domingo, 6 de agosto de 2023

Lo que queda por oir

Lo que nos queda que oír y ver, desde hoy al día 23 del próximo mes, es cada vez más disparates, mentiras y manipulación. Todo es más ir en contra del otro, en lugar de un compromiso por un modelo de país en del que todos nos sintamos parte y a gusto.
Pero desde luego quienes más están poniendo en riesgo que esta sea una campaña constructiva y de propuestas y, lo que es peor, que con sus propuestas están poniendo en riesgo muchas ayudas de la UE si alcanzan el poder, son PP y Vox.
Mientras el recién llegado Feijoo nos prometía, un Ejecutivo estable y sereno, el Feijoo de hoy es otro, y su realidad es que está dando una imagen bien distinta, con una dependencia total hacia Vox que clama al cielo. Por mucho que se empeñen en restar importancia al discurso del odio de la ultraderecha, la mayoría de los dirigentes del PP ya se dedican a descalificar incluso a aquellos que dentro de su propio partido, no quieren un hermanamiento con los de Abascal a cualquier precio. Son los residuos del PP de la transición, aquel con unos atavismos franquistas que no pudieron entonces ni pueden ahora, arrancarse de su ideología.
Pocas cosas están tan claras como que PP y Vox constituyen un todo electoral, porque ambos partidos saben que en ningún caso el PP de Feijóo podrá gobernar si no es con el apoyo de los de Abascal. Ayuso es solo una especie de pantalla para diferenciarse públicamente de Vox, pero por mucho que Feijóo intente esconderse detrás de esa pantalla, el futuro del PP está en manos de Vox. Su proyecto no es mejorar la vida de los españoles, sino alcanzar cuantos más puestos de poder mejor. No les importa hacer de nuestro país una sociedad excluyente, y empezamos a verlo en Comunidades Autónomas y en muchas ciudades y pueblos donde su alianza gobierna.
Por mucho empeño que ponga Feijoo en dar una imagen de equidistancia, al jugar una carta más ultra en Valencia y otra amable en Extremadura, con la elección de la presidenta de las Cortes Aragonesas, el retrato ya no tiene duda. Ultracatolicismo integresta y anti todo lo que suponga un mínimo de libertad. Otra cosa es que los medios traten de blanquear cualquier chirrido antes del 23 J, para impedir que hasta el más indocumentado se de cuenta,
No hay más ciego que el que no quiere ver, ni información más manipulada que la que no muestra la verdad sino una versión tendenciosa. Pero es lo que tenemos.

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