domingo, 6 de agosto de 2023

30 de junio 2022 a 6 de julio

30 junio
Cada vez son mayores los obstáculos que encuentran en su lucha. Este sistema no quiere, y trata de impedir, cualquier cambio a favor de las mujeres.
50 años después de que se reconociera la libertad de las mujeres, para que no fuesen sometidas individualmente, reaparece una sensación de que, entre las nuevas generaciones, revive el deseo que sean cuestionados sus logros a favor de la igualdad.
Al parecer, debe estar recuperando fuerza la idea de la superioridad de los hombres y el modelo patriarcal, pese a que seamos una sociedad del siglo XXI. Algunos podéis disentir de esta opinión personal, pero es ese sentimiento de superioridad masculina, el que está detrás de que algunos hombres se crean con derecho a abusar y a exigir sumisión. En ellos hay celos e inseguridad de donde nace odio e ira.
Pero lo peor de todo es cuando se da un paso más, y la violencia empieza a verse como parte de la normalidad en la convivencia en pareja. Llega a verse como algo tan normal que es aceptada por las propias mujeres que la sufren, e incluso olvidan que a veces continúan ahí por sus miedos.
Demasiado elevado es el número de mujeres muertas en lo que va de año, cuando solo una asesinada ya es demasiado.




Por fin se ha revisado la situación y el modelo de las residencias de mayores. El anterior marco regulatorio se había quedado anticuado.
Se revisa en profundidad todo lo relacionado con las sujeciones con el objetivo de garantizar el respeto a la dignidad del residente. Se mejoran las condiciones laborales de los trabajadores que hasta ahora han vivido en una situación de precariedad y con salarios que rayan lo miserable para mayores beneficios de las empresas propietarias. Se aborda la organización de los centros intentando que sean como un conjunto de pequeños núcleos familiares.
Sin embargo, se mantienen carencias arrastradas desde hace mucho tiempo: derecho a la intimidad de los residentes porque fía a largo plazo que las habitaciones sean individuales; no se fija que el modelo de macro residencias sea revisado e impedido, quizás porque eso implicaría menos margen de beneficio a los propietarios de los centros; y sobre todo, no entra en algo clave como son las ratios de personal, porque no es asumible que un solo cuidador atienda a quince residentes. ¿Se ha mejorado? Si, pero poco para lo que se necesita.
En el Consejo Territorial donde se alcanzó el acuerdo, hubo comunidades que votaron que no (porque es lo acostumbrado si son de signo político contrario al gobierno), y otras como Castilla La Mancha, que siendo del mismo signo político, voto no porque no le garantizan la financiación para cumplir el acuerdo. Tampoco le garantizaron que los bancos devolverían el rescate, y sin embargo, votaron a favor de la ayuda a la banca.
Aunque, como en otros asuntos, se deciden asuntos desde los despachos y no desde el día a día, al final lo que parece claro en este tema, es que los mayores no importan tanto como debieran, y eso indica el nivel de dignidad de una sociedad. Poca debe tener la nuestra, o al menos eso nos hacen entender.
Supongo que los representantes públicos en ese Consejo, si no han mejorado todo lo pendiente, es porque no se imaginarán que un día cualquiera podemos acabar siendo residente en uno de esos centros públicos o concertados, y deben pensar que ellos no, que este asunto solo es cosa de pobres.

El COVID continúa y hay que tener completa la pauta de vacunación para evitar su gravedad que no el contagiarse.
El intervalo ideal entre el esquema primario de vacunación contra la COVID-19 y la primera dosis de refuerzo o recuerdo no está determinado, pero la evidencia disponible sugiere que mayor protección se alcanza cuando se espera más de siete meses, según los autores del comentario acompañante de un estudio español en The Lancet Infectious Diseases que mostró que la tercera dosis con una fórmula de ARN mensajero tiene una eficacia global de 50% en la prevención de nuevos contagios por ómicron, pero con una tendencia al aumento cuanto más se espacian las dosis.
"Veíamos más efectividad cuando habían transcurrido un mínimo de seis meses desde la vacunación completa y la administración de la dosis de recuerdo. De esta manera, con la separación de dosis podemos lograr una mayor efectividad, aunque en una situación de emergencia probablemente acortar los plazos puede tener interés para proteger a más personas en un momento de mucha incidencia", señaló una autora de la investigación, Dra. Susana Monge, Ph. D., del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), en Madrid,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CAMBIO DE FASE

Se acabo la fase uno con Feijoo. Entramos en la siguiente fase, esperemos que, con Sánchez, porque el monarca es competente para darnos sorp...