Los disparates que Ayuso ha venido soltando sobre la crisis de la AP en Madrid, atacando a médicos, enfermeras y sanitarios, indican que, si por ella fuese, todos esos profesionales acabarían en la cárcel por sedición. Estos días, la señora se ha dedicado a ofender a todo el personal sanitario acusándolo de ser unos peleles manipulados y de “comunistas”. Todo con un solo fin: desviar la atención sobre el porqué de esta protesta, que se debe al rechazo de los profesionales al desmantelamiento de la sanidad pública y porque vemos que todo le parece poco para apoyar y conseguir su total privatización y que se hace una apuesta decidida por los seguros privados como se viene haciendo desde el PP en Madrid desde que llegó al gobierno de la Comunidad doña Esperancita, su maestra y mentora.
Sé que la respuesta fácil a lo anterior, es decir que lo que pasa en Madrid es lo que pasa en el resto de España. Pero no es así y quien lo afirma, o no sabe lo que pasa ni en Madrid ni en el resto de España, o miente por intereses poco confesables. No pasa igual en todos lados, porque una cosa es que en las demás comunidades no se tenga la calidad asistencial que les es exigible, pero se intente mejorar, y otra muy diferente que en Madrid, la campeona nacional en renta per capita, sólo se invierta un raquítico 4,7% de su PIB en la sanidad pública. Ni en las demás CCAA, en plena pandemia se cerraron 37 Servicios de Urgencias de AP. Eso sólo se ha hecho Madrid.
Los gobernantes de Madrid mienten como lo han hecho sobre la gestión del covid en las residencias y afirmando que no existían protocolos que prohibían derivar pacientes a hospitales, a pesar de salir esos protocolos a la luz pública. Una cosa es que tengas una mayoría para gobernar, y otra muy distinta es que lo estés haciendo bien.
Por mucha gente que hoy se manifieste en defensa de la sanidad pública en Madrid, siempre será poca para lo que una gestión tan nefasta de un servicio fundamental merecería.
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