domingo, 6 de agosto de 2023

Bye Bye Joaquín

Bye bye Joaquin.
"Con algunos amigos, no hacen falta enemigos" o lo de "dios los cría y ellos se juntan". Cuanta sabiduría escrita muchos años antes de nacer las rosas diez, los leguinas y otras hierbas.
Las dos citas vienen a colación de la actualidad. Leguina, personaje miembro de un partido, del que se ha convertido en uno de sus mayores enemigos. Defensor a ultranza de la presidenta madrileña, con quien comparte formas, y lo que parece más grave para un autoproclamado socialista, fondos. Y no solo en la pasada campaña electoral, sino insistentemente como tertuliano en varios programas, incluso más cercanos a la ultraderecha que al PP de Ayuso. Es la estrategia de actuar como el cerdo que aplaude al conductor del camión que los lleva al matadero, a ver si en lugar de sacrificarle a el, le nombra su copiloto. Indigno con el resto de cerditos, y propio de un gran cerdo.
Si uno no comparte la actuación del partido político en que milita, se va. Lo raro es que se dé lugar a que te cesen de militancia en lugar de marcharte por decisión propia. Hace años que las manifestaciones de Leguina no eran acordes con la ideología de ese partido, y si no compartía lo que la mayoría del colectivo, no se entiende su obstinarse en mantener la militancia. Mejor te vas. Claro que, si lo que se quiere es hacer ruido mediático, entonces se actúa como lo está haciendo Leguina.
Simplemente por dignidad, sales y cierras la puerta. Permanecer dando lecciones y apelando a la libertad de expresión, es demostrar que te importa más tu ego, que los militantes del partido al que por tu voluntad perteneces. Y aún quedan otros leguinas en ese partido, cuyo objetivo no parece ser extender entre los ciudadanos los ideales del socialismo, sino más bien promover, dentro y fuera, el odio al partido socio de la coalición gobernante, como estrategia, no de desgaste de UP, sino de desgaste del propio PSOE por su animadversión con el secretario general.
No le es fácil pasar pagina a un partido entero, pero si lo es para un militante que solo debe solicita sur baja. El caso más llamativo de quedarse no para construir sino para destruir, fue el de Rosa Diez. Siendo parlamentaria europea votaba contra las iniciativas de su partido de forma reiterada. Nunca renunció a sus retribuciones y privilegios como europarlamentaria, y nunca la expulsaron. La señora espero a cobrar todas las retribuciones durante el mandato y cuando ya no fue en las siguientes listas, se dedicó a dar a los socialistas lecciones de moral. Leguina no estaba ahora en un cargo público como Diez, pero tampoco es comprensible que se mantuviese en un partido cuyas ideas no comparte, y menos que le mantuvieran aún en la formación. Expediente, audiencia al interesado, y resolución del expediente.
Bajo un disfraz de lealtad a la patria, muchos ocultan un cambio ideológico, que parece resultarles tan fácil como a quien se cambia de zapatos, sin el más mínimo rubor. Puede que a ese cambio de posiciones sea más propicio el político que, además de privilegios, gana un salario en el cargo que multiplica por tres el del tajo. Y si no me dais cargo, cambio de partido antes de perder los privilegios y tener que volver al tajo. En otros casos, solo el ego les basta para seguir en el macho.
Además, y este es el caso de Leguina, si se produce la expulsión, siempre podrán colgarse la medalla de víctimas. La expulsión no limita la libertad de expresión, muy al contrario, la acentúa, pero ya no podrán expresarse en nombre de un partido, sino solo en el suyo. No entenderlo así, es pensar que los partidos son sectas, cuando no lo son, porque precisamente están creados para facilitar la participación política, otra cosa es como se entienden los partidos conservadores. Al menos ,mientras no existan las listas abiertas, y eso no parece estar a la vuelta de la esquina precisamente, y menos con una Constitución irreformable en un entorno como el actual.

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