El día siguiente a cuando se esperaba el choque de trenes, tengo la sensación de que la política española, en ocasiones duras como la que estamos viviendo, se convierte en un gran teatro. Porque solo puede tratarse de una teatralización, el contemplar como los protagonistas de este dislate, en lugar de jugar a ver quién aporta una mejor solución al problema, la estrategia es esperar el fallo del otro.
JxS parece esperar a que una respuesta desmedida del gobierno les convierta en los mártires ante el mundo de una causa justa, Frente a ellos un PP, que sueña con tener que endurecer su postura y así llenar de votos sus sacas electorales en el resto de España. Hay que concluir que asistimos a una parodia. Porque para nuestro pesar, ni para discutir sobre asuntos serios, somos serios. No lo parece que la independencia en diferido, tenga por respuesta el 155 en diferido. Todo invita a calificar de “españolada” lo que vemos. Solo se puede entender como una españolada que unos de sus protagonistas sean quienes no se sienten españoles. Y ¿no se trata de una españolada que un partido con más de 800 investigados se permita dar lecciones de legalidad y democracia?
Al ciudadano de a pie, no le puede ser fácil tomar partido, sin una información fehaciente de las consecuencias de un desenlace u otro, sin previamente poner sobre la mesa que hay una legalidad para cumplirla y sin asumir todos que estamos ante un problema político que se ha de resolver políticamente. El marco legal, se puede y se debe cambiar, para permitir que siempre sea posible el dialogo. Pero que pocos duden que si el gobierno no mide las medidas que utiliza para solucionar la situación, Rajoy puede convertirse en el fundador de la República Catalana.
Para completar esta parodia trágico cómica, solo falta que en lugar de poner sobre la mesa el listado de asuntos sobre los que hay que dialogar, uno de los dos protagonistas principales llame al otro por teléfono y le pregunte aquello de ¿es el enemigo? ¿Vas a atacar hoy? Hazlo después de las seis que estamos tomando café. Penoso lo de ambos.
Pero no menos penoso, resulta el papel de los demás partidos. Desde el primero hasta el ultimo. No porque sus posicionamientos no sean lógicos o esperados, sino porque todos se escuchan cuando hablan, pero nunca oyen lo que dicen los demás. Incluso hay quien se permite hablar en nombre de otros.
Y mañana el día del Pilar. Para estar atentos.
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