Agarrarse que vienen curvas
Sorpresa por el resultado, fracaso de la derecha e incertidumbre sobre el próximo Gobierno de España. Así lo ven desde fuera en las crónicas de la prensa internacional sobre el resultado de las elecciones españolas.
“España dice no a la extrema derecha en el Gobierno” es el resumen del resultado que hace el boletín diario de Politico en Bruselas, una de las newsletters más influyentes sobre la actualidad europea. Para Politico, “los claros ganadores” son las fuerzas centristas y los perdedores, Vox, los partidos independentistas catalanes y, hasta cierto punto, el líder del PP.
Pero lo más llamativo es lo siguiente:
“Las cosas no pintan tan bien para Feijóo pese a que su partido quedó primero.
Cuando el líder del PP intentó dar un discurso a sus seguidores anoche, la multitud le acalló gritando el nombre de la populista presidenta regional de Madrid, Isabel Díaz Ayuso”.
EL DÍA DESPUÉS
Hoy estamos en el día después. PP ganó en las urnas, pero los votantes progresistas hemos logrado una victoria moral, porque la soberbia y arrogancia del PP les había hecho marcarse unas perspectivas que no alcanzarlas les ha convertido en vencedores en números, pero en los perdedores morales de anoche.
Todos los pronósticos, sondeos y la mayoría de los medios de comunicación daban a la izquierda española no solo por muerta, sino enterrada y pudriéndose. En política nada está escrito, y alguien que aspira a gobernar un país debería tener eso meridianamente claro. Feijoo no lo tenía y tanto derogar el sanchismo ha tenido por respuesta “pues va a ser que no”, porque tal y como ha quedado el mapa, Sánchez es el único con posibilidades reales de formar gobierno, aunque tampoco este claro que eso pueda ocurrir. Queda el voto CERA, y la facilidad que tienen algunos de cambiar voluntades, estilo tamayazo, que ya mejor no fiar nada a la lógica.
Pero mientras los números sean los de anoche, es evidente que España le ha dicho no a un gobierno PP y Vox, a un gobierno de la derecha con la ultraderecha dentro de sus tripas. Han sido tan poseedores de la verdad absoluta, con sus mentiras, que la suma de sus escaños no les da la otra absoluta que si querían, la de la mayoría.
El resultado de anoche se produce desmintiendo a sondeos, dejando boquiabiertos a los que se burlaban de Zapatero, contrariando lo pronosticado por el poder económico, lo opinado por socialistas de pro como Felipe y Guerra, y a un Feijoo que estaba pensando si en su despacho de Moncloa iba a poner un cuadro de la Virgen de Lourdes para que le proteja o de la del Roció para que se encargue de la cartera de trabajo. Gano en escaños insuficientemente, y en votos por un puñado, pese a haber fagocitado a Ciudadanos y a su gemelo bi vitelino Vox. Participó más del 70,4 % del censo, pese al augurio pesimista de que no votarían por el calor, del voto por correo que no iba a llegar, de los incendios de los túneles de las vías provocados por el malvado Sánchez, de los atascos en las autovías para llegar de la sierra a Madrid, y de los que estaban en la playa a las 19,45 y corrían a votar en Sevilla confiados en que el poderoso Moreno Bonilla ampliaría el horario. Nada de eso fue suficiente para impedir que votaran siete de cada diez españoles, y como dice Ignacio Escolar, la derecha nunca ha logrado una mayoría absoluta con más del 70% de participación.
Los pronósticos fallaron, porque todas las empresas que los realizan cocinan los datos, para poder interpretarlos, lo que convierte a las encuestas en una parte más de lo que es la propaganda política de los partidos y de los medios que las encargan y las pagan.
Luego vinieron las celebraciones en los balcones. La más justificada la del PP, donde siguieron disfrutando del “Que te vote Txapote”, aderezado de unas gotitas de Ayuso, Ayuso, lo que le daba a la ensalada un toque de “gallego vete ya”. Tanta sonrisa forzada, convertía una victoria electoral en un batacazo electoral, y dejando entre ver que Feijoo podía ser cuestionado, aunque hoy ya no solo le han mandatado para intentar la investidura, sino que le han nombrado candidato por si hay que repetir las elecciones.
El resultado de las municipales y autonómicas se les subió a la cabeza. Son víctimas de su propaganda y de sus mentiras, aunque la autocrítica no estaba en el balcón de Génova 13. Lo cierto es que han conseguido algo que la izquierda no consiguió en marzo, movilizar a un electorado de izquierda que creían dormido. Lo cierto es que nadie habló anoche de tsunamis ni de brindis con champagne, que ellos solo beben cava en la intimida.
