sábado, 19 de agosto de 2023

ESPERANDO A LA MUJER DE ROJO


Solo han pasado dos días, pero muchos respiramos mejor con el paso de las horas. Se nos escapan sonrisas cuando recordamos el resultado de la votación del jueves. Se creían los amos del cortijo, pero no tenían las escrituras. Al ver sus reacciones en la derecha, algunos habrán empezado a darse cuenta del riesgo que corremos si el gobierno cae en sus manos. Nos sirven odio como único plato en desayuno, comida y cena.
La derecha política esta solivianta. La mediática mucho más. En este punto, empiezan a carecer de escrúpulos y todo les vale. Eso hace que cualquier situación parezca mejor que caer en sus garras. La derecha se ha quitado la máscara y nos muestra su cara oculta, la no amable ni moderada ni centrista. Parecen divididos, pero solo son dos hermanos que discuten, pero siguen siendo familia. Es la consecuencia del aislamiento en el que se ven. Es el animal acorralado. Si no se es capaz de aislar ideológicamente a esa derecha, mal iremos. Para lograrlo debe aparecer una virtud política, la madurez, y no la encontramos en todos los partidos. Madurez es, sin renunciar a nada, saber lo que puedes exigir en cada momento, todo por el interés de la mayoría, que es el tuyo.
No es lo mismo el PP que Feijoo. Desde que apareció la mujer de rojo en el balcón son cosas distintas. Es curiosos que aparezca su sueldo falso, su patrimonio, o sus amistadas como filtraciones desde dentro. No nos olvidemos a que a una presidenta autonómica le sacaron un video cogiendo cremas, para indicarle la puerta de salida. A Feijoo le ningunean desde que fracaso triunfando, y para muchos se acerca el momento de defenestrarlo, salvo deban repetirse las elecciones. Su equipo se ha agarrado a un hierro ardiendo del que no se sueltan, aunque se están quemando, y ese hiero es que el rey le permita intentar la investidura. Si no lo consiguen están muertos políticamente, y les reprocharan que ni el rey confía en Feijoo, que no tiene nivel, o que un líder no puede enterarse de que Vox no los iba a votar para la mesa del Congreso después de empezar la votación. Antes de que se produjera la votación. Es presentarse para no ser elegido, para que se coma todos sus desvaríos y mentiras de campaña en vivo y en directo. Pero si Sánchez fracasa en su negociación tendrán una segunda oportunidad.
Pero eso no puede hacernos pensar que el futuro inmediato va a ser fácil. Ver la desconfianza de Junts que, aun siendo justificada, no augura una negociación con el interés de los ciudadanos por delante, sino que a eso se anteponen los intereses partidistas. Difícil pensar en una legislatura larga, si se inicia. Todas las negociaciones serán a cara de perro y con el Senado con freno y marcha atrás. Para que sea posible iniciarla, el independentismo tiene que cambiar su chip o estaremos ante una oportunidad perdida. Empezar la negociación marcando la línea roja de la amnistía no invita al optimismo. Tampoco ver y oír a gente metiendo cizaña en la negociación. Nadie duda que la negociación será dura, pero nada en política es fácil si merece la pena.
Todos quieren garantías, pero también todos deben darlas, porque muchas veces se prometió y se incumplió lo prometido. Entre gente honesta, lo prometido se cumple, entre indecentes no. Dialogar es escuchar. Pero los ciudadanos empezamos a estar hartos de desencuentros y reproches que no conducen nada más que a nuestro perjuicio. Pero hay que ser pragmáticos. Las lenguas cooficiales bien, pero en el centro de la negociación mejor poner la inflación, los salarios o la bolsa de la compra, que al ciudadano del preocupan más. Ya sabemos que quien más ceda en Madrid, más perderá en Catalunya cuando lleguen las autonómicas, que, si me engañas una vez eres un mentiroso, pero si lo haces dos veces, el tonto soy yo. Pero la gente, en toda España y no solo en Catalunya, se ha sentido engañada demasiadas veces ya.
Mientras, nos va a tocar escuchar que ya es seguro que se rompe España, que ahora ya es de verdad, aunque son cada vez más los que notan que es esa misma derecha que lo dice, quien más la rompe. No van a aceptar el resultado de cualquier negociación, aunque sea legal. Cualquier gobierno que no sea el suyo, es ilegitimo, igual que acusaban al anterior. Nos lo van a contar machaconamente por todos los medios, los mismos medios que harán el agosto con una lluvia de subvenciones en formas de publicidad de las administraciones que gobiernan para pagarles el servicio de altavoces. Siempre lo han hecho así, porque es la forma que utiliza la derecha para mirarse el ombligo.
Hoy las derechas, la económica y la empresarial, tienen más peligro que nunca, porque saben que sus instrumentos políticos han demostrado ser unos inútiles para alcanzar los objetivos que les marcaron. El fracaso de Gamarra es la prueba del nueve de que se ha producido esa derrota. Si no hay repetición electoral, estaremos pendientes para ver cuando creen que es el mejor momento para llamar a la mujer de rojo. Pero antes de eso veremos, si Feijoo se retira, o si habrán filmado su nuevo telefilm titulado “Casado 2”.
Disfruten del sábado

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