martes, 19 de febrero de 2013

El deterioro electoral, fruto del desencanto de las bases


El manifiesto que presentamos ayer, es solo una muestra del desencanto existente entre una parte cada vez más numerosas de las bases del PSOE, no solo en nuestra provincia. Los promotores del mismo sabemos que el proceso abierto con la Conferencia política, es el más participativo que nunca se hizo en la historia democrática de este país nuestro llamado España, pero no por ser participativo, deja de estar bajo el control de una cúpula dirigente.

Pedimos apoyos para cambiar solo dos aspectos del proceso de esa Conferencia. El primero de ellos es que a la fase decisiva de la conferencia quienes acudan lo hagan elegidos por los militantes de las agrupaciones locales en lugar de ser designados por las Ejecutivas regionales a propuesta de los Secretarios Generales. Eso legitimará sin duda mucho más el aspecto participativo del proceso.

El segundo aspecto que solicitamos modificar, es que una vez realizado el trabajo de síntesis y redactado el documento, este sea devuelto a todas las agrupaciones locales para que cada una de ellas lo ratifique. Con ello, ese texto será asumido por las propias agrupaciones como propio, en lugar de ser un dictado venido desde arriba, a diferencia de cuando en tantas ocasiones lo que se facilita es una ponencia marco realizada por un grupo de expertos.

Este planteamiento no es banal, porque que se haga por las agrupaciones hará que las bases se sientan parte de la decisión del modelo de partido y del proyecto político que se defenderá en los próximos años. Si queremos recuperar la cercanía con los ciudadanos deberíamos empezar haciéndolo con nuestra militancia.

Por si alguien no lo ha pensado, que seguro que si, cuando decimos que el PSOE no sube en las encuestas pese a la caída en picado de la derechona del PP, deberíamos pensar si detrás de ese estancamiento no se encuentra precisamente el desencanto de las bases. El concepto de partido implica un sentimiento de colectivo de personas que comparten no solo una historia y unos principios, y una cultura de formas de actuar, y la participación plena, siempre fue una bandera vinculada a la izquierda. Pero desde luego es mucho más que una dirección.

Puede que estos años pasados, fundamentalmente por las políticas económicas aplicadas, nos hayan hecho sentir a los militantes que los socialistas nos alejábamos de la izquierda, y eso desde luego por las bases de las otras fuerzas de la izquierda se ha percibido como derechización. Pero eso se ha hecho desde las direcciones y no desde las bases del partido. Por eso, si queremos cambiar la percepción que desde fuera se tiene de nosotros, esta es una buena oportunidad para hacerlo con las propuestas que recoge el manifiesto: más participación y mas profundización en la democracia interna.

Necesariamente, en una democracia joven como la nuestra, es fácil que se consideren como de todo el partido y sus votantes, las decisiones de los dirigentes. No es raro que si desde la dirección se han aplicado políticas económicas más próximas a planteamientos de derechas que a los principios socialistas, se nos califique a todos como partidarios de esos derechización, y detrás de eso siempre llega el desencanto de los militantes. Habrá que asumir el mea culpa, y no por ello rasgarnos las vestiduras.

Hemos gobernado en ocasiones con criterios aportados por profesionales de la economía, no por pensadores de izquierda, y eso nos ha hecho a muchos militantes sentirnos alejados de algunas acciones de gobierno, e incluso avergonzarnos cuando, en tiempos no tan lejanos, alguien públicamente nos increpaba como autores de actuaciones que no compartíamos. Esto es una prueba más de que en la militancia no hemos asimilado esos cambios, y seguimos sintiéndonos de izquierda.

La dirección de este partido, debe empezar a darse cuenta de que vamos a necesitar algo más que una nueva cara y un nuevo discurso para recuperar un gobierno progresista en España, o de lo contrario el PP no caerá por sí solo.

Desde hace tiempo, algunos reclamamos una unidad de acción desde la izquierda como la única forma posible de hacer frente a esta situación para que no llegue a perpetuarse la derecha como gobernante. Solo con un proyecto nuevo surgido de las bases que pueda ser identificado con ese origen, puede hacer que las bases de otros partidos de izquierda lo compartan.

Solo así, hablar de esa unidad puede resultar posible, que no quiere decir fácil.

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