jueves, 21 de agosto de 2025

El incendio que siempre quema al otro

 En España, todo arde menos la ironía. Montañas, pinares, pueblos enteros… pero lo único que se mantiene fresco es la habilidad de nuestros políticos para intoxicar con humo sin mancharse jamás de ceniza. El fuego es devastador, pero más devastadora aún resulta esa coreografía de culpas voladoras que, como las chispas, cambian de dirección con el viento del poder.  

El Partido Popular tiene un doctorado honoris causa en este arte: lo suyo es la piromanía política. No hará falta retroceder demasiado para comprobarlo. Guadalajara, julio de 2005: un excursionista en plena barbacoa desata el infierno. La sentencia fue clara: el responsable, aquel hombre con cerilla fácil. Pero, para el PP, aquello no bastaba. No: lo importante era que el Gobierno autonómico socialista también ardiera. Se exigieron dimisiones, se asedió mediáticamente a la consejera de Medio Ambiente, se gritó en plazas y mítines que la Junta de Comunidades tenía la culpa. El incendio lo provocó un excursionista, pero la hoguera se cebó en los despachos. Y aun cuando años después los jueces confirmaron que la gestión técnica fue correcta, ya estaba hecho el trabajo político: la ceniza arrasó a Barreda y el PP recogió los frutos en 2011.  

Todo un éxito, no de extinción, sino de combustión mediática. Porque es curioso. Avancemos en el calendario y cambiemos la brújula del poder. Hoy en Galicia, en Castilla y León, en la Comunidad Valenciana, gobierna el PP. Y como los incendios no entienden de siglas, los bosques vuelven a arder. ¿Quién tiene ahora la competencia según la Ley de Montes? Exacto: las comunidades autónomas cómo las tenían en 2005. Pero, ay, resulta que esta vez el relato ha mutado. Lo que antes era responsabilidad autonómica indudable ahora es culpa de Pedro Sánchez, de un Estado que abandona, de una Moncloa incapaz de enviar hidroaviones al primer chisporroteo.  

Cómo cambia la geografía de la culpa cuando cambian también las llaves del despacho. Lo que pasó en Guadalajara no es pasado: es una parábola. Entonces el PP agitaba pancartas de ¡dimisión inmediata!, hoy prefiere pancartas de ¡culpa del centralismo!. Ayer se exigía responsabilidad personal a políticos autonómicos, hoy se alude al Gobierno central como si la UME pudiera aterrizar en cada aldea con antelación profética, antes incluso de que se encendiera el fuego.  

Es tan evidente el doble rasero que uno empieza a preguntarse si no deberíamos replantear los dispositivos de emergencia. Hasta ahora tenemos retenes forestales, bomberos, hidroaviones y la UME. Propongo crear un nuevo cuerpo: la UEH, Unidad de Extinción de Hipocresías. Se desplegaría en platós de televisión, ruedas de prensa y mítines, con sirenas cada vez que alguien culpe a Sánchez de un fuego en su propio monte. Sería caro, sí, pero infinitamente más barato que mantener una España ardiendo cada verano al ritmo de la propaganda.  

Mientras tanto, los vecinos siguen oliendo a ceniza, los brigadistas expulsan humo de pulmones, y los alcaldes de esos pueblos carbonizados se hacen pequeños al lado del fuego. Y, como siempre, la gente corriente vuelve a ser el material inflamable de turno. Desde el manipulado “solo el pueblo salva al pueblo”, en lugar de decir la verdad de que “solo lo público salva al pueblo”, hasta el todos son iguales porque en esa equidistancia pesca una ultraderecha que solo sabe arrojar gasolina diciendo que es agua.

Porque en este país parece que lo único que no se extingue con agua es la política del doble rasero. Los pinares caen, las casas se consumen, la coherencia cruje como madera seca. Y sin embargo, la pirotecnia de culpas ajenas arde siempre brillante, lista para el telediario de la noche.  

Al final, tal vez habría que escribir el siguiente texto en el Boletín Oficial: “Si el incendio sucede en tu autonomía y gobierna el PP, la culpa es de Sánchez. Si sucede en la del vecino y gobierna el PSOE, la culpa también es de Sánchez. Y si algún día prende fuego el mismísimo diablo, tranquilos: Pedro Sánchez será llamado a declarar.”  

