lunes, 3 de noviembre de 2025

CASO FISCAL GENERAL: El Estado de Derecho debe resistir a que la política usurpe los tribunales.

CASO FISCAL GENERAL: El Estado de Derecho debe resistir a que la política usurpe los tribunales.

Hay líneas rojas en democracia que deberían ser infranqueables incluso para quienes hacen del ruido y la sospecha su forma de hacer política. El proceso contra el fiscal general, lejos de asentarse sobre hechos, se edifica sobre arenas movedizas: no hay pruebas, apenas hay indicios, y lo poco que emerge en el juicio desmorona las tesis acusatorias. 

La reciente declaración del fiscal Salto, reconociendo que él mismo pudo informar a sus superiores mucho antes de que el asunto llegara oficialmente al fiscal general, dinamita cualquier relato de filtraciones maliciosas desde la cúspide del Ministerio Público.

Este esperpento, que llega a juicio sin que los periodistas involucrados refrenden bajo juramento su supuesta información exclusiva, revela que este procedimiento no es justicia, es escarmiento preventivo, advertencia para quienes ocupen cargos públicos sin comulgar con determinadas ruedas de molino. 

De ahí la importancia de que el fiscal general resista. Su permanencia es un muro de contención frente al uso de la denuncia falsa como herramienta para descabezar instituciones incómodas. Si se deja arrastrar por el ruido y la presión, la puerta quedará abierta para que la mentira sustituya a la verdad y la acusación suplante a la prueba.

No hay redención posible para quienes cruzan estos límites, salvo el descrédito. Pero la responsabilidad, ahora, no es solo del acusado, sino del propio Estado de Derecho, que debe demostrar que aún es capaz de resistir cuando la política quiere usurpar los tribunales. Mientras no lo logren condenar, y no podrán, porque no hay base para ello, todavía queda esperanza para la decencia institucional.

JP Guillén

DEL CASO MAZÓN AL CASO FEIJOO


El discurso de esta mañana de Carlos Mazón es la suma perfecta de cinismo, victimismo y una descarada falta de vergüenza que solo puede generar bochorno en quienes aún respetan la dignidad de las víctimas. Al escucharlo, resulta imposible no recordar, cómo familiares y asociaciones de damnificados por la DANA, se han llevado las manos a la cabeza tras oír sus palabras. Sus palabras   han consistido en una recopilación de excusas, medias verdades y mentiras desmentidas reiteradamente en sede judicial sobre las advertencias de la AEMET y la Confederación Hidrográfica del Júcar. Desde primera hora existía alerta roja, y las imágenes prueban el grado de preocupación real, mientras Mazón insistía en negar la evidencia, limitándose a reproducir bulos para intentar exculparse y, de paso, culpar al gobierno central por sistema.

Lamentablemente, el discurso no ha tenido ningún atisbo de autocrítica, más allá de admitir errores difusos, como el de no apartar su agenda personal, ni detalle alguno sobre dónde estuvo y qué hizo en las horas críticas de la catástrofe. La alocución ha sido una versión construida más para justificarse ante la justicia que para ofrecer a la ciudadanía una mínima explicación o, lo verdaderamente urgente, una dimisión convincente. Ha preferido volver al victimismo, con menciones accesorias a las verdaderas víctimas, a las que prácticamente ha ignorado, y ha eludido cualquier referencia a una dimisión, escudándose eternamente en que todo es culpa de otros.

Pero el episodio es aún más grave por la absoluta incapacidad del PP, de Feijóo y sus barones que hasta hoy han estado protegiendo a Mazón. Su torpeza política queda al descubierto al anteponer el interés electoral a la verdad y a la situación de las víctimas. La anunciada dimisión de Mazón no aliviará la presión que pesa sobre el PP tras la gestión de la DANA,  y si lo hace será solo parcialmente, pero ni siquiera esto salva a un partido que ha demostrado preferir el cálculo electoralista y el cierre de filas, aunque signifique dejar en la estacada a quienes más han sufrido, porque lo que ha hecho Mazón ha sido echar en manos de Vox el futuro del gobierno de la Comunidad Valenciana. 

