Dice Isabel Díaz Ayuso que “no está ni estará en ninguna conspiración”. Lo dice ante los rumores de que Feijoo había llegado donde iba, y ya le estaban buscando recambio. Quienes mueven sus hilos saben que no es su momento y que una cosa es Madrid, y otra es el resto de España. Lo dicen claro, no es aún el momento, pero si se cargó a Casado, no debe parecerle muy duro de roer el hueso Feijoo. Tratan de transmitir por tierra, mar y aire que no existe ningún debate interno sobre si Feijoo debe abandonar el liderazgo del partido. Génova 13 envía fotografías a los medios de que sus despachos son auténticas balsas de aceite.
En el PP dan por hecho que Feijoo se presentará a la investidura, aunque carezca de los apoyos necesarios, pero es que, si no lo hace, estará admitiendo su fracaso, y haciéndolo preparará su camino por si hay repetición de las urnas en diciembre. Si Sánchez forma gobierno, Feijoo será la oposición, esperanzado en que la legislatura sea muy corta. Y sino, el candidato en la nueva convocatoria. Ayuso prefiere que Feijoo intente la investidura, aunque fracase, porque da por hecho que Sánchez no va a salir aún de La Moncloa, salvo que consigan un tamayazo, lo que cada vez parece menos factible, aunque no descartable totalmente.
Pero lo que es seguro, es que están pensando más en un ataque frontal desde todos los ayuntamientos, CCAA que gobiernan, el Congreso y el Senado, con el objetivo generar toda la inestabilidad posible. Todo eso creen que les ayudará a lograr de paso su otro, nuevo gran objetivo, acabar con Vox. Se plantean el dos por el precio de uno, Sanchez y Abascal, convencidos de que solo sacaran el resultado que desean concentrando todo el voto de la derecha, dicho de otra forma, comiéndose a Vox. Abascal pasa ahora de verse como el mejor partido posible como novio, a ser el novio no deseado por los padres.
De la idea de una gran coalición, saben que nada de nada. No solo porque la propuesta no cala por mucho que la repitan (salvo entre esos cuatro que se autodefinen progresistas sin serlo) y que, están pensando más en sus propios intereses personales, que en un nuevo gobierno que se ocupe de los problemas de la gente y de la desigualdad. La democracia solo es justa cuando se ocupa de los que más lo necesitan, y eso resulta imposible con un gobierno con mitad conservadora. Por definición.
Por eso no es erróneo pensar, que el destino Génova 13 está en la agenda de Ayuso. Solo que en la Puerta del Sol han pospuesto la cacería, o eso parece. Que digan o finjan cerrar filas con Feijoo, bueno. Pero tengo la impresión de que Feijoo no es el presidente del club, sino el entrenador. Y ya sabemos que cuando van a echar al entrenador, antes el presidente lo confirma en el puesto, y todos los jugadores nos dicen lo gran profesional que es. Al siguiente partido lo cesan.
Y en el PSOE harían bien con no fiarse de Bruto, que saca la daga cuando menos se le espera. Deben saber que mientras sea Ayuso la que marque el rumbo, y todos están pendientes de ella, todo puede suceder. No olvidarse que su maestra es Aguirre ¿Quién se benefició del tamayazo? Pues eso. Y del precedente del entierro de casado no hace tanto tiempo. En el PP, cuánto más fuerte aplauden a alguno de los suyos, más rápido se les cuela por el desagüe, y solo casualmente, alguien habrá ordenado que parezca un accidente.
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