Despúes de volver a escuchar ahora el discurso de Felipe VI, os hago una serie de apreciaciones, que seguro muchos no comparten, pero que son mis apreciaciones, y expongo y asumo mi derecho a equivocarme.
Creo que en muchos hogares, ya no importa lo más mínimo el discurso navideño del monarca. Tal vez sea porque, de manera reiterada y año tras año, se limita a decir las mismas obviedades. En la Zarzuela deberían preguntarse el motivo del porque esa desafección, de esa lejanía. Igual es que eso carece de importancia en palacio o es que se quiere que en sus mensajes ni pinche ni corte.
Curioso que en el discurso de este año, se acuerde de la muerte de inocentes en Ucrania, pero no cite a los muertos en la valla de Melilla, que también es muerte, y la mayoría también inocentes. Al ignorarlos parece que no todos los muertos son igual de importantes para el monarca.
Nos habla de la importancia de cumplir nuestra Constitución, pero no cita a quienes la incumplen, y reparte responsabilidades que es la mejor manera de indultar a los responsables de su incumplimiento.
Parece que quien le escribe su discurso no es consciente de que nuestra Constitución pierde valor y respeto cuanto más se la manosea, y se la manosea mucho, eso sí, para arrimar la ascua a la sardina que interesa a una minoría poderosa y pudiente. Si de eso no nos dice nada, y eso es algo que el monarca sabe pero calla, es que está en un empeño por desconocer la realidad social. Es que tiene obligación de conocerla y no puede creer que es mejor no hablar de ella.
Tengo la sensación de que el rey en su discurso de anoche es como el delantero que pierde la ocasión de marcar el gol del triunfo y que las masas le aclamen. Y eso hace parecer más grave el fallo, cuando se acerca el final del partido y su equipo pasa por el peor momento. Al ser incapaz de marcar se convierte en un delantero inútil y por tanto sustituible durante el partido.
Y un momento que me parece especialmente significativo es cuando dice esta frase literal "todos deberíamos realizar un ejercicio de responsabilidad y reflexionar de manera constructiva sobre las consecuencias de ignorar esos riesgos". El primero que debería no ignorar esos riesgos y reflexionar es el, porque de poco nos sirven sus silencios de anoche. Bueno, le sirven a él para que Feijoo hable de “gran discurso” pero solo para eso.
Dice un refrán que para no decir nada, mejor callado. Pues eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario