Alberto Núñez Feijóo, el que en teoría es el líder del Partido Popular, advirtió sobre una crisis económica en España ya desde 2022, pero a pesar de sus pronósticos, la economía española ha demostrado ser una de las más fuertes de la OCDE en 2024, con un crecimiento del PIB cercano al 3%, el más alto de Europa. A pesar de que muchos españoles perciben la situación económica como mala, los datos macroeconómicos indican lo contrario: hay más de 21 millones de afiliados a la Seguridad Social y un aumento significativo en empleos estables.
The Economist, el referente de cabecera en temas económicos de la derecha, ha elogiado la economía española destacando su crecimiento en sectores como servicios cualificados y la reducción del déficit público. A pesar de la inflación provocada por la guerra en Ucrania, España ha logrado mitigar sus efectos mediante intervenciones en el mercado energético. Sin embargo, persisten problemas como el acceso a la vivienda y la desigualdad.
El mismo medio también cuestiona qué alternativas económicas propone el PP, sugiriendo que su enfoque podría ser desigual, como lo indica Isabel Díaz Ayuso al proponer salarios mínimos diferenciados. En resumen, a pesar de la narrativa del PP sobre la crisis, los datos muestran que la economía española está en un momento de expansión.
Y luego está lo de la conferencia de presidentes de ayer, donde la presidenta de la Comunidad de Madrid, se expresó criticando al Gobierno y a otras autonomías, incluso algunas del PP. Cuestionó la equidad del Salario Mínimo Interprofesional, argumentando que no debería ser el mismo para un agricultor en Extremadura que para un empresario en Madrid. Aunque intentó matizar sus comentarios, defendió la idea de que las peculiaridades de sectores y regiones deben ser consideradas.
Ayuso también se opuso a la condonación de la deuda autonómica, calificándola de "injusta y una locura", sugirió que solo debería aplicarse a la Comunidad Valenciana, y criticó la situación fiscal de Madrid, describiéndola como un "infierno fiscal" y abogó por más libertad para construir vivienda, rechazando la regulación estatal de los precios del alquiler. Para finalizar mostrándose en contra del reparto de migrantes propuesto por el Gobierno, argumentando que no es solidario tratar a las personas como objetos.
AL final se declaró independentista enfatizando que Madrid no busca nada del Gobierno y que cualquier cambio en el modelo territorial debería ser decidido por los ciudadanos en elecciones. Todo muy solidario.
Esta señora debería empezar por darse cuenta de la desconexión existente entre las élites económicas de Madrid y las preocupaciones de la población en general. Los poderosos madrileños, como los dueños de equipos de fútbol y grandes empresarios, no se ven afectados por las declaraciones de un gobierno autonómico que siempre favorece sus intereses. Los medios de comunicación están subvencionados y la situación actual beneficia a los madrileños acomodados.
Si tan diferente es Madrid del resto de España, no se entiende que inste a otras regiones a estar más alerta y resistir a tendencias políticas que podrían ser perjudiciales con los criterios de lo que ella entiende bueno para Madrid. Deberíamos pensar en lo que ocurriría en otras Comunidades si como en Madrid acabaran con la enseñanza pública, para que nuestros hijos o nietos, vayan a la privada o concertada (debe ser que en la concertada no los adoctrinan) y no se mezclan "con la chusma" como bien dice alguna gentuza de Madrid. O con la sanidad pública, porque en muchas CCAA solo se dispondría de los servicios que fuesen rentables, y las enfermedades que precisan de tratamiento de alto coste, o te las pagas de tu bolsillo o te mueres.
Preguntémonos ¿quién es aquí "la chusma"? ¿quienes son los mayores indecentes, esquilmadores, explotadores, mentirosos y los reyes del cinismo? El mayor logro de Ayuso será acabar con todo lo público, en ello pone todo su empeño, sea como sea, a como haya lugar, y a costa de lo que sea. Es su ADN.
Buen fin de semana
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