izquierda, que es donde siempre hemos estamos las bases del partido. Pero no va a serles fácil dar ese golpe de timón, mientras sigan existiendo en la organización grupos vinculados a la banca, y gente que da mayor importancia a la dependencia financiera de los partidos políticos, que a la autenticidad de su ideario.
La sociedad española necesita una socialdemocracia a la que apoyar en las urnas, pero la existencia de esas vinculaciones aleja la imagen del PSOE de lo que los ciudadanos quieren ver y escuchar. El calificativo de “casta” ya sé que es interesado, electoralista y demagógico, pero la sensación de que hay empujones por llegar arriba, no ayuda a rebatir a quienes nos lo dicen.
Tengo serias dudas de que una mayoría de socialistas entren en consideraciones como las aquí expuestas. Nos han enseñado a estar solo pendientes del cartel electoral, a conformarnos con la autocomplacencia, y a ser reticentes a la autocrítica de fondo, y eso hace difícil, que no imposible, que pueda surgir un cambio decisivo con criterio político.
Luego vendrán las primarias y quien ahora sea elegido tendrá mucho camino andado ya. Pero el perfil que necesitemos entonces puede que no sea el mismo que el de la secretaría general, porque entonces lo importante será elegir a un buen gobernante capaz de elaborar y aplicar las políticas económicas que necesitamos, desde luego muy alejadas de las que ahora aplica el PP y de las que se aplicaron en los últimos años de gobierno socialista.
Por eso, para ir despejando dudas de que partido y que política queremos, sería bueno que los candidatos a liderar el PSOE no tarden en definirse y explicar sus planteamientos en los temas importantes. Las dudas no son buenas compañeras en este viaje.

sábado, 7 de junio de 2014

¿Secretario o Secretaria General socialista?

Por diferentes razones se va reduciendo el número de aspirantes a la Secretaria General del PSOE, aunque aún es posible que aparezcan nuevos candidatos/as. Personalmente creo que hay mucha gente válida para esa responsabilidad pero no todos darán el paso, y el trascurso de los días va reduciendo esas opciones. Mis amigos me preguntan a quién apoyare, pero mi decisión (que está tomada) no tiene aún nombre.
 
La normativa que regulará el Congreso Extraordinario y la premura de su celebración, propician que resulte más decisiva la imagen de los candidatos para obtener los apoyos de los militantes, que los contenidos programáticos que cada opción defienda. Seguro que todos llevaran propuestas interesantes, pero la necesidad de dar una determinada imagen puede hacer que estas se queden en un segundo plano.  Ya se sabe que el habito no hace al monje, o que las apariencias pueden engañarnos, pero en la era de las nuevas tecnologías vale más una imagen que mil palabras.
 
Más de tres décadas de militancia, le vuelven a uno escéptico, y más si se está convencido de que aun siendo importante la imagen, lo importante son las ideas y que a la gente le preocupan las soluciones y no tanto los posibles nombres. No deberían ser tan importantes los gestos a la galería, ni el rostro agradable, ni la imagen más juvenil con que se adornen los candidatos, que aunque son cuestiones para ser tenidas en cuenta, si de verdad queremos la regeneración del socialismo, el apoyo debería decidirse en función del programa que presente cada uno de los candidatos o candidatas.
 
Y es que son muchas las cuestiones programáticas que precisan un posicionamiento claro y decidido, si se ha percibido con claridad el mensaje enviado por los ciudadanos a los socialistas en los tres últimos procesos electorales. Amén de resituar al PSOE en el siglo XXI y recuperar la confianza del electorado, también tienen que ponerse sobre la mesa como se van a afrontar los retos que España y Europa tienen por delante.
A nivel interno, debe quedar claro que aplicará el principio de un militante un voto en la toma de las decisiones, el compromiso de abordar un debate profundo de propuestas ideológicas, y que el programa del socialismo no se construya desde los despachos sino desde la participación de la militancia.
La apuesta por un modelo de sanidad pública y descentralizada, por una escuela pública, gratuita y de calidad, por una vivienda digna, por la paralización de los desahucios, las viviendas titularidad pública destinarlas a vivienda en alquiler social, se me antojan propuestas que no pueden faltar para atender lo que los ciudadanos piden, marea tras marea.
Que la crisis no tuvo la respuesta correcta en su momento por nuestra parte, no debe hacernos renunciar a cambios que permitan la redistribución de la riqueza mediante un nuevo sistema tributario progresivo y equitativo que grave las rentas según los ingresos, y que contemple rebaja del IVA a los artículos de primera necesidad y su aumento a los bienes de lujo, que permita el establecimiento de una renta básica universal, y el recuperar la existencia de una banca pública, y un modelo energético que propicie el uso de energías renovables.
Muchas de las reformas del PP en estos casi tres años deben ser anuladas por lo que han supuesto para la ciudadanía en su conjunto, y es necesario una nueva reforma laboral que defienda los derechos de los trabajadores e incentive la creación de puestos de trabajo para mayores de 50 años y los jóvenes, la derogación de la reforma de la administración local, la aplicación de la aconfesionalidad del estado mediante la defensa del laicismo y la revocación del concordato con la Iglesia, la recuperación del principio de justicia universal y la anulación de las tasas judiciales, o en caso de que sea aprobada la derogación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo.
Y como programa de mínimos, tampoco puede estar ausente de las propuestas del candidato el compromiso de abordar una reforma constitucional que se adapte a las exigencias de una España más moderna y a un modelo federal del estado, que incorpore la participación  ciudadana en la toma de decisiones importantes, transparencia en la gestión pública y lucha contra la corrupción en cualquiera de sus formas, la reforma de la ley electoral y la apuesta por listas desbloqueadas, defensa de primarias en todos los partidos, incompatibilidad de cargos, y que anule la reforma que se hizo del artículo 135 de la misma.
Pero tampoco debe quedar fuera del plan de trabajo del próximo Secretario General, el compromiso de trabajar por una gran alianza de la izquierda española que lleve al parlamento la mayoría social progresista que los resultados electorales evidencian.
Son muchas cuestiones, y no son fáciles de implantar, pero solo lo que se piensa se puede realizar, y un partido de izquierdas no puede renunciar a lo que en conjunto significan esas propuestas, que no es otra cosa sino el compromiso de trabajar desde la política para los ciudadanos. Es la hora de un partido para la gente y de la gente, es la hora de posicionar al PSOE como lo quieren sus bases, un partido comprometido con el pueblo del que venimos y al que aspiramos a representar.
Desconozco si alguno de los aspirantes llevara todas estas ofertas en su programa, pero mi apoyo lo obtendrá el que más se aproxime a estas demandas. Las décadas de militancia también llegan a cansar, y si no se ven decisiones políticas claras el cansancio se torna desesperanza. Yo aún tengo la esperanza de que después de ese congreso extraordinario ya no haya medias tintas. No quisiera equivocarme.

 

miércoles, 4 de junio de 2014

Y nos entraron las prisas


Al PP se le han abierto las carnes de alegría con la abdicación real. Nunca imaginaban disponer de una cortina de humo tan mediática para que nadie esté pendiente de su fracaso electoral ni de su desgobierno. Pero no se quedará ahí la cosa, ahora viene la topera total del mundial de futbol, un mes en el que casi  nadie prestará atención al poco empleo creado, o a que el que se crea es precario, o a sus nuevos ajustes. Toda ello, antes de irse de vacaciones. En septiembre de vuelta todo olvidado.
 
Mientras, en el socialismo español vivimos a toda velocidad: dimisión, congreso, primarias, apoyo a la monarquía…Los resultados de las elecciones deben obligar a todo el espectro político de la izquierda a una profunda reflexión, pero además al PSOE le está obligando a tomar decisiones a corto plazo para hacerle frente a los cambios que necesita. Estamos al final de un ciclo del socialismo moderno y comenzando uno nuevo, pero eso no puede justificar que no se analicen distintos escenarios o no madurar las decisiones que se adopten. Las prisas nunca fueron buenas consejeras, pero ya se sabe que los refranes y las leyes están para incumplirse.
 
Hemos pasado tres años en la oposición resaltando lo obvio: lo mal que lo hace el PP. Pero a la vez considerando aplazable la autocrítica, sobrados con infravalorar al rival político, convencidos de que era suficiente con enarbolar la marca PSOE para hacer frente a todo (que para eso tiene ciento treinta y cinco años). Ahora, en una semana, nos entran las prisas porque los resultados han sido como caer de bruces contra el suelo, aunque para algunos aún debe parecerles insuficiente el golpe encajado por su tozudez.
 