Porque, en el fondo, no estamos solo ante incendios forestales. Estamos también ante incendios narrativos. Y lo que verdaderamente aterra no es que España arda… sino que, aun apagado el fuego, siga habiendo tanto político dispuesto a soplar las brasas con tal de avivar titulares.  



Cuando no tienes vergüenza, puedes mentir todo lo que quieras.


Polémica gestión de la Junta de Castilla y León durante la oleada de incendios más grave de lo que va de siglo en España. Ahora nos enteramos que, ocho días después de declarados los fuegos, la Dirección de Patrimonio Natural y Política Forestal de CyL, decidió pedir de forma “urgente” que se reincorporara el personal que estaba de descanso o vacaciones, después de llevar dos semanas escuchándoles exigir al gobierno del Estado que enviara más recursos , pero sin declarar la emergencia 3 porque entonces debían ceder el mando operativo, dicho de otra forma, jugando a ser  el perro del hortelano, que ni come ni deja. Conocer esta circunstancia ha generado gran indignación entre los equipos ya exhaustos, puesto que prácticamente no había personal disponible libre de servicio durante esos días.  

Si se revisan las declaraciones de muchos ciudadanos y miembros de esos equipos, está muy claro que todo el operativo ha estado marcado por el cansancio, la falta de previsión y descoordinación. Un ejemplo de eso es como el Ejército llegó a instalar bases logísticas en Bembibre y Cistierna con capacidad para dar relevo a los brigadistas, pero estas permanecieron vacías, lo que provocó malestar en los mandos militares.  

Mientras tanto, el presidente de la Junta, defendió que el operativo era “suficiente” y que los acuerdos alcanzados tras la tragedia de 2022 habían funcionado en años posteriores “ Pero las críticas de vecinos, brigadistas y oposición han sido intensas. En León se produjeron protestas reclamando las dimisiones de Mañueco, el consejero Quiñones y Arranz, principal arquitecto del modelo de extinción privatizado y temporal que está  vigente desde 2007.  

Tratan de que no se sepa que paralelamente, el Gobierno central desplegó más de la mitad de sus medios estatales en Castilla y León en los días más críticos, con 149 intervenciones aéreas en lo que va de año, lo que pone de relieve la magnitud de la catástrofe.  

Pero esa realidad que demuestran los datos no parece ser aceptada por los dirigentes del PP nacional, y de las comunidades autónomas afectadas por los fuegos, que se han empeñado en seguir al pie de la letra el manual "Mazón", que consiste en pedir, mentir y echar la culpa de todo al gobierno central.

El PP ha salido en defensa de la Junta de Castilla y León tras la polémica por la no utilización de medios logísticos instalados por el Ejército y la portavoz popular en el Senado, ha justificado lo ocurrido alegando retrasos en la llegada de recursos solicitados por Mañueco y responsabilizando al Gobierno central de la gestión tardía y deficiente.  Sin embargo, las bases militares sí fueron reclamadas por la propia Junta, aunque se quedaron vacías, lo que ya he dicho que provocó malestar en los mandos del Ejército, y el Ejecutivo autonómico ha acabado disculpándose. La portavoz defendió también que las decisiones sobre medios no las toman los presidentes sino los técnicos, y acusó al Gobierno Sánchez de infrautilizar fondos europeos para prevención de incendios y de haber reaccionado “tarde y mal”.  

El PP repite su estrategia: culpar al Gobierno central para así intentar eximir de responsabilidad a sus presidentes autonómicos, mientras opositores y afectados cuestionan la tardanza y la insuficiencia de la respuesta inicial de la Junta. Pero no se quedaran ahí, sino que el PP solicitará comparecencias extraordinarias en el Senado de varios ministros para dar explicaciones sobre el operativo estatal.  

La directora de Protección Civil, ante las críticas del PP sobre la gestión de la ola de incendios de agosto, defiende la actuación del organismo estatal, asegurando que se actuó con anticipación y que existen informes y datos que lo prueban, frente a quienes tratan de “reescribir la historia”.  Por ejemplo, el 15 de agosto se pidió a las comunidades información sobre medios aéreos disponibles para poder redistribuirlos a las más afectadas (Asturias, Castilla y León, Extremadura y Galicia), porque las CCAA tienen la responsabilidad de anticiparse en su propia gestión y además a ese retraso, se ha sumado la falta de coordinación en algunos territorios.  

