Lo comenté en este muro anoche. Saldrían eufóricos con la designación de Feijoo por el monarca, pero esperaba que se dieran 24 horas para preparar la estrategia. No lo calculé bien, porque en el PP debían tener ya previsto que le monarca ayer mismo, y sin la menor dilación, designase a su Feijoo candidato a la investidura. Lo de su majestad en este asunto es, como dicen por aquí, para echarle de comer a parte, pero no es ese el motivo central de este post, y dentro de unos días analizaré el papel que está jugando el rey en este puzzle, pero con más constataciones.
Pero vamos con la alegre muchachada de las hijas de Elena. La primera Bendodo, el profeta que ha estado en la Ser, y que además de vaticinarnos que conseguirán los apoyos para investir a su jefe, nos anuncia para que nos vayamos preparando, que, si se nos ocurre investir a un candidato que no sea Feijoo, será una investidura ilegitima. Este señor, que al parecer ahora se dedica a otorgar visados de legitimidad, se permite interpretar la democracia a su conveniencia, solo la entiende a su manera, es decir, aquella interpretación que le garantice que su partido lo hace muy bien. Que este señor, que como coordinador electoral es el máximo responsable de una segunda semana de la campaña electoral pasada, más propia de que la diseñara el mayor enemigo del candidato, que su coordinador general, ahora pretenda decirnos lo que es legítimo y lo que no, suena a chiste. El título de coordinador le viene grande, el apellido de “general” le pega bastante, puesto que siempre nos transmite que lo que más le gusta es el “ordeno y mando”.
La segunda hija, Semper el moderado, o el Pancho de verano azul, ese señor que se vino de Euskadi a centrar al partido que se estaba escorando a la derecha. Menudo exitazo ha tenido en Madrid para alcanzar ese objetivo. Hoy ha estado esquiando en EsRadio, la radio del también muy moderado Federico, que le ha dejado toda la pista para él solito. Primero nos dice, con mucha modestia, que no es imposible que gracias a sus dotes de persuasión, él convenza al PNV para que apoyen a Feijoo. Se queda tan ancho, pero no lo deja ahí, sino que ya anuncia oficialmente que en el PP apelaran a algunos dirigentes del Psoe, a los que califica de “responsables” para investir a Feijoo. Vamos, que su misión hoy es tensar la cuerda todo lo posible para que, si algún socialista quiere representar la tragicomedia de Tamayo y Sáez, que sepa que ellos le ponen el escenario, le pagan los carteles para anunciar la función, y si hace falta hasta, unas vacaciones todo incluido en el extranjero.
El moderado, aún no ha debido notar, que el patio entre la izquierda está como para que alguno de sus electos se mueva en esa línea, tanto que si alguien lo intenta se tendría que ir del país. Pero él lo deja caer, sin pensar en que al hacerlo ya coloca bajo sospecha, no solo a los posibles sinvergüenzas que picasen su anzuelo, sino que extiende la duda sobre la honestidad de todos los diputados electos, y sobre el propio sistema democrático al que considera vulnerable con sus palabras. Hoy las redes están inundadas de comentarios sobre sus palabras, temiéndose un nuevo tamayazo.
Qué tiempos aquellos, cuando los antepasados franquistas del PP, se consideraban ofendidísimos si alguien pedía democracia para España. Le llamaban injerencias extranjeras, pero el moderado Borja no debe considerar sus palabras como injerencias en otros partidos, sino que las debe entender como la petición de un ejercicio de responsabilidad. Este secuaz a sueldo, no solo está haciendo que sobre las cabezas de los electos socialistas planee un halo de deshonra, algo que ninguno ni ninguna de ellos se merece, sino que no se da cuenta que está invitando a que la gente piense que la famosa caja B sigue funcionando en su partido, porque solo desde ahí podrían agradecer esos apoyos.
Y luego está Cuca, la tercera hija de Elena. Siempre tan cuqui, ella es la secretaria general del PP, la “celestina de sus citas clandestina” que dirían en Mocedades”, por eso quizá nos dice que esta dispuesta a citarse con todos los partidos, hasta con el partido del que todos en el PP llaman prófugo (todos menos hoy González Pons, dispuesto a hablar catalán en la intimidad y a perdonarle ya hoy si hace falta). Eso sí, nunca con EH Bildu. Cuca ha estado como siempre, tan simpática y cercana a todos, dispuesta a hablar con todo el mundo. Ella afirma que solo hablará con constitucionalistas, como si alguno de los parlamentarios no fuese legitimo. Esta señora no quiere saber que es su mano derecha, Vox, el único partido que quiere acabar con el estado de las autonomías que define nuestra Constitución, y su partido el PP el que incumple la Constitución no renovando el CGPJ. Pero para ella nos no constitucionalistas son los otros.
