miércoles, 22 de octubre de 2025

Qué pena de país.

Hubo un tiempo en el que la figura de asistente de la pareja del presidente del Gobierno también ocupaba los titulares informativos. Pero era muy diferente entonces porque solo salía en ellos para ensalzar su dedicación completa y fascinarse con la compenetración entre jefa y empleado.
El mismo que en el congreso hace unos días nos dio una muestra de lo bajo que se puede llegar a caer por interés político, el ilustrísimo Jaime de los Santos, actual miembro de la Ejecutiva del Partido Popular que, era quien en tiempos de Mariano Rajoy en La Moncloa, cobró del erario público por desempeñar el puesto de asistente de doña Elvira Fernández esposa del señor de los hilillos.
Los Marhuendas, Indas y demás hierbas nos resaltaban “la complicidad entre el consejero y Elvira es tal que, cuando la primera dama sale a la calle, pide que le acompañe siempre, a pesar de que no forma parte de sus obligaciones”. Si quieren ampliar la noticia lean en septiembre de 2013 El Confidencial.
Ahora eso es un delito de malversación que debe ser juzgado por un jurado popular según un sabio juez al que solo le importa salir en titulares para que suba la puntuación de su niña en el escalafón de los populares.
Cuanta razón tenía Bob Dylan cuando cantó aquello de los tiempos están cambiando.
Solo nos falta oír a Ayuso denunciando que esto es un montaje de Pedro Sánchez para atacar a una ciudadana particular llamada Begoña Gómez.
Qué pena de país.

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