Son las comunidades quienes deciden activar a los voluntarios de protección civil y que las medidas estructurales, como la formación de personal en zonas de riesgo, deben adoptarse en el marco del Consejo Nacional de Protección Civil.

Y la última acaba de conocerse: Castilla y León y Extremadura pidieron a Interior el despliegue de medios europeos tres días después de que fuesen activados por el Gobierno.


Y más fuego

Ha dicho ese señor que nunca en su vida ha dicho una mentira, me refiero a Rafael Hernando del PP: "El gobierno de Pedro Sánchez tiene menos medios aéreos para combatir los incendios que el año pasado, por no aprobar los presupuestos. Hay 5 aviones menos".
Pero si se compara en el presupuesto del Estado resulta que la partida este año se ha modificado y está dotada un 30% más en 2025 y alcanza los 110 millones de euros para extinción.
Los servicios contra incendios cuentan con 56 aeronaves, y no 42 como dice Feijóo. Seguro que lo ha dicho por error, ya que se equivocó cuando estuvo contándolos.

Otra.
Castilla y León para prevención de incendios ha pasado de 10,3 millones de presupuesto en 2009 a 1,4 este año, lo que representa un recorte en prevención de incendios de un 90%.
Siendo la prevención de incendios una competencia completamente autonómica, queda absolutamente claro que el culpable es Pedro Sánchez que no quiere a los castellanos ni a los leoneses. No puede negarlo.

El gobierno de Extremadura (PP) ha destinado en sus presupuestos 490.000 euros a la Tauromaquia y 82.000 euros para prevención de protección contra los incendios.
Está muy claro que la culpa de lo que ocurre con los fuegos en la región extremeña es de Sánchez.
Está tan claro, que resulta indiscutible que toda la responsabilidad no es del gobierno extremeño, que es de otros.

Fuego

La norma se convierte en “papel mojado” mientras la realidad laboral de los bomberos forestales sigue deteriorada.  No hay equidistancias de responsabilidad en la situación, pero todas las partes tienen la suya

- Ninguna comunidad autónoma ha aplicado la norma, pese a estar aprobada y publicada en noviembre de 2024.  

 - La situación muestra desinterés o falta de voluntad política para dignificar la profesión.  

 - Calificable de “caótica” porque cada autonomía regula y gestiona a los bomberos forestales a su manera, sin criterios unificados.  

 - Hay desigualdades entre territorios en sueldos, contratos, condiciones laborales y reconocimiento profesional.  

 - De resaltar que los bomberos forestales carecen de un marco que garantice estabilidad, seguridad en el trabajo y derechos básicos.  

 - La ley de 2024 pretendía resolver estas precariedades.  

 - A pesar de tener competencias, el Ministerio tampoco aplica las mejoras previstas en el estatuto.  

 - La gestión está externalizada a través de Tragsa en el caso de las BRIF (Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales), lo que perpetúa la falta de avances.  

 - Señalar la contradicción: existe una ley publicada que mejora la situación, pero no se cumple en la práctica.

Y una pregunta ¿sabéis porque no se ven pulseritas abanderadas extinguiendo los fuegos?

A VER SI NOS ENTERAMOS DE UNA VEZ. NOS TOMAN POR TONTOS


Lo hicieron con la Filomena, cuando era Sánchez el que tenía que limpiar las calles de Madrid. LO volvieron a hacer con el volcán de La Palma, donde Sánchez debería estar barriendo la ceniza y cavando una zanja para que no avanzara la lava. Lo vimos en la DANA donde el que comía en el Ventorro mientras la gente se ahogaba no tenía culpa de nada, sino que era Sánchez por permitir que lloviese tanto. Y lo vemos ahora donde Sánchez no  está con la manguera y la pala apagando el fuego, para que un consejero vaya a  comer a Gijón o los presidentes están de vacaciones en Miami o donde les de la gana. Cuando a ellos les tocó el Prestige  de cacería, solo eran unos hilillos sin importancia.