Acostumbraros, hermanos y hermanas. Desde hoy estarán repitiendo sus mantras en cualquier alcachofa que les acerquen. Pero solo iniciarán sus contactos el lunes, para así estirar la cuerda mediática. Pero no parecen la dirección de un partido que busca apoyos para investir a su candidato, su lenguaje es más propio de una turba de malhechores, dispuestos a lograr esos apoyos con cualquier vía, tamayazo incluido. Ya dice el refranero aquello de lo que piensa el ladrón, me pregunto lo que dirían ellos si alguien plantease que los moderados del PP que no están a gusto con Vox, apoyasen a Sánchez para que no necesite a Junts o a EH Bildu a quienes tanto odian. Según ellos plantean al Psoe, igual deberían planteárselo si Feijoo no consigue ser investido.
Esperemos que esa posibilidad de alcanzar la investidura de manera mafiosa no la hayan verbalizado también ante el rey, como argumento para lograr que lo designara ayer, y este la haya considerado como algo factible. Si eso sucediese, la primera que quedaría tocada es la corona, lo digo por si en la Zarzuela ayer no lo pensaron, porque entonces nadie creería en la teórica neutralidad del monarca.
El rey no ha podido decidir designar a Feijoo, porque Sánchez no tenga los apoyos suficientes, porque tampoco los tiene Feijoo. La mejor salida real, desde la óptica de la neutralidad, habría sido otorgar un plazo razonable a ambos posibles candidatos, y posponer la decisión y celebrar una segunda ronda para designar al que garantizase sus apoyos. Pero no lo ha hecho, y nos cuenta el argumento de que, si ha designado a Feijoo, es por ser el más votado, “como es la costumbre”. Esa costumbre, como argumento del jefe del Estado o de la Casa Real, como se prefiera, es insustancial, y mucho más me lo parece cuando luego, en el mismo comunicado, dice “aunque alguna vez ha habido excepciones”. Lo de que esto sea el argumento para que empiecen a correr los plazos es para mear y ni echar gotas.
Se mire por donde se mire, puede hacerlo, pero no es una actuación razonable constitucionalmente. Esperemos que desde la monarquía no se haya buscado reforzar la figura de Feijoo, o recortar los plazos de negociación a Sánchez. No dudo que ese no habrá sido el objetivo de la casa real, pero es lo que ha conseguido al no posponer su decisión, y una segunda consecuencia es que retrasa la confección de los presupuestos lo que tendrá un impacto negativo en pensiones, salarios, inversiones, etc.
Hace unos días escribí, que me gustaría que designará a Feijoo para que se retratase con su programa de gobierno. Así que no soy sospechoso de estar sorprendido, sino satisfecho con la designación del candidato del PP. Pero creo que, en cosas de estado, nada sucede por casualidad. Hablar abiertamente de conseguir el apoyo de unos diputados tránsfugas de otros partidos, cuyas direcciones ya se han pronunciado en sentido contrario a apoyar la investidura del PP, es bastante peligroso para la credibilidad de un partido y de su candidato. Pero creo que esa falacia del PP, de considerar posible la investidura, gracias a los votos individuales entre diputados miembros del grupo parlamentario socialista, es parte de una estrategia diseñada para generar catastrofismo entre la izquierda y dudas internas sobre los electos de los partidos de la izquierda, todo ello con un único objetivo: el desencanto y la desconfianza del votante de izquierdas que consiga llevarles a la abstención.
Saben que ellos no pueden alcanzar la investidura, y que Junts pide a Sánchez el cielo, cuando como mucho pueden recibir una nube. Todas estas piruetas, saltos mortales, conejos de la chistera y demás maniobras circenses por parte del PP son para conseguir su tan anhelada repetición electoral. La banca, la iglesia, y las grandes empresas también así lo quieren, y si tienen la menor duda, escuchen los informativos y lean los medios escritos, porque eso se entre lee en todos los editoriales y comentarios.
Si el rey también quiere una repetición electoral no lo sabemos, pero con su decisión, al menos, nos ha creado dudas.
Veremos hasta dónde llega la neutralidad constitucional de la figura del monarca y su papel.