A veces uno piensa que hay gente para la que los milagros existen. Porque solo así se entiende como les ha cambiado la vida. Hace nada, recordareis que el PP se veía obligado a poner en venta su sede de Génova 13. Ahora nos enteramos de que solo unos meses después, puede pagarle hasta tres sueldos a su líder. Luego, salen algunas noticias en los medios, y uno llega a la conclusión de que no hacen falta milagros, sino tener amigos a los que ayudar, para que ellos luego te ayuden a ti.
Otra cosa que suelo preguntarme es, si no hay algún juez por ahí dispuesto a hacer la justicia o al menos a investigar que no se vulnera la ley. Digo esto segundo porque con toda la basura que está saliendo, mucha parte de denuncias ya formalizadas, que afectan a la Comunidad de Madrid, que ningún juzgado busque las consecuencias de una gestión desastrosa de los recursos públicos. No sé si pensar mal, porque supongo que, si se pagan unos gastos, es que deben de existir ingresos.
Yo te adjudico una obra o una gestión pública a dedo por la cuantía que acordemos, además te reduzco tus impuestos, luego tú me ayudas a afrontar mis gastos, y así tú ganas, yo gano, y todos contentos. Es el llamado sistema digital, donde es el dedo del de arriba el que dice quien hace la obra o realiza el contrato. Eso es, al menos, lo que sugiere este sistema que ayer comentaba en este muro sobre la gestión sanitaria en la Comunidad madrileña (son datos publicados por Infolibre) donde se han realizado pagos a dedo por un montante de 113.960.330 euros entre los meses de enero a julio, más del 70% del total pagado en ese periodo. Son abonos por servicios sin contrato. Todos son por orden de ese consejero madrileño tan ilustre que nos decía como tenía el ministerio que gestionar la pandemia, el señor Ruiz Escudero. Los pagos se hicieron por servicios que estaban previstos en el presupuesto desde su aprobación, y no son gastos surgidos por situaciones imprevistas. Eso solo en sanidad, que entre todas las consejerías ascienden a 161 millones y medio de euros Ya no hay pandemia, porque durante la pandemia, donde esos pagos podían estar justificados, entonces el gobierno madrileño pago por esta fórmula 800 millones de euros, pero hoy sigue actuando como si la hubiera. Siguen sin hacerse adjudicaciones de gasto, no imprevistos sino gastos que se sabe que hay que afrontar, no se hacen prorrogas de contratos anteriores, sino que el método son pagos por contratos inexistentes. Han hecho de una forma de gestión extraordinaria el pan nuestro de cada día. Lo curioso es que quien denunció que esto no podía hacerse fue Almeida, claro que el denunciaba unos pagos realizados en tiempos de Carmena. Ahora, con la mujer de rojo es mejor no meterse, y donde dijo digo, ahora dice diego.
Muchos dirán, pues que se denuncie. Esto se denunció al Tribunal de Cuentas que sigue aun callado hoy, y afecta a un total de 1.700 millones de euros de esa forma de pagos desde enero 2020 a julio de 2022. No se sabe en que quedará el asunto, pero perpetuar este sistema solo puede indicar dos cosas: una incompetencia voluntaria para no gestionar las cosas bien, o segunda posibilidad, una falta de trasparencia consentida y cómplice en esa gestión. En ambos casos, se invita a pensar, que el dinero de los madrileños no se controla como debería, y por esa deficiencia puede acabar en cualquier bolsillo si un consejero decide que así suceda.
No es posible que una administración pública funcione sin concursos, ni ofertas, ni nada que se le parezca. Si se hacen comparaciones de cifras, las malversaciones en el process de Catalunya, son casi calderilla al lado de esto. Si esto no es actuar como si el cortijo fuera suyo, no sé entonces que lo será. Tener mayoría absoluta nunca puede significar que una administración se convierta en una agencia de reparto de regalos para los amigos. Nadie se debe extrañar, si la oposición a Ayuso piensa que esa forma de gasto permite generar las llamadas cajas B, tan socorridas para sacar de apuros a los partidos, como, por ejemplo, cuando debes tu sede.
Lo malo no es solo que el dinero público lo gestione un inútil o un corrupto, que también, sino que acabemos pagándolo los de a pie, y ellos se vayan de rositas. Algunos a esto le llaman falta de control, pero es la evidencia de que existe una connivencia con la Corrupción, con mayúsculas
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