Anoche Feijoo ya iba por delante de los acontecimientos y anunciaba que se presentaba a la investidura, como si eso dependiese de él y no el rey, y señalaba que el PSOE debía dejarle gobernar porque había ganado, olvidando que España es una democracia parlamentaria, donde gobierna quien más apoyos tiene en el Congreso, no quien más votos saca en las urnas. Un cursillo de verano de Constitución lo necesita tanto como el de ingles del que se había matriculado y que le fastidió el malvado Sánchez convocando elecciones por perder las municipales y autonómicas, con lo que el habría disfrutado todo el verano exigiéndole desde la playa que las convocara.
Ahora todos los medios afines, pedrojotas inclusive, anasrosas matutinas y demás indas, marhuendas, herreras y otras hierbas exigen que la izquierda se abstenga y les permita gobernar. Pregunto ¿le han preguntado a Txapote? Parece que sus odiados del PNV ahora entran en sus oraciones, pero estos no se quieren suicidar, sabedores de que si lo entran ha de ser con Vox, y eso implica que se juegan el gobierno de Euskadi frente a Bildu en las próximas autonómicas. Nadie niega que han ganado, pero no vale eso de que "Todos los candidatos más votados han gobernado", porque siempre hay una excepción que confirme la regla, y Feijoo puede serla porque méritos ha hecho para ello.
Y que decir de Vox, el hermano pequeño, que siempre suele tener malas pulgas. Anoche las tenía y le echaba la culpa al hermano grande. Vox ha perdido diecinueve escaños y solo tiene 33. Algunos pensaran que menos tienen otros y llevan razón, pero como esos otros, Vox ahora no podrá recurrir ninguna norma al Constitucional, y eso era en la legislatura pasada su deporte favorito, y recurrieron más de 40 leyes al Constitucional (la ley del 'solo sí es sí' y la ley trans, por ejemplo), ni podrá presentar mociones de censura,, de lo que seguro Ramón Tamames está muy agradecido .
En la izquierda Sánchez ha resucitado una vez más. Ni los Felipe, Guerra, Lamban o Page llevaban razón pensando que Sánchez moriría ayer. Pero eso es una cosa y otra equivocarse en Ferraz con la lectura de los resultados. Los socialistas no deberían olvidar la cantidad de voto que le ha prestado una izquierda que no les hubiera votado si la actitud soberbia y arrogante del PP no los hubiera movilizado.
Y luego está Sumar, que por mucho que Belarra o Iglesias quieran culpar a Diaz de los resultados, nadie puede olvidar que es el partido más perjudicado por el sistema electoral que tenemos. Sumar ha tenido 600.000 votos que se han quedado sin representación. Queda por andar mucho camino en esa formación, pero hay mucho voto de la izquierda, antes podemita, que se ha quedado en casa convencidos de que Montero hubiera sumado más. No lo sabremos, pero tampoco deberían pensar que el escenario ha sido el mismo que el 2019, y por lo tanto, a escenario distinto, resultado diferente. Diaz se presenta como la gran esperanza no solo de la izquierda en Sumar, sino también de un voto socialista que ahora está con Sánchez, pero no estará con el PSOE si Sánchez no está. Es por eso un buen resultado y más cuando solo se veían dos alternativas de gobierno. Peor les ha ido a otros como ERC, y no se debe olvidar que respecto a las municipales Sumar ha logrado un millón de votos más que UP. La participación en el debate a tres del miércoles dejó muy claro que Díaz fue sin duda la mejor.
Cuando Feijoo consiga que Vox , CC, UPN le aclamen, pero no consiga que lo haga el PNV, nos encontraremos con todos los medios presionando a Sánchez para se abstenga. Hoy ya han empezado a hablar de que vamos de camino a la repetición de las elecciones generales, y primero será que dejen gobernar al PP, y luego lloverán las peticiones para que los dos grandes partidos se pongan de acuerdo para gobernar, con el argumento de que así la mayoría de los españoles se sentiría representado por ese gobierno. Nadie del PP se sentirá representado por un gobierno en el que esté Sánchez y nadie de la izquierda se sentirá representado por un gobierno presidido por Feijoo. Mejor se olvidan de esa solución.
La investidura para un nuevo gobierno de coalición no será fácil para la izquierda. Bildu lo apoyará, ERC no se puede permitir una repetición electoral cuando está en caída libre, PNV siempre apostará por negociar y negociará, pero estando. El problema se llama Puigdemont, y si ese escollo se salva, quedará la mayoría absoluta del PP en el Senado donde bloqueará todo lo que pueda y más.
Espero no haberos cansado, pero os dejo dos preguntas para ver si tienen respuesta ¿sabremos cuanto cobra Feijoo algún día? Y otra ¿se renovará algún siglo el Consejo General del Poder Judicial? Ayer nadie se acordó de estos pequeños detalles. Mientras conocemos las respuestas tendremos que conformarnos con el derecho al pataleo de algunos en esos medios de comunicación que han querido ser juez y parte y se han equivocado en su apuesta. Y claro, como era de esperar, esta mañana, en muchas tertulias, aparecían tertulianos desquiciados y con la sonrisa forzada.
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