Fiscalidad

No se les cae la cara de vergüenza porque no la tienen.

La noticia es “La banca gana 24.000 millones colocando en el BCE los préstamos que obtuvo gratis en la última década”. Resulta que los bancos europeos han descubierto que la mejor inversión del momento es depositar el dinero prestado en su día por el BCE a tipos negativos en el mismo BCE que ahora sube los tipos. Los bancos centrales nacionales de la zona del euro proporcionaron a los bancos 2,3 billones de euros en forma de préstamos a tres años: algunas entidades pudieron pedir préstamos a tipos tan bajos como el -1%. Eso en toda Europa, y aquí además los 84.000 millones del rescate.

Si consideran que un impuesto a la banca es un abuso ¿Como llamamos a esto?

Andalucía ha abierto el melón de la fiscalidad en España. Es un asunto que siempre ha estado ahí, pero que solo cuando alguien mueve ficha en ese tablero, vuelve a las portadas.

La fiscalidad en nuestro país es injusta y me atrevería a decir que poco constitucional, porque la Carta Magna dice que la tributación debería ser progresiva para garantizar que se lucha por la igualdad entre todos los españoles. No es justo que comprarse un Rolex este gravado con un 21 % igual que reparar la lavadora.

Ese carácter progresivo constitucional, no se refleja en nuestra fiscalidad actual como debiera, pero eso está ocurriendo no solo aquí sino en todo el mundo en paralelo al avance de la desigualdad. Se quieren suprimir impuestos como el de patrimonio, con la excusa de que sin impuestos se atrae inversión, aunque numerosos informes, tanto de la OCDE como del FMI sobre este aspecto, lo desmienten.

Nuestra Constitución mandata que debe implantarse un modelo tributario justo. Lo explicita en el articulo 31.1 donde especifica que el sistema tributario debe estar basado en la progresividad, y cada. Vez estamos más lejos de ese principio. Además, es injusto el actual modelo, donde pagamos más las rentas del trabajo que las rentas del capital. Para los que tanto defienden la supresión del impuesto de patrimonio, bueno es que sepan que entre el impuesto de patrimonio y el de sucesiones y donaciones que son los que gravan la riqueza y su transferencia a los descendientes, solo recaudan alrededor del 1% y el 1,5% respectivamente y son reflejo de esa obligación constitucional de redistribución. El resto lo pagamos las rentas del trabajo con el IRPF y cuando consumimos con el IVA. La progresividad del sistema, y que tributen más los que más tienen, es lo que hace más justo y equitativo cualquier sistema tributario.

No es justo que todo el mundo pague los mismos impuestos, como si no existiesen ricos y pobres. Y los impuestos para los que más tienen se abren paso en todo el mundo. El FMI ha realizado una propuesta para crear un tributo temporal a las rentas más altas. En EEUU se ha propuesto elevar el Impuesto de Sociedades. En la OCDE se está estudiando y dando forma a la 'Tasa Google'. Solo la CE se resiste a reclamar progresividad tributaria.

Pese a ser parte de esa Europa que avanza en la progresividad fiscal, en nuestro país está costando que la opinión pública asuma esta realidad, y una generalizada toma de conciencia fiscal se está viendo dificultada por unos medios de comunicación al servicio de un modelo conservador, y que reflejan la voz de sus amos en las editoriales. Pero ese cambio de paradigma se impone poco a poco en todos los organismos internacionales y en los países que los componen, especialmente las grandes potencias occidentales. El FMI no es sospechoso de ser social comunista.

Ahora toca superar esa idea tan extendida en nuestro país, de que poseer casa y tener un vehículo, automáticamente ya nos convierte en ricos, en personas con rentas altas, en víctimas de los impuestos, sin apreciar que un tratamiento de cáncer en una familia tiene un coste superior a todos los impuestos que esa familia pague en 50 años. Tal vez ese no tener en cuenta lo que recibimos de un sistema público, es lo que hace que quien tiene coche y casa se siente obligado a votar las propuestas conservadoras.

No hay más ciego que el que no quiere ver.