VIENDO EL DEBATE DE NUEVO
Esta mañana colgaba en este muro mis impresiones tras el debate, elaboradas con las notas que tome en directo. Esta tarde he vuelto a verlo completo, y me surgen algunas ideas nuevas al respecto.
Viendo hoy en los medios los datos reales y contrastados, que acreditan que Feijoo mintió en muchas ocasiones anoche, hay que decir que mentía, pero eso no puede servir de excusa para no ver que Sánchez, aun teniendo argumentos de sobra para demostrarle que mentía, se equivocó con sus interrupciones, en lugar de esperar a que acabase para refutarle cada afirmación falsa de las que realizó. Perdió la ocasión de hacerlo, de demostrar a los espectadores que solo quien necesita ocultar sus verdaderas intenciones, se siente obligado a mentir.
Pero no todo lo que dijo Feijoo era falso. Dijo lo que su electorado quería oír. No se ruborizó al verbalizar su defensa de los intereses del poder económico al que sirve, ni al afirmar propuestas en contra de los derechos laborales y sociales, ni negó que ,sí para gobernar lo necesita, asumirá imposiciones de Abascal como ya ha hecho.
Se iba a hablar de violencia machista, pero Feijoo puso en la mesa su pacto trampa “el que gane gobierna con la abstención del otro”. Parecen no recordar cuantas elecciones no gano el PP pero acabó gobernando con Ciudadanos o con Vox, en las elecciones de 2019, y tras las pasadas municipales y autonómicas de mayo.
Han estado ausente en el debate: el cambio climático; solo hubo una pincelada en sanidad, cuando Feijoo le dice a Sánchez que no puede presumir de haber mejorado la sanidad porque no es su competencia, para luego afirmar que él se compromete a dotarla si llega al gobierno, quizás porque entonces ya si será competencia estatal, o no se entiende; la educación no existe como problema, quizás porque un sector que puede ser de los más afectados si el PP-Vox y su negacionismo y censura llegan al gobierno, será de los más afectados. Por ahora los enseñantes callan.
Pero sobre todo es muy significativo para mí, que no se sonroje al recordar solo a sus muertos, como si los demás partidos no tuviesen víctimas. Es vergonzoso que para quien quiere gobernar a todos, no sean víctimas del terrorismo, ni los que hoy aún siguen en las cunetas, ni los socialistas o nacionalistas vascos asesinados por ETA, ni las víctimas del 11 M, ni las víctimas del terrorismo machista, ese que no condenan si Vox no les autoriza. No sienten ningún reparo en el uso electoral de las víctimas, porque saben que, sin ese argumento, su argumentario electoral se les queda casi vacío.
Y no faltó el “que te vote Txapote”, y pese a que esta mañana Consuelo Ordoñez se mostraba muy molesta con Feijoo y le exigía respeto a las víctimas, un diputado de Ayuso, Daniel Portero, se ha apresurado a recoger con urgencia en el entorno del Partido Popular, entre cargos de sus administraciones, una lista con varios familiares de un mismo asesinado, para contrarrestar la opinión de Ordoñez y justificar su frase sobre Txapote.
Pero el debate también tuvo unos moderadores. No se puede ser moderador si se permite que alguien utilice la mentira, y en lugar de denunciarla se guarda silencio. Este país , que es capaz de colgar a un árbitro de futbol por no pitar un penalti, es el mismo que hoy calla sobre el papel de unos moderadores que no llamaron la atención a quien no respondía a sus preguntas, mentía y cambiaba el tema del bloque sin ningún rigor.
Al final cada cual ve las cosas como quiere o como le ordenan que las vea, pero faltar a la verdad sigue siendo mentir, aquí, allí y en A3
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