Tras las municipales y las generales, también se hicieron sesudos análisis muy parecidos a los de ahora, pero todo quedó en palabras y se aparcaron las decisiones. Mil piruetas en el aire se hicieron desde las diferentes direcciones para no admitir que se debía pedir perdón por los errores. Pero en Sevilla se continuó por la misma linde y no se admitió que la militancia votase las grandes decisiones del partido. Hace unos días nueva oportunidad para cambiar, pero la dirección del partido no quiere un referéndum sobre monarquía o república y otro pétalo más de la rosa del socialismo de base ha caído marchito. Hemos cosechado el despecho de los votantes de siempre, cansados y desesperanzados de que sus reivindicaciones no se atiendan. Ni derrota tras derrota aprendemos.
 
Las direcciones no han querido escucharlas, pero hace tiempo que las bases del partido avisaban del descalabro, y pedían dar marcha atrás y rectificar los errores cometidos. No se les hizo caso. A las direcciones les ha bastado con decirnos que eran intentos de protagonismo personal, o con decir que esas cosas solo debían hablarse dentro del partido, o con limitarse a acusar de deslealtad, y asunto concluido. Nunca un dirigente esconde la cabeza ante los problemas, pero algunos lo han hecho, y es de nuevo un error pensar que solo es responsable la federal, y al salir Rubalcaba todo arreglado.
 
¿Cuál ha sido la renovación en esta región o en sus provincias? Se puede afirmar sin equivocarse, que tenemos los mismos rostros que en las municipales y en las generales, pero eso sí, cambiados de sitio. Renovación no es bajar la media de edad, sino analizar hacia dónde se lleva a este partido. Es creer en la democracia interna, en la ética, y en el respeto a los compañeros y compañeras. Renovarse o morir, esa es la cuestión, y parecemos empeñados en ir de entierro.
 
En lugar de analizar lo que nos dicen los ciudadanos por la calle, nos dedicamos a crearnos nuevos enemigos, y en lugar de intentar recuperar la confianza de quien nos la retiró, les llamamos ratas que abandonan el barco que se hunde, sin hacer autocrítica y asumir que si el barco se hunde es porque ha encallado, de lo contrario nadie abandonaría el barco. Nos obstinamos en hacer reproches a las nuevas formaciones: que tienen un discurso populista, que dicen a la gente lo que quiere oír, que no es posible lo que prometen, etc. en lugar de plantear soluciones a los problemas de la gente. Que frágil se ha vuelto la memoria de muchos de los que ahora hablan así.
 
No creo que el populismo tenga una vida larga, y en nuestra casa lo hemos comprobado, pero eso no puede justificar una vez más, que permanezcamos inmóviles sin afrontar los cambios que desde la calle se nos demandan. Me molesta (como a muchos socialistas) que otros partidos de izquierda nos tachen de ser iguales que el PP, pero tampoco me gusta que desde mi partido se les devuelvan los improperios en lugar de actuar para que se nos vea diferentes. Muchos votantes de izquierda nos preguntamos, ¿No sería mejor intentar encontrar lo que nos une, que reprocharnos lo que nos separa? Porque la izquierda española es hoy electoralmente mayoritaria, pero si continúa fragmentada permitirá que continúe la derecha gobernando.
 
En una semana se ha movido más el escenario político de España que en años, y todo se está recomponiendo, con el agravante de hacerlo en medio de una sociedad en crisis. La realidad de la calle se ha situado por encima de cualquier planteamiento de los dos grandes partidos. Admitamos que si la gente no se siente atendida por los que gobiernan, buscara a otros que les atiendan. Así que, más que estar ya pendientes de quien será el secretario o secretaria general próximo, que lo decidiremos entre todos, deberíamos estar planteando propuestas que den soluciones a los problemas reales de los ciudadanos. Tal vez así volvamos a poner en práctica algo que está muy claro en las enseñanzas de nuestro fundador: que los políticos están al servicio de los ciudadanos y no al contrario.
 