El PP se aprovecha de la ignorancia general entre los ciudadanos de lo que jurídica y estructuralmente representa tener un Estado con Autonomias. Ahora quieren convencer a todo el mundo, con la colaboración inestimable de sus medios afines cómo El Mundo que ayer publicaba un artículo bochornoso repleto de mentiras y falsedades, de que la responsabilidad es del gobierno, cuando en esta materia, la prevención, gestión forestal y extinción de incendios, la competencia de conformidad con la Ley de Montes, al Real Decreto Ley 15/2022 y al artículo 148 de la Constitución, corresponde EN EXCLUSIVA a las COMUNIDADES AUTÓNOMAS, y no al gobierno central.  Claro que el gobierno central debe colaborar cómo lo hace, o es que la UME no es del ministerio de Defensa que es el Gobierno del Estado. No. Quieren reconocer que el discurso de bajamos impuestos y la necesidad de recursos para tener unos servicios públicos de prevención y extinción de incendios son incompatibles, que para disponer de unos servicios públicos eficientes necesitan de financiación. Mientras se queman Extremadura, Castilla León o Galicia, decidles a vuestros ciudadanos y a vuestros bomberos autonómicos con salarios precarios y contratos temporales, que es que no teníais dinero para eso.

Pero la ultima idea genial es la de la vicesecretaria del PP doña Carmen Fúnez, que no sabemos si es que ha debido golpearse en la cabeza, o es más mala que un dolor de noche. Esta genio de la política, ha conseguido una nueva pirueta al afirmar que  las dificultades en la lucha contra los incendios forestales se deben a la falta de aprobación de los Presupuestos Generales por parte del Gobierno central. No hace tantos días han sido miles de millones los transferidos por el Estado a las Comunidades. Todo vale para lo dicho al principio, no admitir que la gestión de los incendios es competencia de las comunidades autónomas, y las más afectadas hoy están gobernadas por el propio P. Asistimos a cómo continúan con la misma estrategia, todo es culpa del gobierno de Sánchez.

Repito para que se enteren:

1. la prevención y extinción de incendios es competencia de las comunidades autónomas, incluyendo la dotación de medios y personal. El PP gobierna en muchas de las autonomías afectadas, pero responsabiliza al Gobierno central para eludir su propia negligencia.

2.  Las bajadas de impuestos, especialmente a los sectores más acomodados, reducen los presupuestos disponibles para servicios públicos esenciales como bomberos, prevención de incendios, sanidad o educación, y luego se lamenta la falta de medios.

3. El PP sigue su patrón histórico, el de utilizar crisis (incendios, riadas, DANA, etc.) como arma política contra el Gobierno central, en lugar de centrarse en resolver los problemas. Esto se denomina “electoralismo” sistémico.

4. El  PP vota en contra de los presupuestos generales del Estado y de otras medidas, y posteriormente justifica sus cagadas de gestión responsabilizando a la “falta de presupuestos” del Gobierno central, pese a que sus comunidades sí aprueban sus propios presupuestos.

5. Entérense los ciudadanos, aunque algunos se resistan a hacerlo, de que, allí donde gobierna, el PP recorta plantillas y recursos (como en bomberos forestales) y a veces privatiza servicios, deteriorando la capacidad de respuesta ante emergencias.

6.  Ver a algunos líderes populares (bronceados de vacaciones, actos públicos banales en medio de crisis, gestos simbólicos absurdos), para lo único que sirven es para demostrar su desconexión con la gravedad de las situaciones.

7. Hagamos un llamamiento a la coherencia y a la rendición de cuentas, porque si una comunidad autónoma reconoce que no tiene medios suficientes para sus competencias, debería explicitarlo en su presupuesto y pedir ayuda formal, en vez de culpar a otro nivel de gobierno. 

Supongo que lo expuesto solo será válido para los ya convencidos de que cada palo debe aguantar su vela, pero el electorado debería recordar esta gestión a la hora de votar. Pero seguro que los tertulianos a sueldo capaces de defender lo indefendible y argumentar lo inargumentable, más los periodistas  con artículos cómo el antes comentado, consiguen convencer al respetable de que fue Sánchez fue Sánchez el que empitonó a Manolete en la plaza de Linares.



Un controvertido plan de biometano en Castilla-La Mancha

Un plan ambicioso con polémica en su gestación que nace con sombra de dudas sobre el procedimiento y el interés público ¿por qué? Pues porque el Plan Regional de Biometano 2024-2030 de Castilla-La Mancha llega rodeado de controversia. Su objetivo de transformar residuos agroganaderos en energía renovable, alineando la región con políticas de descarbonización y economía circular, podría convertir a esta comunidad autónoma en referente nacional. Sin embargo, el proceso de elaboración del plan y su tramitación han levantado serias críticas y generado dudas legítimas sobre la transparencia y la ética administrativa con que se ha gestado.