Lo que se necesita en estos momentos es valentía política, responsabilidad y respeto a la ciudadanía y a las víctimas, no este lamentable espectáculo de cinismo colectivo y cobardía institucional. Por esto, ahora ya no estamos en el caso Mazón, sino en el caso Feijoo que tiene que demostrar hasta donde existe su liderazgo o es solo de humo. ¿Qué va a hacer Feijoo con la baja médica que se ha cogido Mazón y de que se mantiene cómo presidente n funciones?


LOS SUCESORES DE MAZÓN


Según cuentan hoy los medios, los próceres provinciales del PP, después de desayunar juntos, han decidido, tras arduos debates y gestos de desaprobación bastante teatrales, lanzar a Vicente Mompó como candidato a la Generalitat en 2027. Una jugada digna de los mejores estrategas de la liga de la política de clase media. Por supuesto, este movimiento arrambla con la idea de que María José Catalá, en ejercicio de sus dotes de jefa de estudios, supervise el proceso. Pero claro: aquí nadie cuenta con el factor Mazón, cuyo entorno, siempre propenso al entusiasmo, amenaza con adelantar elecciones autonómicas, lo que, en una tierra tan dada al buen comer, supone que la paella del domingo puede estar precedida por urnas antes del arroz.

Mientras tanto, Camps, ese caballero que sólo pide congresos regionales cuando se le tira la cuerda del recuerdo, quiere ser presidente. Pero las alternativas se antojan más rocambolescas que un capítulo de una novela barata. Proponen a Mompó, ilustre por sus silencios en el CECOPI y sus pequeños esqueletos, tan familiares en los armarios de la política valenciana (no se olviden de su secretaria en Gabarda, que pasó de dietista a jefa de personal en la Diputación como quien pasa de la cerveza  al gin-tonic).

Catalá, por otro lado, según se murmura en los mentideros y grupos de WhatsApp, dejó morir a gente en Valencia, aunque se las ingenió para no le quedase barro en los zapatos. Todos, igual que figurines en el escaparate, sólo pensando en sí mismos. Psicópatas de esos que sonríen en las recepciones y devoran canapés mientras se reparten los millones destinados a la reconstrucción.

Como guinda de este pastel de intereses, el presidente de la Generalitat negocia con Feijoó su jubilación dorada, tal vez un escaño en el Senado o, puestos a soñar, una institución, recomendable que sea penitenciaria y con barrotes, bastante más merecida. Y uno, mirando la prensa de hace cuarenta y ocho horas, observa a 160 altos cargos del PP rendidos ante Mazón con vítores y palmas y, unas horas después, exigiendo su dimisión con la misma convicción con la que se aplaude al campeón del mus en el Ventorro. 

La conclusión es simple y demoledora: en el PP valenciano no se lucha por justicia ni por los ciudadanos; se pelea por el poder y la “pasta”, esa pasta pública que tan bien lubrica los engranajes de las obras y los servicios. Las víctimas han pasado un año a la sombra de Feijoó y los suyos, que han triturado el duelo con cada aplauso a Mazón y cada muestra de apoyo, que hoy ya se ven tan efímeras y volubles.

Buen domingo


AL POC HONORABLE LE ENSEÑARON QUE SE PUEDE SER ASÍ Y NO PASA NADA


Mazón mira la plaza, quieto como quien sabe que su mundo, debajo del maquillaje, lleva una inmensa cicatriz. Se queda al margen, en la orilla de los saludos y los aplausos que van de un lado a otro. Es testigo de un duelo con muchas flores, y su poca memoria, donde el mármol pesa más que la compasión, le hace sentir que su dolor es tan tibio que se lo llevará el viento antes de que caiga la noche. 

