Lo habrás escuchado decenas de veces –y las que nos faltan hasta que termine este año electoral–. “La nueva ley de vivienda es un chollo para los okupas”, dicen a todas horas desde el PP y Vox. Es completamente falso, por cinco motivos.
La única novedad lejanamente identificable con este debate es lo que ocurrirá con aquellos inquilinos que no puedan pagar el alquiler y solo en algunos casos muy tasados: para aquellos que estén reconocidos por la administración como personas en situación de vulnerabilidad económica y solo cuando el propietario de esa vivienda sea un gran tenedor. Es decir, alguien con más de cinco inmuebles en alquiler.
La nueva ley establece que, antes de desahuciar a estas personas vulnerables, se abrirá un procedimiento de mediación para dar tiempo a que las administraciones encuentren una alternativa para que no se queden en la calle.
En la práctica, el cambio va a ser casi irrelevante. Pero por otra razón: porque los grandes tenedores nunca suelen alquilar viviendas a personas en situación de vulnerabilidad económica. Los exámenes de solvencia y los avales que exigen este tipo de propietarios dejan fuera de estos pisos a este tipo de familias.
Los grandes tenedores, en consecuencia, no van a tener muchos problemas con esta parte de la ley. Y los pequeños propietarios, que alquilan uno o dos pisos, pues tampoco. Porque no les afecta, salvo que tengan cinco pisos en alquiler o más
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