De las redes sociales de los votantes de Vox se puede esperar el odio que allí muestran hacia Sánchez. A eso los animan sus dirigentes cada vez que abren la boca.
Pero las de muchos votantes del PP no le van a la saga. Sobre todo, las de aduladores de Ayuso, que no pueden llegar a ver como su adorada diosa se ha pasado de frenada ayer en el Congreso. Hasta el emérito dijo aquello de “lo siento, no volverá a ocurrir”, pero ella sigue empeñada en ni corregirla ni enmendarla. Pues siga por ese camino la presidenta y quienes la oyen y aplauden sin escuchar lo que dice, que seguro que en la casa de enfrente están contentos con esa actitud.
Y luego está eso de afirmar que Sánchez lo hace todo por el sillón, pues claro, como si los Feijoo o Abascal no lo hicieran por el mismo sillón, sino que ellos solo actúan por altruismo para mayor gloria de la patria. Parece que no se han dado cuenta de que lo que ha aglutinado a todos los partidos, siete, a favor de la investidura de Sánchez es porque, después de su alianza PP con Vox, nadie se quiere ni acercar al PP.
Y siguen en una huida hacia adelante, de la que alguien en ese partido debería empezar a darse cuenta, porque les conduce a la más absoluta de las soledades. Han transigido con las políticas de Vox para conseguir autonomías y ayuntamientos, y lo han conseguido, pero es precisamente eso lo que les ha quitado de los labios el gobierno del Estado. Han nadado para morir ahogados en la orilla.
Pero no hay ni el más mínimo atisbo de autocrítica en el PP, ni de aceptación de que han podido equivocarse, ni de que ellos serán muy geniales, pero los demás también utilizan sus fortalezas, para poner a la luz las debilidades del contrario.
Hoy seguirán con sus acosos a las sedes socialistas, seguro que no son ninguno del PP que, como dicen, todos son los ultras incitados por las soflamas de Vox. Pero el PP seguirá guardando silencio, y no se desmarcará de sus socios.
No va a ser fácil la legislatura, porque seguro que también los independentistas le pondrán palos en la rueda al gobierno, ya se lo advirtieron ayer, pero eso no justifica que una vez que hay presidente, desde el PP no intenten desdramatizar la situación, y empezar a dar sensación de partido en la oposición que aspira un día llegar al gobierno.
Podrá no ser santo de la devoción de muchos, pero incluso sus detractores deberían asumir, que Sánchez es un gato panza arriba, al que cuanto más se le acorrala, mejor se defiende. Pueden preguntar en Ferraz al respecto. No se dan cuenta de que todos los ataques desmedidos al personaje de Sánchez, solo les han servido para entronarlo como el único antagonista de la derecha.
Si de algo se puede acusar a Sánchez es de pragmatismo, pero no se es buen político sino se es pragmático. Jugó unas cartas con UP que han dejado a la izquierda del Psoe dividida, independientemente del proceso de autodestrucción en el que UP parece haberse instalado.
Se quejan por norte, sur, este y oeste de su acuerdo con Junts, pero nadie parece pensar en que puede que, por ese acuerdo, veamos la división del partido independentista, porque seguro que entre los de Puigdemont no todos están contentos, y si eso ocurre veremos a Illa presidiendo Catalunya.
El riesgo real donde lo ha corrido Sánchez es en su propio partido, pero después de matarle una vez y verlo resucitado, pocos se han atrevido, y ahora investido menos se atreverán, a hacer el papel de Bruto, y a muchos de sus rivales internos les será más fácil buscar por donde está la salida.
Pero volviendo al PP, no reconocerle esa capacidad y cintura política, incluso viéndole ya recién investido, es no admitir que ellos se equivocaron, no solo al unirse a Vox, sino también al no analizar con quien se estaban jugando la partida. No hay error mayor en democracia, que dar por ganadas unas elecciones sin haber terminado el recuento, porque las urnas las carga el diablo.
Sánchez ha demostrado capacidad de resistencia y debe valorársele. Personalmente creo que el gran problema a la vuelta de, no mucho, será la vuelta al bipartidismo, y esa bicicleta ya tiene una rueda. La del PP puede que sea Moreno Bonilla, porque lo de Ayuso creo que se desinflará por mucho que MAR esté detrás. Cuando la vaina está hueca, un día todo el mundo empieza a saber que no tiene grano.
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