domingo, 6 de agosto de 2023

Pregón de fiestas 2022


Anoche tuve el orgullo y la satisfacción de ser el pregonero de las Fiestas Patronales de San Pedro.
A petición de algunos amigos y amigas que no pudieron asistir, os transcribo completa la intervención.
Pregón de las Fiestas Patronales en Honor a San Pedro Apóstol. 28 de junio 2022
Buenas noches, amigos y amigas de San Pedro. Gracias por acompañarme en este pregón de nuestras fiestas.
Enhorabuena a Sofía, nuestra Reina 2022, a sus damas, a las manchegas infantiles y acompañantes.
Gracias Daniel por tus palabras de presentación, algunas inmerecidas. Y gracias a toda la Corporación Municipal por concederme el honor de ser pregonero de las fiestas de mi pueblo. Mi pueblo, porque, aunque oficialmente solo sea hijo adoptivo desde finales de 2019, son ya muchos los años que me siento un sampedreño más. Son más de cuatro décadas entre vosotros como médico, y aquí en San Pedro han nacido mis hijos, y los hijos son el mayor vínculo que puede unir a una persona con un lugar.
Hay quienes me habéis preguntado si ser pregonero de las fiestas este año, significaba que ya me iba a jubilar. Nada tiene que ver una cosa con la otra. He aceptado ser pregonero de nuestras fiestas porque lo considero una distinción que se me hace. Y, como me sigue gustando mi trabajo, aún no he pensado en la jubilación, que algún día llegará, pero mientras seguiré compartiendo mi trabajo con María.
Desde que me comprometí a pregonar las fiestas, he pensado mucho sobre lo que iba a contaros esta noche. No sé si habré acertado en la elección de mis palabras, pero lo que he preparado, quiero que lo entendáis como una muestra de mi agradecimiento a todos vosotros, y un intento de animaros a disfrutar de ellas.
Decía Enrique Tierno Galván en uno de sus pregones, que “Es difícil ser bueno y fuerte a la vez, y generalmente, cuanto más fuertes se es, menos razón se tiene”.
No sé si opinaréis que he sido bueno o fuerte en mi forma de proceder, ni si en mi forma de actuar he tenido más razón o menos. Lo que sí os puedo asegurar es que siempre he intentado hacer las cosas lo mejor que he sabido, y que me considero muy afortunado siendo vuestro médico.
Afortunado, porque son pocos los compañeros de profesión, que pueden alcanzar una vinculación tan estrecha y personal con sus pacientes. Y muchos menos los que lo hacen durante tanto tiempo, como yo la tengo con todos vosotros.
Mirar si ha pasado tiempo, que lo habitual es que un médico atienda a dos o como mucho a tres generaciones de una misma familia, y yo aquí, he atendido hasta a cuatro y cinco generaciones en la mayoría de los casos. E incluso hay familias en las que he atendido hasta seis generaciones. Eso ha sucedió con la familia Morote.
Hay un refrán que me gusta mucho que dice: ‘Olvidarás lo que te dijeron, y olvidarás lo que te hicieron; pero nunca olvidarás lo que te hicieron sentir.’
A lo largo de estos años, me habéis hecho sentir querido por la mayoría y respetado por todos, y eso no lo podré olvidar nunca. Gracias de corazón.
Pero el protagonista de este pregón no debo ser yo, sino vosotros y las Fiestas de San Pedro.
Mi compromiso era pregonar las fiestas de 2020, pero no fue posible y sabéis el motivo. Hemos vivido estos dos años, un drama mundial, que ahora empezamos a superar. Una pandemia que nos ha traído dolor, miedo, y que se ha llevado a muchos seres queridos.
Nos ha tocado vivir un tiempo de angustia. Con esa sensación que se produce, cuando no tenemos certezas sobre cómo afrontar una enfermedad, o por desconocer cuándo finalizará.
Durante ese tiempo, desde la consulta junto a María, hemos intentado atender a todo el que nos necesitaba, a pesar de la dificultad y el miedo que al principio sentiamos ante algo desconocido y sus riesgos.
Luego llegaron las vacunas y fue como empezar a ver la luz al final del túnel.
De la pandemia podemos sacar algunas enseñanzas:
La primera: lo vulnerables que podemos ser los seres humanos.
Otra: lo importante que es poder disponer de atención sanitaria cuando lo necesitamos, aunque a veces no le demos la importancia que tiene. Es que con la sanidad nos ocurre como con las tormentas: de Santa Barbara, nos acordamos solo cuando truena.
Y una tercera enseñanza: Habréis oído miles de teorías, sobre cómo surgió el Coronavirus: si fue desde un laboratorio, de un mercado de animales, del deshielo de los polos, etc. Pero en los últimos años, no hemos vivido solo la pandemia. Recordad el volcán de La Palma, las inundaciones, la ola de calor, etc.