El que vio alcaldes bebiendo agua de spa mientras el pueblo tragaba sirenas. Que vio hospitales de millones de monedas y de cero caricias, féretros cerrados con prisa y papeles oficiales que sólo sirven para llenar cajones. Que vio descendientes de naufragios que todavía aplauden al capitán culpable, y a trabajadores que regalan su mañana a quien les quitó el sueño. Que vio principios rendidos ante la limosna del poder, a ebrios proclamando la patria desde la barra y a devotos repartiendo cruces sin acordarse de lo que significa su peso. Se pregunta ¿por qué él va a tener que asumir lo que otros nunca asumieron?

Pero de él se puede esperar todo. Lo que me asombra es la facilidad de la gente para aplaudir disfraces, para darle la llave del redil al mismo lobo y llamarlo pastor. Y yo, que escribo esto, comparto el escalofrío. Porque en la sala de despiece donde se cuentan cuerpos como cifras, todavía queda quien se resiste al olvido. 

Y mientras, su jefe solo le mira.


El extraño caso del bulo institucional y un silencio cómplice

En Halloween: El extraño caso del bulo institucional y un silencio cómplice

En Andalucía, como en esas novelas negras en las que uno termina sospechando hasta del apuntador, ha estallado una de esas polémicas tan auténticas que podrían titularse “El enigmático caso del protocolo fantasma y las cifras voladoras” Porque caso hay. Y aunque todos quieren que pensemos que se trata de un malentendido administrativo, cuando uno rasca aparece el inexplicable arte de la ocultación, elevado a la categoría de deporte autonómico.

Cuenta la Junta de Andalucía, con la seriedad que requeriría el anuncio de la invención de la tortilla sin huevo, que los errores en los cribados de cáncer de mama obedecen a una “directriz” de esas que no existen. Sí, una directriz tan real como los unicornios: invisible, escurridiza y posiblemente redactada a lápiz en una servilleta de un bar cualquiera, pero mientras tanto, las cifras de mujeres afectadas van y vienen como las olas en la playa: hoy son muchas, mañana no tantas, pasado mañana depende de quién pregunte y del calor que haga.

Pero lo que definitivamente roza el surrealismo, es el silencio sepulcral que guardan los médicos. Médicos que, dicho sea de paso, llevan años aguantando temporales de protocolos cambiantes, recortes y acusaciones de todo tipo, pero que, llegado el momento de hablar alto y claro, optan por el espagueti western ese que grababan en Almería y su desierto: mirada al horizonte, giro lacónico y respetuoso silencio de los mudos. ¿Esperan, acaso, que el misterio se resuelva solo o es el temor a que el protocolo fantasma los lleve a ellos también a un limbo administrativo?

Así las cosas, lo único que aquí es clara y transparente es la opacidad; lo único constante, es el cambio de cifras; y lo único audible, el silencio de los facultativos mezclado con el silbido del viento en los pasillos del Servicio Andaluz de Salud. Hasta el detective más tonto entendería, que cuando la explicación no aparece, quizás es que hay gato encerrado. O una manada de gatos. O, sencillamente, nadie quiere abrir la puerta, por miedo a que al hacerlo vaya a saltar algo inesperado.

Quizá algún día, dentro de muchos años, una comisión de expertos, de ésos que nunca faltan cuando el cadáver ya está frío para hacerle la autopsia, dictamine qué es lo que ocurrió realmente. Hasta entonces, quienes deberían hablar callan, los responsables se pierden en tecnicismos, y los ciudadanos, como de costumbre, contemplan boquiabiertos el espectáculo, preguntándose si esto ha sido un error administrativo, una broma, o una nueva edición de otro de esos absurdos nacionales tan nuestros.

