Colegios Mayores
Ha saltado a todas las portadas el Colegio Mayor Elías Ahúja, adscrito a la U. Complutense de Madrid. Para su desgracia, o no, el foco de la polémica de esta semana. El motivo, los gritos machistas de buena parte de sus alumnos desde las ventanas del centro, un domingo por la noche.
El colegio: solo admite estudiantes varones; gestionado por los Agustinos; es un centro privado y religioso propiedad de la Fundación Elías Ahúja; capacidad para 174 alumnos; bien equipado y con servicio de limpieza dos veces semanales y cambio de sabanas semanal y lavado de ropa; en su web el coste mensual es de 1200 euros, superior a la media en Madrid que es de 900 euros. Ya conocemos el entorno.
Parece que en años anteriores también se han producido canticos similares, pero no con la repercusión de los de este año. Siempre hubo comentarios machistas hacia las chicas del Colegio Santa Mónica. Hay conferencias sobre política como en todos los colegios mayores. Entre sus conferenciantes: José Luís Martínez-Almeida o Rocío Monasterio.
Tras el desafortunado episodio recogido en un video viral, no el director, sino el subdirector del centro quien ha afirmado que los alumnos están "avergonzados" y que las imágenes no reflejan a "la mayoría".
Pero mucho más alucinante es el video de entrevistas para “quitarle importancia” a las chicas del colegio de enfrente, el Santa Mónica, receptoras de los piropos de los cánticos. Varias residentes (supongo que no todas), aseguran que se están "sacando de contexto" los cánticos que realizaron los residentes y que "No nos sentimos ofendidas para nada. Tenemos buena relación con ellos".
Es su libertad de opinión, tan respetable como la mía. Pero la mía es diferente porque creo que esto tiene que ver sobre todo con lo que esas chicas han mamado en sus casas, y que pedirles que opinen diferente a lo que expresan, es como pedirle peras al olmo. La igualdad o la lucha contra el machismo no son precisamente estandartes de la educación concertada, la que reciben estos personajes, que según afirman ellas mismas, son las que liderarán en el futuro nuestra sociedad, pese a que de sus declaraciones se desprenda una carencia de criterio propio, y que se limitan a expresar su mantra al unísono.
Consideran lo ocurrido una broma, y se olvidan de que esas frases son similares a las que se producen en el maltrato entre parejas. Se muestran como defensoras del macho hispano, creyentes en el machismo de cuna. Como mucho les parece una gamberrada, incapaces de argumentar su opinión, pero se sienten de una clase superior. En otra televisión, se veía a otras chicas, eso sí de espaldas, defendiendo al alumno expulsado.
Respeto a quien no lo vea así, pero esto es el blanqueamiento de las manadas. Parece que no les importa poder ser agredidas, si se trata de una tradición. Están enfadadas porque ven injusto haber expulsado al pregonero de las fiestas. No se les pasa por la cabeza, que las cosas se piensan antes y se dicen o hacen después, no al contrario. Si así se hace, las excusas sobran. Los curas y monjas de estos colegios tampoco tienen nada que decir, debe parecerles correcto este comportamiento. Seguro que piensan que esos energúmenos se confiesan y todo perdonado. Eso suele ocurrir cuando cuenta más el dinero que la inteligencia.
Seguro que a alguien que lea este post, todo lo ocurrido le parece un hecho sin importancia, sacado de contexto (ahora está de moda esto que todas las meteduras de pata sean fuera de contexto). Pero seguramente pensarán de otra manera, si es a sus hijas a las que les llaman putas, conejas, ninfómanas, o les ordenan que se abran de piernas. Quienes hemos estado en colegios mayores similares, sabemos que el video se puede quedar corto. No solo existe machismo, sino abusos al recién llegado.
Es aterrador que las chicas asuman las letras de algún reguetón como doctrina, porque les impide ver el burka que está sociedad les ha colocado. Es aterrador ver como esas chicas asumen y normalizan su papel en esta sociedad respecto a sus amigos.
Alguien debería explicarles que entender que existe el machismo, no implica tener que tolerarlo. Y a nosotros deberían habernos explicado, que tras tanto luchar por la libertad, la igualdad, el feminismo, los derechos humanos, etc., hemos llegado a esto, a acabar siendo solo una broma pisotear esos principios y derechos. Que por mucho que se luche por la igualdad, hay quienes, hagan o digan barbaridades, siempre son unos son unos santos.
¿Será lo de las chicas del Santa Mónica el síndrome de Estocolmo versión pija?
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