Uno de los aspectos más preocupantes ha sido la adjudicación directa, sin concurso público, de la redacción del plan y del estudio ambiental a una empresa con intereses directos en el sector del biometano. El coste del contrato, 30.000 euros repartidos en dos partes iguales, recae sobre una firma cuyo presidente es también líder de la Asociación Española de Biogás, representante clara de los intereses económicos del sector. Este solapamiento de roles y la ausencia de competencia pública naturalizan el conflicto de intereses y siembran dudas fundadas sobre la imparcialidad y objetividad del plan, alimentando el malestar de colectivos ecologistas y plataformas ciudadanas.

Falta de transparencia y competencia en la adjudicación, más un redactor del plan y estudio ambiental con intereses en el propio negocio evaluado, y un marco normativo al dictado de actores privilegiados, son tres motivos suficientes para que el plan nazca ya cuestionado. El rechazo social es palpable. La ‘Plataforma Ciudadana Stop Biometano Stop Planta de Residuos Médicos Peligrosos’ de Socuéllamos, algunos ayuntamientos y colectivos ecologistas han manifestado ya una clara oposición. La inquietud no sólo reside en lo procedimental sino también en la dimensión real del proyecto: se planea implantar cerca de cien plantas en toda la región para tratar 15 millones de toneladas de residuos, con trámites urgentes al haber sido declarados proyectos prioritarios.

Son varios los riesgos y aspectos negativos del Plan  como son la concentración de plantas* y el consiguiente riesgo de sobreexplotación del territorio rural y efectos ambientales acumulativos; el tratamiento de grandes volúmenes de residuos con los problemas asociados a la gestión de purines, subproductos ganaderos y agrícolas. Aunque el plan promete mejoras, un mal manejo podría agravar la contaminación por nitratos de las aguas subterráneas de las zonas donde se ubiquen. Y tampoco parece correcta la escasa interlocución con ayuntamientos afectados y organizaciones ciudadanas independientes.

Los supuestos beneficios ¿son suficientes ante los posibles riesgos? Depende de muchos aspectos que es lógico que se planteen dudas sobre ello. El gobierno regional defiende el plan argumentando su potencial para reducir el uso de gas natural fósil y la emisión de gases de efecto invernadero, estimando un ahorro superior a medio millón de toneladas de CO2. También promete combatir la contaminación hídrica por nitratos y crear empleo rural mediante la valorización de residuos orgánicos, alineándose con la economía circular y las metas de transición energética. La valorización de residuos reduciría, además, la presión sobre vertederos. Señala con aspectos positivos del Plan 

El aprovechamiento de residuos para energía renovable, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y sustitución de combustibles fósiles, así como la mitigación de contaminación hídrica y generación de empleo rural.

Puede ser un paso adelante, pero ¿a qué precio? Mientras no se aclaren muchos otros aspectos colaterales al proyecto, la ambición del Plan Regional de Biometano de Castilla-La Mancha se verá empañada por la opacidad del proceso, la ausencia de garantías de imparcialidad y la falta de una consulta pública real. A pesar de los supuestos beneficios ambientales y económicos, los posibles impactos negativos y el procedimiento poco transparente justifican plenamente la preocupación social y la severa crítica hacia un proyecto que, en su forma actual, se percibe menos como un avance colectivo y más como una oportunidad de negocio para actores ya privilegiados.

Incendios forestales: causas y claves para la prevención

España arde, pero no por casualidad. El combate contra el fuego empieza mucho antes de que brote la primera llama, y necesita, junto a políticas de gestión y recursos públicos, de una ciudadanía responsable, crítica y activa. Porque defender nuestros montes es defender la vida y el futuro colectivo, porque donde hay igualdad y solidaridad, el fuego no avanza solo. La dramática oleada de incendios de este verano en nuestro país con hectáreas arrasadas, miles de personas evacuadas y varias víctimas mortales, pone de manifiesto la urgencia de analizar sus principales causas y plantear medidas de prevención eficaces, enmarcando el problema en un contexto marcado por el cambio climático, la despoblación rural y la gestión del territorio.

El presupuesto anual en España para incendios forestales ronda los 1.100 millones de euros, pero aproximadamente el 60%-70% se dedica fundamentalmente a la extinción, no a la prevención. Existe falta de transparencia y diferencias de criterios autonómicos que dificultan un análisis detallado sobre el gasto preventivo, y muchas acciones catalogadas como "prevención" en realidad son de apoyo logístico a la extinción más que preventivas a escala territorial.

