La presidenta de la Comunidad de Madrid ha anunciado una nueva rebaja fiscal en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, aumentando la bonificación hasta el 50% para herencias entre hermanos, tíos y sobrinos consanguíneos, sumándose a la bonificación del 99% ya existente para transmisiones entre familiares directos.
Esta medida, según la IDA, beneficiará a unos 14.000 madrileños y supondrá un ahorro de 140 millones de euros anuales, es decir, 10.000 euros a cada uno de esos 14.000. Pero haciendo números sobre el total de población de Madrid, resulta que esta rebaja solo beneficia a una minoría (menos del 0,2% de la población) y como no establece límites o escalas, favorece principalmente a las familias más ricas, perpetuando la desigualdad.
La riqueza en España está muy concentrada en pocas familias, muchas de las cuales han mantenido su posición desde la dictadura franquista, beneficiándose de privilegios y privatizaciones. Además, según la OCDE, las ayudas públicas también benefician más a los ricos que a los pobres.
Esto es la política actualizada de la biblia, que proponía una redistribución periódica de la riqueza para corregir desigualdades, claro que en versión del ayusismo. Las políticas de la Comunidad de Madrid refuerzan la acumulación de riqueza en pocas manos.
Es difícil de comprender como los que no forman ese selecto club de una minoría de madrileños pudientes, y que son la mayoría de madrileños, no se dan cuenta de que necesitan cambiar este tipo de políticas.
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