miércoles, 22 de octubre de 2025

LA GRAN AMENAZA


España es una sábana extendida al sol, desgarrada por la memoria y por la esperanza. Sobre esta tierra, hombres y mujeres labraron, tras la noche de la dictadura, un país de libertades peleadas y alcanzadas con las manos (la educación pública que emancipaba a los hijos del obrero, la sanidad donde médicos y enfermeras trabajaban por vocación más que por dinero, los derechos conquistados por generaciones que soñaron con la igualdad y la dignidad).

Ahora, la amenaza se cierne sobre ese país. El Partido Popular y su sombra de ultraderecha asoman la cabeza desde los pliegues del poder autonómico, dispuestos a arrancar con garras lo que el pueblo construyó con paciencia y lucha. No prometen continuidad, sino retroceso: las pensiones dignas palidecen, el salario justo se desmorona, la escuela y el hospital dejan de ser públicos. En los medios afines y redes sociales, sus voces propagan desconfianza y odio, negándose a reconocer el cambio climático, o se ceban en el miedo al inmigrante.

En cada tragedia (la pandemia, un volcán, las DANAS, el fuego, la escasez de energía) sus líderes ignoran los llamados de la ciencia y la solidaridad. Como en una mala novela, privilegian la alcurnia sobre el mérito, reparten sueldos dorados entre sus allegados, convierten lo público en un patio privados. La corrupción florece donde debería crecer la esperanza; la transparencia se marchita. Gobernar es, para ellos, un negocio, una partida de cartas marcadas donde los ricos siempre toman la mano ganadora y el resto espera migajas.

Desvanecen la dignidad colectiva en la sombra de la indiferencia; los gritos de justicia se apagan con excusas y mentiras. Quienes deberían responder, se esconden detrás de discursos huecos, mientras acusan al Estado de no suplir aquello que ellos mismos roban a la ciudadanía recortando impuestos al escaso 2% más privilegiado.

Feijoo y sus compañeros son los grandes protagonistas de esta triste novela de terror, donde la incompetencia se mezcla con el cinismo y la manipulación. La democracia se erosiona por el paso del tiempo y las olas del oportunismo. España ve cuestionados sus cimientos, y tenemos motivos para temer el futuro.

Así, este país, se encuentra sacudido por manos que no aman su historia. Sin un modelo social inclusivo y justo, España se convierte en ruina; y los sueños de sus habitantes, se pueden esfumar sin que los más necesitados se den cuenta, o aún peor, con su complicidad por desconocimiento. 

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