Buen sábado

LA VELA


A la mujer nadie le había explicado nunca la importancia de guardar los mejores momentos, los olores, o las formas de las sombras de la chimenea sobre el techo. Tal vez por eso cuando abrió el cajón de la cocina, se dio cuenta de que había dedicado buena parte de su vida a guardar los tiques del supermercado, los recibos de la luz, manuales caducados de electrodomésticos, pilas gastadas y mondadientes. Siempre estuvo convencida de que la felicidad residía en el fondo de aquel cajón.
Sin embargo, una tarde de viernes cómo hoy, el viento se colaba por las rendijas de la ventana del salón de su vivienda. Se encontraba haciendo café con la misma destreza con la que sus antiguos hacían espuertas de esparto. Fue justo en ese instante, cuando la luz de la vela que había encendido para alumbrarse empezó a dar vaivenes por el viento, y sobre la pared amarillenta proyectaba sombras siniestras, espectrales, que estuvo a punto de llamar a Cuarto Milenio ante las extrañas figuras que vio.
Para asegurarse de que no estaba soñando, se fue a mirarse en el espejo del vestíbulo, ese que siempre le mostraba fiel sus cambiantes estados de ánimo, y que conocía sus miles de intentos fallidos esperando una respuesta a la pregunta de si el espejo conocía alguien más triste que ella. Ver su propia silueta le hizo gracia, y olvidó las sombras, y se conformó con repasar las arrugas en su cara y buscar el recuerdo de su rostro cuando las huellas de los años aún no habían llegado.
Se volvió a su mecedora e intentó recordar, a qué olía su infancia, cómo su perfume de chica joven, pero se lo impidió el olor del café humeante de la cafetera que empezaba a bullir en el fuego de butano de la cocina. Pero si recordó el timbre de voz de su madre, la respiración sorda de su padre en la siesta, y aquella luna que dibujó en una servilleta un día en que creyó estar enamorada del vecino que se había ido a vivir fuera y ese día regresó. Pero se enfadó al recordar aquel poema que le escribió, y que acabó en la lavadora en el bolsillo de sus vaqueros.
Pensó que mientras amara sería eterna, o al menos no moriría demasiado pronto, nunca antes de que su cuerpo caducara del todo. Pensó que igual por vivir sola, la vida le daría una prórroga, un tiempo extra como en los partidos de futbol. Pero la llama de la vela dio su último bandazo y luego se apagó. Ella cruzó los dedos, y pidió que la eternidad, durase un poco más, que no la apagase también el viento que se colaba en su salón.

Portavoz

Es increíble escuchar a la portavoz del grupo parlamentario popular cómo siendo una representante de los ciudadanos, esta señora puede interpretar el auto del juez del Tribunal Supremo Leopoldo Puente cómo lo hace. No buscan conocer la verdad, solo eliminar al rival cueste lo que cueste.
Léanse el auto donde el juez expone su tesis para pedir que se investigue. Según ese auto del magistrado, Ábalos y Koldo García podrían haber utilizado el sistema interno de reintegros y pagos en metálico del PSOE para blanquear comisiones o fondos de origen ilícito. El juez plantea que el mecanismo de compensaciones en efectivo del partido, al no verificar con rigor si los gastos para los que se solicita por los investigados que les fueran compensados, correspondían realmente a pagos previos efectuados por sus solicitantes, al no comprobar la trazabilidad del dinero, por lo que quiere que se compruebe que si con ese mecanismo, se pudieron servir para introducir en la contabilidad del partido dinero procedente de actividades presuntamente delictivas, dándole así apariencia legal. El procedimiento no comprobaba si los gastos reclamados habían sido efectivamente pagados antes ni si quien pedía el reintegro era quien había realizado el gasto.
En resumen, la hipótesis central de Puente es que el circuito de pagos en efectivo del PSOE podría haber sido utilizado por Ábalos y Koldo para dar cobertura o “blanquear” comisiones ilícitas, aprovechando los puntos débiles de control interno sobre esos fondos.
De donde se saca esta señora que es porque sospecha financiación ilegal. Lo que sospecha es que han engañado hasta a los contables. Lo que ya ha dejado de ser sospecha sino certeza es que son capaces absolutamente de todo. Si esto es siendo oposición ¿qué no harían estando en el gobierno? Pues esta claro de lo que son capaces: decir que el 11 M fue ETA, que el Prestige eran nos hilillos, que Mazón es el salvador de Valencia y las víctimas murieron por fastidiar al PP, que en las residencias de Madrid 7291 internos se murieron por su propia voluntad, que las mamografías no comprobadas es por culpa de las pacientes o de lso médicos.

