«Multiplica, multiplica tu experticia, médico cabal… persiste, persiste que aún dicen que la gratitud existe». del poema «Médico Rural (Poema 65)» de Hernán Urbina Joiro. Hoy me han preguntado si fue sencillo compatibilizar alcaldía y consulta. La respuesta inmediata fue “no siempre”. Pero esta tarde, repensando la respuesta, surgió esta reflexión.
Médico, celador, enfermero y alcalde
Médico de familia en el medio rural. Celador de hospital y enfermero rural antes de ejercer como médico. Defiendo la importancia de una sanidad pública rural de calidad, y me gustaría que quienes lleguen como sanitarios a un pueblo, sepan que no llegan a un pueblo sólo como médico o enfermeros, sino que deben cubrir muchas más demandas.
Toda una vida dedicada a la medicina rural y comprometido con el desarrollo de las zonas rurales, he combinado mi labor médica con actividades políticas y sociales. Desconozco los datos específicos sobre el impacto del trabajo como alcalde en la tarea de médico y viceversa. Me premiaron por defender la sanidad pública en los pueblos, por lo que creo que la experiencia como médico influyó positivamente en la gestión como alcalde, especialmente en temas de salud pública. Y probablemente enriqueció mi perspectiva como alcalde, permitiéndome entender mejor las necesidades sanitarias de la población y viceversa.
Difícil equilibrio
No fue un equilibrio fácil como alcalde y como médico, pero entendí ambos roles como complementarios. El conocimiento profundo de la comunidad, adquirido a través de años de servicio como médico, probablemente me ayudó en el papel como alcalde. La «longitudinalidad» en la atención médica, que implica una relación duradera con los pacientes y sus familias, creo que ha sido una ventaja para los años de gestión política. Ser médico rural requiere una gran polivalencia y capacidad de respuesta ante diversas situaciones, y ser acalde también. Estas habilidades probablemente me fueron útiles para manejar ambas responsabilidades.
Si tengo que describir cuáles fueron las estrategias para mantener ambos papeles, diría que planificación y priorización. Empezando por dividir el día en bloques específicos para dedicar cada parte a una responsabilidad, saber delegar ciertas responsabilidades, establecer límites y aprender a decir «no» a compromisos que no eran esenciales, crear un entorno de trabajo eficiente utilizando para ello herramientas para gestionar el tiempo, intentando mantener un equilibrio entre trabajo y vida personal.
Actuar bajo presión
Tampoco fue fácil manejar los imprevistos. Ante cambios repentinos, mantener una comunicación clara con las personas afectadas para gestionar expectativas y reorganizar actividades. Mucho menos manejar el estrés sabiendo mantener la calma y tomar decisiones bajo presión, cada problema es una oportunidad de mejora. Evitar retrasos innecesarios, transmitir la información de manera clara y concisa, comunicación bidireccional, categorizar los cambios según su importancia y urgencia, hacer un seguimiento para asegurarse de que se había recibido y entendido la información, actualizarse siempre.
Los médicos rurales hemos evolucionado en las últimas décadas. De figura paternalista a profesional integrado. Antes se nos presentaba al médico rural con una imagen paternalista y autoritaria, hoy mantenemos una relación más centrada en el paciente, y el profesional médico está más integrado en la comunidad.
Un puente entre tradición y modernidad
Son muchos los médicos rurales que han ejercido como «archiveros de la historia del pueblo», preservando la memoria colectiva de las comunidades rurales. Casi un héroe de lo cotidiano, enfrentado a desafíos únicos con recursos limitados. Quienes hemos tenido continuidad en el ejercicio de la profesión médica en un pueblo, hemos sido un puente entre tradición y modernidad, conectando la sabiduría ancestral del campo, con los avances de la medicina moderna, reflejando la evolución del concepto de ruralidad.
Hemos sido un símbolo de resistencia en medio de las crisis económicas y el abandono rural. Hemos encarnado de alguna manera un compromiso con las comunidades en algunos casos casi olvidadas. No estará lejos el día en que reflejemos un cambio en la sociedad, y de nuevo se valorará nuestro papel fundamental en la salud y el bienestar de los núcleos rurales, más allá de la estricta función médica.
Yo no sé si lo conseguí, pero al menos, siempre lo intenté.
No hay comentarios:
Publicar un comentario