El manifiesto que presentamos
ayer, es solo una muestra del desencanto existente entre una parte cada vez más
numerosas de las bases del PSOE, no solo en nuestra provincia. Los promotores del mismo sabemos
que el proceso abierto con la
Conferencia política, es el más participativo que nunca se hizo en la historia democrática
de este país nuestro llamado España, pero
no por ser participativo, deja de estar bajo el control de una cúpula dirigente.
Pedimos apoyos para cambiar
solo dos aspectos del proceso de esa Conferencia. El primero de ellos es
que a la fase decisiva de la conferencia quienes
acudan lo hagan elegidos por los militantes de las agrupaciones locales en
lugar de ser designados por las Ejecutivas regionales a propuesta de los
Secretarios Generales. Eso legitimará
sin duda mucho más el aspecto participativo del proceso.
El segundo aspecto que solicitamos modificar, es que una vez
realizado el trabajo de síntesis y redactado
el documento, este sea devuelto a todas las agrupaciones locales para que cada
una de ellas lo ratifique. Con ello, ese texto será asumido por las propias
agrupaciones como propio, en lugar de ser un dictado venido desde arriba, a
diferencia de cuando en tantas ocasiones lo que se facilita es una ponencia
marco realizada por un grupo de expertos.
Este planteamiento no es banal, porque que se haga por las agrupaciones hará que las bases se sientan parte de
la decisión del modelo de partido y del proyecto político que se defenderá en
los próximos años. Si queremos
recuperar la cercanía con los ciudadanos deberíamos empezar haciéndolo con
nuestra militancia.
Por si alguien no lo ha pensado, que seguro que si, cuando decimos que el PSOE no sube en las
encuestas pese a la caída en picado de la derechona del PP, deberíamos pensar
si detrás de ese estancamiento no se encuentra precisamente el desencanto de
las bases. El concepto de partido implica
un sentimiento de colectivo de personas que comparten no solo una historia y
unos principios, y una cultura de formas de actuar, y la participación plena,
siempre fue una bandera vinculada a la izquierda. Pero desde luego es mucho más que una dirección.
Puede que estos años pasados, fundamentalmente por las políticas económicas aplicadas, nos
hayan hecho sentir a los militantes que los socialistas nos alejábamos de la
izquierda, y eso desde luego por las bases de las otras fuerzas de la izquierda
se ha percibido como derechización. Pero eso
se ha hecho desde las direcciones y no desde las bases del partido. Por eso,
si queremos cambiar la percepción que desde fuera se tiene de nosotros, esta es
una buena oportunidad para hacerlo con las propuestas que recoge el manifiesto:
más participación y mas profundización
en la democracia interna.
Necesariamente, en una democracia joven como la nuestra, es fácil que se consideren como de todo el
partido y sus votantes, las decisiones de los dirigentes. No es raro que si
desde la dirección se han aplicado políticas económicas más próximas a
planteamientos de derechas que a los principios socialistas, se nos califique a
todos como partidarios de esos derechización, y detrás de eso siempre llega el
desencanto de los militantes. Habrá que
asumir el mea culpa, y no por ello rasgarnos las vestiduras.
Hemos gobernado en
ocasiones con criterios aportados por profesionales de la economía, no por
pensadores de izquierda, y eso nos ha hecho a muchos militantes sentirnos alejados de
algunas acciones de gobierno, e incluso avergonzarnos
cuando, en tiempos no tan lejanos, alguien públicamente nos increpaba como
autores de actuaciones que no compartíamos. Esto es
una prueba más de que en la militancia no hemos asimilado esos cambios, y
seguimos sintiéndonos de izquierda.
La dirección de este
partido, debe empezar a darse cuenta de que vamos a necesitar algo más que una
nueva cara y un nuevo discurso para recuperar un gobierno progresista en España,
o de lo contrario el PP no caerá por sí solo.
Desde hace tiempo, algunos
reclamamos una unidad de acción desde la izquierda como la única forma posible
de hacer frente a esta situación para que no llegue a perpetuarse la
derecha como gobernante. Solo con un
proyecto nuevo surgido de las bases que pueda ser identificado con ese origen,
puede hacer que las bases de otros partidos de izquierda lo compartan.
Solo así, hablar de esa unidad puede resultar posible, que no quiere
decir fácil.
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