El otro día, el mismo que Feijóo arremetió a gritos contra Sánchez en el Senado, recibí en mi casa la propaganda electoral del PP. Por una cara, una foto grande del líder del PP acompañando su mensaje, una prueba más de que para el PP lo de locales y autonómicas es sólo una parte de la ecuación electoral. Lo abrí por la noche, al llegar a casa, con el mal cuerpo de estar viviendo demasiado de cerca una campaña llena de fango y al margen de los problemas que tienen mis vecinos o yo mismo. Cuando vi el lema escogido por el PP, no pude evitar una sonrisa entre la tristeza y la resignación: “Entre todos”, decía en letras grandes. ¿Entre todos?...
Nos toman por idiotas.
SIN CATAPLASMAS PARA EL DOLOR
Ayer, batacazo de la izquierda, y no valen paños calientes. El PP alcanza más poder, en algunas plazas el que no tenía. Más poder que votos, pero también más votos. Ciudadanos ya es pasado y sus votantes han ido a PP y Vox. Parte de un voto que hace nada fue voto socialista, ahora ha ido al PP. Mucho voto de UP no ha ido a las urnas. En conclusión el PP avanza, y donde no lo ha hecho tanto como quería, contará con Vox, con quien aliarse hoy ya no es cuestionado en Génova, pese a los dolores de cabeza de Mañueco.
Es como si todos los votos de la derecha volvieran al redil común del que salieron por intereses personales o personalizados de sus dirigentes. La izquierda no está perdida, pero va perdiendo, y o reacciona o perderá por goleada. Lo que no se discute es que el descanso del partido, el resultado es inapelable. Pero para el resultado final hay aún partido.
Lo hay si la izquierda no sigue funcionando como un gallinero donde todos cacarean a la vez. Una izquierda dividida es la mejor manera de infringirse un auto castigo, porque con el trato que se dan entre teóricos amigos, no se necesitan enemigos. Las diferencias internas en el gobierno de coalición aireadas una y otra vez, no han ayudado nada a lograr un mejor resultado, muy al contrario. Solo falta ahora que se abra una lucha sin cuartel entre UP y Sumar para acabar con todo lo que hay a la izquierda del PSOE, y a Feijoo se le rían las carnes de pensarlo. Miren todos el ejemplo de Ciudadanos que venía a comerse el mundo y el mundo se los ha comido a ellos.
Convocadas las Generales para Julio, y no se crean que con ello en la izquierda se nos avecina humo, sino más bien nos espera leña candente. Si ahora en las municipales la derecha ha convertido la campaña en unas generales, y la izquierda no ha sabido evitarlo, y hemos tenido que ver como la derecha mentía sobre ETA (que habrá perjudicado al PSOE, pero que sobre todo a quien ha favorecido ha sido a BILDU), o han conseguido que nos pareciese que Sanchez había montado un complot judeomasonico para comprar dos millones de votos por correo (ya se han encargado sus medios afines de callarse los que tradicionalmente compra la derecha, como ahora tambien). Por eso, nadie debería extrañarse si estas Generales las convierten en municipales y no se habla de empleo o economía y hacen creer que lo importante es lo local.
A las derechas hoy, les da lo mismo la estrategia, todo les vale si consiguen borrar del mapa a Sánchez, a Iglesias o a cualquiera que no sea de su cuerda, y mejor si al hacerlo arrasan con ellos a toda la izquierda. Son fieles creyentes de las bondades del pensamiento único, del partido único. Ya deberíamos saber que solo es legítimo un gobierno si ellos lo ejercen. Si no ganan ellos, se debe a que el sistema está manipulado por el sanchismo, pero como el resultado hoy les favorece, entonces asistimos a un triunfo de la democracia y de nuevo el sistema funciona perfectamente. El cinismo al poder.
Su gran triunfo en estas municipales ha sido conseguir, que nadie haya contrastado lo que han hecho alcaldes o las presidencias autonómicas en su gestión, porque eso al parecer no era lo que se iba a votar o no era importante. Han logrado que nadie se haya parado a valorar si siguen pendientes los muertos en residencias, o si ha existido creación de empleo, o si son buenos los datos de nuestra economía. Lo triste es que tanto los perjudicados por una mala gestión de su autonomía, como los beneficiados por una buena gestión del gobierno central se han dejado arrastrar por esa corriente de evitar el análisis de cómo se ha gestionado su localidad y han permanecido sin mover un dedo, “impasible el ademán”.
Aunque es difícil hoy ser de izquierdas y a la vez optimista, si hay un elemento que puede ayudar a ello, y que aún está por ver su incidencia en las próximas Generales. Es el hecho de que el PP, en una gran cantidad de lugares, para ejercer el poder, se deberá echar en los brazos y dejarse querer por Vox. Lo quiera o nó, a Feijoo se le verá el plumero porque tendrá que decidir hasta donde su teórico centrismo no es derecha extrema. Puede que el moderado, entonces nos demuestre que no lo es tanto, como bien saben los gallegos que lo han sufrido muchos años. Curioso que donde menos alcaldías de grandes ciudades ha perdido la izquierda o ganado la derecha sea en Galicia. Igual es por algo, como que lo conocen bien.
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