miércoles, 22 de octubre de 2025

NO SE PUEDE SER MÁS MEZQUINOS


El Gobierno aprobó un real decreto-ley que fija criterios obligatorios para repartir menores migrantes no acompañados entre las comunidades autónomas. Canarias, Ceuta y Melilla superan de largo su capacidad de acogida y han pedido iniciar la “contingencia migratoria” prevista por la ley, lo que obliga al reparto de menores hacia otras comunidades. Sin embargo, el PP, que controla la mayoría de autonomías, ha bloqueado dicho reparto y llevado el decreto al Tribunal Constitucional, alegando invasión de competencias y falta de financiación. Madrid incluso lo recurrió también al Supremo.
El PP acusa al Gobierno de imponer un reparto “injusto” y sin memoria económica, mientras reclama que sea el Estado quien pague todos los gastos, pese a que la tutela de los menores es competencia autonómica. Desde Canarias (donde el PP cogobierna) se denuncia la contradicción: allí los menores desbordan el sistema, pero su propio partido en península frena el reparto.
El Gobierno central y la Fiscalía avisan de que el cumplimiento de la ley no es opcional. Los populares han usado argumentos falsos (ej. que Cataluña y Euskadi quedan fuera) y han recurrido a comparaciones con Ucrania o Italia y Grecia, que no se sostienen con los datos. Vox se radicaliza aún más (Abascal calificando a Open Arms de “negrero” y pidiendo “hundir su barco”), mientras el PP evita criticar al partido ultra, de quien depende en gobiernos autonómicos.
La postura del PP en este asunto es un ejemplo de cinismo político, oportunismo y cobardía moral. Viven en una contradicción insostenible Mientras Canarias, Ceuta y Melilla, territorios liderados o cogobernados también por el PP, se grita auxilio ante la saturación, sus compañeros en Madrid, Andalucía, Galicia o Castilla y León bloquean el mecanismo que permitiría ese alivio. Es el típico “que alguien haga algo, pero yo no” tan característico de un partido que nunca asume corresponsabilidad cuando gobierna otro en Moncloa.
El PP usa el argumento de “invasión de competencias autonómicas” como coartada. Lo paradójico es que en la misma frase admite que las comunidades sí son competentes para acoger y tutelar menores, lo cual desmonta su discurso de que el problema le compete solo al Estado. Recurre al Constitucional no por principios, sino como estrategia de bloqueo político.
El PP tiene un doble rasero humanitario porque los mismos que organizaron con gestos solemnes la llegada de menores ucranianos huyen del reparto de chicos africanos. El contraste destapa un claro sesgo racial y selectivo en la solidaridad. Cuando se trata de Europa del Este, son “niños refugiados”; si vienen de África, son “migrantes que colapsan el sistema”. Eso no es gestión, es pura discriminación.
El PP practica un populismo encubierto y con la calculadora electoral en la mano. Feijóo evita condenar el discurso xenófobo de Vox porque necesita a la ultraderecha para gobernar en media España. Se esconde bajo un lenguaje aséptico mientras su secretario general convierte cualquier advertencia legal en un “ataque a la democracia”. Esto es una hipérbole ridícula: cumplir la ley no es propio de una dictadura, sino obligación de un Estado de derecho. Al final, el PP está flirteando con el mismo populismo de Vox aunque maquillado con traje y corbata.
Un partido que aspira a gobernar España debería actuar con visión nacional, no como un sindicato de presidentes autonómicos. Si Canarias triplica su capacidad de acogida, el mínimo sentido de Estado exige ayudar. Pero Feijoo prefiere hacerse el ofendido y alargar el conflicto para desgastar al Gobierno, aunque sea a costa de miles de menores sin tutela adecuada a los que utiliza como moneda de cambio. Reclaman dinero al Estado mientras callan sobre los presupuestos autonómicos que destinan a otras prioridades. Si gestionar menores migrantes es competencia autonómica, su deber es garantizar recursos, no mirar hacia otro lado esperando que el Gobierno central lo pague todo.
La actitud del PP y de Feijoo en este asunto es políticamente irresponsable, éticamente mezquina y socialmente peligrosa. Prefieren desgastar al Gobierno antes que resolver una emergencia humanitaria que afecta a miles de niños vulnerables.
Cada vez que se oye una declaración de algún dirigente del PP en este tema, es imposible reconciliarse con la humanidad. Hay una frase junto a un cráneo en las Ermitas de Córdoba que reza: Como te ves yo me vi, como me ves te verás, piensa en esto y no pecarás. En el PP no han debido leerla, igual entienden mejor lo de arrieros semos…por que si un día llegan a La Moncloa, al despertar, el elefante de la migración seguirá ahí.

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