Creo que todos esos acontecimientos son un aviso de la naturaleza. Estamos destrozando nuestro planeta, y acabando con sus recursos, y la Tierra se queja y nos pasa factura.
La mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos es enseñarles respeto: a que se respeten a ellos mismos, que respeten a los demás, y que respeten al planeta Tierra, porque no tenemos otro, y si lo destruimos, estamos oscureciendo nuestro futuro. Ahí tenemos la última locura de los hombres civilizados, la guerra en Ucrania, que además de muerte, traerá hambre y más daño al planeta.
Y ahora os preguntareis porque comento esto en un pregón de fiestas.
Pues porque haber sobrevivido a la pandemia y a todas esas desgracias de nuestro tiempo, debe hacer que estas fiestas de 2022 sean muy especiales para todos.
Deben ser fiestas para el reencuentro,
Son una nueva oportunidad que nos brinda la vida de disfrutar, de compartir con familiares y amigos.
Y son un buen momento para recordar con afecto a los que ya no están con nosotros.
En la vida nada es eterno. Horacio el poeta romano dijo aquello de CARPE DIEM, APROVECHAR EL MOMENTO sin esperar a mañana.
Y no me diréis, que aprovechar el momento, no resulta mucho más fácil, con San Pedro en Fiestas.
¿Alguien de los presentes duda que tenemos las mejores fiestas patronales de todos estos contornos? Yo no.
Pero nuestras fiestas no siempre fueron como los más jóvenes las conocen.
Tener unas fiestas patronales como estas, es fruto del trabajo de muchos, durante muchos años, intentando hacer cada edición mejor que la anterior.
Todos tenemos recuerdos de las fiestas de nuestra infancia o de nuestra juventud. Las fiestas que yo había vivido en Andalucía eran más bulliciosas y ruidosas, muy diferentes a las que me encontré cuando llegué a la Mancha,
Mis primeras fiestas de San Pedro fueron las de 1980: la procesión del Santo, la verbena en el patio del Ayuntamiento, un puesto de churros en la puerta, algún puesto de turrones y creo que ya estaba el Tiro Manolo y poco más.
Me acuerdo de los concursos de baile, en los que, fuese cual fuese el resultado final, siempre era motivo de discusión.
Fue en 1991, recién elegido alcalde, cuando me tocó organizar nuestras fiestas patronales por primera vez.
No fue fácil, y si ese año fueron posibles, fue gracias a que muchos de vosotros, o de vuestros familiares, nos ayudasteis a la nueva corporación, de manera desinteresada a organizarlas.
Esa ayuda nos permitió, que prácticamente en dos semanas, se limpiaran las calles, se colocara el alumbrado, se construyera un escenario en el patio del Ayuntamiento, se montara un escenario que nos prestó el Ayuntamiento de Balazote para un concierto de rock.
Algunos se sorprendieron. Podríamos habernos limitado a seguir con el mismo modelo de fiestas de siempre, que era lo más fácil y menos polémico.
Pero aún a riesgo de que ese cambio no se entendiera, intentamos que nuestras fiestas contasen con muchas más actividades.
La respuesta que obtuvimos fue una asistencia masiva aquel año, una cantidad de visitantes hasta entonces desconocida en unas fiestas de San Pedro.
Dos apuntes o curiosidades.
Uno: ese año fue el debut del dúo JJ 22 que luego nos acompañaría durante muchos años en las fiestas.
Otro: Hoy el desfile de CARROZAS es casi un símbolo de nuestras fiestas. Pero pocos jóvenes saben cómo surgió el primer desfile. Cierto que en alguna fiesta anterior hubo una carroza, pero no un desfile como tal. El primero se celebró en 1991, y fue idea de Ubaldo.
Eso sí, un desfile con una sola carroza, en un remolque con un tarimón y alpacas de paja cubiertas por unas alfombras que nos dejó Aurorita, y donde paseamos a las reinas y damas de aquel año por todo el pueblo.
Las de 1992 ya fueron en este recinto del que hoy disfrutamos. El 15 de febrero empezamos las obras, incluida la piscina. Mientras una empresa construía la piscina, muchos voluntarios nos ayudaron a construir este recinto de la verbena, Venía un camión de hormigón, lo extendíamos, y mientras llegaba el siguiente, José el padre de Chelo y Llanos, Antonio el Pocero y otros, asaban forro y oreja que acompañábamos de vino. El 24 de junio inauguramos la piscina, y el 28 ya celebramos aquí la verbena municipal.