SEMANA NEGRA DE ALBERTO EL INUTIL, UN LIDERAZGO DE SALDO.


Esta ha sido, sin lugar a dudas, una semana negra para el Partido Popular, teñida de errores, despropósitos y una incapacidad galopante para asumir responsabilidades que haría sonrojar a cualquiera que tuviera un gramo de decencia. Han tenido que asistir a la muerte de tres morlacos, tres, de la ganadería popular. 

Uno: Feijoo y sus acólitos decidieron desafiar a Sánchez en el Senado como quien se lanza a una partida de póker sin saber jugar: prometieron juzgado y justicia, pero solo cosecharon vergüenza y titulares sobre las gafas del presidente, porque los medios afines acabaron pareciendo anuncios de ópticas, y ni la verdad ni la mentira tenían hueco para pasar por registro. Solo faltó que el escudero popular se quitara el pantalón como el protagonista despistado de una novela, frente a senadores que, lejos de ser brillantes, parecían extras de policiacas americanas, torpes y sobreactuados. ¿Resultado? Sánchez sigue en su silla, Feijoo buscando el manual del perfecto opositor y los demás preguntando por la puerta de salida.

Dos: En el funeral de Estado por las víctimas de la DANA, lo que debería haber sido respeto terminó en bochorno: Mazón, personaje digno de una farsa bufa, fue increpado y rechazado por las familias en duelo, y el PP demostró que no sabe distinguir elegancia y decencia de electoralismo. Que el partido se aferre a Mazón no por principios, sino por cálculos electorales, es de un cinismo que resulta irónico, pero aquí solo deja amargura: impresentable, torpe y blindado por una maquinaria incapaz de hacerle dimitir porque “no conviene” a las cuentas de la casta. Feijoo, capitán del barco, ni dirige ni decide; como buen personaje secundario, se esconde bajo la gorra y sueña con temporales que arrastren sus propios problemas hasta aguas más profundas.

Tres: Las mamografías en Andalucía ya son un escándalo público, pero el gobierno regional ha optado por la versión cutre del “aquí no ha pasado nada”. El consejero aparece ante los medios sin información, echando balones fuera como quien intenta esconder la miga de pan bajo la alfombra, culpando a gerencias hospitalarias mientras los médicos guardan un prudente y resignado silencio como buenos figurantes de fondo, testigos mudos de la incapacidad política, y todos mirando de soslayo a Bonilla, el verdadero y único responsable de este desaguisado.

Por encima de escuderos torpes, consejeros mudos y políticos a la deriva, está Feijoo, que ha demostrado carecer de autoridad, liderazgo y la mínima capacidad para pilotar la nave sin encallar en cada jornada negra. 

A estas alturas, a sus votantes solo les cabe esperar, que alguien le recomiende retirarse a esa playa privada de su chalet, y que comparta paseos con sus amigos en yate, lejos del hielo político y los temporales mediáticos, porque la semana que termina es, sin duda, la prueba irrefutable de que el Partido Popular, bajo su mando, ha alcanzado cotas de ridículo que ni el más pérfido Sánchez podría adornar más a su favor. 

Buen viernes.


Comparecencia

Para no perder el tiempo  

cinco horas de comparecencia,  

Sánchez en el Senado,  

cinco horas en la frontera de lo absurdo.

