martes, 20 de agosto de 2024

¿Cuáles son las razones para no hacer algo?


Oír algunas tertulias televisivas es un método más eficaz para provocar el vómito, que meterse los dedos en la boca. Algunas resultan vomitivas.
Cuesta distinguir entre tertulianos de izquierda o de derecha cuando se trata de la Inmigración, porque todos suelen cometer el mismo "error" diferenciar al PP y Vox, hablar de una derecha moderada y otra más extrema. Visto lo escrito estos días, sobre inmigrantes, esa distinción es difícil de creer.
En el fondo parece que lo único que le preocupa al tertuliano es la defensa de quien le paga. Estamos viendo como en la pelea por el voto del español cabreado (con razón) al que no le van las cosas como él quisiera, no se les escucha defender la verdad, sino que se permiten matizar esa verdad en función de donde cada uno puede tener su plato de comida. Eso les lleva a que si para ello hay que diferenciar entre dos partidos, aunque ambos digan lo mismo, se hace.
Lo del twist de Albiol refiriéndose a un grupo de inmigrantes en un barco de Balearia, personas sobre las que él ha decidido que no deben tener ni móvil ni gafas de sol, ni músculos de gimnasio, y que todos son delincuentes que vienen a vulnerar la ley es una muestra de eso que afirmo y de que esa diferencia ya no existe. Es el mismo Albiol del PP que asegura en una entrevista que "es la persona más progresista del mundo", el alcalde que llegó al poder en Badalona con el lema que su partido le permitió: "Limpia Badalona". Ese lema es el resumen de su programa de gobierno racista, elitista y supremacista.
Pero, además, hay otro mensaje de esas tertulias de “yo no soy” porque para esos tertulianos únicamente se miente y se difama en las redes sociales, cuando son los medios de comunicación en que trabajan los que mayor capacidad de manipulación informativa ejercen, sin lugar a duda. Una televisión puede estar encendida en cualquier rincón de una casa o en cualquier lugar de ocio, la oyes quieras o no, pero a las redes hay buscarlas para acceder. Los medios de comunicación han sido los máximos difusores de bulos, y muchos de esos tertulianos los encargados de meternos sus mensajes por los ojos.
Ya sé que nada es generalizable, que hay tertulianos serios y responsables, junto a otros que solo son la voz de su amo. Pero al final todos toleran que en su presencia se digan medias verdades cuando no falsedades, tras las que un moderador cambia la temática para que no haya una respuesta contraria, y ninguno se levanta y se marcha mostrando que no comulga con ruedas de molino. Todos hemos visto callar a alguien a quien admiramos, mientras otro tertuliano afirmaba que una ultraderecha que amenaza con daño físico es igual que "cierta izquierda".
Si vemos la cantidad de mierda vertida aprovechando políticamente el tristísimo asesinato de Mocejón, no podemos conformarnos con bonitas frases “hay que combatir los bulos y el acoso en redes”, “son intolerables los delitos de odio” o “nos jugamos mucho como sociedad y como democracia”. Todo muy bien sonante y grandilocuente, pero mientras los oímos seguimos contemplando como algunos de esos creadores de bulos y fomentadores del dio siguen acreditados en el Congreso de los Diputados.
Señores representantes de todo el pueblo español, menos hablar y pónganse a sancionar a estos ultras o esto no acabará bien. Los partidos pueden actuar contra estos delitos de odio. Los jueces y fiscales también. El gobierno y los ministerios de Interior y de Justicia también. Háganlo porque están perdiendo credibilidad, que es lo peor que puede ocurrir a un representante público.

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