Carlos Mazón no dimite ni con agua hirviendo. El novio de Ayuso, defraudador confesó a hacienda (se llevó una mordida de 2.000.000€ por vender mascarillas, estafó 350.000€ a Hacienda y Quirón pasó de 20 a 400 millones desde que él anda por medio), ahí sigue, y aplazándole las comparecencias en el juzgado.
Mientras, se cumple la regla de que se denuncia al PP y el primero que dimite es de otro partido. Ahora es Juan Lobato quien acaba dimitiendo. La regla siempre se sigue cumpliendo, y el filtrador y manipulador es MAR, pero el que acaba imputado es el fiscal general del Estado por reproducir lo que habían publicado periódicos. A nadie le importa que los ciudadanos sigamos sin saber quién le paga el ático a Ayuso, ni a cambio de qué lo hace. Eso no debe investigarse.
Reconozcamos que es fascinante la protección de la que gozan Ayuso y su entorno gracias a medios, jueces, etc. Es lo que sucede cuando hay jueces de parte, y una policía antipatriótica, que solo defiende intereses reaccionarios. Puede parecer una película, pero no es un film, es una serie (recordad que en la primera temporada es el hermano de Ayuso el que se llevó las comisiones y fue Pablo Casado el que acabó dimitiendo). Y además, es una serie de misterio, sino ¿alguien nos explica quien le da la noticia del notario a ABC? Claro que eso ya carece de importancia, cuando hoy ya se están filtrando los mails que han recogido del fiscal general del Estado. Debe ser porque es una investigación secreta.
Si no te lo crees, aquí tienes los wasapps del fiscal en exclusiva desde Libertad Digital, pero a ningún juez le interesa quien se los ha filtrado.
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