Si el PSOE quiere volver a ganar gobiernos, tiene que renovarse en  profundidad, y dejar sus riendas a gente ilusionada, con ideales y vocación de izquierdas, que realice propuestas por y para los ciudadanos y que sepa no  centrar sus esfuerzos solo en luchar contra las políticas del PP, sino que dedique algunos a encontrar puntos de encuentro con las demás formaciones de izquierdas. Será la única manera de evitar que el voto de izquierdas siga divido, y que un partido trufado de corruptos nos siga gobernando. Solo queda un año para cambiar y recuperar la confianza.

lunes, 2 de junio de 2014

El proyecto de tratado de libre comercio entre la UE y EEUU


Mientras los españoles andamos distraídos con la abdicación real, con los choriceos nacionales o con las primarias en el PSOE, en Europa nos la están jugando y bien. El proyecto de tratado de libre comercio entre la UE y EEUU (TTIP), puede ser el golpe definitivo para implantar de pro vida que el empleo en Europa sea precario y sin los más mínimos controles laborales y sin importar los cuidados ambientales. Solo saber que se hace en beneficio de las grandes multinacionales, que conseguirían reducir los costes y evitar someterse a las diferentes regulaciones existentes en Europa.
 
El gran objetivo de este acuerdo es la liberalización de todos los sectores de servicios, y sobre todo de los servicios financieros. Llama la atención, que mientras por un lado nos hablan de imponer una tasa a las transacciones de capital, con este tratado se eliminan las regulaciones existentes de los distintos gobiernos, y deja barra libre para las grandes transacciones entre las grandes bolsas mundiales. El tratado tiene el visto bueno de los mismos que prometen imponer esa tasa.
 
El TTIP concentra todo el poder económico y político en las manos de las elites económicas. Ejemplo de esto es que uno de sus objetivos es eliminar el Principio de Precaución que regula el uso de las sustancias químicas peligrosas o las normas de seguridad alimentaria, que en estos momentos les impiden aumentar sus exportaciones.
 
Como médico me aterra que con este tratado primen los intereses de las empresas farmacéuticas y a las de servicios hospitalarios, sobre los de los pacientes, ya que les permitiría a aquellas impugnar por vía legal la existencia de servicios públicos de salud, y a la vez debilitaría las posibilidades de acceso de los pacientes a muchos medicamentos puesto que el TTIP refuerza los derechos de propiedad intelectual y eso impedirá la elaboración de medicamentos genéricos, lógicamente más baratos.
 
Tampoco la salud alimentaria se escapa a las consecuencias de este tratado, que tendrá especial incidencia sobre los organismos genéticamente modificados (más conocidos como transgénicos), que ahora en Europa requieren de una supervisión, y tras este tratado ese requisito desaparecerá.
 
Como trabajador en el medio rural, me preocupa también que el tratado resulte catastrófico para las pequeñas empresas locales que verán mermadas sus ventas a organismos públicos, puesto que al obligar a estos a hacer concursos públicos abiertos para que puedan concurrir empresas de cualquiera de los países firmantes del tratado, esto colocara a las empresas locales frente a grandes multinacionales con todas las papeletas para perder la licitación.
 
Sobre el medio ambiente su incidencia no será menor, y así, el ahora popular fracking u obtención de gas y petróleo mediante la fractura hidráulica, vería como las normas europeas que lo prohíben tendían menor rango que el tratado.
 
El estudio de impacto de la propia Comisión Europea, ya advierte lo negativo que resultará este tratado para el empleo, con importante pérdida de puestos de trabajo en sectores ya muy debilitados como el sector ganadero, del azúcar,  fertilizantes agrícolas, madera y papel, maquinaria electrónica, etc. Si con la firma de este tratado, la UE permite que primen los intereses de las grandes empresas sobre los derechos laborales de los europeos, el derecho a la huelga o el de negociación colectiva no hará falta que se los cargue cada gobierno de derechas en su respectivo país, sino que con la firma de este tratado, todo ira incluido en el paquete.
 
A modo de resumen, este tratado solo sirve para que continúen creciendo las desigualdades entre los europeos, y dentro de todos y cada uno de los países que componen la UE. Sería muy de aconsejar que los europarlamentarios de izquierdas, se negasen a su ratificación, salvo que hayan decidido apostar porque los trabajadores europeos en general, debamos conformarnos de por vida con solo aspirar a un salario de miseria.

Trump y Valencia, Valencia y Trump. Tanto monta

En medio de la catástrofe se ha colado Trump. Por mucho que en Vox se alegren de que ha triunfado la "libertad" en EEUU, hoy es un...