No era un debate,  

era montería.  

No era análisis,  

era cacería descompuesta por el PP,  

cacería torpe  

de tiros que no saben volar,  

ni hieren,  

ni preguntan: solo ladran.

Ataques como dientes apretados,  

preguntas sesgadas,  

faltos de rigor,  

sobrados de furia.  

Faltaba inteligencia,  

faltaba trabajo,  

faltaba respeto:  

de lo institucional, ni las migajas.

No eran senadores,  

eran tertulianos disfrazados de corbata,  

preguntando lo que ya sabían,  

respondiendo lo que nadie preguntó,  

acusando sin pruebas,  

disfrazando discursos de juicio.

Y así,  

en la cacería inútil,  

Feijóo cierra la puerta al fracaso  

y busca consuelo  

al pie frío y ciego de los tribunales.

¿A qué juegan?

Los colegios de médicos se envuelven en la bandera de la “defensa de la sanidad” con un fervor súbito y selectivo, especialmente cuando lo que está en juego es su propia cuota de poder. Convocan huelgas, fletan autobuses y proclaman su compromiso con la causa común… pero esa causa, curiosamente, termina justo donde empiezan los intereses corporativos.  

Mientras alzan pancartas frente al Ministerio, guardan un silencio sepulcral ante temas donde de verdad se juega la salud de la gente: los cribados de cáncer, la transparencia de los datos o los derechos de los pacientes. Cuando se trata de los ciudadanos, desaparece la épica. No hay manifiestos ni desplazamientos masivos; solo un prudente mutismo institucional.  

Así, su discurso “por la sanidad” revela su núcleo de hipocresía: defienden la sanidad, sí, pero solo la porción que les garantiza despacho, representación y poder. Para el resto, esa sanidad que se sufre y se espera en las consultas y en los hospitales, ya no quedan autobuses, ni siquiera palabras.  

¿A qué juegan? ¿Les parece creíble su postura?


Cribados

Juanma Moreno y la crisis de los cribados de cáncer de mama en Andalucía. No ha sido precisamente modélica su gestión del escándalo. Hoy Moreno reconoció derivaciones, y atribuyó la crisis a las 2.000 mujeres con mamografías sospechosas no notificadas a tiempo. En Andalucía hay una crítica unánime y dura hacia Juanma Moreno y el PP por la gestión de la crisis de los cribados de cáncer. 

En este asunto sobra hipocresía y manipulación política, y debería acordarse cómo durante la pandemia el propio PP lanzó ataques al Gobierno central mientras que ahora denuncia “violencia” contra los médicos, y entonces, cómo la crítica era suya no debía existir esa “violencia”.  Esta crisis no es casual, sino parte de una estrategia para degradar lo público y favorecer la sanidad privada. Es parte de una política deliberada de privatización encubierta y no quieren ver una falta de responsabilidad política pese al daño causado a pacientes.  

Este asunto es una prueba de cómo Moreno, en el estilo “trumpista” y una gestión populista y superficial, más centrada en gestos simbólicos que en fortalecer los servicios públicos.  Se le pueden reprochar desde mentiras, a una degradación de la sanidad y un desprecio hacia la ciudadanía.  Y cómo una norma ya del PP, Moreno utiliza el discurso victimista para encubrir una gestión fallida. 

La Fiscalía reclama a la Junta que le informe sobre los fallos en los cribados del cáncer. Y este domingo se prevé una manifestación de las afectadas ante el Palacio de San Telmo, reflejando el fuerte desgaste político que esta crisis está generando al Gobierno andaluz.

CASO FISCAL GENERAL: El Estado de Derecho debe resistir a que la política usurpe los tribunales.

CASO FISCAL GENERAL: El Estado de Derecho debe resistir a que la política usurpe los tribunales. Hay líneas rojas en democracia que deberían...