martes, 17 de diciembre de 2024

La reacción de la derecha hispana

La reacción de la derecha hispana ante el anuncio del gobierno de organizar actos conmemorativos por el 50º aniversario de la muerte de Franco, es la de siempre, como si no pasasen los años. Critican a Sánchez, acusándolo de intentar provocar violencia y desestabilizar el país en un momento de crisis para su gobierno. Esta reacción refleja una tendencia en la derecha española, que suele rechazar cualquier apelación a la memoria histórica, interpretándola como un intento de dividir a los españoles y reabrir viejas heridas.
A diferencia de otros países europeos que han enfrentado su pasado de dictaduras y conflictos, en España existe una resistencia a abordar la memoria histórica del siglo XX mientras alabamos la historia de nuestro imperio, en muchos casos motivo de vergüenza histórica. Pero en este caso solo nos encontramos con su rechazo, aunque el gobierno busque utilizar el aniversario de Franco para resaltar los avances democráticos logrados en las últimas cinco décadas y rendir homenaje a quienes lucharon por la democracia.
La forma en que la derecha manipula la historia, citando ejemplos de desinformación sobre figuras como el poeta Miguel Hernández, cuya muerte en prisión se ha minimizado. Si establecemos un paralelismo con el negacionismo del Holocausto, vemos que hay una tendencia a distorsionar la historia para evitar confrontar la realidad del franquismo. La importancia de recordar el pasado, tiene su reflejo en los ejemplos de otros países que han hecho esfuerzos significativos para reflexionar sobre sus historias dolorosas, como Alemania con el nazismo o Francia con la guerra de Argelia. En contraste, en España, cualquier intento de abordar la memoria histórica es descalificado por la derecha como un intento de reabrir heridas. Esa actitud debería estar condenada al fracaso.
La historia siempre encuentra la manera de salir a la luz, y tanto la izquierda como la derecha deben ser realistas sobre la persistencia de ciertos legados, como el franquismo. Y por cierto, sigue siendo anacrónica la persistencia de símbolos franquistas, como estatuas, y la falta de un reconocimiento adecuado del daño causado por la dictadura. Pero esta es su España, la de los vencedores de la guerra civil, que aún no se han dado cuenta de que Franco lleva muerto cinco décadas y que vivimos en una democracia que hace que esta España sea de todos, y no el cortijo privado de unos pocos.
Feliz domingo

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