No es una película de José Luis Cuerda, pero podría. Tener una iglesia que reza para que se muera el Papa, unos ricos que dicen que no pueden pagar impuestos, un poder judicial dispuesto a coger el volante para conducir la democracia adonde le parece que Dios le manda (un Dios que no sabe quién es M Rajoy), o un Puigdemont pistolero y terrorista, son suficientes elementos y personajes propios del surrealismo, para que don José Luis hubiese filmado un “Anochece que ya es demasiado”.
Hoy reina la mala baba, el odio, el resentimiento, la estupidez. Todo ingredientes que provocan que el aire que se respire en la política huela a podrido, porque alguien lo emponzoña, y nos traslada a aquellos años en lo que lo único que perseguían era eliminar a Felipe González (ese que hoy parece haberse olvidado). La causa de que lleven años actuando así, es que no aguantan haber perdido el poder ejecutivo, tener en el Congreso una coalición de partidos que no les deja controlar al legislativo, y han visto como única salida utilizar en su provecho el judicial. Un Poder judicial al que los ciudadanos no nombran ni eligen para esa función de oposición.
En este escenario el PP se ha echado al monte. Primero han movilizado a su fiel infantería, esa que vemos respondiendo a las órdenes de manifestarse (son los mismos que llamaban malos españoles a los que nos manifestábamos exigiendo la democracia). Luego a sus lideres que están inmersos en un juego de pirómanos, de tramas conspiranoicas, en una cacería vergonzosa, y en cualquier cosa antes que dejar que se apruebe la amnistía. Han pasado del ¡Váyase, señor González! al ¡Fuera este gobierno ilegitimo! lo que viene a significar lo mismo.
Actúan como un auténtico sindicato del crimen, contentos de ser el nuevo escuadrón de la muerte, y alimentados por la mentira, la insidia y la desvergüenza. Solo eso puede justificar, que personas que deberían vestirse por los pies, le sonrían las gracias a una muñeca diabólica criada a los pechos de MAR, ese asesor que le coloca sus petardos bajo los pies a la marioneta, para que dé saltos cuando él lo decide. Pero si eso ya es bochornoso, lo realmente nauseabundo es que sus frutas y demás falacias les hagan gracia a las togas, esas que dicen querer saber todo sobre las mascarillas en pandemia, pero nada sobre las residencias en pandemia.
Feijoo, Gamarra, Tellado y Ayuso se permiten verter todo su veneno por sus bocas mientras sonríen satisfechos. Se comportan como auténticos antisistema, aunque saben que la corrupción que hoy ellos critican, no es ni una sombra de la que hubo en sus gobiernos. Por mucha hipérbole que nos hagan con este asunto, lo del caso Koldo no tiene parangón alguno con la corrupción de achacar el 11M a ETA o mentir sobre el Yacolev.
Poco podemos hacer ante eso los ciudadanos, porque no es fácil saber cómo actuar frente a ese coctel tripartito de un PP anti sistema-el seudo periodismo-y las togas ideologizadas. Desde luego lo que no creo que sirva para nada como país es el “y tú más” desde el gobierno, porque sólo contribuye a envilecer más aún la situación.
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