Organizaciones ecologistas como Greenpeace advierten de que con una inversión real de 1.000 millones anuales en auténtica prevención podrían ahorrarse hasta 99.000 millones en extinción, citando que cada euro en prevención reduce en 100 euros el gasto en extinción. Sin embargo, tanto el Tribunal de Cuentas de la UE como otros expertos señalan la ausencia de evidencia sobre la sostenibilidad y el impacto de estas inversiones, ya que suelen centrarse en actuaciones a corto plazo, sin continuidad cuando termina la financiación europea.

Además, se cuestiona el escaso gasto en investigar las causas de los incendios, el control social sobre actividades de riesgo y la falta de trabajo preventivo ante incendios originados en su mayoría por acción humana. Se insiste en la necesidad de cambiar el enfoque: potenciar la gestión sostenible del territorio, reorientar el sector primario y fomentar paisajes en mosaico más resilientes, más allá de aumentar solo los recursos para apagar fuegos.

Cómo principales causas de estos incendios, empezaremos por el factor humano (95% de los casos). La mayoría de los incendios no son fruto de la fatalidad, sino de la acción y omisión humanas. Se distinguen varias categorías fundamentales:

Los intencionados, motivados por vandalismo, represalias, especulación urbanística o prácticas como la regeneración ilegal de pastos. Representan cerca del 54% de los casos en España; las negligencias y descuidos en las actividades cotidianas que se tornan fatales, cómo las quemas agrícolas fuera de control, barbacoas mal extinguidas, uso indebido de maquinaria, lanzamiento de colillas o basura, especialmente en épocas de alto riesgo. Pero un peso específico de esta problemática es el abandono rural y falta de gestión forestal, porque el abandono del campo, la ausencia de pastoreo y agricultura tradicional dejan áreas llenas de material seco e inflamable, agravando la propagación del fuego; y tampoco otras causas humanas, cómo el trazado de líneas eléctricas, trabajos forestales, tráfico rodado por el monte, entre otros.

Los de origen en causas por naturales (4-5%), aunque los rayos y, en casos muy excepcionales, la actividad volcánica puede causar  incendios, su peso es marginal frente al causado por actividades humanas. Sin embargo, el cambio climático actúa como multiplicador, favoreciendo sequías prolongadas, olas de calor e incremento de temperaturas que convierten el monte en un polvorín.

Pero más importancia aún tienen las medidas de prevención imprescindibles. Porque combatir el fuego exige no solo intervención, sino sobre todo prevención y una ciudadanía implicada:

Empezando por la educación, vigilancia y responsabilidad social: No hacer fuego ni barbacoas fuera de áreas habilitadas, ni en época de alto riesgo; No arrojar colillas, cerillas, botellas ni basura al monte; Denunciar conductas sospechosas y avisar a emergencias (112) ante el menor indicio de humo o fuego; Evitar el uso de maquinaria que produzca chispas en días de riesgo extremo.

Muy importante es una gestión forestal sostenible, y esto pasa por la limpieza y mantenimiento de bosques, creando cortafuegos y zonas de discontinuidad para impedir la propagación; también por una planificación del uso del monte y recuperación de actividades tradicionales de pastoreo, agricultura y silvicultura para evitar la acumulación de biomasa seca. Y por impulsar la repoblación rural y la gestión activa del territorio para reducir el abandono.

La infraestructura y planificación comunitaria, que permite mantener accesos y caminos despejados para los servicios de emergencia. Se deben garantizar depósitos de agua y puntos de abastecimiento cercanos a las zonas rurales y viviendas dispersas. Y todas las poblaciones rurales deben disponer de planes de evacuación y autoprotección para habitantes en zonas de riesgo.

Es imprescindible aplicar  estrictamente la normativa para lo que se deben aumentar los controles y sanciones para quienes incumplen la ley así cómo perseguir y condenar la intencionalidad y la negligencia de forma ejemplar. Promover campañas de sensibilización en colegios, medios de comunicación y zonas rurales. Fomentar la participación activa de la ciudadanía en la vigilancia y mantenimiento del entorno natural.


El incendio que siempre quema al otro

 En España, todo arde menos la ironía. Montañas, pinares, pueblos enteros… pero lo único que se mantiene fresco es la habilidad de nuestros ...