La jueza Inmaculada Iglesias ha citado a Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, como investigado por presunta corrupción en los negocios, y deberá declarar el 10 de abril de 2025 en una pieza separada que investiga su relación comercial con el presidente de Quirón Prevención, Fernando Camino. La Audiencia Provincial de Madrid rechazó el recurso de la defensa contra la apertura de esta nueva investigación. La Fiscalía aprecia indicios del pago encubierto de una "comisión" de medio millón de euros por parte de González Amador a la esposa del presidente de Quirón Prevención. Esta investigación se suma a la que ya existía por fraude fiscal contra González Amador. Esto se produce en un contexto en que Quirón es el mayor contratista de la Comunidad de Madrid en materia de sanidad. La decisión de ampliar la investigación llegó justo a tiempo para evitar un pacto con la Fiscalía y la Abogacía del Estado.
El caso ha generado controversia política y mediática, con críticas a la gestión de Ayuso. Muchos expresan escepticismo sobre si habrá consecuencias reales para el novio de la muerte, y para ejemplo otros casos recientes como el de Medina y Luceño. Lo que parece cierto es que la jueza está haciendo un esfuerzo genuino por investigar, mientras muchos piensan que es solo una apariencia y que el caso será eventualmente desestimado. Hay quien piensa que González Amador podría estar actuando como testaferro de Ayuso. Tampoco es descartable la posibilidad de que haya más implicados, incluyendo a la empresa Quirón y sus directivos, ni que en la trama existan posibles sobornos y comisiones relacionadas con contratos de mascarillas y compras de empresas.
Mientras los votantes madrileños siguen apoyando a Ayuso a pesar de estas controversias. Toca esperar una reacción furibunda del equipo de comunicación de Ayuso, especialmente Miguel Ángel Rodríguez. Tampoco sería raro que viéramos cómo Ayuso podría distanciarse de González Amador si la situación empeora. Y menos extraño aún resultaría la posibilidad de presiones sobre la jueza que lleva el caso. Provocaría risa, sino fuese para llorar
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