Algunos recordareis, que ese año la noche del sábado, el día grande de las fiestas, se nos averió la luz.
No pudimos celebrar la verbena pese a los esfuerzos de Julio y Pepe Bernabé porque se arreglase. El nuevo escenario necesitaba más potencia eléctrica de la que la línea que teníamos permitía.
A pesar de los errores de novatos que cometimos, y de los fallos técnicos, en esas fiestas nos dimos cuenta de que podíamos hacer de las Fiestas de San Pedro las mejores fiestas de todos los alrededores.
Teníamos ideas; unas fechas en las que suele acompañar el buen tiempo; unas instalaciones aún mejorables, empezamos a pavimentar el paseo que nos permitía más visitantes; unos establecimientos dispuestos a colaborar con el ayuntamiento para que las fiestas de San Pedro crecieran.
Y teníamos lo más importante para conseguirlo: a todo un pueblo que se sentía orgulloso de que a sus fiestas viniese gente de todos los pueblos, que presumía de ellas ante sus familiares y amigos, y les invitaban a que asistieran.
Otro apunte: Además, empezaron a surgir las primeras peñas. Hoy son muchas, pero la primera que surgió fue la peña La Carcoma, seguro que algunos de sus miembros están por ahí y lo recuerdan.
He dicho que en estas fechas acompaña el buen tiempo, pero no siempre fue así.
Un año parecía que se nos iba a caer el cielo encima de lo que llovió.
Otro hizo un frio que no había manera de aguantar aquí en la verbena.
Y también hemos vivido algunos sobre saltos en Fiestas.
Un año estaba todo tan seco que se nos pegó fuego en la Peñica. Otro se nos rompió la tubería de abastecimiento que llegaba al depósito y tuvimos problemas con el agua.
Pero sin duda alguna, las fiestas más duras, al menos para mí, fueron las del año 1999, cuando la noche del viernes al sábado, un 2 de julio, nos dejó Julio Munera sin poder hacer nada por su vida.
Y casi sin darnos cuenta, han pasado los años. Y corporación tras corporación, nuestras fiestas han ido creciendo hasta convertirse en lo que son hoy: un referente en toda la provincia, y a las que acuden visitantes de todos los rincones de Albacete.
Se han consolidado como esas fechas que nuestros amigos y familiares no se pierden ningún año, y a las que vienen a disfrutar de la familia y de nuestro pueblo.
Creo de justicia, recordar y agradecer su labor a quienes han contribuido a que nuestras fiestas fuesen mejorando año tras año.
Imposible citar a todos, pero no me gustaría que nadie se sintiese excluido sino representados por los que citaré.
Gracias a todas las corporaciones municipales democráticas de San Pedro.
En representación de todas ellas nombraré a los miembros de la corporación de 1991 formada por:
Pepe Bernabé Morote, Ignacio Martínez Martínez, Julio Munera Martínez, Juan Celaya Moreno, Ubaldo López Lorenzo, Francisco López Arboleda, José María Martínez López y Francisco Gálvez Morote.
Gracias a los sucesivos concejales de festejos, que cada año pusieron todo su empeño en que los vecinos disfrutaremos de estos días.
Gracias a los propietarios y trabajadores de los bares y establecimientos de nuestro pueblo, que son una pieza fundamental para que, tanto los sampedreños y sampedreñas, y quienes estos días nos visitan, se sientan bien atendidos.
Gracias a todos los feriantes, que año tras año, vienen e instalan sus atracciones, contribuyendo con ello a que estas fiestas crezcan y se consoliden.
Gracias a las asociaciones y peñas que ponen la salsa y la alegría a estas fiestas, porque sin ellas no serían como son.
Gracias a las Reinas de las Fiestas, damas, manchegas y sus acompañantes, que cada año nos han representado como este año lo hacen Sofia, y todo su sequito, que lo harán hasta las fiestas de 2023.
Pero la infraestructura que necesitan unas fiestas no se monta sola, y cada año supone un esfuerzo que pocos ven. Gracias a todo el personal del Ayuntamiento, encabezado por su secretaria Interventora Carmen Culebras, y gracias a los muchos voluntarios que colaboran con el Ayuntamiento para que todas las actividades puedan celebrarse.
Y TERMÍNO. Convirtamos estas fiestas de 2022 en un canto a la vida, a la esperanza, y a la solidaridad entre todos y de todos los sampedreños.
Hagamos que los momentos insignificantes, estos días se conviertan en momentos extraordinarios.
Disfrutemos de estas fiestas que ahora comienzan porque son un regalo que la vida nos da.
Y no olvidaros que la vida, por muy dura que algunos días nos resulte, siempre merece la pena vivirla.
Y ahora gritad conmigo ¡Viva San Pedro!

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