domingo, 15 de octubre de 2017

NI CON ELLA, NI CON ÉL, TIENEN MIS MALES REMEDIO


EL
Escuchar a Bono, acabó trasladándome a los mensajes y enseñanzas de mi padre, que en nuestras conversaciones siempre me dibujaba su idea de una España, grande y libre. El único problema que encontré en sus palabras, es que esas lecciones mi padre, que había vivido la guerra civil, las pronunciaba en los años setenta, no en el siglo XXI.

Intentaré explicar mi comentario. Le reconozco aciertos en su actuación como gobernante, pero no es óbice para que no comparta muchos de sus mensajes que creo trasnochados. Anoche hizo una apelación a la igualdad de los españoles y una declaración de amor por la bandera, propias de un ex ministro de defensa. Pero luego, creo que no estuvo acertado con afirmaciones como "Espero que no sean necesarias las Fuerzas Armadas para defender la Constitución" que recuerda a lo dicho por Cospedal; o la de "Puigdemont es un cobarde, su república duró 10 segundos", porque no creo que ninguna de esas frases contribuyan a un ambiente que sería recomendable apaciguar.
Continuó culpando a las élites catalanas de haber creado el problema y "haber envenenado a la población" con el adoctrinamiento. Tampoco creo afortunada esa afirmación que más que una defensa del derecho a la igualdad de todos, parece el mensaje de alguien no dispuesto a asumir ese derecho a los catalanes. Ha sido ministro, y desde el gobierno se hizo poco por evitar ese adoctrinamiento al que ahora se refiere como causa del actual problema. Su concepto de patria, me pareció cercano al de patrimonio. Tiene todo el derecho a opinar así, pero no me parecen mensajes que sirvan para tender puentes, sino al contrario.
ELLA
Antes había escuchado a Ada Colau, que considera "evidente" que Puigdemont no declaró la independencia de Cataluña, dijo que "Me consta que hay interlocución indirecta entre la Generalitat y el Gobierno central", y que "Tenemos que volver a la propuesta del referéndum pactado y acordado".

Esta mañana además, he leído una entrevista en la que afirma que "La reforma constitucional no puede ser la excusa para no buscar un referéndum pactado". Si se piensa la frase, puede llevar razón, porque si se acomete una reforma constitucional esta debe contemplar todos los escenarios posibles. No le niego méritos como a Bono, sobre todo el de ejercer una alcaldía tan complicada como la de Barcelona. Pero dicho eso, tampoco me dio la sensación de que tendiese puentes.
Con el tiempo, empiezo a tener la sensación de que su gran virtud es acabar quedándose siempre al sol, en el lugar que más calienta. Digo eso porque lo mismo vota en un referéndum que ella misma califica de ilegal; que defiende la unidad del estado y a la vez la independencia de Catalunya; que si necesita vestirse de blanco para pedir dialogo lo hace, y si se lo preguntan decir que apoya la postura del Govern de hacer una DUI. Colau se está especializando en nadar y guardar la ropa, en decir una cosa y la contraria.
MIS MALES SIN REMEDIO
Debe ser un signo de estos tiempos, y por eso Bono y Colau, son de esos personajes siempre avispados, que llueva o diluvie, ellos siempre quieren estar. Siguen aquel aforismo de “si estos vencen estoy con ellos, y si les sale mal estaba con los de enfrente”. De eso saben mucho ambos.

El problema que acaba teniendo quien así actúa, es que con el paso de los días cada vez nos engañan a menos al común de los mortales. El tiempo acaba poniendo a cada cual en su lugar, pero mientras eso ocurre, a mí no me sirven ni los mensajes de uno, ni la ambigüedad calculada de otra. Y ya sé que el tiempo también me tendrá destinado mi lugar.
Buen domingo desde San Pedro, en un mediados de octubre, que sigue empeñado en continuar disfrazado de julio.

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